domingo, 26 de febrero de 2017

Violencia de género

Desde pequeños hemos oído: “La violencia engendra más violencia” y en muchas familias se educó a los hijos en los valores del respeto y la paz. Sin embargo, basta ver cualquier noticiario para darse cuenta de que mucha gente no aprecia estos valores; ni siquiera en nuestro entorno más cercano. La agresividad y el uso de la violencia es un problema en nuestra sociedad. Se observa una dificultad creciente para contener las emociones de rabia y odio que aparecen súbitamente y que determinados individuos necesitan descargar agresivamente. Parece que les agrada buscar a otra persona más débil al que atormentar; y en la medida en que los agresores actúan, el otro se debilita más. Algunos empiezan acosando en la escuela y terminan maltradando en la madurez.
Tal vez sea la presión del contexto social en el que vivimos, la que hace que necesitemos consumir violencia como forma de metabolizar nuestra ansiedad y nos empuje a actuar violentamente con otros. ¿Somos violentos porqué nos vemos rodeados de violencia o los medios sólo reflejan nuestra actividad violenta? ¿Porqué las autoridades no encargan a los “profesionales” que investiguen como podemos abordar las causas de esa “violencia” manifestada con acosos, maltratos, humillaciones, discriminaciones, etc? ¿A quien le interesa quejarse/victimizarse, eludir el problema global, mientras todo se deja como está?
Hace algunos años que las informaciones en los medios sobre lo que llaman “violencia de género” tienen un papel destacado. Está claro que algunos hombres consideran a la mujer como una persona/objeto de su propiedad, y esto hace que se nieguen a asumir la pérdida de “poder legal” sobre ella que tenían hace solo 50 años y que paulatinamente han perdido. Algunos echan en falta el poder supremo sobre su pareja y unos pocos llevan a las últimas consecuencias la frase “serás mía o de nadie”. Esta pérdida de poder legal junto a la igualdad de acceso a la educación, la posibilidad de regular a voluntad el embarazo con el acceso a una gran variedad de métodos anticonceptivos que ha posibilitado el desembarco de la mujer en el mundo del trabajo y la competencia que esto supone para el hombre, la libertad de acceso a todos los lugares y la discriminación positiva de algunas leyes hacia la mujer, pueden ser causas del aumento de los casos de violencia doméstica en los últimos años.
Tengamos en cuenta que las mujeres llevan años peleándose contra los “estereotipos ideales” que nuestras sociedades nos han impuesto durante siglos. En pocos años estos ideales han dejado de serlo, muchas leyees que discriminaban por sexo se han abolido y muchos hombres no han sido capaces de asimilar el cambio, y mucho menos de adaptarse al mismo. Es urgente que los hombres reflexionen al respecto, porque puede ser cuestión de vida o muerte. 
Pensemos: ¿Qué valores se han asociado en nuestra sociedad a los hombres? Arrojo, éxito, trabajo, ser proveedores de la familia, autonomía, disfrutar la soledad (leer tranquilamente el periódico mientras fuman y toman una copa recostados en su butaca) ... 

