miércoles, 30 de noviembre de 2016

La avaricia rompe el saco - II


Es fácil comprobar que los que están obligados a “escribir-publicar noticias” todos los días, suelen cometer errores de bulto. Lo mismo sucede con los predicadores de las radios y de las teles, con los analistas de Bolsas, con los economistas de moda a los que tanto nos gusta seguir a todos. 

No hay argumentos diarios para explicar lo que sucede ni las cosas suceden de un día para otro como los cronistas nos hacen creer. Una compañía no varía su balance en cuestión de minutos. Los bancos siguen abiertos, las compañías eléctricas nos abastecen de luz, como las petroleras o las telecos. Los sucesos fuera de control de los mercados, reflejados en unas cotizaciones diarias —en un mismo día los valores más líquidos marcan miles de precios diferentes— unas veces nos acercan al fin del mundo y otras nos hacen pensar que vamos en globo. Los mercados, a los que los Reguladores les cuesta regular o ya ni lo intentan, pasan del pánico al éxtasis en cuestión de minutos. Lo hemos visto, como ejemplo, con los bancos tras la victoria de Trump. La banca USA se volvió loca de alegría y contagió al resto de los bancos mundiales. En las última jornadas las ganancias se han tornado bajas y, otra vez, contagio. Vuelta a empezar... 
Aunque hay muchos que intentan vendernos “consejos, carteras modelo, formación para tradear, etc”, sepan que el factor humano no cuenta desde hace mucho tiempo y los grandes ordenadores del mundo ejecutan sofisticados y secretos algoritmos —only for his eyes— se siguen los unos a los otros y no admiten competencia humana. 
En el trading, la velocidad es la ventaja definitiva, y las maquinas llegaron a principios de siglo a Wall Street para revolucionarlo todo. El desarrollo de algoritmos ha cambiado el mercado para siempre y la negociación de alta frecuencia crece cada vez, convirtiendo la competencia de los minoristas en algo casi anecdótico. Quedan muy atrás los corros y las compras, el mercado ha ido evolucionando hasta podar los intermediarios humanos y han dejado paso a los ordenadores. En el escalón más alto está el trading de alta frecuencia donde la velocidad llega al millón de operaciones por segundo y el pequeño, ni siquiera el mediano, inversor no tiene acceso al mismo. A veces los algoritmos fallan y alcanzados unos niveles, las señales se interpretan de forma errónea, provocando una debacle en segundos. 

El ex bróker Michael Lewis denuncia, en su libro “Flash Boys”, que los mercados financieros están amañados con prácticas de speed trading. Bradley Katsuyama, fundó IEX en respuesta a las prácticas comerciales cuestionables que se estaban utilizando cada vez más en las bolsas tradicionales públicas de Wall Street, así como los dark pools y otros sistemas alternativos de negociación. Front running o inversión ventajista es una práctica ilegal que puede llegar a cometer un operador de mesa de dinero, que utilizan las instituciones financieras en el mercado del dinero y en el mercado secundario de títulos y valores. El front running es una práctica en la que la velocidad de los traders de alta frecuencia le puede costar dinero al oponente. Así, cuando el minorista ejecuta una orden de compra, interfieren estos brokers que, con su hiper-velocidad, se hacen con varios de los títulos que iba a adquirir el otro comprador y se los revenden en la misma operación. Básicamente, ejercen de aduana artificial y se interponen, comprando y ganando una ínfima plusvalía antes de que concluya la transacción, y la mayor parte de las veces, ni siquiera queda reflejado, solo se percibe que en el paquete que se ha adquirido, no todas las acciones han sido compradas al mismo precio. 
Para que sea más fácil de entender: 
Si por ejemplo un operador de Mesa de Dinero (Broker) compra 20.000 acciones al precio de $100 cada acción justo antes de ingresar una orden de compra de 400.000 acciones por parte de un cliente, esa operación a cuenta del cliente puede llevar el precio hasta $102 por acción. Si el broker es capaz de conseguir vender sus 20.000 acciones a un precio de $101,75, puede llegar a tener una ganancia de $35.000 (20000 acc*1,75$/acc) en pocos minutos. Esa ganancia la hace no solo usando información confidencial sino también por medio del cliente ya que le sube los precios a este al tomar posición de compra antes que él. El intermediario financiero ha puesto su interés por encima (In front of) de los del cliente y por lo tanto comete fraude. En Estados Unidos esta práctica podría infringir las leyes sobre la manipulación del mercado o de "abuso" de información confidencial. En España ¿? 
Las operaciones de HFT se hacen con muy poco margen de ganancia en cada transacción —dejan un beneficio residual—, pero si se realizan a una velocidad de un millón de operaciones al segundo, durante toda una jornada de bolsa de prácticamente 24 horas, contando los mercados asiáticos, norteamericanos y europeos, calculen lo que ganan. Sólo con que ganen una milésima de euro en cada acción y suponiendo 1000 títulos en cada operación, pueden ganar 86400 millones de euros al día o más de 300 billones de euros al año. (86400 segundos * 1 millón operaciones/seg * 1000títulos/operación * 0,001€/título) 
¿Qué les parece? 
©JuanJAS

