Recuerdan a los cuatro amigos que, mientras debutaban traquilamente su licorcito en la terraza de un bar castizo en la Zarzuela “La Verbena de la Paloma”, cantaban a coro… “Las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Me gustaría saber que habría escrito el libretista Ricardo de la Vega en la actualidad. Que cantarían don Hilarión y su amigo don Sebastián ahora que la Inteligencia Artificial (IA) está despegando a velocidad de crucero. Ahora que AlphaGo ha ganado al campeón Lee Sedol en un campeonato de GO por 4 a 1 y este suceso representa un avance relevante de la IA, si lo comparamos a la derrota que sufrió el campeón mundial de ajedrez Kasparov frente al supercomputador IBM conocido como Blue hace ya casi 20 años. Eso es porque la gente esperaba que esto sucediera dentro de muchas décadas y contra jugadores profesionales del montón, no contra el segundo jugador más laureado de la historia. Traduzco algunos extractos de este artículo del New York Times publicado en 1997 después del partido entre Kasparov y Deep Blue.
"Para jugar un partido decente
de go, un ordenador tiene que estar dotado de la habilidad de reconocer
patrones sutiles y complejos, un tipo de conocimiento intuitivo que representa
la característica identificativa de la inteligencia humana.
Puede que pasen 100 años antes de
que un ordenador venza a humanos en el Go, puede que aún más de eso,[...]Si una
persona razonablemente inteligente aprendiera a jugar al Go, en unos pocos
meses podría vencer a todos los programas de ordenador existentes [en 1997]. No
hace falta ser Kasparov.
Cuando un ordenador pueda derrotar,
en el caso de que sea posible, a un campeón de Go humano, será una señal de que
la inteligencia artificial estará verdaderamente volviéndose igual de buena que
la verdadera”.
Deep Blue venció a
Kasparov a base de músculo computacional, a fuerza bruta usando su capacidad
para anticiparse a todas las jugadas que su oponente podía concebir.
AlphaGo, en cambio, ha aprendido a jugar al Go a base a dos cosas: primero viendo como otros juegan (básicamente una gigantesca base de datos de partidas) y luego "jugando contra sí mismo" para mejorar. Esto implica que podría haber aprendido otra cosa que tuviera unas reglas más o menos bien definidas y de la que hubiera disponible suficientes ejemplos (el siguiente objetivo del equipo de AlphaGo es StarCraft, un juego de ordenador de estrategia en tiempo real donde el tiempo disponible para tomar decisiones es mucho menor; porque no hay turnos y la cantidad de posibilidades, durante la mayor parte de los partidos, ni si quiera está bien definida como en los casos del ajedrez o el Go).
AlphaGo, en cambio, ha aprendido a jugar al Go a base a dos cosas: primero viendo como otros juegan (básicamente una gigantesca base de datos de partidas) y luego "jugando contra sí mismo" para mejorar. Esto implica que podría haber aprendido otra cosa que tuviera unas reglas más o menos bien definidas y de la que hubiera disponible suficientes ejemplos (el siguiente objetivo del equipo de AlphaGo es StarCraft, un juego de ordenador de estrategia en tiempo real donde el tiempo disponible para tomar decisiones es mucho menor; porque no hay turnos y la cantidad de posibilidades, durante la mayor parte de los partidos, ni si quiera está bien definida como en los casos del ajedrez o el Go).
En solo dos años de
entrenamiento, un hardware y un software, que pueden ser fácilmente replicados,
han conseguido vencer al campeón europeo de Go, que ha dedicado casi tres décadas al juego. Es
muy cierto que esos dos años no son "efectivos"; en tiempo real podrían
equivaler a más de 1000, pero para una máquina hacer algo muy rápido y durante
mucho tiempo sin descansar es totalmente factible. Viendo como se desarrolla
esta tecnología, no tardaremos muchos años en poder decir que el campeón “humano”
de cualquier competición será “la persona que aguante más jugadas a una máquina”,
ya que la máquina terminará por ganar siempre.