¿Qué pasa cuando un hombre lleva años en paro o jubilado? ¿Qué pasa si no ha dedicado tiempo en su vida más que a trabajar fuera del hogar? ¿Qué pasa si su matrimonio también va a pique y la persona que ha resuelto siempre los problemas domésticos se va de casa? ¿Qué pasa si se deprime? Ya no es ni proveedor, ni tiene éxito, ni trabajo, ni arrojo... le queda la autonomía. 
¿Puede ese hombre —ya no tan “macho”— tirar para adelante, con la cabeza bien alta, sin derrumbarse, sin hablar con nadie, porque no ha aprendido a hacerlo en su vida, sin lazos sociales, como un John Wayne que se aleja solo hacia el horizonte? ¿A qué puede aferrarse un hombre así en nuestra sociedad actual? ¿Al suicidio? ¿A morir dañando o matando a la “culpable” de todo su mal?
Comprender esta situación no quiere decir justificar ni el suicidio ni la violencia de género, pero es bueno reflexionar sobre lo que puede pasar por la cabeza de ese tipo de hombres.
Las formas de atajar la violencia sobre las mujeres se han vuelto un tema de debate central y es uno de los pocos asuntos donde todos los partidos —tanto en el Estado como en las CCAA— se han puesto de acuerdo en los últimos años. En noviembre de 2016, el Congreso de los Diputados aprobó una proposición para alcanzar un “Pacto de Estado en materia de Violencia de Género”. Parece que esta ley española de VG recibirá pronto varios retoques. El más importante, por su alcance, será la ampliación de algunos de sus aspectos más allá de las relaciones sentimentales de pareja.
Otros aspectos en los que se está trabajando son:
Asistencia letrada: Mejora de la asistencia letrada para que esté garantizada para todas las mujeres que quieran denunciar.
Atenuantes: Se está barajando un cambio del Código Penal eliminando el atenuante de la confesión para este tipo de delitos y eliminar la posibilidad de acogerse al derecho de no declarar ante un cónyuge con el que tendrá que volver a casa tras el juicio.
Recogida de datos: Dedicar más recursos a recogida de datos, estudios y encuestas que ayuden a estudiar la percepción social de la violencia de género.
Sensibilización: Se buscarán nuevas vías de detección temprana de la violencia de género.
Está claro que la sociedad tiene que mostrar a las mujeres en toda su dignidad, respetarlas y protegerlas de los maltratadores. Eso no tiene que hacernos olvidar que de la misma forma hay que respetar y proteger a los hombres de cualquier maltrato que reciban del sexo opuesto. Porque todos sabemos que hay maltratadores, violadores, asesinos, etc. de todos los sexos, razas y religiones, ¿verdad?. Por ello la Constitución española de 1978, dentro de su Título I referido a los derechos y deberes fundamentales, en el Capítulo segundo (Derechos y libertades), Artículo 14, dice: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.” 
También debemos recordar que el artículo 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos se dice: “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación”.
Con la nueva Ley de Violencia de Género que se está preparando en el Congreso y que parece establecer una “discriminación positiva hacia las mujeres, ¿se estará desobedeciendo la Constitución española de 1978 y el Artículo 7 de la Declaración Universal de Derechos Humanos?
¿Porqué se empeñan los medios de comunicación y los políticos en formar un estado de opinión políticamente correcta en que las mujeres son las únicas que sufren agresiones?
Cuando se habla de “violencia de género” ¿Porqué se asimila únicamente a maltratos de varones sobre hembras? ¿Acaso no hay varones que sufren agresiones de mujeres —aunque puedan ser menos en número— o mujeres que las sufran de otras mujeres ahora que las parejas del mismo sexo son perfectamente legales en nuestra sociedad? 
¿Existe algún estudio oficial sobre los hombres que han muerto desde el año 2004 en el ámbito familiar y las causas del deceso?. ¿Es verdad que desde el año 2009 no constan hombres muertos en España, por violencia de género, porqué no hay estadísticas sobre ello?. ¿Porqué el Gobierno español esconde esas estadísticas a la opinión pública? 
¿Porqué hay tan pocas noticias en prime time en las televisiones sobre hombres maltratados por mujeres?. ¿Es que el “honor de los machistas” no permite divulgar una sola noticia de este tipo? Este hábito machista, muy extendido en nuestra sociedad, hace creer a toda la población que no existen tales agresiones o maltratos, mayoritariamente psicológicos pero también físicos, de mujeres hacia hombres.
Los medios oficiales, raramente transmiten, los casos de víctimas masculinas de la violencia doméstica ni los problemas reproductivos y de los padres masculinos, ni los aspectos no tan privilegiados de la hombría tradicional, tal como las muertes en la guerra y los trabajos peligrosos (más del 90% de las muertes en el lugar de trabajo son hombres).
Los activistas por los derechos de los hombres, o "MRA" [Mens Rights adocate), han sido durante mucho tiempo, para la comunidad progresista, el chivo expiatorio preferido y han sido denigrados, deplorados y ridiculizados como llorones que se quejan por la pérdida de sus antiguos privilegios.
El feminismo no sólo ha ignorado las desventajas masculinas, sino que se ha opuesto abiertamente a los intentos de rectificar prejuicios en áreas como la custodia de menores y la violencia doméstica. Tenemos una muestra de trato despreciatorio hacia los hombres en este post del blog feminista Jezebel, que trata la violencia de las mujeres hacia los hombres con humor y desprecio. Ayudaría mucho a la buena relación entre sexos que las feministas no tuvieran patente de corso para usar un lenguaje igualmente degradante y odioso hacia los hombres que el que usan los misóginos contra las mujeres. 
No es ninguna conquista para la igualdad de la mujer que ellas puedan —como lo hicieron muchos hombres en el pasado, muy mal hecho— insultar, agredir, emborracharse, cometer infidelidades, vaguear en casa, hablar groseramente, etc. Lo que es una verdadera conquista para la mujer —también para los hombres— es que todos tengamos la misma libertad para expresarnos respetuosamente, para desempeñar nuestras habilidades personales, para tomar nuestras decisiones privadas, para poder ganarnos la vida y disfrutar de lo que hayamos conseguido con nuestro esfuerzo personal sin precisar el permiso de nadie (por ejemplo el padre o el marido), para no tener que ejercer de “mantenida” por imperativo legal, etc. 
Si los legisladores se exceden en su discriminación positiva hacia los derechos de las mujeres y se obvian los derechos de los hombres, ¿se incrementará el miedo de los hombres por la posibilidad que tendrán sus parejas de poner una denuncia de violencia de género siendo falsa?. 
Parece que algunos pretenden que si los agentes ven (apreciación subjetiva) en esa denuncia peligro para la supuesta víctima, el hombre inocente conocerá lo que es estar encerrado detrás de una puerta metálica en un habitáculo sin ventana ni baño ni reloj, perdiendo la noción del tiempo, y tal vez padeciendo maltrato psicológico o corporal. Si finalmente, cuando salga el juicio, un juez decreta no probado ningún delito ni ninguna violencia, y el acusado queda libre, ¿Podrá restablecerse su imagen pública? ¿Cómo? ¿Tendrá derecho a alguna ayuda psicológica para olvidar ese amargo episodio de su vida? ¿Qué pena-castigo prevé la ley para la que haya hecho una falsa acusación? Denunciar es tan fácil llamando confidencialmente al 016.
Parece que cuando entre en vigor la Ley de VG que se está redactando, cualquier denuncia que una mujer ponga a cualquier varón tendrá presunción de veracidad y será el varón quien tenga la carga de la prueba, suponiendo que se le admita. ¿Es esto correcto? ¿Qué implicaciones sociales tendrá este tema?
La discriminación positiva, ¿realmente ayuda a las víctimas? En caso afirmativo, ¿vulnera la “Ley de VG” el principio de igualdad y la presunción de inocencia de los hombres por el mero hecho de serlo?. ¿Es justificable dicha vulneración? 
Cuando hablamos de algún tema polémico, que ocupa titulares en los medios, miramos a nuestro alrededor y suele suceder que no vemos por ningún lado lo que se denuncia como mal globalmente extendido en nuestra sociedad. Se suele decir: “Todas las mujeres son malas menos mi mujer, mi madre y mis hermanas”. 
Seamos conscientes de que una mentira repetida todos los días, por miles de voceros, finalmente llega a parecer cierta… aunque realmente continúe siendo mentira. Algunos piensan que la publicidad potenciada de la “violencia de género” pretende consagrar la discriminación legal del hombre y crear un entorno en el que se implante toda una infraestructura de intereses personales y económicos que pretenden vivir estupendamente de esta gran farsa. En lugar de solucionar problemas se crean y se incentiva una guerra que lo único que puede conseguir es que esto acabe muy mal, porque nunca he visto apagar un incendio echando gasolina al fuego.
Podría llegarse al esperpento de que en cualquier relación de un hombre con una mujer, aquel tendrá que estar asegurándose continuamente la coartada adecuada —para demostrar lo que ha sucedido en todo momento— por si alguna vez se da el caso de que a su pareja sentimental se le ocurre denunciarle falsamente y así poder demostrar que el hecho que se le imputa no sucedió. Recordemos que las violaciones, acosos y maltratos varios a las mujeres existen. Asumamos que las mentiras y las falsas acusaciones también. 
Aquí se abre un dilema moral: Para salvar a una posible víctima ¿Preferimos que se condene a un inocente, o que se corra el peligro de que un posible maltratador quede libre si no se consiguen aportar pruebas suficientes para probar su culpabilidad?
A algunos les parecerá que esto es rizar el rizo, pero es algo similar a algunas situaciones desagradables que han sufrido algunos profesores por denuncias falsas de algún alumn@ que ha llamado gratuita y anónimamente al 900018018 o al 018. Como medida preventiva, para evitar denuncias falsas, procuran no reunirse nunca en solitario (siempre debe haber al menos tres personas en la sala) con un alumno. ¿Se imaginan el tema trasladado a las relaciones sentimentales o de pareja…? 
Hay quienes se preguntan si se pretende acabar con la familia y la confianza vital entre ambos cónyuges para llevarla adelante, y ven un futuro lleno de solteron@s, separad@s, divorciad@s, amargad@s con mascotas como compañer@s, con ansiedad, depresión, rechazo al compromiso y trastornos psiquiátricos de todo tipo.
¿Es esta la sociedad en la que queremos vivir?
Por culpa de unos pocos descerebrados y algunas descerebradas (que también las hay) no podemos criminalizar a la mitad de la población y crear desconfianza hacia la otra mitad. 
©JuanJAS