sábado, 26 de noviembre de 2016

La verdadera historia del "Black Friday"

En los últimos años, ha surgido un mito que da un giro particularmente feo a la tradición del Black Friday, alegando que ya en la década de 1800 los propietarios de plantaciones del Sur podían comprar esclavos con descuento el día después de Acción de Gracias. No tengo ni idea sobre la veracidad de esta versión sobre las raíces del Viernes Negro, popularizada por los que están en contra del consumismo desatado que acompaña cada vez más a esta festividad comercial. En USA se ha expandido a cuatro días (viernes a lunes) y aquí en España —nos gusta ser más papistas que el Papa— hasta a una semana entera.

Otra versión que se repite mucho —sobre todo los relacionados con el mundo del comercio— es que después de todo un año de funcionamiento en una pérdidas ("en rojo") las tiendas supuestamente obtuvieron beneficios ("en negro") el día después de Acción de Gracias, porque los compradores acudieron en masa a las tiendas para aprovechar los primeros descuentos para las fiestas navideñas. Aunque es cierto que las empresas minoristas utilizaban para registrar las pérdidas en rojo y las ganancias en negro en sus libros de contabilidad, esta versión del origen del Viernes Negro es inexacta aunque se haya impuesto como la versión oficial.
El primer uso registrado del término "Viernes Negro" parece que corresponde a la caída de la bolsa de oro de Estados Unidos el 24 de septiembre de 1869. Dos avispados especuladores de Wall Street, Jay Gould y Jim Fisk, lanzaron órdenes al mercado para comprar todo el oro que pudieran, con la esperanza de que la masa impulsara su precio por las nubes y lo pudieran vender con beneficios espectaculares. El último viernes de noviembre de 1869, se conoció la “conspiración” y la bolsa de valores entró en caída libre y provocó la quiebra de todo el mundo que se había sumado a la carrera por el oro, desde los barones de Wall Street a los agricultores.
También se cuenta que cada último sábado del mes de Noviembre se celebraba en Philadelphia un partido de rugby entre el Ejército y la Armada. En 1950, hordas de compradores suburbanos y turistas inundaron la ciudad el día antes del gran partido. No sólo los policías de Filadelfia no pudieron tomarse el viernes después libre después del Thanksgiving day, sino que tuvieron que trabajar en turnos extra-largos para controlar las multitudes y el tráfico adicional. Los rateros también aprovecharon el caos en las tiendas para hacerse con la mercancía, añadiendo más dolores de cabeza a los policías.
Aunque los comerciantes y las autoridades de Philadelphia trataron de cambiar el nombre por el de "Big Friday" con el fin de eliminar las connotaciones negativas, no tuvieron éxito y el "Black Friday" se hizo cada vez más popular.
En algún momento a finales de 1980, sin embargo, los minoristas encontraron una manera de reinventar el "Black Friday” y convertirlo en algo que se refleja positivamente, en lugar de negativamente, sobre ellos y sus clientes. El resultado fue el concepto "cambiar del rojo a negro" para reforzar la “esperanza” de que el día después de “Acción de Gracias” (Thanksgiving) marque la ocasión de usar este día de vacaciones para acudir a los grandes almacenes para empezar las compras Navideñas. 
Todas las tiendas comenzaron a abrirse el viernes cada vez más temprano y ahora los compradores más forofos del consumo llegan a salir hacia las tiendas justo después de la comida de Acción de Gracias. Algunas encuestas dicen que casi el 60% de los estadounidenses van a comprar el Black Friday y casi el 80% lo harán en algún momento del largo fin de semana. Hay que tener en cuenta que se incluyen los que compran por Internet desde la comodidad de su hogar.
Con el tiempo, la bonanza de las ventas de un día se ha transformado en un evento de cuatro días, y se han puesto de moda los "días de fiesta al por menor" —Small Business Saturday/Sunday (Sábado y domingo de los minoristas)— y el Cyber Monday (lunes cibernético).
En España los comerciantes van a rebufo de todas las fiestas y tradiciones comerciales que triunfan en USA y paulatinamente las van implantando en nuestro país; y parece que a mucha gente le gusta, aunque no tengan dinero para permitírselas.
©Juan JAS

