jueves, 22 de junio de 2017

El espacio público es de todos

Cada vez emigra mas gente desde el “campo” a las ciudades. La inmensa mayoría de los refugiados e inmigrantes prefieren quedarse en las ciudades. Cada vez es más necesario que todos sigamos unas normas de civismo y convivencia para preservar la libertad y el bienestar de todos y parece que cada vez nos cuesta más hacerlo. ¿Porqué?
¿Por un aumento desmesurado del “egoísmo personal” (hago lo que me place y no me importa como afecta a los demás)? Parece que se califica de virtud el acometer todo lo que uno quiere, sin sujetarse a ningún tipo de normas, sin respetar a otros y sin hacer frente a las consecuencias de los propios actos.
¿Hay una falta de pedagogía porque no se explica a los inmigrantes procedentes de países con otras culturas o costumbres como queremos vivir aquí? Más aún, ¿se explica a los niños y jóvenes en el colegio las normas básicas de civismo-convivencia y la conveniencia de su uso. ¿Se les demuestra su aplicación en casa y en los espacios públicos donde deberían poder ver y comprobar como los mayores las practican habitualmente?
¿Cuál piensan ustedes que es la razón de este comportamiento de creciente libertinaje que se observa cada vez más, tanto en jóvenes como en mayores— en nuestra ciudad?
A modo de ejemplo fíjense en la vía pública.
En la calzada, los conductores siguen minoritariamente los límites de velocidad. Lo habitual es circular por encima de la velocidad permitida y frenar para adecuar la velocidad en presencia de radar para evitar la multa y volver a acelerar inmediatamente una vez pasado el peligro de multa, porqué parece que los riesgos par la circulación y la contaminación no importan. Un porcentaje importantísimo de ciclistas se saltan los semáforos en rojo y sólo paran si viene un vehículo que les pueda colisionar. Los peatones suelen ser invisibles para ellos. 

Los peatones no actúan mejor que los conductores, sino igual de irresponsablemente. Son el eslabón más débil que circula por la calzada y sin embargo la cruzan por donde les viene en gana; y en el paso semafórico da igual si está rojo o ámbar y si el que cruza fuera de lugar o tiempo es joven —con un salto ágil es más capaz de evitar un accidente— como si es un anciano con movilidad reducida. Parece que no aprecian su vida o dado que la culpa siempre se suele achacar al más fuerte, ¿piensan, tal vez, que no les vendría mal una “indemnización” si provocan un atropello?. 
Si nos centramos en las aceras, el caos es total. Los pocos metros de ancho que tienen las aceras reciben un uso estresante. Piensen en los usuarios de las aceras. Sería lógico pensar que son los peatones los que tienen prioridad en su uso. También es prudente pensar que la prioridad de paso no nos hace ni inmunes, ni invulnerables por lo que hay que caminar por las aceras con seguridad _no por la calzada ni por encima del carri bici— y aquí viene el problema. Piensen en las personas, animales y enseres o “máquinas” (no todas son vehículos) que usan las aceras además de sus usuarios naturales, los peatones.
Los peatones responsables que aprecian su vida, cuando caminan por las aceras deben estar continuamente en tensión sorteando a:
· Otros peatones que han olvidado avanzar “por su derecha” y caminan rápido haciendo zigzag para sortear obstáculos o para acortar camino sin importarles si su trayectoria hace que debas modificar la tuya para evitar el choque.
· Otros peatones que van mirando su móvil ajenos a quien viene en sentido contrario o porque piensan…”ya se apartará si no quiere que lo arrolle”
· Las sillas y mesas de algunas terrazas de bares cuyos usuarios se espatarran sin pudor, que más parecen que estén en una tumbona que sentados a una mesa.
· Los carteles de propaganda o vitrinas con productos que algunos comercios o bares ponen cerca de sus puertas; las cajas de fruta de las fruterías que ocupan un buen trozo de acera para acercar el producto a los transeúntes, aunque algunos aprovechen para “palparlos” a mano descubierta y acelerar su maduración y contaminación.
· Las motos (no me refiero sólo a las bien aparcadas) sino a las “motos expuestas” que cada mañana colocan algunas casas de venta de estos vehículos ocupando decenas de metros de acera como si fuese su aparador particular.
· Los baches o huecos provocados por losas rotas o arrancadas; los “regalitos”, a veces “reglazos”, dejados por los perros de aquellos ciudadanos incívicos que no cuidan de recoger los excrementos de sus mascotas o los chicles recién escupidos por sus mascadores que no se han preocupado de depositar sus restos, papeles, plásticos, etc. en las papeleras plantadas junto a los pasos de peatones. Las colillas merecenun capítulo aparte.
· Las bicicletas que circulan por una calle sin carril bici o en contra dirección.
· Los perros que van sueltos o atados a correas largas que a veces ocupan toda la acera (el humano pegado a la pared hablando distraídamente con un conocido y el animal buscando un alcorque para aliviarse).
· Las sillas de ruedas, carritos de niño, carritos de compra, etc.
· Los patinetes - Skateboards (algunos salen disparados de los pies del volador) o los segways en manada.
· Andamios para restauración de fachadas.
· Top mantas, vendedores ambulantes, sin techo con sus carros de chatarra, personas “pidiendo la voluntad” semitumbados en el suelo.
· Etc.
El poco espacio dedicado a las aceras, en muchos casos se vuelve claramente insuficiente. El espacio útil se reduce por el hecho de que cada vez nos cuesta más seguir unas mínimas normas de convivencia y urbanidad que faciliten la vida urbana; pero es que sin ellas pronto será imposible la convivencia más o menos armónica entre todos los ciudadanos. Tenemos que recordarnos que la libertad privada acaba donde empieza la del otro y si no pensamos en los demás, subirá la tensión y no se como acabaremos. 
Falta mucha pedagogía, mucho diseño del espacio público adaptado a las necesidades de sus usuarios y mucho predicar con el ejemplo; empezando cada uno por su casa y por el espacio público que usamos. La responsabilidad de cuidarlo, no ensuciarlo y mantenerlo transitable es responsabilidad de todos. Cuando menos “ensuciemos” menos costará “adecentar” y más disfrutaremos de lo que es uestro, suyo y mio.

