martes, 21 de marzo de 2017

La Independencia dice: "Vísteme despacio que tengo prisa"

La independencia es el objetivo más importante, más decisivo, que se puede plantear una nación sin estado como Catalunya. Un hecho singular en toda la historia de Cataluña es que actualmente hay un Parlamento con mayoría absoluta independentista. 
¿Las fuerzas políticas independentistas aprovechan bien esta mayoría?.
Hago esta pregunta porque parece que las rivalidades entre los diferentes partidos que desean un Estado catalán los distrae del hecho principal de pensar en términos de estado.
Un nuevo Estado triunfa y acaba siendo reconocido por los actores internacionales cuando es capaz de resistir y consolidarse. Más que una cuestión de leyes, son los hechos los que prevalecen. Es una cuestión de poder y hay que estar preparado para conseguirlo y ejercerlo. De eso sabe mucho el Estado español y poco la nación catalana.
Si los políticos independentistas mayoritarios en el Parlament de Catalunya lograran proclamar la independencia y aguantarla, si fueran capaces de ser el poder fáctico y dejar de obedecer la legalidad, el gobierno o los tribunales españoles, ya estaríamos en una nueva realidad. Pero, ¿hay actualmente las condiciones para poder “aguantar” una proclamación de independencia en Cataluña?.
Cuando se apruebe la ley de transitoriedad, habrá dos gobiernos y dos poderes que querrán imponer su legalidad: el catalán y el español. Entonces, ¿seremos "todos" -los políticos, más o menos astutos, los primeros- suficientemente fuertes para aguantar la legalidad catalana sin hacer caso de la española?.
Cuando esto suceda, ¿tendremos a punto las “estructuras de estado” suficientes y operativas?
Si Cataluña quiere ser un nuevo estado dentro de la Unión Europea, deberemos tener apunto un Banco Central, órganos de regulación, una Agencia Tributaria Catalana que funcione, ser capaces de garantizar la seguridad física y jurídica a los ciudadanos y a sus pertenencias privadas, también los servicios cotidianos, etc. ...
¿Son conscientes algunos partidos minoritarios y algunas “personas con prisas” que esto no se puede improvisar de la noche a la mañana?.
Estar harto de muchas situaciones y de algunas conductas antidemocráticas e injustas del Gobierno Español y algunas instituciones hacia los ciudadanos de Cataluña, no es suficiente para gritar: ¡Quiero marchar ya!.
Alguien mínimamente responsable que quiera tomar el riesgo de montar una nueva empresa, hace un análisis DAFO, un buen estudio de mercado, diseña un plan de viabilidad, hace un auto diagnóstico de “actitudes emprendedoras”, hace simulaciones que contemplen diferentes escenarios que pueda encontrarse en el despegue, etc. Montar un nuevo Estado es algo mucho mas complicado que montar una empresa. Antes se tiene que analizar cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, cuáles son nuestras dependencias-necesidades, y como tenemos la "maquinaria" y el estado de las vías antes de cambiar de vía y desconectar. No es tan sencillo como abrir la puerta y salir de casa silbando.

Un tema importante: Parece ser que más de un 75% de los catalanes con derecho a voto, querrá ejercerlo cuando se convoque el referéndum, pero resulta que en el mejor de los casos, el apoyo a la independencia parece que se sitúa alrededor del 50% del posible censo. Los que tienen tomada para abrir la puerta y marcharse, ¿son conscientes de que con ese porcentaje a favor no es suficiente?. ¿Son conscientes de que hay que ampliar este apoyo en lugar de reducirlo con ciertas actitudes, declaraciones, luchas intestinas mirándose el ombligo o haciendo cálculos electorales?.