miércoles, 22 de febrero de 2017

Todos mienten como bellacos

Hasta ayer pensábamos que no había habido “contactos entre el Gobierno de España y el Gobierno de la Generalitat de Catalunya”. Así nos lo aseguraban los máximos representantes de ambos gobiernos y sus portavoces. Hace tres días el Sr Millo dio la campanada: “Hay contactos a todos los niveles entre Gobierno y Generalitat”. 
Transcurrieron las fases típicas de negación airada, duda, matización, versionado e incredulidad de la gente al conocer la prueba publicada por la Vanguardia y no desmentida oficialmente. 
Tanto desde la Generalitat como desde el Gobierno de España, parece que nos mintieron. Y nos mintieron porqué habían acordado entre los dos no decirnos la verdad. Como suele pasar siempre el cuco cantó y dispersó el secreto a los cuatro vientos.
Dicen que cerrando los ojos y demás sentidos se es más feliz que conociendo la verdad, pero a mi me cuesta aceptarlo. No me gustan las mentiras y menos en temas importantes que me afectan. No me han gustado nunca. Me gusta la transparencia porque así se fomenta la confianza y sin confianza, crecen las dudas y con desconfianza, ninguna empresa puede llegar a buen fin.
Hace más de un año escuché unas declaraciones del President Mas en las que afirmaba que había que llevar los asuntos del Procès con “astucia” y eso me hace pensar en Maquiavelo. Este razonaba en su afamado libro “El Príncipe” que conseguir el éxito (Estado propio) es muy importante para quien gobierna la nación. Por ello debe esforzarse por garantizar la propia gloria y el éxito del proyecto. Para conseguirlo, no puede estar limitado por la moralidad, por lo que es una tentación actuar pensando que “el fin justifica los medios”.
No se si Maquiavelo escribió el libro —que obsequió al déspota Lorenzo el Magnífico— para cederle todo lo que había aprendido en sus años como diplomático. Tal vez lo escribió para avisar a sus compatriotas republicanos de Florencia de lo urgente que era evitar, a toda costa, ser gobernado por un “príncipe” que siguiera los consejos de su libro. 
Maquiavelo sostenía que todos debemos entender que un “príncipe” no puede observar todo aquello que se considera bueno en los hombres. Tal vez por ello no deberíamos rasgarnos las vestiduras si nos piden que firmemos un “contrato-petición” poco transparente o incluso si nos han mentido descaradamente. Ellos no se inmutan ni se sonrojan; y nosotros, el pueblo, tampoco deberíamos hacerlo.
No se si uno de los “príncipes” de nuestro suceso es astuto como un zorro plateado y el otro como uno de peluche, ni me importa. Para mi lo importante es ser práctico y preguntar a quien pueda responder:
¿Ha dado el Gobierno español alguna respuesta a alguna de las 23 demandas que en el año 2014 planteó el President Mas al Presidente Mariano Rajoy?. En casi tres años, ¿han programado alguna partida presupuestaria y han empezado la ejecución de lo pedido dentro de la legalidad vigente?
¿Ha respondido el gobierno del presidente Mariano Rajoy a alguna de las 46 peticiones que le hizo hace casi un año el President Puigdemont?
Eso es lo importante y otra cosa son “fer volar coloms” (hablar de proyectos inviables o de sueños o pretensiones futuras que nunca se realizarán). Hay que tener cuidado con tragarse los fuegos de artificio que trufan continuamente los medios informáticos y las redes sociales porque últimamente los “coloms” (palomos) se alimentan con pienso anticonceptivo —al menos en Barcelona— y corremos el riesgo de quedarnos sin descendencia.
©JuanJAS

¿Debemos acoger más refugiados o no?

El domingo pasado el colectivo “Casa nostra, casa vostra” organizó una manifestación en Barcelona bajo el lema “Prou excuses. Acollim ara!” (Basta de excusas, acojamos ahora).
“Casa nostra, casa vostra” (nuestra casa, vuestra casa) es una campaña que nace de un gran grupo de personas independientes que trabajan en el mundo de la comunicación y que, el pasado 9 de mayo de 2016, curiosamente el día de Europa, coincidieron en los campos de refugiados de la frontera de Grecia con Macedonia haciendo proyectos profesionales o de voluntariado.
A la vuelta, vieron claro que tenían que denunciar lo que habían visto y que tenían que hacer algo para cambiar la situación de las personas refugiadas y migrantes. Poco a poco, fueron sumando complicidades de muchas personas que querían dar respuesta a la llamada "crisis migratoria" que vive el Mediterráneo.
Cuando notaron que el proyecto estaba creciendo, se dieron cuenta enseguida que la tenían que compartir y que tenían que abrir el proyecto para que la sociedad civil y las entidades pudieran participar en el mismo.
Ahora, “Casa nostra, casa vostra” son un grupo de personas independientes y un conjunto de entidades del país. Son cultura y son sociedad civil. Son arquitectos, periodistas, obreros, abogados, autónomos, personas en paro, intelectuales y estudiantes. Y comparten una profunda preocupación por la situación que viven miles de personas migrantes y desplazadas a la fuerza, dentro y fuera de la Unión Europea.
Quieren acoger a personas que huyen de las guerras, del hambre, de la persecución política, por motivos de orientación sexual o por sus creencias. Pero también quieren acoger aquellas personas que ya están aquí y siguen teniendo dificultades para desarrollar una vida digna. A todas estas personas les quieren decir: “nuestra casa es vuestra casa”. 
Que nadie tome estas declaraciones en sentido literal, porque de ser así, todos los refugiados que la UE ha asignado a España par que las acoja en sus territorios durante el 2017 (16400) estarían ya acogidos y sobrarían el triple de plazas para acoger más inmigrantes. Y eso sólo en Catalunya, donde no se si la gente es más solidaria pero si es donde se montan más manifestaciones para sensibilizar sobre este problema. Lo que realmente quieren muchos de los que trabajan en temas relacionados directa o indirectamente con la inmigración y los refugiados —subvencionados con parte de los impuestos que pagan los contribuyentes españoles— es que las instituciones catalanas y del Estado dediquen inmediatamente más medios materiales y profesionales. Como los ingresos fiscales no aumentan, ello representa desviar hacia esta causa medios que se dedican a otros menesteres. 

