domingo, 27 de agosto de 2017

“Si lo hubieses pedido…” ¿Por qué rogar por algo tan sencillo?

¿Han pasado por situaciones en que alguien les ha hecho rogar por algo bien sencillo? "Si lo hubieses pedido..."

Este comportamiento es propio de los entornos donde coordinación es solo un término políticamente correcto por "mando”. Así se muestra jerarquía y dominio. Como sucedía en el medioevo, entre señor y vasallo, con este proceder se ofrece una cierta seguridad a cambio de menor libertad y si no se accede al trato…, aumenta el riesgo de atentados y otros efectos graves.
Los últimos acontecimientos en Barcelona han demostrado que el Estado ofrece seguridad a los que están dispuestos a limitar sus aspiraciones de libertad. Por eso, no entra en la lógica institucional española proporcionar "gratis" información sensible a aquellos cuerpos policiales que no controla (aunque a niveles intermedios, afortunadamente, hay cooperación, pues su aproximación es profesional).
Eurocop, el principal sindicato europeo de policía, advirtió que la exclusión de los Mossos perjudica la seguridad de la misma Europol y en toda Europa; y dejó claro que la decisión está estrictamente en manos del Gobierno español, que concede el beneplácito a la Policía autónoma vasca (a cambio de que PNV ayudara a aprobar sus presupuestos) y niega ese mismo nivel de participación en Europol a la Policía autónoma catalana (Mossos). 
¿Se han percatado que las instituciones centrales, y sus portavoces en los medios, viven esta aparente contradicción con absoluta naturalidad? Es que… para ellos no existe.
¿Se han preguntado porque los vascos y navarros no son percibidos como egoístas, a pesar de ser los más ricos y no aportar nada a la solidaridad española, y a los catalanes nos perciben como egoístas e insolidarios a pesar de nuestra gran aportación a ls arcas del Estado?. Una explicación podría ser que la tesis que se ha publicitado duntante decenios, desde ciertas esferas centralistas, es que la inmensa mayoría de los vascos son connacionales (y, por lo tanto, de fiar) y en cambio, demasiados catalanes (no todos) son extranacionales —aunque no se pueda reconocer institucionalmente— (por lo tanto, no somos de fiar). Así se puede convivir perfectamente con la contradicción que supone dejar fuera a los Mossos y seguir aumentando el riesgo para nuestra seguridad...
Si se hubiera incluido a los Mossos en la Europol, si los cuerpos de seguridad españoles hubieran compartido información sobre el Imam de Ripoll y su vinculación terrorista, si el juez hubiera ejecutado su orden de extradición, si la policía no hubiera advertido hace un tiempo a una célula terrorista que estaban siendo vigilados por los Mossos, seguramente, también se hubieran evitado los atentados, pero claro, todo esto no sirve a los propósitos de la propaganda centralista… Que falta de empatía (¿maldad?) ¡que pena!
Aún así, teniendo todo esto en cuenta, los actuación conocida de los Mossos, y de algunas policiales locales, ha podido calificarse con buena nota y eso ha indignado visiblemente a los medios simpatizantes del poder central, que han intentado desacreditarla o al menos diluirla.
No sé si un “Estado propio” para Catalunya tendrá más cuidado en no mercadear con nuestra seguridad (nadie puede afirmar nada del futuro), lo que si se puede es valorar lo que se conoce de lo que ha pasado, e intentar que no se nos confunda con argumentos insidiosos, postverdades fabricadas a medida y falsas informaciones, a veces incluso calumnias.
El PP y el “bunker de la Corte” utilizaron hasta el último momento el terrorismo de ETA como un motivo para reunir la opinión pública española entorno del españolismo centralista, que tuvo un momento estelar después de los atentados en los trenes de Madrid. ¿Lo recuerdan? En ese momento apareció inmediatamente la lucha sectaria y el gobierno del PP acusó falsamente a ETA. Cabeceras de prensa, todo el PP y el propio Rajoy en el Congreso mantuvieron la acusación a los socialistas de haberse beneficiado del atentado. Muchos de los que entonces actuaron así, hoy son los que mandan y gobiernan, y es lógico que actúen según su naturaleza. El PP y la caverna, las cabeceras de prensa de Madrid y los canales de televisión estatales, desde el día siguiente de los atentados, siguen la misma estrategia porque son una máquina destructiva con su propia inercia. En el momento del atentado en Madrid quedaba alguna empresa mediática que era hostil al PP, pero ahora ya no hay ninguna, parecen estar todos de acuerdo. Los medios de comunicación madrileño-españoles, con algunas excepciones digitales, hace tiempo que han desconectado de Cataluña. Estos medios que intoxican en lugar de informar. Obviando interesadamente el contexto de los hechos, son armas políticas y no pretenden la verdad sino ensuciar todas las instituciones catalanas. En este contexto es de lo más lógico entender el alto nivel de desinformación y de “opinión tendenciosa en contra de los locos independentistas catalanes” que existe en toda España.
Rajoy compareció incómodo, descolocado y fuera de lugar cuando viajó a Barcelona; y se vio más que nunca en un lugar donde no tenía ninguna autoridad. Su delegado, el sr. Millo, tuvo que desmentir las tremendas acusaciones a los Mossos hechas por sindicatos policiales españoles atacados de los nervios e intoxicados de centralismo, y todas las autoridades estatales, cuando vienen a Catalunya, en lugar de reunirse con los representantes de la Generalitat, se reúnen solo con representantes de los ¿“partidos amigos de conveniencia”?, en la delegación del Gobierno -confundiendo gobierno con partidos políticos afines—; como si ese enclave no fuera de todos y para todos los catalanes. 
Los que estiman y defienden a Catalunya y a sus habitantes debemos tener en cuenta este contexto. No tenemos que responder a los disparos de basura venenosa con “y tu más”. No debemos perder de vista el contexto español, en el que el PP y su entorno ideológico, institucional y mediático han conseguido que el conjunto de la población haya aceptado implícitamente la corrupción y la mentira como algo normal. En ningún país verdaderamente democrático un partido que miente cada día de una manera tan evidente quedaría impune, en ningún país verdaderamente democrático tendría tanto apoyo electoral como el que conserva el PP ni una oposición tan débil e incapaz de ofrecer una alternativa. En ningún país verdaderamente democrático una justicia independiente habría otorgado esta impunidad al robo y la corrupción. Parece que los españoles formamos una sociedad tan débil que no es capaz de vencer a los que nos degradan y nos arruinan. Me limito a constatarlo y muy a pesar mío, no veo alternativa a corto plazo.
Si todo esto no hubiera sido así, tal vez no estaríamos viviendo lo que estamos viviendo y no hubiera sido necesario que hubieran surgido ciertas formaciones políticas, que no gustan demasiado a las personas moderadas de las clases medias cada vez más “bajas”. Pero ha sido así y el único camino que tiene la sociedad catalana es seguir defendiendo sus intereses y su opinión sin rebajarse a luchar en la piscina de barro, que es donde la esperan expertos luchadores con experiencia y con poderosos medios para ayudarles en su trabajo. La revolución democrática catalana no insulta ni debería agredir a nadie, aunque debería seguir siendo firme en la defensa de nuestros derechos (también de los que no piensan así), como constante en el recordatorio de los deberes que tenemos todos para con nuestros vecinos.