También hay que tener en cuenta que, a pesar del excelente trabajo del Conseller Romeva y de las exitosas conferencias internacionales del ex President MAS y otros, en el panorama internacional, los partidarios del "nuevo estado catalán dentro de la UE" estamos bastante solos. No hay unas alianzas institucionales sólidas ni entre organismos sociales o actores políticos con peso que den un apoyo claro al proceso político actual de Cataluña. Lo cierto es que los partidarios del nuevo Estado Catalán luchan en unas condiciones adversas contra un adversario muy fuerte. Esto quiere decir que hay que hacer las cosas “muy bien hechas”, y que las prisas resultan secundarias y facilitan que se puedan cometer errores. Nos equivocaríamos mucho si se precipitaran los eventos sin estar bien preparados. El ritmo debe ponerse de acuerdo con la estrategia y las fortalezas propias no sólo con los deseos y las esperanzas.

Parece claro que las fuerzas mayoritarias en el Estado español no aceptarían un federalismo plurinacional y por lo tanto este modelo de Estado es impracticable mientras no cambie la composición del Parlamento español. Parece una idea demasiado sofisticada dada la primitiva cultura política española en términos liberales, de diálogo riguroso-negociación e incluso en términos democráticos. Podría ser muy bonito y menos arriesgado que un proceso independentista pero no es realista.
Ahora hay que preguntarse si el proceso de independencia catalán sí ofrece unas perspectivas claras de realización.
Es cierto que nunca se puede tener todo previsto al cien por cien y en todos los ámbitos, ni es necesario. Pero sí se tiene que tener suficientemente previsto en términos económicos y políticos. Hay que contar con fuentes económicas alternativas y con planes prácticos de acción. No basta con tener leyes preparadas, hay que tener planes de acción concretos para las principales situaciones potenciales que nos podamos encontrar y esto lo debe liderar el Govern català. Por ejemplo: ¿Sabemos qué harán los mozos si son intervenidos por el estado español? ¿A quien obedecerán? ¿Y los jueces? ¿Y los funcionarios?, ¿Y…?
¿Lo tenemos asegurado, esto? Y… ¿sabemos cómo se defienden instituciones como el Parlamento o el Palau de la Generalitat con movilizaciones ciudadanas de carácter continuado?

La movilización ciudadana es un tercer factor clave, pero en sí mismo no es suficiente. Hacer leyes es relativamente fácil. Pero lo más importante es tener suficientes "recursos para pasar el desierto" y tener definido como se actuará en cada situación mientras dure la larga travesía. Esto es política pura. No es teoría. Improvisar conlleva un riesgo demasiado grande.
¿Seremos capaces de hacerlo y aguantarlo teniendo en cuenta que el Gobierno español utilizará estrategias jurídicas, económicas, sociales, internacionales, mediáticas y también procedimientos de "guerra sucia" para impedir la independencia? 
Que cada uno reflexione y se conteste a sí mismo en la intimidad. Tengan en cuenta que hacerse trampas al solitario o para quedar bien de cara a la galería sólo servirá para crear una gran frustración entre los catalanes que quieren una mejor gobernanza que la que desarrolla el gobierno español, depresiones colectivas o cosas peores ... 
Si todo ello acaba, de momento, en unas elecciones, habrá sido un cierto fracaso. El arrebato es muy excitante, pero para tratar las cosas serias,… cordura.

martes, 14 de marzo de 2017

¿Hipocresía, sin sentido, irreflexión o intereses particulares inconfesables?