En su web anuncian que ya son 73591 las personas que han firmado el manifiesto y piden que una parte mayor de los impuestos que se recaudan en el Estado se transfieran a sus organizaciones (.org) para que puedan atender por su cuenta y con poca coordinación a nivel global (ni estatal ni mundial) a estas personas migrantes-refugiados y a salvaguardar sus “derechos”, para que ningún ciudadano insolidario se los quite.
El recorrido de la manifestación quiso simbolizar que la ciudadanía salía del centro de la ciudad y acababa llevando su clamor hasta el Mediterráneo, el mar donde el año pasado murieron 5.000 personas, que no pudieron ser salvadas por los fuerzas de salvamente que sufraga el estado directa o indirectamente.
Había siete bloques encabezados por grandes pancartas.
La pancarta del primer bloque decía: “Prou excuses. Acollim ara!” (Basta de excusas. ¡Acojamos ahora!) y la llevaron un grupo de personas refugiadas y migrantes.
La pancarta del segundo bloque pedía: “No més morts. Obrim fronteres!” (no más muertos. Abramos las fronteras) y la sostenían representantes de organizaciones sociales que trabajan en temas relacionados con la migración y los refugiados.
En la pancarta del tercer bloque proclamaba: “Catalunya, terra d’acollida” (Catalunya, tierra de acogida). 
En el cuarto bloque se manifestaban un grupo de personas migradas.
En el quinto bloque los jóvenes. 
En el sexto la Xarxa Educativa (Red educativa), que en los últimos meses ha difundido en las escuelas el clamor por la acogida de refugiados movilizando a la comunidad educativa e intentando movilizar a las familias. 
En el último bloque se colocaron el resto de los ciudadanos que quisieron sumarse a la manifestación profusamente difundida por algunos medios y los canales de televisión locales y autonómicos. El fin de semana anterior ya se había celebrado el gran concierto pels Refugiats en el Palau San Jordi retransmitido por TV3.
La marcha bajó por la Vía Laietana, continuó por la calle doctor Aiguader y llegó al parque de la Barceloneta. Allí, había una escenografía realizada por la Fura dels Baus, mientras en el puerto estaba atracado el velero Astral, de Proactiva Open Arms. El grupo Barcelona Gipsy Balkan Orchestra puso la música y se habilitó un escenario donde se realizaron los parlamentos. Además de la intervención de los coordinadores de la campaña “Casa nostra, casa vostra”, hablaron dos personas refugiadas: Dara Ljubojevic, que llegó a Catalunya durante la guerra de los Balcanes, y Meera M. Zaroor, procedente de Siria hace tres años. La marcha estuvo dinamizada por diversas colles castelleres, el grupo de percusión Blocquilombo de Girona, los tabales del club Esplai Bellvitge de Fundesplai, una colla de diables La Malèfica del Coll y la Batukada de Batucargol Gràcia. Toda una manifestación festiva a la que acudieron según la organización 150000 personas que pidieron al Parlament de Catalunya que instara al Govern de Catalunya a que por unanimidad “realizara las acciones necesarias” para acoger un mínimo de 4.500 personas refugiadas ya que el Gobierno de España se comprometió a acoger 10.772 en un plazo de dos años, y “por ahora la tasa de cumplimiento apenas llega al 10%”.
La manifestación también reclamó “herramientas efectivas para mejorar” la acogida de las personas refugiadas una vez establecidas en Catalunya con “medidas concretas en sanidad, educación y vivienda” especiales para ellos.
¡Ya está!. La “mani” fue todo un éxito. Multitudinaria y super-transversal.
Ahora toca trabajar, concretar, buscar y encontrar a alguien que ponga los recursos necesarios y los mantenga el tiempo necesario preservando a la vez la paz social, porque no olvidemos que por mucho que se venda la imagen de que todos somos muy acogedores y progres —el que diga lo contrario es tildado directamente de xenófobo, racista y otras palabras aún más gruesas—, a la hora de la verdad, todos nos preocupamos “primero por los de casa”, aunque también digamos —es lo políticamente correcto— que hay que atender a los demás, pero con el dinero que paguen otros si puede ser.
¡Cuánto se echa en falta, en estas ocasiones una verdadera democracia participativa!
¡Que bien iría, para este tema y para otros muchos, que se preguntara a “todos los ciudadanos” al estilo suizo, ¿qué es lo que realmente opina? ¡Mójese! ¿Qué quiere que se haga en su país, con sus recursos y con su dinero?. ¿De donde quiere que se quite la partida que se va a destinar a este tema?
Si sólo “enfocamos el objetivo” en un colectivo concreto o en un asunto concreto, siempre obtendremos una información incompleta y sesgada. Y entonces, ¿saben cual será el principal perjudicado de cualquier decisión que se tome?. Los que necesitan la ayuda real.
Ya sabemos que España ha sido y es un país de emigrantes y Catalunya una tierra que, a lo largo de su historia y por diversas razones, ha acogido muchos inmigrantes. Tantos a acogido que se dice que actualmente menos del 30% de residentes tienen abuelos nacidos en Catalunya. Pero ¿porqué nadie —político, dirigente, líderes de sociedad civil— responde a los interrogantes que les preocupa realmente a los españoles y catalanes de hoy en día?. 
Es un hecho que este problema migratorio actual tiene aspectos muy diferentes si e los compara con los grandes movimentos migratorios del pasado. En poco se parecen los emigrantes de hace 70 años con los actuales y poco se parece la situación en términos de bienestar de las sociedades en las que esos refugiados quieren emigrar. 
Busquen y miren como iban vestidos los refugiados de nuestra guerra civil que intentaban llegar a Francia o Méjico y como van vestidos los refugiados sirios actuales.
Miren con que medios llegaban los emigrantes del sur de España a Catalunya en los años 60. Con pocas ropas y con menos dinero. Investiguen que medios se les facilitaban para que pudieran subsistir los primeros meses en la tierra de acogida: Ni sanidad, ni techo, ni trabajo seguro, ni abogados, ni psicólogos, ni por supuesto ninguna ayuda monetaria. Porqué tanta gente se niega a recordar que en nuestra Guerra Civil las personas morían igual de cruentamente que en cualquier otra guerra actual y recién acabada la guerra pasaban al menos tanta hambre como en las actuales.
Algunos dirán: son otros tiempos y no estamos tan mal como antes. Es verdad, aunque al mismo tiempo en todos los medios nos quejamos a diario porque muchos niños no tienen que comer en su casa, no pueden calentarse porque son pobres energéticos y no pueden pagar la electricidad o el gas, con sus padres sin empleo, en riesgo de pobreza extrema, etc. En cada caso sólo focalizamos en una “necesidad” y pocas veces analizamos el cuadro completo.