La riqueza de los hogares

Credit Suisse acaba de presentar el pensamiento de liderazgo de Credit Suisse Research y de los expertos más destacados del mundo en su “Libro de datos de la riqueza global” (Global wealth databook)
Será interesante ver como dan la noticia los diferentes medios de comunicación. Ya saben que los números lo aguantan todo y dan a entender cosas diferentes según como los “medios” los ¿cocinen? y nos los presenten.
Por ejemplo, en esta tabla que se encuentra en la página 99 des estudio se presenta:

1ª columna: Cambios en la riqueza de los hogares por país en billones de dólares
2ª columna: Cambios en la riqueza de los hogares por país en %
3ª columna: Cambios en la riqueza por adulto en % 

Según la 1ª columna los hogares españoles hemos incrementado nuestra riqueza en el último año en 34 billones de $ y ocupamos el lugar 14º del rankin. Como según el INE el número medio de hogares en España son 18346200, en promedio hemos incrementado cada uno de nosotros 1823 $. Ustedes sabrá si han hacertado en su caso o no.

Si miramos la segunda columna los hogares españoles ocupamos el lugar 27º.

Si hacemos caso de la tercera columna los adultos españoles hemos incrementado nuestra riqueza en promedio (un 2 por mil) y estamos en el lugar 23º.

Puede que esto signifique que:
A) se enriquezcan más los hogares unipersonales que los multipersonales (¿será rentable divorciarse?)
B) Se enriquecen mucho los del 1% hogares superricos y el 99% restante en realidad no aumenta su riqueza sino que decrece.
C) Las dos sean ciertas
¿Qué piensan ustedes? 
Seguro que cada uno tendrá su criterio.
©JuanJAS