Unos pocos —o muchos, dependen de quien lo valore— inmigrantes / refugiados están entrando / intentan entrar en Europa y en USA. La situación es bastante simple de resumir: los Gobiernos de aquellos países con partidos políticos mayoritarios que defienden posiciones consideradas progresistas están a favor de que vengan, y Gobiernos y políticos que defienden posiciones consideradas conservadoras están en contra de que lo hagan. Similar pasa con los ciudadanos. Los que se presentan de verdad o de cara a la galería como progresistas tienden a argumentar en claves emocionales, morales y éticas, y los segundos tienden a hacerlo en claves nacionalistas, de raza, de miedo a lo desconocido, de proteger a los suyos, etc.. Ninguna de las dos posturas suele entrar en razonamientos económicos y, cuando lo hacen, lo hacen de pasada.
Las poblaciones de todos los países se mantienen con los recursos que son capaces de generar (PIB) y viven mejor o peor dependiendo de como son capaces de distribuirlos. El PIB depende de las opciones políticas elegidas, pero al menos en Europa existen una serie de mínimos a los que ninguna opción política plantea renunciar. Hoy a una disponibilidad de recursos limitada y a un crecimiento muy reducido, ocasionados ambos por la crisis sistémica en la que el planeta se halla inmerso, se unen un nivel monstruoso de deuda total y unas cotas de desempleo y subempleo que tienden a convertirse en estructurales. Los gobiernos ejercen su función de redistribución de los recursos disponibles de forma ineficiente y muchas veces injusta. También hay un nivel de corrupción, robo y laxitud en la aplicación adecuada de la ley, en muchos casos y por parte de todos, aunque es cierto que más por parte de los más poderosos que del resto. Para poner todas las cartas encima de la mesa, también hay mucho clientelismo fomentado por la clase política y aceptado por diferentes sectores del pueblo llano. Por último está el sector de las ONG’s y colaterales que algunos aprovechan para hacer de la ayuda a los “necesitados” su modus vivendi.
En ese escenario está ocurriendo / se plantea, la llegada de inmigrantes / refugiados.
Desde un punto de vista económico, la cuestión de los inmigrantes y refugiados debería ser planteada desde la necesidad que el “modelo productivo de cada país” tenga de su aportación a la generación de PIB y el de los refugiados de la capacidad de absorción que en el país exista en función de los recursos de que se disponga.
Si las estadísticas son ciertas y muestran fotos reales de la situación, España es un país en el que, hoy:
  • Una persona de cada tres se halla en riesgo de exclusión social; 
  • Uno de cada tres niños es pobre; 
  • Una de cada ocho personas que trabaja es pobre; 
  • Dos personas de cada diez,  que manifiestan que desean trabajar, no tienen ningún empleo, ni a tiempo completo ni a tiempo parcial; 
  • Han tenido que emigrar casi tres millones de personas, en su inmensa mayoría jóvenes formados en los colegios y universidades españolas, en busca de las oportunidades que en España no encontraban; 
  • El gasto social (pensiones, subsidios, atención a personas con disminución o ancianos que precisan atención, etc.) se halla amenazado.
  • Hay una imposibilidad de, con la recaudación fiscal de que se dispone, atender a los compromisos de cumplimiento de déficit adquiridos con Bruselas y atender un gasto público que, sobre PIB, es hoy uno de los más bajos de Europa. 
Y en ese decorado se plantea la llegada de mas inmigrantes / refugiados con el esfuerzo económico adicional que ello supone.
No sirve de nada esconder la cabeza debajo del ala como avestruces. Hay que contestar con datos preguntas del tipo:
  • ¿Cuántos inmigrantes / refugiados puede acoger y atender España en condiciones dignas? 
  • ¿Cómo se verá afectada la oferta de trabajo cuando esas personas llegadas se conviertan en población activa? 