¿Sabemos cuantos subsaharianos entran cada día por las vallas de Ceuta o Melilla? 
En el último asalto a la valla de Ceuta entraron 500 subsaharianos y resultaron heridos 25 inmigrantes y 11 guardiaciviles. En 2015 entraron de forma irregular 11624. En 2016 entraron 5445 y 70 personas murieron ahogadas. Hay que contar estos entre los refugiados-inmigrantes acogidos o estos se cuentan aparte?
¿Qué capacidad tenemos de acoger a la gente que intentan saltar la valla, llegan en patera a las plazas andaluzas o son rescatados en tránsito marítimo?.
¿Sabemos cuantas personas se rescatan y acogen en España cuando intentan cruzar el Mediterráneo? 
¿Sabemos cuantas personas entran por los aeropuertos o por las fronteras con visados vacacionales y cuando expiran se quedan en nuestro territorio?
¿Sabemos cuantos emigrantes asiáticos están “camuflados” en nuestro país disfrutando del estado del bienestar y sin aportar o aportando poco a la Seguridad Social?
¿Porqué nadie habla de la hambruna en Sudán del Sur donde están afectados más de 4 millones de niños?
¿Construiremos edificios autoabastecidos de doscientas plantas para poder acogerlos? ¿Con que capital? ¿Acogeremos a uno cada uno en nuestra casa (varios millones)?
Se habla de que unos países o regiones son más solidarias que otras, pero ¿realmente es así?. Por ejemplo, Alemania es el país que más refugiados a acogido y el que primero abrió sus fronteras; pero ¿las abrió para todos, por orden de llegada? ¿Qué “tipo” de inmigrantes refugiados ha acogido Alemania? ¿Todos los que han querido o solo los que tenían medios para pagarse una estancia y cualificación académica y laboral suficiente para cubrir un puesto de trabajo disponible? ¿Lo saben con seguridad?
Además de gritar: ”¡Esto inhumano, hay que hacer algo!”, hay que investigar, obtener respuestas serias y convincentes y contarlo a la ciudadanía para que decida y actúe con conocimiento de causa. 
No sirve de nada pedir que se atienda a los necesitados del mundo si no se tiene un plan global y eficiente para hacerlo. ¡Hay que hacer algo! grita la gente sensible. Pero ¿el que?, porque hacer, ya hay muchas personas e instituciones que hacen mucho. Aunque no lo parezca se gasta mucho dinero y mucha energía humana, aunque tengamos la sensación de que no se resuelve nada, que siempre estamos igual o peor que antes.
¿Es lógico que por un lado denunciemos que en nuestro país hay demasiadas personas al borde de la pobreza y por el otro que queramos fronteras abiertas para que todo el que crea que lo necesite venga a disfrutar de nuestro, cada vez más escuálido, "estado del bienestar"?. 
Además, estos recién llegados contarán con un “Programa estatal” que dura de 18 a 24 meses con la colaboración de 4 entidades (Cruz Roja, etc.). Se les da vivienda, comida, se les busca trabajo (boca oreja). Este periodo se pretende complementar con un “Programa catalán de refugi” que les facilita el poder acceder a los servicios sociales hasta tres años más después de haber agotado la prestación estatal.
Y estos refugiados-emigrantes que quieren ser acogidos en nuestro país, ¿dónde piden que se les instale? ¿Quieren instalarse en la capital (Barcelona) y capitales principales o se acomodan a establecerse en cualquier pueblo del territorio (45 municipios se han ofrecido), en el que faltan niños y gente joven y donde sería más fácil compartir los recursos que precisan y demandan (principalmente sanidad y escuelas)?
Parece que en Barcelona ciudad hay más de 3000 personas sin techo, algunos están atendidos puntualmente en albergues y otros, por múltiples circunstancias, están en la calle porque parece que no admiten la ayuda que se les brinda. Aún así, todos vemos personas pidiendo limosna en la calle, escarbando containers de basura o depósitos de ropa para reciclar. Conocemos a personas que no pueden pagar el alquiler o la hipoteca y se les desahucia, pobres energéticos, pobres alimentarios… Pobres, pobres, pobres. Pobres severos y otros que temen serlo en el futuro próximo. Con este panorama, ¿Cómo se resuelve el miedo de los residentes, que viven en condiciones de exclusión social o próximos a ella? ¿Cómo se cambia el criterio de las personas que ven a las personas acogidas como competidores en la búsqueda de trabajo, en el acceso a los recursos sanitarios y educativos, y la sensación de que puedan esconderse entre los recién llegados, posibles terroristas?
El tema es complejísimo y no basta con expresar la solidaridad verbal. Cada uno debería empezar por colaborar personalmente con “sus medios privados” por resolver los problemas que observa a su alrededor. Después sería el momento de ampliar el circulo de competencia con los medios que sobraran, porque acoger en nuestro territorio a toda la humanidad que vive peor que nosotros es una utopía. Sólo pedir que “otros” pongan más medios (privados o públicos) para resolver los problemas del mundo sirve para poco y además enfada a muchos contribuyentes que pagan sus impuestos, cuidan su entorno, mientras ven como muchos estafan y roban a tutti plen mientras viven a cuerpo de rey y no devuelven nunca lo robado. Y encima les mienten, les dicen que "la justicia es igual para todos" y que lo de "Hacienda somos todos" no hay que tomárselo al pie de la letra, mientras les piden que colaboren más y más con las mil y una causas benéficas, para que se pueda investigar y avanzar en la búsqueda de soluciones a enfermedades, etc.
Todos los consumidores pagamos impuestos indirectos, algunos además pagan impuestos pagan de forma directa. Bastantes menos ayudan de forma directa a quien tiene necesidad en su entorno o colabora con alguna ONG o www.xxxxxx.org. También hay quien habla y pide con vehemencia a los demás que sean solidarios y colaboren, mientras ellos mismos no dan ni hacen nada porque se excusan con que no tienen nada que dar. Todos sabemos que esto es una burda excusa porque en la mayoría de los casos es mentira. Todos tenemos algo con lo que colaborar aunque no sea dinero. El comportamiento de este último tipo de personas son los que ofenden a los anteriores que colaboran poco o mucho pero sin alardear de ello. Hagan una relación de todas las personas y organizaciones que les “piden su aportación” desde que salen de su casa a lo largo del año. Y a algunos todavía les parece poco. Nunca es suficiente. ¿No será que está mal enfocado todo este tema de la solidaridad-acogida-guerras?
Un tema para reflexionar.
No dejen de hacerlo y compartir sus conclusiones razonadas y factibles, sin confundirlas con los deseos que todos tenemos de vivir en un mundo mejor y más justo. 
©JuanJAS

