viernes, 21 de octubre de 2016

Los gurús USA nos dan lecciones

El inglés es el idioma más hablado en todo el mundo por personas cuyo origen no es un país de habla inglesa. Al menos una de cada seis personas habla inglés, y el número de angloparlantes aumenta a pasos agigantados. Por ello, saber comunicarse en inglés, aunque sea de manera básica, es muy útil, por no decir esencial. Hoy por hoy, el inglés se usa en la mayoría de las llamadas internacionales, correspondencia, correos electrónicos, radiocomunicaciones, textos informáticos y comunicaciones de control de tráfico aéreo y marítimo, y es el idioma común utilizado en situaciones de negocios y educación. Por eso, el que no sabe nada de inglés se queda sin habla en esas situaciones, al no poder usar esa “herramienta” que nos ayuda a comunicarnos con las personas de otros países, para hacerles preguntas, entender sus respuestas, decirles lo que nos gusta, hablarles de nuestro país e infinidad de cosas más. 
Esta situación favorece un cierto clima de prepotencia en las personas de habla inglesa sobre los que tienen otras lenguas maternas, que no suelen encontrar la necesidad de hablar otras lenguas, porqué todos los demás nos esforzamos por entender la suya. Además el “efecto halo” hace que muchos piensen que el hecho de hablar inglés da un valor suplementario a sus conocimientos y opiniones.
Podemos tomar como ejemplo las declaraciones de un analista USA sobre “qué está bien y qué no lo está en Europa” y sobre “que debería ser y qué no debería ser en el planeta”.
Al pié copio un extracto de las declaraciones recientes de David Rieff.
Pienso que un analista USA, economista y/o sociólogo y/o historiador y/o periodista, fundamentalmente, no se halla legitimado para dar recetas, emitir dictámenes o apuntar soluciones a partir de críticas, porque habla desde una posición única que no se da en ningún otro país del mundo.
Cuando estos “gurús” analizan, lo hacen desde la posición de la única economía planetaria que, hasta la fecha y previsiblemente durante muchos años más: 
1) sabe que le van a comprar toda la deuda que necesite emitir, 
2) sabe que le van a aceptar todos los dólares que quiera imprimir, y 
3) sabe que va a poder pagar los intereses de esa deuda con los dólares que sigan imprimiendo.
Si por si sólo, cada uno de esos puntos da una potencia enorme, los tres juntos alcanzan un poder devastador. Incluso muy superior al de su poderío militar.
Y encima, estos gurús hablan desde la perspectiva que da estar en un país que desde 1814 no padece la invasión de tropas extranjeras y que desde 1865 no sabe lo que es tener un conflicto armado en su territorio, pero que sí se ha involucrado en innumerables conflictos exteriores de los que, a la larga, siempre ha acabado obteniendo beneficios.
USA es una economía especial, un país atípico, cuyas soluciones le funcionan a ella porque el resto del mundo acepta lo que USA dice. Eso es así no porque queramos, sino porqué nos conviene aceptarlo. 
¿Porqué pienso que nos conviene aceptar las condiciones de los prepotentes USA, aunque el castellano sea uno de los idiomas más hablados del mundo?

Pues porque la fuerza de trabajo, el principal activo de los países latinos, cada vez tiene una menor fuerza. Esto se debe a la concentración del capital y al creciente poder del capital en un entorno en el que cada vez es más necesario… porque la tecnología tiene un mayor peso… porque la tecnología es capital. 
¿Cuantas industrias había hace 40 años en España (Catalunya y País Vasco) y cuantas hay ahora?
¿Cuántos trabajadores empleaba la planta de SEAT de Barcelona en los 70 y cuántos hay ahora?. ¿A qué se debe eso?.
Además deberíamos tener en cuenta otro fenómeno. Hasta hace unos diez años “aumentar la productividad” era entendido como “fabricar más en menos tiempo”, pero ya no es así. Hoy, aumentar la productividad puede ser “fabricar la cantidad necesaria en el mínimo tiempo necesario posible o fabricar lo que sea necesario utilizando la mínima cantidad de factores que sea posible”, siendo el trabajo solo un factor más. Y para hacer eso hace falta tecnología, es decir, capital. La productividad se ha desvinculado de las cantidades producidas. Por ello, si en USA aumenta menos la productividad que hace 40 años es porque está aumentando lo conveniente. Puede que guste o no, que sea justo o no, pero es así.
Sucede otra cosa. Hace 50 0 60 años, el nivel de globalización era limitado, pero hoy nos hallamos en un mundo pos global. Lo que producen las fábricas USA instaladas en otros países, se computa como PIB de los países donde están instaladas y en teoría pagan impuestos —pocos o muchos, los justos o los injustos—, pero todas las decisiones a todos los niveles, incluidos los financieros se toman en los cuarteles generales que están en USA o donde interesa al capital. Si se sumase al PIB USA, el valor de todas las plantas que el capital USA tiene por el mundo —capital que puede decidir trasladar, ampliar o cerrar en el momento que crea conveniente—, ¿cuál sería el PIB real de USA?.
La única razón por la que la robotización no ha ocupado masivamente el sector servicios radica en que aún es más barato que una persona atienda a un cliente en la recepción de un hotel a que lo haga un robot. En pocos años esto cambiará —si no prospera alguna iniciativa como hacer pagar un especie de impuesto especial a los robots para ayudar a las arcas de la Seguridad social— y entonces…
Aunque sigamos utilizando conceptos “antiguos” en situaciones actuales sin pararnos a adaptar el significado, lo único cierto es que el trabajo se está precarizando y que “trabajar para otros” se está convirtiendo en algo raro.