viernes, 16 de junio de 2017

Tenemos la piel demasiado fina ante las críticas

Todas las declaraciones son criticables. Por su contenido más o menos acertado o por como o cuando se hacen. La declaración de Mr. Dijsselbloem, jefe del Eurogrupo, “No puedo gastarme el dinero en alcohol y mujeres y después pedir ayuda” que tanto revuelo mediático levantó, seguramente podría haberse expresado de mejor forma o podría haberla hecho el año pasado o hace cinco. A mi me molesta particularmente que no hablara claro. ¿A que viene de hablar de tópicos como el vino y las mujeres, en lugar de expresar claramente el motivo de su descontento? 
En la otra parte, muchos políticos mostraron su indignación y demostraron tener la piel muy fina. Muchos ciudadanos les siguen la corriente porqué a nadie le gusta que le reprendan en público, aunque tengan una buena razón para hacerlo. Pienso que no estaría de más que quienes se sientan aludidos o molestos por sus palabras, todos, piensen en qué se han gastado el dinero recibido desde los contribuyentes europeos los últimos cuarenta años: llegará un día en que quienes se los han dado lo van a preguntar y posiblemente se van a negar a darles más.

¿Alguien puede tener la absoluta seguridad de que los países de Europa que hemos recibido fondos europeos los hemos gastado de forma eficiente?. Pienso que no, y España tendría que decir bastante sobre eso: sólo hace falta repasar el catálogo de obras que en España se han realizado con esos fondos comunitarios. En España hay vías de alta velocidad infrautilizadas cuando en sitios con alta demanda (por ejemplo Corredor Mediterráneo) ni existen ni se las espera, estaciones de AVE que utilizan menos de 10 personas al día, polideportivos no pueden funcionar porque no hay fondos para satisfacer sus gastos de mantenimiento, la mayoría de aeropuertos tienen pérdidas, numerosas autopistas sin tráfico que finalmente han de ser rescatadas por el Estado, etc. 
¿Cómo gastó el Sur y como está gastando ahora el Este? ¿A quien beneficiaron estos gastos de dinero procedente de contribuyentes europeos: a la mayoría de ciudadanos o a caciques, alta sociedad, empresas del Ibex, políticos corruptos, etc. ?
Es cierto que para hacer negocio se quiso creer que podía haber solo una Europa y no costó mucho convencer a la ciudadanía cuando se transfirieron millones de euros a las economías que debían “converger”, y a prestarles lo impensable una vez el euro arrancó porque el riesgo, se dijo, era el mismo para todos. Para salvaguardad la “libertad” de los Gobiernos de los países receptores se les dejó que legislara para repartir como quisieran los fondos repartidos. ¿Lo hicieron para producir mayor riqueza para todos a medio plazo, para hacer más competitivo nuestro tejido productivo, nuestras explotaciones agrarias, nuestras comunicaciones, etc.?
Es cierto que los países (sus bancos, la mayoría públicos) que lo necesitaron fueron rescatados porque la alternativa podría haber sido un follón financiero de pánico, y los importes de esos rescates se han utilizado, en gran medida, para sostener a bancos prestamistas cuyos balances hubieran evaporado en la estratosfera (y con ellos los depósitos de los pequeños ahorradores) si los rescates no se hubieran producido: ¿cuánta de la pasta ‘recibida’ por Grecia en los rescates ha servido para potenciar la economía griega?, pues prácticamente nada, y encima Grecia cada vez debe más.
Es importante ejercer el principio de solidaridad pero siempre debería ir acompañada de compromisos y esfuerzos por parte de receptor.
