viernes, 22 de abril de 2016

Las noticias sesgadas condicionan nuestro criterio

¡Lo he leído en la prensa!. ¡Lo han dicho por la TV!. ¡Todo el mundo sabe que las "XXXXX" son un instrumento del demonio que toda persona de bien debería perseguir!.
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Es muy habitual el tratamiento tendencioso y peyorativo que los medios de comunicación proyectan de muchas cosas, de las que la mayoría sólo conocemos el nombre. Sucede que a base de oírlas y verlas escritas profusamente en esos medios, tenemos la sensación que esos "nombres raros", que curiosamente no tenemos ninguna dificultar en pronunciar correctamente, son viejas conocidas nuestras. Mientras, la realidad es que tenemos muy poca idea de que son, para que sirven, que efectos secundarios provocan, que precauciones deberíamos tomar antes de utilizarlas, que controles establecer mientras se usan para asegurar su buen funcionamiento,  etc. Nos basta con adjudicarles propiedades mágicas, perversas, fantásticas, etc. según nos hayan condicionado los mensajes queremos consumido pensando que eran noticias reales en lugar de "píldoras prefabricadas".
La mayoría de nosotros nos comportamos así, incluso con algo tan importante como es nuestra salud y los ahorros que tanto cuestan de ganar y más de guardar.
Si estuviésemos medianamente informados no comeríamos la multitud de “¿alimentos? procesados” que comemos, por mucho que la publicidad nos presione. 
Si estuviésemos medianamente informados no consumiríamos los psicofármacos tan alegremente y no pediríamos a nuestro médico de cabecera que nos recete alguna "pastilla" que nos cure o disminuya el dolor o el "problema" que nos preocupa y del cual nos da pereza ocuparnos. No importa que la "pastilla en cuestión" no resuelva la enfermedad que padecemos o el problema e incluso nos produzca efectos colaterales gravísimos.
Todos queremos ser ricos para poder vivir sin trabajar y por eso compramos tanta lotería y le preguntamos a nuestro "asesor personal" que nos ofrezca "algún producto" que haga crecer milagrosamente nuestros chorrillos y además que nos de la "piedra filosofal" por la cara. Porque nosotros nos lo merecemos.
Las industrias alimentaria, farmacéutica, financiera, etc. son muy poderosas y nos prefieren ignorantes. Lógicamente los lobbies correspondientes siempre van a fomentar activamente que continuemos así, ayudados por los grandes medios de comunicación y por los políticos, siempre pendientes de la última encuesta; tanto por los corruptos que sacan tajada, como por los populistas que pretenden sacarla engañando a la multitud de personas mal informadas, acríticas y perezosas que no se esfuerzan en adquirir los mínimos conocimientos generales en estos temas. 
Hoy en día tenemos más posibilidades que nunca antes en la historia de encontrar información fiable y barata en dinero (no en tiempo). También hay personas que explican, divulgan y comparten en las redes información contrastada. Lo que no puede hacer nadie es aprender si no quiere escuchar ni leer. También sucede que, con el tiempo, las personas que "saben", se cansan de discutir con los ignorantes, los populistas, los oportunistas, los mentirosos y los envidiosos y se quedan para si sus conocimientos.
¿Cuándo seremos conscientes que es muy difícil que alguien piense en tu beneficio cuando éste es inversamente proporcional al suyo?.
No se trata sólo de pasearse con el libro debajo del brazo el día de San Jordi o el de la fiesta del libro, que también, es necesario que nos acostumbremos a ser nosotros mismos los que cuidemos de alimentar nuestros “conocimientos básicos” a diario. Si no lo hacemos, no tenemos ningún derecho a quejarnos de lo que una panda de desaprensivos, mafiosos e indecentes quieran hacer con nosotros.
Si uno repasa los titulares de medios especializados y generalistas podrá comprobar que el 90% de los artículos sobre las Sicavs van asociados a determinados términos que se han convertido en puntos de anclaje: fraude fiscal, beneficio de los ricos, grandes patrimonios, injusticia social, evasión fiscal, etc. En el caso de las tan criminalizadas SICAV’s, ¿Cuántos se han preocupado en informarse de que son realmente y de cual es la normativa legal que las regula? ¿Si son unos vehículos de ahorro tan buenos y además pagan pocos impuestos, ¿Porqué no le piden a su asesor personal de su banco que les facilite invertir en alguna?
Si les dice que eso es sólo para ricos, le preguntan ¿Qué capital mínimo pueden invertir en una de ellas?
Pronto se darán cuenta que en realidad no tiene ni idea, porque este “plato no lo tiene en su carta la entidad para la que trabaja”. ¿Porqué?
Ustedes mismos se responderán si piensan en la respuesta a esta pregunta:
¿Qué aliciente pueden tener los Bancos por favorecer la contratación de Sicav's ya existentes? ¡NINGUNO!
Porqué como este producto no tiene “retrocesión de comisión” —lo que le paga el productor del “producto financiero” al que lo comercializa— prefiere ofertar a sus clientes (nosotros, los pequeños ahorradores) otro producto que si la tenga y le sea más rentable.
¡Ya tienen la respuesta!. Es muy fácil y siempre es lo mismo: ¿Porque te ofrezco A y no B?, Porqué A es mejor para mi que B, aunque para ti sea mejor B que A, y para convencerte te cuento todas las bondades de A y criminalizo a B ayudado por legislación ad hoc y los medios.
©JuanJAS