miércoles, 23 de noviembre de 2016

La avaricia rompe el saco

Siempre se ha sabido que “especular” es peligroso. Por ello los pequeños ahorradores deben procurar “invertir” sus ahorros en lugar de jugar a “especular “con ellos como si participaran en un juego de azar. Sepan que si no se han formado lo suficiente o no tienen acceso a las herramientas que usan los profesionales, el “mercado” les quitará el dinero rápidamente. 
En los últimos años, este “sentido común” de "zapatero a tus zapatos", hay que practicarlo al límite. Hay que extremar la prudencia porque, también en el tema de la inversión y de los "mercados", las cosas han cambiado mucho y cada día lo hacen más rápidamente. ¡Que lejos quedan aquellos años de las “matildes”!.
No hace ni siquiera 10 años, antes de la última gran crisis, que se oían conversaciones de gente hablando de lo que habían ganado en bolsa. Estaban orgullosos de como habían aumentado sus ahorros al seguir el consejo de su "asesor personal" que entendía mucho del tema. No habían ganado tanto como los que habían comprado "ladrillo" que era lo  mejor —una hucha para toda la vida que nunca perdía valor—, pero tenían su dinero más líquido. 
Los bancos de inversión, las sociedades de intermediación y todos los yupis —pelo engominado y tirantes debajo de la chaqueta de “marca”— hicieron su agosto particular asesorando y dando consejos de inversión. ¡Todos contentos! Los que no sabían nada, ni les importaba formarse para saber más y entender lo que pasaba, porque aún así ganaban dinero; y los que vendían asesoramiento —en realidad sabían mucho menos de lo que daban a entender— porqué se forraban. Todo eso ha pasado a la historia y la mayoría de esos yuppies engominados están en el paro o intentando vender su imagen en el primer programa sensacionalista en el que les dejan entrar. 
¿Quiénes piensan ustedes que son los “profesionales” del mercado de capitales, hoy en día? 
No son los gurús que salen por la tele o hacen sus predicciones en las redes especializadas. Tampoco los “asesores personales” que su banco pone graciosamente a su disposición por ser usted un cliente especial, apreciado y “preferente”. Menos aun lo son los que le intentan cobrar por su servicio de intermediación y les sugieren como “diversificar” su dinero para que pierda lo menos posible, porque ganar en estos tiempos tan difíciles es sólo para los “dioses” o los muy cercanos al poder-información privilegiada. 
Los actuales profesionales del mercado son los ordenadores programados para hacer HFT. Los humanos se limitan a vigilar si hay alguna avería. Este fenómeno, cada vez más implantado, significa el cierre de agencias y sociedades de valores. ¡Mandan las máquinas!
El FBI ya ha investigado numerosos operaciones de trading de alta frecuencia (high frequency trading HFT) y el Bundesbank ha insistido en la necesidad de poner coto a este tipo de operaciones con el objetivo de evitar un crash como ocurrió en el Flash Crash del 6 de mayo de 2010, durante el cual el Dow Jones sufrió su mayor caída intradía de la historia, (mil puntos, un 9%), y en tan solo un par de minutos.
¿Podrán los reguladores imponer sus criterios frente a los de los grandes bancos, que son los que marcan esta tenencia? Mucho me temo que siguen ausentes y en completa dejación de sus responsabilidades.
Ya lo saben: ni gurús, ni expertos influyen lo que aparentan. Sólo sirven para vaciar el bolsillo de los más neófitos que creen en cantos de sirena y buscan llenar sus bolsillos sin esfuerzo.
Si piensa en especular y dar el pelotazo, mejor déjelo; la ilusión le durará menos que si se lo gasta en el Black Friday.
Por cierto, recuerden que ese día se llama así, no por ser el “gran día de las rebajas norteamericano” ni porque sea un día en que se recuerda algo "funesto". Al contrario, era el primer día alegre para los comerciantes, porqué al ser el primer día de compras para la campaña de Navidades después de celebrar el “Día de Acción de Gracias”, las cuentas de los comercios volvían a dar saldos positivos (cambiaban los números rojos -pérdidas- de las cuentas por negros -ganancias-).
Todo cambia, aunque como la memoria del personal es cada vez más corta, muchas veces no nos damos ni cuenta porque no guardamos ninguna referencia con la que comparar. Disfrutemos el hoy. No se preocupen por el mañana... alguien resolverá. ¡O no!
©Juan JAS

miércoles, 16 de noviembre de 2016

¡Como regalan nuestro dinero!