Ahora tenemos más escuelas, institutos y universidades que nunca y parece que se ha erradicado el analfabetismo, pero también se han olvidado por completo aquellas cosas básicas que la antigua sabiduría popular entendía, como que “El que regala y bien vende, el que lo recibe lo entiende”. 
Ante las críticas, necesitamos una piel menos fina, más responsabilidad y pensar, como dijo W. J. H. Boetcker, en su documento titulado “Los Diez Imposibles”, que la libertad debe ir acompañada de responsabilidad del individuo sobre sí mismo.

miércoles, 14 de junio de 2017

La culpa siempre es del otro

Estos días hay espectáculo en el Congreso de los Diputados. Unidos Podemos ha presentado una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Mientras Podemos denunciaba la corrupción con un discurso demoledor, primero de Irene Montero y después de Pablo Iglesias, el PP contestaba que “la corrupción ya está siendo perseguida, España crece por encima del 3%, y Podemos es un auténtico peligro para la recuperación. Un Gobierno suyo sería letal para el interés general”. Cada uno convenció a los suyos y nadie pensó en los demás.
En el Congreso sólo se percibía al tándem “PP-Podemos”. La vieja derecha y la nueva izquierda,... prescindían de todos los demás y tenían algún recuerdo jocoso para Pedro Sánchez, que por no estar no estaba ni de cuerpo presente en la Cámara. ERC aplaudía. El PdCAT observaba. El PNV dormitaba con las alforjas llenas.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el candidato alternativo a la Presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias, se han enzarzado a cuenta de quién es el "responsable" de que el PP esté en el Gobierno y ambos se han acusado mutuamente de ello. No han faltado las descalificaciones mutuas y el cruce de duros reproches.
Para acabar, el diputado Hernando ha soltado la típica "tontería machista" para captar la atención de las redes sociales y que se deje de hablar de lo relevante.
El secretario general socialista hayer escribió ayer un tuit recordando que el PSOE es la izquierda pero la realidad es que todos intentan ningunearlo, incluso muchos de su propio partido. Algo similar han conseguido que pase en Catalunya: A Convergencia reconvertida en PdCAT entre todos la mataron y ella sola se murió. 
En este tiempo en que reina la “pos verdad”, mucha gente se mira los toros desde la barrera viendo la marea de fondo, el postureo, las luchas intestinas por el poder (¿Por qué será que todos se pelean por la “silla”?) e intentan salvar sus muebles o los de sus empresitas. Han notado lo calladitos que están los empresarios más medianos y pequeños que los grandes. Las palabras son una cosa y otra distinta son los hechos y los propios intereses que hay que intentar salvaguardar.
Podemos habla de plurinacionalidad en Madrid y se queda “indefinido” y calladito en Catalunya. Cantos de sirena en la lejanía que se atenúan al llegar a la playa y no se oyen en absoluto en el Parlament. 
Muchas veces confundimos lo que nos gustaría que fuera con lo que es, pero “Hechos son amores y no buenas razones”. No sirve de nada oír continuamente como unos se echan la culpa a los otros. La mayoría de las veces está claro que formaciones son tóxicas porque se ha demostrado que muchos de sus componentes han cometido actos reprobables e incluso delictivos contra los ciudadanos y entonces es necesario buscar, entre lo existente, “quienes pueden hacerlo mejor”. Para encontrarlos, parece adecuado fijarse, dentro de las formaciones políticas alternativas, en ¿qué programa proponen? ¿qué posturas defienden? ¿qué capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos con otros tienen? ¿actúan con responsabilidad?, etc. , pero ¿Somos suficientemente racionales cuando tomamos nuestras decisiones?