  • ¿De qué modo afectará a la capacidad logística de las Administraciones Públicas el posicionamiento de estas personas en el territorio, con el saco de carencias de todo tipo con el que llegan?.
Pienso que con respecto a los inmigrantes / refugiados ha habido y está habiendo mucha ideología, mucha emotividad y mucho sentimiento, pero muy escasa lógica económica. Y eso es soñar. La realidad es que la vivienda, la alimentación, los servicios sanitarios y sociales, la educación, etc. cuestan dinero que los ciudadanos con nómina, los autónomos y las empresas, vía impuestos deben aportar. Y no me sirve que nadie diga “yo quiero que vengan y apoyarlos, pero no puedo porqué no tengo dinero ni para llegar a fin de mes. ¡Que lo hagan los ricos!”.
Y en Europa, puede que estén mejor que nosotros, pero tampoco atan los perros con longanizas. ¿Saben que hoy la mitad de la población de Berlín precisa recurrir a ayudas públicas para sobrevivir? Y si hoy en Alemania son cuatro los Estados Federados que están sosteniendo la economía alemana, ¿con qué lógica económica puede defenderse que Alemania acoja a un millón adicional de refugiados?. Trasladen la situación y escalen las cifras adecuadamente a España y el escenario todavía será peor.
No nos gusta que sea así, pero... ¿Les sorprende que en USA haya ganado Trump las elecciones presidenciales y que en Europa estén emergiendo opciones políticas extremas?  
¿Piensan que puede existir alguna intencionalidad en ello? 
¿Tal vez se está buscando una mayor depresión de los salarios debido al aumento de oferta de trabajo que se está produciendo y más que se va a producir? 
¿Se pretende introducir aumentos en la presión fiscal a la vez que se recorta el gasto social al ser insuficiente la primera y excesivos, debido al aumento de su demanda, el segundo?
Comprueben que en ningún momento he recurrido a argumentos políticos, morales, éticos, emotivos o de sentimiento. Con los motivos económicos ya se nos presenta un panorama suficientemente preocupante.
¿Por qué no se aborda el tema de la inmigración / refugiados utilizando más argumentos económicos? ¿Por hipocresía? 
Los jubilados conocen muy bien el “banco del “¡si no fuera porque…esto y lo otro!”. Los que estamos cerca de alguno de ellos no pasamos mucho tiempo sin oír sus lamentaciones,... A veces pueden parecer quejas neuróticas —no destinadas a encontrar soluciones, sino sólo a llamar la atención para mendigar afecto de los demás— lo cual no implica que sus problemas realmente existan. Con los refugiados pasa algo similar. Hay demasiados millones de personas en el mundo que pasan hambre, que sufren guerras en sus países gobernados por indeseables apoyados por grupos de poder, que intentan emigrar si se les presenta la más mínima ocasión. Más preguntas sin responder: ¿Quién les vende armas a esos que aterrorizan y masacran a sus conciudadanos desde el poder? ¿Quién las fabrica? ¿Qué opinan las personas y sus familiares que en nuestro país trabajan en empresas que fabrican y venden esas armas? ¿Que efecto tendría sobre el PIB español y los impuestos recaudados si se cerraran todas esas fábricas, astilleros, etc.?. 
Si analizáramos el problema desde un punto de vista económico seguramente llegaríamos a conclusiones muy peligrosas y tal vez no demasiado convenientes para nadie de los que hemos tenido la suerte de nacer o establecernos aquí.
Por cierto, ¿han percibido que las grandes empresas nunca se posicionan al respecto del tema que nos ocupa o, si lo hacen, lo hacen desde una posición totalmente colateral?. Estas son las que más podrían “ayudar” y están perdidas en el limbo, dedicadas a obras sociales domésticas, deportivas o artísticas.
A todas las personas de bien nos gustaría que en el mundo todo fuera paz y amor, pero la realidad es otra cosa, y si realmente queremos colaborar con algo más que con bonitas palabras, hay que meditar e intentar ser más pragmáticos.
©JuanJAS