En 1986, coincidiendo con la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea —la apertura de fronteras que suponía era al mismo tiempo una gran oportunidad y un tremendo reto para los productos españoles— se creó AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), una entidad privada sin fines lucrativos cuya actividad pretende contribuir a mejorar la calidad y competitividad de las empresas, sus productos y servicios. Para el común de los mortales, AENOR es una entidad que hace pasar una especie de examen a las empresas —previo pago de 600€— por el que se evalúan aspectos del funcionamiento higiénico, técnico, laboral, legal, etc. y si todo está correcto otorga una “certificación” que da fe de que en esa empresa se trabaja con un cierto nivel de calidad. 
Parece que dentro de poco podremos encontrar su “sello” también enganchado a los escaparates de algunas librerías del país y, si todo sale como tiene previsto el Departamento de Cultura, cada año varios establecimientos más del sector irán incorporando al club de las "librerías de referencia", que es como se desea que se llame al grupo que pase el examen de AENOR.
La diferencia respecto al resto de empresas que buscan la certificación de AENOR es que las librerías no pagarán nada por “examinarse” ni por mantener la certificación, ya que el conseller Vila y el Gremi de Llibreters han dicho que se inventarán una partida de “subvenciones específicas para librerías” para que puedan pagar con ellas todos los gastos.
Resumiendo, cuando AENOR envíe un técnico a valorar si una tienda de libros donde trabajan menos de 10 personas para que compruebe que todo —lavabos, salidas, letreros de secciones, extintores ...— está marcado con su rótulo correspondiente, si hay libros en diferentes idiomas y de contenidos diversos, si organizan una cantidad mínima de actividades del año, si algún trabajador puede ser susceptible de hacerse daño –tal vez cortándose con una hoja de papel— etc., dejarán un adhesivo y una factura: el adhesivo lo pegarán en “sitio visible” como si un diploma se tratara y la factura (600€ el primer año) la pasarán, mediante su correspondiente papeleo, a la Generalitat, que la pagará como si tuvieran un dinero que es suyo —en realidad es nuestro, de los impositores— y que les sobra. ¿No han encontrado nada mejor en que usar ese dinero para promocionar la cultura? 
Si yo tuviera una librería supongo que estaría un poco molesto porque encuentro innecesaria esta acción. Lo que pueda valorar AENOR en mi supuesta librería, ya lo valoran directamente los clientes que entran cada día, y lo que significa el adhesivo que nos quieren vender ya nos lo recuerda, también a diario, quien visita la librería y marcha contento con sus libros bajo el brazo. Y todo ello sin pedirnos 600 euros a cambio.
El no tener que pagar por un “servicio” que nadie necesita, ni los libreros-comerciantes ni los usuarios, es lógico; pero al mismo tiempo mosquea porque, primero: ¿Cómo es que el Departament de Cultura puede gastarse el poco dinero que parecía tener en algo que no parece nada necesario?; y, segundo, ¿cómo se explica este traspaso de dinero público, disfrazado de subvención para librerías, hacia una empresa privada?
Este ejemplo de las librerías es sólo una de las muchas formas y variantes de funcionamiento de la política y la administración: Hay dinero para lo que le interesa al político o alto funcionario de turno ¿a quién y por qué?, y no lo hay para lo que el común de los mortales aprecia como básico: Salud, vivienda, educación, etc. que han sufrido tantos recortes y seguro sufrirán más.
Señores políticos, ¿No les da vergüenza, despilfarrar en tonterías el dinero de los contribuyentes?
Lo siento, tengo la manía de cuestionarme las cosas, sobre todo cuando los dirigentes-funcionarios públicos disponen de nuestro dinero como si fuera suyo y hacen ver que nos regalan algo. 
Piensen todos que el dinero que los contribuyentes pagamos en forma de “solidaridad forzada” con los impuestos, debe administrarse con transparencia, equidad y utilidad: primero lo más necesario para la mayoría y sólo en caso de que la Hacienda Pública tenga un gran superávit —no olvidemos guardar para la época de vacas flacas— se puede usar los sobrantes en temas no fundamentales. 
Basta de “regalos envenenados” que sólo favorecen clientelismos y lubrican puertas giratorias. ¡No gracias!. 
Señores políticos, si siguen actuando así, no se quejen cuando las encuestas les digan que los ciudadanos sienten desafección por la política y no les valoran positivamente; porque estamos hartos de que, en el fondo toda siga igual: sin un liderazgo claro, sin una estrategia seria y bien definida, y sin una ejecución competente y con sentido común. Es verdad que estamos muy más, pero este no es el futuro que queremos. Den muestras de verdadero cambio o la historia va a acabar mal, porque nos estamos hartando.
©JuanJAS