sábado, 18 de febrero de 2017

La Infanta Cristina en el caso Nóos: una mujer de siglos pasados


De la sentencia legal del caso Nóos ya han hablado los periódicos y los expertos. Cada uno de nosotros puede haberse formado su opinión, haber hecho su juicio moral y haber emitido su sentencia, que por supuesto ninguno de los implicados cumplirá. Como mucho afectará, de alguna manera y en alguna medida, a la valoración que cada uno de nosotros haga de la institución monárquica. 
Ha habido titulares como “La Infanta Cristina, obligada a renunciar a sus derechos al trono” publicitando la ejemplar actuación del Rey. ¡Faltaría más! 
En estos tiempos parece que “hacer lo correcto” merece ser destacado como inusual. Renunciar a sus derechos a la sucesión y a todas las prebendas por pertenecer a la familia real, debería haber salido de la misma Infanta. Si no lo hizo, como fue el caso, es que no tiene los mimbres ni los méritos para pertenecer a la institución monárquica que presume de respetabilidad. 
Indirectamente relacionado con el caso Nóos, lo que me ha dejado sorprendido y preocupado es no haber oído, ni en los medios —solo algunos comentaristas y tímidamente—, ni en la calle, ni en Internet, masivas declaraciones de mujeres —ni siquiera del colectivo feminista— protestando y afeando la falta total de respeto hacia las mujeres cultas, emancipadas, dueñas y responsables de si mismas, de su vida y de sus actos, que han tenido, por su comportamiento, la Sra. Cristina de Borbón y la Sra. Ana Mª Tejeiro. Estas mujeres y otras aparentemente modernas, cultas e instruidas, que ocupan o han ocupado cargos relevantes en la sociedad y que de pronto declaran que actúan como mujeres del siglo XIX; como si en el siglo XXI la responsabilidad y el honor estuviera reñido con el amor a sus maridos. Si pensamos eso, mal vamos como sociedad. Si vemos normal que las personas no nos hagamos responsables de nuestros actos, por acción u omisión, nos espera un futuro complicado.
Si hay verdadero amor y buena fe entre los miembros de una pareja, ninguno de los dos hará nada que pueda perjudicar al otro, y si lo ha hecho por la causa que sea y hay verdadero amor y respeto entre los dos, avisará de la irregularidad a su pareja. Así, los dos de común acuerdo decidirán lo que deben hacer conjuntamente. Si tienen una buena catadura moral y ejemplaridad, acatarán las consecuencias de sus actos y si no, intentarán que no los pillen. Y si los pillan, solidaria y responsablemente asumirán juntos las consecuencias. 
Todos sabemos o pensamos que hay delincuentes en la calle y por desgracia inocentes entre rejas. Se supone que las sentencias que dictan los jueces en los juicios legales se deben a hechos probados durante la vista y eso depende de la habilidad de la defensa, de la pericia del fiscal y de a quien llaman a declarar e interrogan y a quien no. En este caso parece que no se llamó a declarar ni al Sr. Carlos García Revenga —secretario, amigo y tonto útil de la Infanta— ni al padre, el Rey emérito, ni a los asesores de la Infanta, ni…). ¡Mediten sobre el porqué de estos hechos!
La ”verdad” está relacionada con el hecho de percibir la realidad. Todos percibimos la “realidad” desde nuestra conciencia y no conocemos las cosas ni los hechos tal y como son realmente, sino las representaciones mentales que cada uno nos hacemos sobre las cosas, con las que pensamos, trabajamos, opinamos, etc. Por ello, nuestra verdad es completamente subjetiva, ya que cada uno de nosotros percibimos la realidad limitados por nuestros propios sentidos. Puede que haya una verdad absoluta, pero como no la conocemos personalmente, no podemos estar seguros de que aquello que percibimos sea absolutamente cierto. Por ello no intentaré conocer cual es la verdad real en el caso Nóos. 
Lo que me sorprende es que haya tan pocas personas, mujeres principalmente, que no hayan hecho pública su repulsa por el comportamiento libre que han exhibido estas mujeres del siglo XXI comportándose como, por desgracia debían hacerlo obligatoriamente, las que vivieron siglos atrás. 
¿Es que las mujeres no se sienten atacadas en su dignidad, al menos tanto como cuando se cometen con ellas algunos comportamientos discriminatorios, vejatorios, machistas, etc.?
¿Porqué en este caso no lo publican los periódicos en titulares ni lo difunden las televisiones, como si lo hacen puntualmente cuando ha habido algún puntual maltrato de género? ¿Tal vez consideran que no ataca a la respetabilidad y capacidad de la mujer y no insulta la igualdad de género? 
¿Ustedes que piensan?
¿Cuál es su verdad? 
©JuanJAS

viernes, 17 de febrero de 2017

UBER: ¿un dilema moral?

Todo el mundo habla de UBER. Los “modernos-conectados” usan UBER porque piensan que los viajes cotidianos con UBER son siempre más “inteligentes” que tomar un taxi.
¿Cuales son las ventajas de registrarse en UBER como viajero o como conductor?

Para el viajero
Dice UBER que usar sus servicios es la manera más fácil a de ir a donde sea: Basta con tocar un botón en tu móvil y un auto llega directo a ti. Te subes y tu conductor sabe exactamente a dónde ir. Y cuando llegues a tu destino, solo bájate del auto. El pago es totalmente sencillo.
No hace falta reservar el taxi para viajes diarios al trabajo, un vuelo temprano en la mañana, para ir de copas hasta tarde, siempre hay alguien dispuesto a llevarte.
Hay viajes económicos y opciones de lujo: Los autos económicos a precios de diario siempre están disponibles y para ocasiones especiales o cuando necesitas espacio adicional, puedes pedir un auto negro o un SUV.
La ventaja fundamental es que se suele obtener el trayecto a un precio bastante menor que tomando un taxi y sin tener que esperar que pase uno en la calle.

Para el conductor
El conductor fija su propio horario. Puede conducir con UBER cuando quiera, de día o de noche, los 365 días del año, sin que nunca interfiera con las cosas importantes en su vida.
La “app” guía el camino. al conductor que recibe indicaciones calle por calle, tiene acceso a herramientas para ayudarle a ganar más y está siempre disponible:  24 horas del día, los 7 días de la semana. Hasta te ayudan a conseguir un Smartphone si no tienen ya uno.

Parece un trabajo ideal mientras se está desempleado o los que trabajan sólo cuando necesitan dinero para algo. 
Las tarifas de los viajes comienzan con un monto base, que luego aumenta según el tiempo y la distancia. Cuando la demanda es superior a lo normal, los socios ganan más.
¿Saben, realmente cuanto gana al mes un conductor de UBER?
Por supuesto depende de las horas que trabaje y de la demanda/competencia en su zona de trabajo, pero supongamos que factura unos 3000 euros al mes. Una buena cifra ¿verdad?
Claro que esta cifra es bruta. Ahora veamos que le queda al currante:
Un 25% de la facturación es para UBER: 750,00 euros. El "socio" (conductor), gastará unos 700 euros de gasolina, 60 euros de seguro, 250 euros depreciación del vehículo, 100 euros por manutención del vehículo (mantenimiento del vehículo, lavados del coche), 20 euros de caramelos, agua, etc… que ofrece al cliente de cortesía, 35 euros de gasto por tener una línea de teléfono con 4G, etc.
En estas cuentas no estamos teniendo en cuenta los gastos financieros que supondría tener que comprar un coche para realizar este trabajo, y estamos dando por sentando que se dispone de un vehículo que ya se pagó, de un Smartphone que se comparte para este uso, etc..
Resumiendo, a una persona que trabaje 8 horas por día , durante 6 días a la semana y logre facturar 3000€ le quedarán limpios unos 1.000 €. Y eso sin cotizar a la seguridad social y sin ningún tipo de derecho laboral, vacaciones, seguro médico, etc.
Conociendo toda la película, ¿Cuál es su conclusión? 
¿Dónde está el chollo para el conductor? ¿Cuáles son los riesgos para el pasajero?
Si los "socios"-conductores de UBER son personas que se han quedado sin trabajo y disponen de un vehículo (que están pagando), pueden trabajar para UBER y ganar algo de dinero que les ayude a pagar sus cuentas-deudas, mientras UBER se aprovecha de la desesperación de esas personas con falta de ingresos para dar un servicio más barato. 
De esta "necesidad" también se aprovechan indirectamente los clientes de UBER que ahorrarán más en transporte que si tomaran un taxi. Estos clientes no suelen tener en cuenta la competencia desleal con los taxistas o que se benefician de unos trabajadores en precario. Pasa algo similar cuando se compran productos sin garantías de calidad/sin pagar los impuestos correspondientes en tiendas de chinos, como se las conoce coloquialmente, o a los top mantas o se compran productos textiles “fabricados en condiciones especiales” en países lejanos, por decirlo de una forma suave. 
Si los conductores UBER tuvieran que cotizar a la SS (pagar autónomos), recibir pagos por vacaciones, pagas extras, etc., UBER ya no sería tan competitiva ni tan rentable como empresa.
Puede que UBER haga una buena función social al popularizar los desplazamientos con conductor y coche no propio, pero ¿a costa de qué? Todo tiene su cara y su cruz y es muy difícil encontrar el punto justo.
Lo cierto es que cada vez se usa más este sistema de contratación de transporte en los países en los que funciona con regularidad y el número de vehículos adheridos al servicio crece cada día. 
Cada uno tendrá que decidir personalmente lo que prima: el beneficio económico/ahorro o el equilibrio entre beneficio y justicia laboral/ mismas normas para todos.
Que nadie se tape los ojos ni se llame a engaño. Duros a cuatro pesetas no existen.
©JuanJAS