domingo, 12 de marzo de 2017

No se lamente. Piense, decídase y "actúe"

Séneca apuntó hace ya más de dos mil años: "No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho.” Hoy en día, la mayoría de la gente seguimos perdiendo el tiempo, la mayor parte del día.
La mayoría de la gente en nuestra sociedad occidental están inmersos en la “carrera de la rata”, y no sólo no saben salir de la misma, sino que cada vez corren más rápido dando vueltas a la noria. Cada vez se cansan más intentando mantener el ritmo, a la vez que se lamentan de no tener tiempo para pararse a “pensar”, y buscar ideas que les ayuden a aminorar la velocidad de giro hasta conseguir salir del problema. Parece que tampoco suelen tener tiempo de buscar a alguien que haya conseguido desengancharse de la noria y les brinde ideas. 
Les aconsejo esto...
¡No gracias!, Estamos demasiado ocupados-
¡Que suerte has tenido de poder llevar la vida que llevas! dicen. Cuando un mayor da consejos a un joven atribulado, responden rápidamente: "Es que ahora no es como antes" dando a entender que los de antes lo tuvieron muy fácil, y que nunca se había visto antes una situación tan difícil como la actual. Para lanzar esta explicación no han consultado ni siquiera a Google, su oráculo moderno, depositario de todo saber y de la verdad más absoluta. 
Piden mucha ayuda y pocos consejos y si alguna vez lo piden o les llega gratis, no suelen seguirlos, porqué en realidad lo que quieren son soluciones mágicas que resuelvan su ingrata situación en poco tiempo y sin riesgos. Son hábiles encontrando excusas para no desatarse de la noria o para procrastinar.
Cuando uno no consigue salir del atolladero, la pregunta lógica que debería contestarse personalmente, y sin mentirse a si mismo, es ¿No consigues encarrilar satisfactoriamente tu vida porqué no tienes suficiente tiempo/dinero o porque no confías lo suficiente en tus ideas como para invertir en ellas?
Si realmente alguien quiere conseguir de verdad un objetivo, tarde o temprano encontrará la manera. Si no lo desea de verdad y no está dispuesto a pensar y actuar para encontrar una salida, escogerá la vía cómoda y encontrará la excusa para no hacer nada, que no sea lamentarse de su mal suerte -echando la culpa de todos tus males al gobierno, a los ricos, al capitalismo o a la SMI- y envidiar la suerte que han tenido los que no se mintieron a si mismos y se dedicaron en cuerpo y alma a luchar por sus objetivos. Antes de pedir ayuda, ayúdate a ti mismo y esfuérzate al máximo, porque nadie trabajará por ti si tu no lo haces primero.
Hace unos días leí esta carta en un consultorio que me hizo subir las pulsaciones:
“Soy un licenciado en matemáticas de 25 años con un máster en formación del profesorado (CAP) y que, como otros muchos, llevo un año trabajando y cobrando un sueldo de 450€ al mes. Compagino esa actividad con la investigación.
Recientemente, me han concedido una beca FPU para realizar mi tesis doctoral. Sin embargo, es incompatible con mi empleo actual; lo que me lleva a una difícil situación: elegir entre cobrar el doble sólo durante 3 años (4 como máximo) y no poder recuperar mi empleo actual, o quedarme con los 450€. 
Quizás desde su perspectiva, la decisión esté clara. No obstante, no sé muy bien cuál es la causa, pero siento algo parecido al síndrome de Estocolmo. Es evidente que, si un empleo se parte en dos, tenemos más gente trabajando. Lo que ocurre es que, si a una de esas dos personas le sale una posibilidad, a priori, de prosperar, el sentimiento de conformismo y de "seguridad" le lleva a quedarse con el puesto de trabajo precario y mal remunerado.
Con esto no digo que mi decisión sea renunciar a la beca (aún no sé qué hacer); simplemente, quiero denunciar que al sistema no le basta con ofrecernos empleos de tales características, si no que arrasa con cualquier síntoma de esperanza; haciendo que algo que es codiciado por muchos, pueda ser rechazado por miedo a volver a un estado inicial en el que no se tenga trabajo.
Probablemente, ya conocerá casos similares al que le detallo; pero le escribo porque veo en su figura un altavoz al que poder acercarse y desde el que se puede denunciar a los cuatro vientos situaciones reales, precarias”.

Lo de siempre: Denuncias de injusticias, quejas, lamentaciones, dudas,… y que alguien me diga que puedo hacer porqué yo estoy aturdido, paralizado y no me atrevo a tomar una decisión. ¡Que alguien asuma y me libere de "mi responsabilidad de decidir"!
Me preocupa que un hombre (si fuera una mujer daría lo mismo) con 25 años, “licenciado en matemáticas” tenga esa actitud ante la vida.