martes, 15 de noviembre de 2016

Trump ha cogido en pelotas a la mayor parte de la industria de gestión de dinero

Ayer les hablaba de las predicciones de “los que saben”: expertos, analistas, especialistas de firmas de Bolsa, gestoras, bancos de inversión, banca comercial, gurús, etc.
Yo, como la mayoría de los ahorradores no luzco en mi curriculum ninguno de esos rimbombantes títulos, aunque si se leer y procuro analizar los datos que encuentro y que comparto al pie con todos ustedes. 
Las acciones del sector bancario estadounidense subieron el jueves pasado —un 3,7 por ciento—, a niveles no vistos desde mediados de la crisis financiera de 2008, lo que impulsó al promedio industrial Dow Jones a máximos históricos. Acumularon una ganancia del 7,9% desde el sorprendente triunfo de Trump el martes, en su mayor avance de dos días desde 2011. Mientras, los títulos tecnológicos cayeron, debido a que Wall Street reorganizó sus apuestas para beneficiarse de la presidencia de Donald Trump.
El Dow Jones subió 218,19 puntos, (1,17 %) superando su máximo histórico previo registrado en agosto por casi un 1%. El índice S&P 500 ganó 4,22 puntos, 0,2%; mientras que el Nasdaq Composite, bajó 42,28 puntos, 0,81% golpeado por la caída del sector tecnológico. Con el avance del jueves, el Dow Jones acumula un alza de 8% en el 2016 y el S&P 500 gana un 6%. 
Los medios españoles por boca de sus “gurús mediáticos” han venido alertando de la hecatombe en que se sumirían los mercados si ganaba Trump. ¡Ganó! Y resulta que no solo ni hubo derrumbe sino que subió.
Si esos “gurús mediáticos” fallan en sus análisis y predicciones más que una escopeta de caña, una de dos: 
a.- Tienen muchos menos conocimientos de los que “presumen” y poco o nulo acierto al predecir el futuro, ni siquiera el inmediato. Más bien se dedican a vender humo (su verdadero oficio con el cual ganan su sueldo).
b.- Son los “voceros” de las “manos fuertes del mercado” para inducir a las masas de pequeños ahorradores a comportarse como el rebaño de corderos a los que 4 perros bien adiestrados logran conducir al redil o al matadero, según interese. Aprovechan estos vaivenes —volatilidad la llaman— para drenar parte de sus ahorrillos y hacer más ricos a sus “señores”.
Sea cual fuera la razón, lo mejor es no perder el tiempo haciéndoles caso porqué el que lo haga, más que invertir, lo que estará haciendo es especular, como si jugara a la ruleta. Por ello es una gran imprudencia “colocar” y el dinero que tanto esfuerzo ha costado guardar a los pequeños ahorradores siguiendo sus ¿interesados? “consejos”. Los únicos que siempre ganarán serán los intermediarios con sus comisiones y parte de sus ahorrillos pasarán a engrosar las bolsas del 1% mundial de híper-ricos que ve aumentado su patrimonio en cada “crisis” que se monta.
¿Qué dirán los próximos informes de los analistas? 
¿Darán su brazo a torcer? No creo. Tampoco me importa mucho. Intento no hacerles mucho caso salvo para, a veces hacer lo contrario de lo que pronostican e intentando reaccionar y adaptarme a la nueva situación lo más rápido posible, porque la Economía no es una Ciencia Exacta, sino que se basa en el estudio del comportamiento de los seres humanos, y éstos no son máquinas que repiten respuestas con exacta frecuencia.
Las explicaciones de los términos económicos generales suelen ser sencillas y fáciles de entender, sobre todo a toro pasado; pero esos analistas-asesores hacen sus informes enrevesados para intentar que lo fácil resulte complicado y nadie entienda nada. Así los pequeños ahorradores pueden seguir creyendo en su magia, mientras les llenan sus bolsillos aunque los suyos cada vez están más vacíos. Encima se consuelan pensando que eso de la bolsa es sólo para “los expertos” y que si no fuera por su ayuda el daño que hubieran recibido habría sido incalculable. Como siempre ¡contentos y engañados! 
©Juan JAS