lunes, 13 de febrero de 2017

El Gobierno español sigue ignorando el corredor del Mediterráneo

Desde que el Duque de Lerma se vistió de colorado para no morir ahorcado, con algunas interrupciones, en Madrid se deciden los grandes temas. De Madrid parte la España radial y la visión unitaria del Estado.

Es lamentable que mil millones de euros de la Unión Europea asignados al “corredor del Mediterráneo” hayan acabado total o parcialmente en la ejecución de un túnel entre Atocha y Chamartín. Por fechorías como esta le deben llamar el “Corre d’or mediterrani”, por su extra-coste. Supongo que la UE destinó esos millones de euros para el “Corredor Mediterráneo” porque estima que es necesario para beneficiar el comercio entre España y Europa. ¿Porqué no llama al orden al Gobierno Español por incumplimiento de acuerdo? 
Mirando hacia el ombligo español, repetiré que soy partidario del principio de solidaridad entre CCAA, pero no hasta el punto de que una política equivocada sobre el reparto de inversiones en infraestructuras —que han practicado repetidamente todos los diferentes gobiernos de España— acabe perjudicando a las zonas más productivas de España. Tanto PSOE como PP han dotado de infraestructuras formidables a los territorios donde hay menos población y menos economía productiva. Estas políticas, si bien han llenado con miles de millones las alforjas de sus amiguetes corruptos, han impedido el desarrollo de las zonas que tiran del carro patrio, impidiendo el crecimiento de sus economías y que los impuestos que se recaudaran de las mismas ayudaran a esos territorios, que en teoría se pretendía modernizar, sin haberlo conseguido.
El corredor del Mediterráneo, con ancho de vía europeo, con AVE entre Barcelona-Valencia-Alicante-Murcia-Almería y mejor aún, con un sistema de transporte de mercancías con la adecuada capacidad y la rapidez necesaria para exportar los productos que en estas regiones se fabrican (más del 40% del total nacional), es vital para el crecimiento de la economía peninsular. 
Compruebo con pesar la obsesión enfermiza que tienen algunos de velar porque “todo” pase por Madrid. Entiendo que sea vital para los que temen que si no lo controlan todo y lo tienen todo “atado y bien atado”, se corre el peligro de que pueda “romper España”, porque todo ladrón cree que los demás son de su misma condición. Tal vez por ello prefieren gastar dinero construyendo aeropuertos fantasma y autopistas de peaje radiales, que nadie usa, mientras en la costa mediterránea se transita por viejas autopistas, pagando peajes, o en trenes cercanías que se averían constantemente por falta de mantenimiento de sus infraestructuras.
El “corredor del Mediterráneo” es vital para los ciudadanos andaluces, murcianos, valencianos y catalanes, y también para tener una vía de salida rentable y capaz de dar transportar los productos agrícolas y manufacturados en la cuenca mediterránea hacia Europa. También las mercancías procedentes de Oriente que llegan por mar a los principales, y más que lo podrían ser, puertos de nuestras costas mediterráneas. Es absurdo que este y los anteriores gobiernos no prioricen esta anomalía que perjudica el desarrollo de las regiones más productivas de España e indirectamente de todos los españoles. Es un error del centralismo de una España inacabada que no quiere comprender la diversidad y solo quiere que se acate una sola voz. La voz que pregona lo que quieren los caciques, parapetados inmóviles detrás de las tablas de la ley que sólo ellos interpretan.
Todo este affaire es cuestión de inteligencia política y parece que en España esta inteligencia brilla por su ausencia. O tal vez es que los que toman las decisiones son malvados que muerden tercamente la mano de los que les dan de comer. Si conocen la fábula del “Escorpión y la rana” atribuida a Esopo sabrán que siempre han existido ciertos grupos de personas cuya ambición es tan desmedida que no tienen empacho en destruir las propias circunstancias que los mantienen a flote. 
También parece que en España hay mucha gente que lame la bota del que lo patea, en lugar de protestar enérgicamente por el trato injusto y defender, respetando a los demás, pero asertivamente los propios derechos. Esto parece que han hecho Empresarios de Cataluña y del País Valenciano. Han vuelto a reivindicar en Tarragona, una vez más, la importancia del “Corredor Mediterráneo” para el conjunto del Estado.
Reclaman que el Gobierno español apueste de una vez por todas por el Corredor Mediterráneo, que ponga una fecha final de ejecución y que a la vez se comprometa a que el ancho de vía internacional entre Almería y la frontera francesa sea operativo en 2025. ¡Y que lo cumpla!
¿Porqué no se difunde esta noticia en los medios nacionales? ¿Porqué no hay debates en las televisiones ni se entrevista a altos dirigentes de los gobiernos y CCAA implicadas?
¿Es que no se han enterado los políticos unionistas de Catalunya —parece que tampoco los que están por la “tercera vía”— de que este es un tema vital para el desarrollo de todo el arco mediterráneo español e indirectamente de toda España? Porqué no he visto sus declaraciones de apoyo pidiendo que el Gobierno se ocupe en serio de este tema?
¿Porqué no han convocado ni realizado grandes manifestaciones de andaluces, murcianos valencianos y catalanes por este tema o por otros similares? 
¿Porqué no he visto marchas ni grandes pancartas denunciando estos desaguisados del Gobierno?
©JuanJAS

