jueves, 2 de junio de 2016

Tiempo de calidad

Las generaciones actuales han perdido la necesidad -o no tienen la paciencia suficiente- para crearse un background de referentes. Quieren ser cineastas sin haber visto Bresson, quieren ser escritores sin leer Dostoievski, quieren ganar mucho dinero sin trabajar. En esta época en que todo es tan efímero, pasar cinco minutos mirando un plano secuencia parece una pérdida de tiempo. Leer novelas de más de quinientas páginas son aburridas, de las noticias suelen leer poco más que los titulares y con eso se montan su película. ¿Para que perder el tiempo leyendo un artículo de 5000 palabras? 
¿Para qué correr el peligro de hacerse preguntas e intentar contestarlas? 
¿Cómo hemos llegado a esta situación? 

Hace más de 40 años que todos los niños van a la escuela para aprender conocimientos y para “aprender a aprender”. Muchos realizan numerosas actividades extraescolares y todavía les mandan deberes para hacer en casa. A pocos les queda tiempo para nada más y las familias no encuentran tiempo para la gran tarea que deberían desarrollar cada día: Pasar con ellos “tiempo de calidad” para educarlos. 
La mayoría de loa padres les dieron a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron en su niñez y juventud. Como piensan que son padres para toda la vida, les siguen ayudando y también a sus nietos. 
Los hijos deben estar pendientes de sus padres como
 ellos lo estuvieron cuando eran niños
Les dieron la oportunidad, que ellos no tuvieron, no sólo de ir a la escuela sino también a la universidad; para que pudieran adquirir unos conocimientos que les fueran útiles para ganarse la vida autónomamente en el futuro. 
Les dieron una buena casa, alimentos, ropa y cuidaron de su salud y bienestar. Les dieron la oportunidad de ayudar al bienestar de la familia y de disfrutar las vacaciones cada año, en lugar de mandarles al campo, a la fábrica o a la oficina a trabajar. 
Les dan la “libertad de decidir que hacer con sus vidas de adultos” que ellos no tuvieron, y les dan muchas más cosas con las que ellos ni siquiera pudieron soñar a su edad. Les siguieron ayudando para que pudieran emanciparse y empezar a formar su propia familia. Les siguieron dando todo el apoyo posible y los mejores consejos para que pudieran alcanzar metas más altas de la que ellos mismos alcanzaron; porqué los éxitos de los hijos los celebran más que si fueran suyos.

Hay muchos otros muchos tipos de padres. 
Uno de esos otros tipos son los que trabajaron mucho, se permitieron pocas alegrías y ahorraron todo lo que pudieron para poder darles a sus hijos todos los caprichos que ellos, de jóvenes nunca recibieron de sus padres. Con el tiempo esta locura por el consumo se fue apoderando de ellos y terminaron por comprarles móviles y tablets de 600€ a niños de 10 años, pagarles extensiones de 500€ y vestidos de princesa a niñas de 15 años, comprarles pantalones de 200€, zapatillas de marca de 150€ o camisetas de “su equipo de futbol” por 70€. Además, sucede que a esos niños-jóvenes, la ilusión se les borra de la cara en cuanto reciben el regalo. Parece que olvidaron que la felicidad no la proporciona el “tener” sino el “ser” y el “lograr”. Eso no ha cambiado. 
Con toda la buena intención del mundo estos padres malcriaron a sus hijos y lo que es peor, deformaron la realidad de sus vidas, ya que los acostumbraron a vivir en un nivel de acomodo que probablemente no podrán permitirse por si mismos de adultos. 
¿No hubiera sido mejor que les regalaran a sus hijos “tiempo de calidad” para que aprendieran de su comportamiento, herramientas que les ayudaran ser lo que desearan en la vida y a conseguir por si mismos lo que pudieran desear tener de adultos. 
Ojalá se hubieran esforzado en comportarse adecuadamente para que los jóvenes entendieran lo importante que es dar y recibir amor, cariño, comprensión y respeto. Para que hubieran interiorizado la ilusión por aprender. Para que hubieran aprendido a ser flexibles y a compartir con generosidad. Para que hubieran sido conscientes del valor del dinero —nunca debemos endeudarnos para despilfarrar— y hubieran incorporado los hábitos de la sencillez y la sobriedad. Para que hubieran entendido el valor de la justicia y la responsabilidad y a valorar la amistad, la lealtad, la audacia, la humildad, la prudencia, la perseverancia y la paciencia. 
¿No creen que este hubiera sido el mejor regalo que les podrían haber hecho durante su niñez? ¿Cómo lo ven? 
Los niños son la gran esperanza de la humanidad, de todos nosotros; por ello es tan importante su educación. Tan importante que en muchos aspectos no puede delegarse en las escuelas, porqué todo el que se relaciona con un niño lo educa con su comportamiento. Desprenderse de los malos hábitos cuesta, pero es imprescindible para que podamos sembrar en los niños ideas buenas, aunque parezca que no les entienden. Probablemente, con los años podrán descifrarlas en su entendimiento y hacerlas florecer en su corazón. ¿Piensan que estamos a tiempo de cambiar? 
La educación es la herramienta que nos permite entender mejor el mundo, pero también es el camino para cambiarlo, para construir, con unas bases bien sólidas, uno mejor. 
©JuanJAS

Anexo:
Reflexiones de pensadores en torno al arte de crecer en años y en aprendizajes.
1. «Cuéntamelo y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involucra a él y lo aprendo." Benjamín Franklin
2. «La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo." Nelson Mandela
3. «Es señal de una mente educada ser capaz de entender un pensamiento sin aceptarlo.» Aristóteles
4. «Desarrolla la pasión por aprender. Si lo haces, nunca dejará de crecer. »Anthony J. D'Angelo
5. «La educación no es la preparación para la vida, es la vida." John Dewey
6. «Una forma de saber si la intervención educativa es correcta es ver si el niño es feliz.» María Montessori.
7. «La educación es el descubrimiento progresivo de la propia ignorancia." Will Durant
8. «Los niños son educados por los actos de los adultos, no por las palabras.» Carl Gustav Jung
9. «El propósito general de la educación es convertir espejos en ventanas.» Sydney J. Harris
10. «Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para entrar en el maravilloso mundo del saber." Albert Einstein
11. «La única forma de enseñar a amar es amando.» Paulo Freire
12. «Educad a los niños y no será necesario castigar a los mayores» Pitágoras
13. «Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas." José Ortega y Gasset
14 «Estudia, no para saber algo más sino para saber mejor.» Séneca
15 "No desprecie a nadie en el saber, por raza, posición social ni condición, escucha siempre ya que todos somos ignorantes, la gran suerte es que no todos ignoramos lo mismo".