10 cosas que ha pasado en la bolsa desde la victoria de Trump

1.- Ganan los bancos, justo lo que han estado recomendando vender la mayoría de analistas (En España la excepción es BBVA por su fuerte exposición a México)
2.-Pierden las tecnológicas, justo lo que han recomendado comprar
3.-Pierden los sectores regulados
4.-Pierden los sectores subvencionados (Energías alternativas) Los analistas consideran que la victoria republicana implica unas perspectivas menos favorables para el sector al considerar a Trump más partidario de otras fórmulas energéticas (petróleo, fracking o carbón)
5.-Ganan las petroleras
6.-Aseguradoras médicas: Una presidencia de Trump significa que el programa de salud conocido como Obamacare no recibiría apoyo como lo tendría la ampliación al programa Medicaid propuesta por Clinton.
7.-Muy malas noticias para las empresas que se abastecen desde México con algunos vehículos vendidos en Estados Unidos
8.-Muy buenas noticias para siderúrgicas y constructoras, justo lo que han recomendado vender la mayor parte de los analistas en las últimas semanas
9.-Sigue la desorientación alrededor del comportamiento futuro del dólar
10.-En Bolsa siempre son necesarias las curas de humildad. Todos los informes circularon en las semanas previas a las elecciones USA acerca del comportamiento de sectores y valores vinculados a los intereses partidistas de Clinton. O lo que es lo mismo, Trump ha cogido en pelotas a la mayor parte de la industria de gestión de dinero.


lunes, 14 de noviembre de 2016

Las previsiones mueren el mismo día que se publican

Dios me libre de ningunear a nadie. Reconozco los supuestos esfuerzos de los expertos y de los especialistas, que están en la nómina de los grandes organismos supranacionales, agencias de rating, firmas de Bolsa, gestoras, bancos de inversión, banca comercial, banca rural y demás. De todo hay en la viña del señor y en todos los colectivos se puede encontrar gente más o menos honesta, trabajadora e inteligente. También en el mundo de la intermediación bursátil, antaño un negocio muy próspero y rentable y ahora cada vez más difícil, penoso, mucho menos rentable, muy competitivo, especialmente regulado y en manos de tres manos anglosajonas. 