lunes, 12 de junio de 2017

El axioma de la Independencia - 1 - El botón rojo

Día a día se van sucediendo declaraciones del Gobierno de la Generalitat de Catalunya y del Gobierno español. Unos dicen que avanzan paso a paso en el “Procès” conforme al plan formulado en el “Llibre blanc” —pocos lo han leído para poder acreditarlo o desmentirlo— y los otros dicen que no se llegará a nada porque el “poder del Estado” se encargará de abortar cualquier paso en firme que se atreva a dar el Govern català. Por el momento declaraciones y más declaraciones. Poco negro sobre blanco. ¿Por motivos tácticos?
Lo que se pregunta mucha gente es: ¿Qué hará el Gobierno del Estado español para impedir el Referéndum que convocará el Govern de la Generalitat para preguntar a los catalanes si quieren que Catalunya tenga un nuevo estado en forma de república independiente del Reino de España? Ya saben, la curiosidad puede mucho.
Pero hay otra pregunta que nos deberíamos hacer cada uno de nosotros: ¿qué estaremos dispuestos a hacer y que haremos cuando llegue el día D si nos impiden ir a votar libremente en el referéndum?
¿Qué haremos si el Gobierno español suspende de sus funciones la presidenta Forcadell, o el President Puigdemont o al Vicepresident Junqueras?
¿Qué estamos dispuestos a hacer? 
¿Estamos, todos, dispuestos a “protestar firmemente”? No sólo a salir a la calle cada 11 de Septiembre sino cuando sea necesario, durante los días que sea necesario… 
¿Seremos capaces de aguantar el miedo que provocarán, no ya las amenazas del Gobierno español, sino las acciones contundentes —dicen que están dispuestos a todo— que podrá protagonizar el Gobierno español y los poderes fácticos centralistas?
¿Seremos capaces de aguantar el tour de force y tomar partido por el Govern Català cuando en 2018 haya que entregar la declaración de la Renta, del IVA, etc. desoyendo la reclamación de presentación del impuesto y el ingreso correspondiente en las arcas del Estado español?
¿Podrán aguantar los beneficiarios de las pensiones de jubilación, de los subsidios, etc. sin cobrar mientras el Gobierno español que amenaza —no sabemos si llegará a cumplirla— con no hacer frente a las obligaciones que contrajo en su día con los contribuyentes catalanes que pagaron sus cuotas a la Seguridad Social durante toda su vida laboral? Una cosa son los compromisos internacionales firmados y otro “cumplirlos”.
¿Podremos cada uno de nosotros….? 
Meditemos nuestra implicación personal y hasta donde estaremos dispuestos a llegar!. Tomemos conciencia de que ya hemos pasado las páginas de las “manifestaciones festivas” con niños y abuelos. El domingo pasado algunos comentaban lo que apretaba el sol en Montjuïc, “picaba” mucho exclamaban… Pronto tocará hacer algo más que “pasear” con banderas.
No miren a los lados, no miren a sus vecinos, a sus compañeros de trabajo o lo que dice la gente en las redes sociales. No estén sólo pendientes de lo que hará Rajoy, el TC o el Sr. Delegado Millo. 
Mire a su interior. Medite y hágase muchas preguntas concretas. Póngase en situación; intente verse en la tesitura de tomar la decisión. Por suerte le quedan unas pocas semanas para poder meditar con seny (cordura).
No basta querer la independencia porque se crea honestamente que Catalunya es una nación o que no se puede seguir viviendo gobernado por un Gobierno dentro del Reino de España que no quiere dialogar nada que le suponga ceder cualquier mínima porción de poder, que toma decisiones excluyentes y que no para de amenazar y llevar a los tribunales cualquier decisión que no tomen ellos, al tiempo que deja de cumplir muchos de los dictámenes/sentencias que esos mismos tribunales han impuesto a algunas de sus decisiones perjudiciales para Catalunya.