Las implicaciones de lo
que les acabo de referir parecen obvias: cuando los niños que están naciendo
hoy estén en los puntos álgidos de sus carreras profesionales, es muy posible
que la demanda de pensamiento humano (o actividades físicas en general sean
delicadas o no (ver 1), para hacer casi cualquier cosa) sea ridícula en comparación
con la oferta, porque existirá una inteligencia artificial de propósito general
que podrá aprender por sí sola —de su propia experiencia y de la de otras
máquinas— y de forma simple y posiblemente casi instantánea. Además podrá
interactuar con el mundo físico de forma muy similar a como lo hace una
persona. Por tanto, lo más probable es que la demanda de la mano de obra humana
de cualquier tipo (tal vez incluidos la gran mayoría de ejecutivos o investigadores)
sea anecdótica.
Da miedo solo pensar en
ello ¿verdad?.
Hace menos de 60 años, la
tracción animal se utilizaba ampliamente. En los pueblos de España casi había
más cuadrúpedos que personas. Hoy en día, los caballos casi no tienen
aplicaciones comerciales. Algunos individuos pudientes están dispuestos a pagar
dinero por un capricho —no importa el coste ni los resultados en sí— y otros
pocos los utilizan para hacer negocio, para ganar dinero con apuestas en carreras,
alquilarlos a turistas que encuentran exótico montar un rocinante para dar un
paseo por un sendero de montaña o dar un paseo bucólico en carroza. Aún así, pronto
se podrán tener robots con apariencia de caballo y usarlos para todos estos
temas. Si piensan que les estoy contando un cuento de ciencia ficción, vean Wild cat o AlphaDog.
Si la biotecnología, incluyendo a la
biomecatrónica, no consigue mejorar (aumentar las prestaciones) de
nuestros cuerpos, nos volveremos obsoletos igual que los caballos, los
gramófonos o los disquetes, porque las máquinas son fácilmente optimizables
para llevar a cabo una o varias tareas y los humanos no, al menos en un
tiempo tan corto como pueden hacerlo las máquinas con IA. En un mundo donde la
división del trabajo es la norma para el 99,999% de la población desde hace
milenios, el avance de la IA significa malas noticias para los “humanos que no
tienen capital”. Mediten sobre esto.
La revolución digital lleva sólo
algunos años entre nosotros y está al principio de su desarrollo. La
multinacional taiwanesa Foxconn, que ha sido objeto de numerosas denuncias por
malas condiciones laborales y suicidios entre sus trabajadores, proveedora de
Apple y Samsung, ha reemplazado a 60.000 de sus 110.000 trabajadores chinos por robots en su fábrica de Kunshan (la
localidad más importante en producción de ordenadores portátiles del mundo y sede
de 4.800 empresas taiwanesas, que aportan el 60 % del PIB de la ciudad, aunque
su producción ha bajado de manera drástica y si en su mejor año Kunshan
producía 120 millones de ordenadores portátiles por año, ahora sólo fabrica 51
millones, debido a la bajada de la demanda de los últimos años).
La sustitución de humanos por máquinas en la ciudad de Kunshan no es sólo
cosa de Foxconn. Siscientas grandes compañías establecidas en esta localidad,
vecina de Shanghái, tienen planes similares.
Viendo lo que sucede en
la “fábrica del mundo”, no es descabellado pensar que la utilización masiva de
robots acabará con muchos puestos de trabajo poco cualificados en la industria
y también en los servicios. Tampoco hace falta un gran alarde de imaginación
para entrever que la tecnología robótica combinada con IA irá mucho más allá.