Supongo que su “aptitud” será buena si consiguió superar la alta nota de corte necesaria para entrar a cursar esa carrera y si la pudo completar con éxito. Otra cosa es la "actitud" y su capacidad de "decidir responsablemente". La manera de comportarse  y su capacidad de decisión no son asignaturas regladas que se enseñen en la universidad, pero son vitales para afrontar la vida. 
Lo primero que debería tener claro ese licenciado es si su vocación real es dedicarse a la docencia y la investigación trabajando institutos, universidades, centros de investigación o en servicios de estudios, o está ahí solo porque es lo primero que le salió al acabar los estudios para ganarse unos euros. Tal vez le guste la perspectiva pero lo que no le atrae es la remuneración. Es lo que hay, y por mucho que se queje en los foros, esa situación no va a cambiar de la noche a la mañana; por tanto, tendrá que buscar alternativas.
No se si es consciente de que la licenciatura en matemáticas -más aun si se ha complementado con ciencias económicas, telecomunicaciones o informática- es una de las titulaciones más demandadas hoy en día y además hay muy pocos licenciados en matemáticas para las demandas que hay en el mercado de personas con esos conocimientos.
De todos los que se graduaron en ciencias matemáticas en 2015 en el Reino Unido, el 50,6 % estaban empleados a tiempo completo en el Reino Unido y sólo el 7,5 % estaban desempleados.


Puede que se haya limitado a apuntarse en "la oficina de Desempleo" o ha consultado alguno de las típicas webs de búsqueda de empleo, pero...
¿Ha probado a buscar trabajo en entidades financieras y aseguradoras, como analista financiero, como broker en bancos de inversión, como analista cuantitativo, como controller financiero, como consultor y auditor de empresas, ….?
¿Sigo?
Como está tan de moda decir que las matemáticas son muy aburridas, tal vez los ciudadanos de a pie no se imaginan la cantidad de salidas que tienen las personas que han conseguido  esa titulación, pero hoy en día, se están contratando a matemáticos para trabajar en análisis de datos para medicina, para los servicios de estudios bancarios, los fondos de inversión, las casas de análisis financiero cuentan con, al menos, un matemático a fin de diseñar e implementar algoritmos para el seguimiento, la compra-venta de activos financieros y el asesoramiento inversor, etc. Incluso para ayudar a lucha contra el crimen.
¿Ha explorado esos ámbitos o tal vez se a limitado a “la enseñanza” del arte de matar dragones? 
Perdonen la broma, pero es que si esa persona hubiera dicho que era auxiliar administrativo o albañil, en la que la demanda es muy inferior a la oferta, lo hubiera entendido, pero ¡¡un matemático!!! ¡Por favor!
Siempre se cita a la milenaria sociedad china como fuente de grandes pensadores, y por su capacidad de sobrevivir y reinventarse. Ellos dicen: "Puede que, por las condiciones climatológicas, el mejor momento para plantar aquí este árbol fuera hace 20 años. El segundo mejor momento es ahora". 
¡Despierta chico! Antes de pedir ayuda a los demás, esfuérzate en ayudarte a ti mismo.
©JuanJAS


Por si acaso me lee este chico o algún otro que se encuentre en una situación similar, les sugiero que empiecen por leer estos dos documentos. Les llevará poco tiempo y les hará pensar. también espero que les motive a “actuar”, porqué de poco sirve saber y pensar, si no se toman decisiones —siempre se asume un riesgo— y se actúa.