Queramos o no, a todos nos influencia lo que sucede en la Bolsa. También, en el bolsillo, unas veces con agujeros y otras, bien surtido ¡Es la Bolsa! 
Los gurús y analistas todos los días nos ofrecen sus proyecciones, semblanzas, apuestas, dibujos, perfiles y demás. Alimentan el fuego con mucho papel, para que la industria de la intermediación financiera no decaiga y para que los que viven o malviven de la misma sigan en pie. Periódicamente leo y releo los informes y conforme cumplo más años, más alejado me encuentro, presa del escepticismo.
¿Por qué? 
Porque la experiencia me demuestra que lo normal es que nada o muy poco de lo que se pronostica en la actualidad se cumpla más tarde. Incluido el Fin del Mundo, como vienen pronosticando algunos desde hace años. Es muy fácil publicar un pronóstico. Dependiendo de la “popularidad” del que lo hace, los que “quieren creerlo porqué les gusta”, lo difundirán por doquier y muchos otros lo compartirán y redistribuirán para alcanzar trending topics, como si ello añadiera credibilidad al pronostico. Oí al ministro Solbes decir una vez que “Las previsiones mueren el mismo día que se publican”. Tenía toda la razón, porque muchas veces, los que pronostican, no saben lo que pasó ayer ni lo que esta pasando hoy, pero se atreven a pronosticar lo que pasará dentro de un año.
No acertaron con el Brexit, no acertaron con Trump... pronosticaron una debacle en las bolsas y si bien a primera hora bajaron un poco, al final del día cerraron más altas de lo que cerraron el día anterior. Si revisamos la hemeroteca, los “pronosticadores” no acertaron con casi nada, pero ¿quien se acuerda de lo que nos pronosticaron hace seis meses, si no nos acordamos ni de lo que comimos ayer? ¿Cómo podemos confiar en algún gurú, tertuliano, periodista o político, si no escuchamos y leemos críticamente sus discursos y pasamos cuentas sobre los cumplimientos y aciertos periódicamente?
El pasado 26 de septiembre 2016, el actual presidente de Estados Unidos, Donald J Trump, recordó una amarga realidad:
“Believe me, we’re in a bubble right now. We are in a big, fat, ugly bubble”.
Lo normal es que ahora que Trump está pasando a formar parte oficial del “sistema” no vuelva a repetir esas palabras, grandes, gordas y feas para unos apuntaladores que llevan años y Billones de dólares empleados en hinchar las burbujas. Lo normal es que cambie el discurso que usó sólo para conseguir su objetivo y también cambie y adapte sus proyectos y sus acciones.
¿Por qué los medios no paran de mostrar su asombro por el cambio de discurso de Trump? ¿Es que no se alegran del cambio? ¿Hubieran preferido que hiciera lo que dijo en campaña? Hay que pensar en ideales pero es más útil actuar con pragmatismo.
La inversión en el activo considerado más seguro del mundo, el T Bond, receptor universal de flujos en procesos de “flight to quality”, es decir, el que suele atraer capitales cuando se produce cualquier evento de riesgo en cualquier parte del mundo, está decepcionando severamente y, por tanto, pierde inversores adeptos al mantenimiento perpetuo de activos de deuda en cartera. Lógico, porqué aquel inversor que comprase bonos USA a 30 años el pasado mes de julio, acumula una pérdida superior al 12%, sin riesgo!… y el proceso correctivo no ha hecho más que empezar. Ustedes me dirán próximo año si llevo o no razón.
Como todos los políticos, en todos los países, el Sr Trump y también la Sra. Clinton, ofrecieron numerosos programas, medidas e intenciones políticas durante la campaña electoral, orientadas a cubrir el interés de la mayoría de los ciudadanos.
Una serie de ideas de carácter social, económico, energético, de inmigración, mentiras generales, etc. pero ninguno de los contrincantes mostró preocupación ni presentó un programa serio para control de las deudas ni para imponer límites al imposible ritmo de aumento que pretenden. Ambos saben que las deudas contraídas son impagables, menos aún con un ritmo de crecimiento del PIB tan bajo y con los tipos de interés en mínimos históricos, a menos que surja el fantasma de la inflación, pase como un vendaval y las difumine. Puede que este sea uno de los objetivos velados que los poderosos han impuesto a las autoridades y es que como dijo Camilo José Cela: “La Historia nos enseña dos cosas: que jamás los poderosos coincidieron con los mejores, y que jamás la política fue tejida por los políticos”.


©JuanJAS