Refugiados si, diferentes no

El sábado pasado se celebró en el Palau Sant Jordi de Barcelona un macro concierto por los refugiados. Los asistentes y televidentes (se retransmitió por TV3) vivieron tres horas llenas de reivindicaciones, dardos políticos y mucha emoción. Unas 15000 personas asistieron al evento impulsado desde la plataforma ‘Casa nostra, casa vostra’ y dirigido por la Fura dels Baus, y producido con la colaboración de Primavera Sound y Canet Rock. Se pedía convertir el país en una tierra de acogida para aquellas personas que huyen forzadas de situaciones difíciles o persecuciones en su país de origen, y han visto como sus vidas quedaban estancadas y se alejaban de su esfera familiar. 
En el concierto, bengalas y móviles-linterna encendidas. Todo muy emocionante. Mientras, en la calle, la mayoría de la gente, calla y no opina lo que realmente piensa. Unos callan porque el de los inmigrantes y refugiados es un asunto muy complejo y no tienen una opinión bien formada. Otros lo hacen porque están preocupados por otros temas más cercanos y acuciantes para ellos. Otros hacen mutis por el foro porqué no consideran políticamente correcto exponer su opinión en público, porque socialmente está mal visto no aplaudir los discursos mediáticos de los que presumen de solidarios. 
Lo cierto es que a todos nos consta que muchos usan o piensan, aunque no las pronuncien en voz alta, expresiones del tipo “cerdo polaco” para referirse a los catalanes, “xarnego” para referirse a las primeras generaciones de andaluces que emigraron a Catalunya, “sudaca de mierda” para referirse a los que han venido de Sudamérica, “negro asqueroso” para los subsaharianos, etc. Y lo hacen, incluso gentes que asistieron al concierto o participaron en la “gran recollida d'aliments”.
Y el tiempo pasa. Y no somos capaces de evolucionar. Seguimos mirando con recelo al que no haya nacido en nuestro pueblo, calle o barrio, aunque sea persona educada. Si además de tener un color  o hechura distinta, es pobre y nos pide ayuda económica, ya se disparan todos los demonios y el rechazo es visceral.
En Catalunya se dice —“Poll ressuscitat, pica més que cap”— refiriéndonos a las personas que de pobres se han vuelto ricos y se vuelven más orgullosas e insolidaridarias que los que ya nacieron ricos. Esto se aplica también a los que se beneficiaron de privilegios y los perdieron a favor de otros recién llegados, más necesitados que ellos. Ya saben que los gitanos llaman payos a los que no pertenecen a su etnia, pero ¿Han oído alguna vez la expresión “payo negro”? Es como algunos gitanos llaman despectivamente o con cierto odio a los que, según ellos, les han quitado las subvenciones o ayudas sociales que hace unas décadas recibían casi en exclusiva. La solidaridad entre los colectivos inmigrantes no no es tan clara ni automática como podría pensarse. 
Sucede menudo que el rechazo de los “diferentes” se incrementa cuando uno no está en su territorio. Aún así, seguro que han notado que se tolera mejor la “diferencia”, o al inmigrante, si es rico o poderoso. Si se da el caso, aunque el rechazo visceral en privado o disimuladamente en público, siga estando presente, cambian totalmente las formas: En lugar de “negro de mierda” se le llama “Doctor X, o Presidente Obama”. En lugar de “moro de mierda” se le llama “Su excelencia Petrodólar X” al igual que se trata diferente a un camboyano o vietnamita que a un japonés, aunque para los europeos todos los asiáticos nos parezcan “orientales estreñidos”; porqué se supone que son más ricos y poderosos. Por cierto, para los japoneses, todos los extranjeros somos “no naturalizados” y nos bautizan como “Gaijin” aunque, si se tiene un cierto nivel de poder o la riqueza adecuada, las formas cambian a "gaikokujin" que es más políticamente correcto y entonces te conceden el honor de invitarte a sus eventos más selectos y hasta se hacen selfies con su rico y poderoso gaijin.
Los organizadores del acto “pro-refugiados” de Barcelona dijeron que la pelota quedó en el tejado de los políticos, pero si todos nosotros y la sociedad de la que formamos parte no cambia, creo que poco hay que hacer. ¿Qué nos pasa? No se si estamos podridos o estamos locos y con estos mimbres, ¿podemos esperar alguna posibilidad de solución?
¿Tuvo razón Groucho Marx cuando dijo: “Surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria”?
Hace más de dieciséis años, Raúl Núñez (falleció en 1996) publicó en su sección “El aullido del mundo” en “Cartelera Turia” un artículo que tituló “Ser de mierda” y sigue siendo vigente. Lo adjunto a continuación para que puedan leerlo y reflexionar.

©JuanJAS
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Ser de mierda

Si a una persona le apetece dejar su país o ciudad y trasladarse a otro sitio se transforma automáticamente en alguien “de mierda”, salvo que vaya forrado, claro. Uno parece estar condenado a quedarse en el sitio donde lo han parido para tener unos mínimos derechos. Da igual si debe pasarse la vida entre las cabras, o soportar una dictadura o morirse sin saber qué hay más allá de sus narices.
Y, más aún, si es negro.
A Festus Uwumagbe se le ocurrió dejar su pueblo de Nigeria e ir a Madrid para llevar otro tipo de vida. Poco después se dio cuenta de que se había convertido en un “negro de mierda”. Hasta tal punto que se le obsequió con la más inhumana de las muertes. La de la falta de atención médica en un país supuestamente desarrollado. Un paro cardiaco-respiratorio se encargó de que hubiera un negro menos apestando las civilizadas calles españolas.
En todas partes hay gente “de mierda”. Los negros, moros, gitanos y sudacas son “de mierda” en Europa. Un andaluz en Cataluña es un “xarnego de mierda”. Y un catalán en Andalucía es un “polaco de mierda”. Cualquier español es “de mierda” en Europa. Y el que no lo sea es un “guiri de mierda” en España.
¿Qué ocurre? ¿Cuál es la tara?
En realidad, yo tengo la ligera sospecha de que todo el mundo es “de mierda”. Porque todos la llevamos dentro y cagamos y luego tenemos que limpiarnos con el papel del váter. Lo malo es cuando se queda atascada en nuestras mentes y es imperiosa la necesidad de un laxante neuronal para que queden limpias y, además de crueles, nos impidan ser idiotas y cerriles.
Si de algo somos, es de agua. Así que me pregunto si no sería más preciso llamarle a un africano “negro o moro de agua”. Y no dejarlo morir sin asistencia médica, aunque sea profesor de filosofía en su país o analfabeto.
Y el tiempo pasa. Y el hombre no es capaz de evolucionar. Y se sigue mirando con el recelo al que no haya nacido en la misma calle, aunque provenga del pueblo más cercano.
La muerte de Festus Uwumagbe será inútil, como tantas otras, pese a haber tenido una cierta trascendencia en la prensa. De nada servirán las manifestaciones, ni la ayuda de las “entidades humanitarias”, ni la indignación que puedan sentir quienes han estado cerca de él en sus últimos momentos.
Es algo más profundo lo que debe ocurrir. Sólo un cambio en el corazón del hombre será la única solución. Pero, mientras tanto, seguiremos siendo “de mierda”.

Raúl Núñez, Diciembre de 1990