lunes, 6 de marzo de 2017

Tenemos muchos “derechos” y poco dinero

Se dice jocosamente que España es el país más rico del mundo, porqué con lo que nos roban los políticos y lo poco que contribuyen las grandes empresas, siempre logramos sobrevivir. 
Un poco de humor siempre es bueno, pero también hay que hablar en serio. 
Es bueno recordar, porque a menudo se olvida, que el Estado no tiene una fábrica de maná, ni siquiera de Euros y que además de legislar, el Gobierno es el responsable de redistribuir lo que es capaz de recaudar vía impuestos. Los gastos más importantes del Estado son pagar los salarios del personal contratado por las administraciones públicas, pagar los intereses de la deuda, y los que constituyen la base del “estado del bienestar”: pensiones (cuyo coste es 100% responsabilidad de la Administración Central) y sanidad y educación (que en un 90% son abonadas por las Comunidades Autónomas). 
Llevamos 40 años en los que estos tres últimos gastos han mantenido una constante clara de ascenso. Este ascenso se interrumpió con la crisis iniciada en 2008 y, sobre todo, por el comienzo de los “recortes” -en mayo de 2010 cuando aún mandaba ZP- que llegaron ante la necesidad de reducir el déficit público (básicamente los ingresos se hundieron pero no los gastos lo que aumentó el desajuste, que fue cubierto por emisión de deuda motivando un mayor coste por el pago de intereses). Aunque pueda ser necesario, recortar siempre es polémico. Muchos creemos que se puede recortar eliminando el Senado, la duplicidad autonomías/diputaciones, consejos comarcales, reduciendo el número de políticos, televisiones públicas, publicidad institucional, eliminando la inmensa mayoría de cargos de designación digital y muchas subvenciones, persiguiendo la corrupción eficientemente, etc.; pero lo cierto es que nuestros gobernantes han elegido lo fácil y más dañino que es tocar las partidas de Sanidad y Educación. Aún así, con todo lo que han perjudicado a nuestro “estado del bienestar” sigue habiendo déficit en las arcas del Estado, sólo en deuda pública, de más de un billón de euros (un millón de millones de euros).
Aunque está claro que la educación y la sanidad públicas sean peores ahora que hace 10 años, no puedo asegurar que hay demasiados empleados públicos porque habría que auditar qué labor hace cada uno pero, parece que si. Además, como cada vez vivimos más y hubo un baby boom hace unas cuantas décadas, la partida de pensiones no dejará de crecer (así como el gasto sanitario asociado al envejecimiento poblacional). Sin entrar en el tema de las pensiones que cobran los que no han “contribuido” a que sean posibles, es evidente que alguien que lleva toda su vida laboral cotizando debe tener derecho a cobrar una pensión. La edad de jubilación ya se ha retrasado y aunque a algunos les gustaría que del tajo nos fuéramos directamente a la tumba, si se decidiera reformar el sistema, no debería ser retroactivo. El problema que debe resolverse es ¿cómo financiar todo lo necesario?
En la web de Absolutexe podemos encontrar un trabajo, actualizado con los últimos datos conocidos de la EPA de finales de 2016, donde se puede apreciar la estructura de la población española.