La realidad es que el Gobierno español se empeña en no dialogar. El Presidente, ni recibió Puigdemont (ni siquiera por “plasma”), ni a querido recibir el Pacte Nacional pel Referéndum, ni ha hecho ningún caso de la última oferta que le ha hecho llegar el President de Catalunya. No ha contestado ni hecho nada más que judicializar la política. 
Desde que en 1885 la entidad catalanista Centro Catalán entregara al rey Alfonso XIII la Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña, conocido como Memorial de Greuges (memorial de agravios), han sido varios los líderes catalanes que han llevado a Madrid una lista con las reclamaciones de Cataluña. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, hace tres años entregó a Mariano Rajoy un documento con 23 propuestas que resumían los agravios que en su momento denunció el Govern de Catalunya incluyendo un cúmulo de reivindicaciones de mayor financiación, más infraestructuras, respeto a las competencias y a la inmersión lingüística catalana en las escuelas, etc. Ninguna respuesta, ningún diálogo ni la más mínima negociación por parte del Gobierno español. ¿Cómo es posible tamaña irresponsabilidad? Y encima tienen la desfachatez de decir que están abiertos al diálogo permanente. Solo el que no quiere entender puede disculpar tamaña insensatez del Gobierno de España. Que nadie se escude en que “no se puede pedir diálogo con imposiciones” porque el “memorial de agravios” pendiente de respuesta data de muchos años antes. 
Por cierto, ¿han sabido ustedes si el Rey ha llamado al orden o pedido que se habrá un diálogo, aunque sea en la intimidad? Tal vez sea porque piense que no se dialoga con los súbditos.
No sabemos si las amenazas que el Gobierno español lanza dia si y dia también contra el Gobierno de la Geenralitat son órdagos o se continuará equivocando y probablemente se desmadre el día antes o el día después. Puede que llegue a soltar el séptimo de caballería…
No podemos retrasar más la verdadera pregunta: ¿Qué haremos nosotros? ¿Qué haremos usted y yo? ¿Seremos capaces de superar el síndrome de Estocolmo que padecemos, siempre pendientes de los demás?
El presidente Puigdemont, en un coloquio organizado por Soberanía y Justicia, tras hacer referencia a las grandes manifestaciones de las últimas jornadas, habló de la necesidad de continuar movilizados, y soltó: "Pedimos a la gente que se prepare. Esto comenzó con la gente y acabará con la gente, habrá una devolución hacia la gente. Porque es quien tiene el botón rojo”. Creo que no fue sólo una reflexión. Fue una especie de "prepárense, porque sin su implicación no llegaremos a ninguna parte”.
El botón rojo para que todo salga bien no lo tiene ni Puigdemont ni Junqueras ni Mas ni Gabriel o los aguerridos chicos de la CUP. Lo tenemos nosotros, usted y yo. 
Sean conscientes de que “tener razón” no garantiza la resolución de los problemas a gusto del que la tiene. El acierto, la medida y la responsabilidad son imprescindibles siempre. La fuerza sólo en casos extremos y con una aplicación muy meditada, porque sólo sabemos lo fuertes que somos realmente hasta que ser fuertes se convierte en nuestra única opción para seguir adelante.
Y usted ¿Qué hará?