Volviendo a USA. ¿Qué economía hubiese asimilado y a cuál se le habría aceptado que el pasivo de su Banco Central hubiese aumentado, en proporción, en ocho años unos 4 Billones de $, teniendo una deuda externa del 150% del PIB?. Si somos sinceros, estaremos de acuerdo en que no se hubieran aceptado este proceder a ningún otro país del mundo con nombre diferente a USA.
El Banco de Pagos Internacionales estima que el 60% de la economía mundial está ligada al sistema monetario de EE.UU., que las deudas denominadas en dólares fuera de la jurisdicción de EE.UU. se han disparado a los 9,8 billones de dólares.
El mundo nunca ha estado tan apalancado a los préstamos en dólares. Los datos del BIS demuestran que los ratios de deuda tanto en países desarrollados como emergentes son casi del 35% del PIB, más altos aún que en el inicio de la crisis de Lehman.
Por otro lado, China ya no podrá salir al rescate pues tiene sus propios problemas. La agencia de calificación Fitch sospecha que los malos préstamos en el sistema bancario chino son diez veces mayores de lo que afirman los datos oficiales.
Parece que se detecta un giro bajista en la tasa de crecimiento cíclico en los dos últimos años y que USA está cada vez más cerca de una recesión. Cuando el PIB nominal se ralentiza como lo hace, el estrés financiero va a seguir. La política monetaria está demasiado tensionada, y el menor shock podría llevar a USA a una recesión que tendría unos efectos aterradores para la economía global.
Por eso, cuando algún gurú angloparlante nos llama PIGS (cerdos) y nos sigue dando lecciones sobre qué hacer y cómo hacerlo, deberíamos hacerle un caso relativo, porque juega con “cartas marcadas”. Sobre todo porque cuesta poco comprobar que es muy fácil culpar de ineptos y vagos a los demás, cuando en sus países existen zonas en las que la pobreza y la exclusión social compiten con las de países infinitamente menos desarrollados que los suyos, y cuando es archisabido que USA es uno de los países con una de las tasas de desigualdad más elevadas del planeta, sobre todo si tenemos en cuenta lo abajo que están quienes están en la base de su escala social.
Es ilustrativo ver este video https://www.youtube.com/watch?v=r4yh9fzuqRE
Recuerden esto cuando salgan de viaje, sobre todo si es de placer y han pagado el mismo ticket que los anglófonos. No se sientan intimidados por la fuerza del “inglés”, porqué en todos los sitios cuecen habas, aunque en el nuestro haya calderadas.

©JuanJAS



Declaraciones a las que se aluden en el texto:

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/09/david-rieff-la-union-europea-ahora-es-alemania-y-punto-final-86222.php