Los quesitos más claros son los que colaboran más con sus impuestos directos a financiar el estado del bienestar y los más oscuros los que menos colaboran o no colaboran en absoluto.
Es de toda lógica que la mayoría de los empleados públicos son necesarios, igual de cierto que algunos sólo cobran sus nóminas y a veces ni siquiera se dignan en asistir a su puesto de trabajo para calentar la silla. También es cierto que mucho empleo privado es subcontratado por la Administración, pero fíjense en lo que suponen los “quesitos” más oscuros: la población inactiva es el 51% del total de la población y el 60% si sumamos a los parados. Esto quiere decir que incluso si alcanzáramos un utópico pleno empleo, y teniendo en cuenta que todos somos receptores de los servicios públicos, el grueso del peso de financiarlos seguiría recayendo en un porcentaje minoritario de la población. 
Por supuesto siempre hay quien dice que todo se arregla con más impuestos aunque lo cierto es que llevamos 40 años aumentándolos, incluso creando muchos nuevos. Aún así, el Estado español (todos nosotros) nunca hemos debido tanto dinero como ahora. Las CCAA que no pueden pagar los gastos de los servicios que suministran a los ciudadanos porque el Gobierno no les transfiere los fondos suficientes, se estrujan la cabeza buscando formas imaginativas de exprimir todo el dinero que pueden a sus los contribuyentes. El Estado sale beneficiado de forma indirecta de ese acoso autonómico, porque es el que recauda la mayoría de los impuestos. El problema es que los impuestos directos se aplican sobre todo a la “población activa” que es la que tiene ingresos o a las empresas que se benefician de los gastos, mayoritariamente de esa misma población activa. Por lo tanto, si su tamaño se reduce, básicamente por un tema demográfico, “subir impuestos” no basta para devolver el billón de euros que debemos, ni para pagar los intereses de la deuda y seguiríamos sin poder financiar más gasto público.
Hay diferentes visiones políticas sobre todo esto, pero habría que hacerlo siempre sobre “datos reales” y no sobre “deseos particulares” porque la situación de las finanzas públicas españolas —cada uno conoce las suyas personales— cada vez es más grave, aunque parezca que estamos en un contexto de crecimiento económico nacional e internacional que, dado que las crisis son periódicas, tendrá una duración temporal. Incluso si no hay crisis en un futuro cercano, el aumento del pago de intereses de la deuda será un problema porqué los tipos de interés acabarán subiendo como ya lo están haciendo en USA. 
Con estas cifras —las mejores y más reales de las que se dispone– se ve claramente que los pilares de nuestro estado del bienestar (sanidad, educación, pensiones y empleados públicos) están en riesgo.
¿No deberíamos centrarnos en conseguir que sean sostenibles, empezando a gastar menos de lo que ingresamos para que podamos reducir la deuda o por lo menos no seguir incrementándola?
Pues no opinan eso nuestros políticos, ni muchos de los que les votan. Poco hacen para aumentar los ingresos y disminuir los gastos superfluos —que no son ni Sanidad, ni educación, ni pensiones, ni profesionales de las AAPP— y pocos se quejan de ello. Al contrario, piden y piden, y vuelven a pedir: ¿Qué hay de lo mío? Y los políticos se afanan a debatir sobre nuevos y enormes gastos.
Incluso se atreven a hablar de dar una paga a los casi 39 millones de españoles mayores de 16 años –una renta básica universal (RBU)- que parece pura ciencia ficción. Es comprensible querer mejorar pero antes de planear siquiera cómo aumentar nuestra cobertura social por encima de la que teníamos hace 10 años -cuando había menos pensionistas, más trabajadores y más actividad económica- debemos conseguir no perder la que tenemos, que es mucha. Tanta, que más del 90% de la población mundial sueña con tenerla y algunos hasta arriesgan su vida para venir a “malvivir” a nuestro país. Y está bien que todos queramos más, pero no debemos olvidar que el Estado no da nada, lo que hace es distribuirlo: lo que da a unos se lo quita a otros y no precisamente a los muy ricos o a las grandes corporaciones, sino a los trabajadores y pequeños ahorradores que hacen malabares para intentar sacar adelante a su familia.
Soñar es muy bonito, pero debemos ser realistas, no sea que nos pase como a “la Lechera” del cuento. Basta de demagogias y más estudios serios y debates de profesionales en prime time televisivo porque este tema es de vital importancia para todos. De nada sirven los tertulianos, que hablan de cualquier cosa sabiendo poco de casi todo, ni los videos virales o las páginas con miles de afiliados de paja que engrosan la burbuja del pensamiento, pero que no resuelven nada. La RBU parece que será cada vez más imprescindible, pero no basta con que los ciudadanos la reclamemos, sino que hay que pensar como hacerla realidad controlando los efectos secundarios y ponerse manos a la obra. Y eso, veo difícil que lo hagan los políticos porque significa admitir el fracaso de las políticas que han defendido y que nos han llevado a esta peligrosa situación, en que todos tenemos muchos derechos, pero no tenemos dinero para poderlos pagar y disfrutar.
©JuanJAS