Piensen en ejecutivos de nivel intermedio, investigadores y puestos similares,
que a primera vista deberían estar más a salvo de la automatización, comparados
con la mayoría de los trabajos…
Las empresas de marketing
telefónico hace años que han incorporado robots para realizar encuestas y
labores de marketing, y muchas grandes empresas y hasta algunas corporaciones
públicas cada vez usan más sistemas de
IA para filtrar llamadas de sus clientes; sólo después de pasar muchos filtros,
los comunicantes podemos conseguir hablar con un “humano”. A principios de mes,
la emisora de radio (Capital radio) ha
incorporado a su plantilla una redactora
asistente robotizada, llamada Sara Bot. Realiza tareas de locución,
como la lectura de la agenda económica del día, además de animar algunos
espacios con sus preguntas. En hoteles, oficinas de Turismo, información etc., pronto veremos asistentes virtuales-robots que atenderán a los clientes. Skyscanner, el comparador global de vuelos, hoteles y alquiler de coches, ha anunciado el lanzamiento de un bot para Facebook Messenger. Los viajeros podrán ahora interactuar con el bot de Skyscanner para Messenger y pedirle información sobre precios de vuelos en tiempo real así como sugerencias de destinos a los que viajar.
Se estima que el 40% de
las empresas actuales no sobrevivirá a este gran cambio, un cambio que comienza
desde el liderazgo. La empresa del futuro podría utilizar un robot BB8
conectado sobre una plataforma en la nube para gestionar sus servicios. La
empresa del futuro se comunicará con sus usuarios de forma directa a través de
apps móviles. La empresa del futuro utilizará pantallas táctiles cognitivas. El
Director de Marketing del futuro tendrá que combinar las emociones con las
nuevas tecnologías.
Hace tiempo que los
bancos empezaron con las fusiones y adquisiciones, cerraron oficinas en la
calle a la vez que expandían los servicios de banca electrónica. Ya no hacía
falta tener a tanta gente en la ventanilla para atender las necesidades de los
clientes. Sólo La Caixa continuaba con su eslogan “¡Hablamos!”. Una excepción
que confirma la regla. Hace poco que el Royal Bank of Scotland ha despedido a220 asesores que se dedicaban a responder a las preguntas sobre inversiones de
los clientes. En su lugar, han adquirido software que podrá asesorar a los
clientes a través de internet y evaluar preguntas como "¿Para qué está ahorrando?",
"¿De cuánto dispone para invertir?" o "¿Durante cuánto tiempo
quiere invertir su dinero?" para ofrecer respuestas útiles, calculadoras virtuales, simulaciones de resultados para diferentes escenarios particulares de cada cliente, etc.
Pronto habrá más gente que
actualmente realiza tareas más complicadas y/o más importante, que será
sustituida, y los beneficios de la automatización de estos puestos cada vez
serán mayores proporcionalmente, porque los salarios son mayores también. El
proceso de la automatización en la banca sigue su curso, en un nuevo nivel esta
vez, y puede que no tarde mucho en expandirse a otros sectores de esta forma
concreta. Claro que Spain is different y nos resistiremos con uñas y dientes y
por eso, entre otras razones, seguramente nuestra generación no nos afectará de
forma alarmante. Pero, y la siguiente… ¿quién lo sabe?
Nosotros sigamos con el
futbol, los toros y los okupas, que ya tenemos suficiente.
©JuanJAS
Anexo al texto donde
escribí (ver 1).-
Boston Dynamics también
presentó hace poco su último avance en robótica que ya puede hacer tareas
simples como mover cajas por un almacén de la misma forma que lo hace una
persona: https://www.youtube.com/watch?v=rVlhMGQgDkY
Lo que ven en el vídeo no
es un “chino pequeño” vestido con traje de robot. Fíjense como anda por el
campo como se acacha y se levanta del suelo. ¡Parece increíble! y más si
pensamos que estamos al principio del inicio del principio. Este avance pronto
tendrá una gran implicación el transporte interno de materiales y en el modo
como se transportarán en el futuro
Para tareas de más
destreza manual hay por ejemplo cosas como esta banda robótica: https://www.youtube.com/watch?v=VkUq4sO4LQM que puede interpretar notas inaccesibles
para los humanos, los robots que resuelven el cubo de Rubik en menos de un
segundo o los robots quirúrgicos que ya existen desde hace algunos años”.