David Rieff (Boston, 1952) se inquieta cuando se percibe en sus palabras algún atisbo de optimismo. No es que desee pasar por todo lo contrario, pero analiza y estudia el escenario internacional y sólo ve una enorme incertidumbre. Rieff considera que la Unión Europea pasa por sus peores momentos, porque "ha abandonado sus ambiciones morales, no ha sido consciente de la geografía, y sólo se rige por intereses económicos".
Rieff ha estado esta semana en Barcelona, donde participó en una conferencia organizada por la entidad Clac, tras publicar hacer unos meses su último libro, El oprobio del hambre (Debate) en el que critica a las organizaciones humanitarias, pero también a los filántropos que creen que podrán acabar con el hambre con las innovaciones tecnológicas.
Sin capacidad para construir Europa
En una entrevista con Economía Digital, Rieff sostiene que uno de los problemas de Europa "es una falsa idea de su propia geografía, es como si no lo hubiera querido admitir, pero muy cerca se encuentra con la pobreza, con la miseria en la África subsahariana, y con el mundo islámico, que vive una enorme crisis interna. Tampoco quiere admitir que el proyecto socialdemócrata, que eso es Europa, depende de la demografía".
Ante todo eso, Rieff considera que ya no se puede hablar de Europa como una construcción de diferentes países. "La Unión Europea ahora es Alemania y punto final", sentencia, tras defender que sólo se persiguen intereses económicos, y que el resto de estados no tienen capacidad para compensar el papel de los alemanes.
Una de las cuestiones que preocupan a Rieff es la capacidad real de las sociedades para cambiar las realidades socio-económicas. Y se refiere, cuando se le pregunta por las posibles reacciones, al caso de Grecia. Si después de convocar un referéndum, que ganó el gobierno griego sobre las medidas que se debían tomar para reorientar la economía, las autoridades europeas acabaron imponiendo un plan todavía más drástico, "se podría pensar que la democracia no sirve para nada".
La crisis interna del Islam
Su idea es que alguien debe pensar cómo puede Europa superar esos problemas, que él centra en el propio sistema productivo, que no genera puestos de trabajo, en cómo asegura el futuro de los trabajadores, y en la inmigración, en un entorno cada vez más desigual.
Rieff es atrevido y no tiene ningún reparo en incidir en la guerra interna que sufre el Islam, atizada por dos países que se juegan la hegemonía geoestratégica en la región, Irán y Arabia Saudita, entre el chiismo y el sunismo. Considera que "la crisis de seguridad es un producto directo de la crisis del Islam".
La aseveración implica que la inmigración tendría otras connotaciones sin ese componente religioso, aunque Rieff, preguntado sobre si eso acaba sirviendo como excusa para que Europa haga prácticamente nada en relación a la crisis de los refugiados, acepta que, efectivamente, las autoridades europeas han sido incapaces de responder. Y recuerda que sólo Alemania lo ha hecho, con consecuencias electorales para la canciller Angela Merkel.
¿Mejor con un estado más pequeño, como Cataluña?
Rieff conoce bien lo que ocurre en España y en el conjunto de la Unión Europea. Es profesor del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) –estudió en el Liceo francés de Nueva York—y valora lo que ocurre en Cataluña en relación al movimiento independentista. "Existe una ilusión y es que con un estado más pequeño, en el caso de Cataluña, se podría funcionar mejor, pero no estoy nada seguro de ello, además de considerar que sería muy complicado que en el seno de la UE se reconociera".
Cuando se le cita otros casos, cree que Escocia se encuentra en una situación similar, y que tendría "enormes problemas de todo tipo si fuera independiente". En el caso de Bélgica, sin embargo, "se trata ya de una realidad múltiple, porque Bélgica como país prácticamente ya no funciona como tal". Pero todo eso dependerá de cómo afronte su futuro la Unión Europea. Rieff insiste en que "ahora está resultando un fracaso, con un camino muy diferente al que proyectaron los padres fundadores, con Robert Schuman a la cabeza".
Indonesia, el próximo conflicto
Y llega la visión de futuro sobre su propio país, Estados Unidos. ¿Qué pasa con una victoria de Donald Trump? "No veo esa victoria, no la veo, aunque Hillary Clinton no sea la gran panacea, y que mantendrá una política exterior muy cuestionable. Creo que los votantes de Sanders decidirán por ella".
¿Guerras a la vista? "Nadie presta mucha atención a lo que ocurre en Indonesia, pero será el próximo punto de conflicto, marcado, de nuevo, por la división del Islam, aunque pueda parecer que no influye". Rieff insiste en que los conflictos bélicos persistirán, y que Indonesia, con 250 millones de habitantes, el país musulmán mayor del mundo, puede ser el primero en iniciar una época todavía más complicada.

Casi no se le ha escapado ningún brote optimista, pero no renuncia a serlo. Eso sí, siempre que "los responsables políticos sean capaces de tomarse las cosas en serio y decidan pensar".