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Nos deberíamos preguntar:
¿En qué momento no pudimos atajar la idea errónea generalizada de que los accionistas de Sicavs no pagan impuestos?. Cuando los medios hablan que las Sicav pagan el 1% en Impuesto de Sociedades obvian la segunda parte de la frase y es que los accionistas pagan los rendimientos mobiliarios de la venta de sus acciones en sede de IRPF y, por tanto, al 21, 23 ó 27%. Lo mismo que los partícipes de un Fondo de inversión o los meros tenedores de acciones del Ibex.
¿ En qué momento no pudimos dejar claro a tertulianos y opinión pública que los antiguos beneficios fiscales que permitían reducir capital sin tributar ya desaparecieron?. Los mismos fueron suprimidos en el año 2010 y, pese a ello, se sigue insistiendo en ello. En esa fecha el Gobierno incluyó en los Presupuestos un cambio de fiscalidad en las Sicav por la cual los accionistas ya no podrían recurrir a la reducción de capital como fórmula con la que recuperar beneficios de su inversión. Desde esa fecha esos beneficios tributan como plusvalías y, por tanto, sujetos al IRPF. Seis años desde esa medida deberían ser suficientes para que los medios readapten su discurso.
¿En qué momento se olvidó que las Sicavs y Fondos de inversión tienen el mismo tratamiento fiscal y qué criticar a uno debería llevar asociado criticar al otro y propugnar la desaparición de uno debería ser extensivo a ambos?. En realidad no debiera parecer tan difícil acudir al BOE o buscar la Ley de Sociedades en Google y constatar que el artículo 29, 4º, letras a) y b) dicen claramente que "tributan al 1% las Sociedades de capital variable y los Fondos de Inversión de carácter financiero". Pero es que además, si me apuran, los Fondos de Inversión tiene más beneficios fiscales que una Sicav pues sus accionistas pueden hacer uso del denominado "diferimiento por reinversión" por el cual, en caso de traspaso, no tributan por las plusvalías generadas. Este último beneficio sólo lo disfrutan las Sicavs con más de 500 accionistas que sólo representan el 0,74% de Sicavs en España.
¿En qué momento se olvidó que las Sicavs permiten a inversores individuales agruparse y crear un vehículo de inversión de la misma forma que las sociedades gestoras pueden hacer lo propio y crear Fondos de inversión?. 
¿En qué momento no tuvimos coraje para alzar la voz y criticar a los adalides del populismo para decirles que eliminar las Sicav ataca precisamente a aquellos a los que pretenden defender?. Eliminar una de las dos instituciones de inversión colectiva (las Sicav) supone dejar el monopolio de la creación de estas figuras a las Sociedades Gestoras a través de los Fondos de Inversión.
¿En qué momento alguien olvidó que las Sicavs cotizan en el mercado y cualquiera puede adquirir acciones y aprovechar el mismo tratamiento fiscal que critican?. Las Sicav cotizan en el MAB, segmento Sicav, y pueden ser adquiridas por cualquier inversor. Incluso su acceso es más transparente y sencillo que los Fondos de Inversión por cuanto pueden ser adquiridas desde cualquier entidad bancaria o broker. Los Fondos de Inversión deben canalizarse exclusivamente a través de algunas de las escasas plataformas que operan en España las cuales exigen su respectiva comisión que, o bien se repercute al partícipe con un incremento de los costes o es asumida por el gestor. Sea como fuere se perpetua el sistema donde el distribuidor es el gran favorecido frente al gestor.
¿ En qué momento no pudimos convencer que la industria de gestión de activos, como toda industria, genera riqueza para una sociedad que revierte a ella de nuevo?. Cuando los medios hablan de Sicavs focalizan tanto la atención en el accionista que olvidan que hay toda una industria tras estos productos. No sólo las necesarias figuras legales de Sociedades Gestoras y Depositarias sino todo un ecosistema a su alrededor ( servicios jurídicos, auditorias, departamentos de contabilidad, etc.). La experiencia del país vasco debería servir de experiencia de cómo una medida de esa índole supone herir casi de muerte a la industria de gestión de activos de un territorio.
¿En qué momento no hemos podido demostrar que toda Europa apuesta por estos productos y sólo España y Portugal son los más restrictivos?. Somos los únicos dos países en Europa que mantienen unos requisitos tan estrictos en cuanto a número de accionistas y capital.
¿En qué momento no se supo transmitir el carácter maravilloso de estos instrumentos que permiten beneficiarte de la pericia de un gestor elegido por grandes patrimonios para manejar sus propias fortunas?. ¿Alguien se imagina poder utilizar el mismo gestor que gestiona el patrimonio de Zuckerberg, Bill Gates o Jeff Bezos?. Pues en España tenemos esa posibilidad y lejos de querer extender esos beneficios a todos los queremos restringir.
¿En qué momento la prensa no destacó que conocer los movimientos y capital de las grandes fortunas, lejos de hablar mal de las Sicavs, es su gran virtud?. Precisamente conocemos los movimientos bursátiles de los grandes patrimonios en España porque las Sicav son el instrumento más transparente y fiscalizado. Les aseguro que alguien que desea mantener la opacidad de su fortuna y movimientos no lo canaliza a través de una Sicav.
Urge una labor didáctica por parte del sector porque se ha permitido que la falacia se instale y esta desidia generalizada permite que las connotaciones peyorativas y erróneas estén instaladas en las mentes de la sociedad, opinión pública y los políticos. Y estos últimos, hambrientos de populismo, sólo están escuchando y pretenden contentar a aquellos que sólo tienen una concepción peyorativa y errónea de estos instrumentos.
Obviamente como toda figura jurídica y creación humana puede ser sometida a una revisión y mejorar algunos aspectos procedimentales o de supervisión pero este vehículo de inversión colectiva juega un papel fundamental en la industria de gestión de activos: democratiza el sector al permitir crear "ex novo" o incorporarte a un vehículo de inversión en el que eres accionista y, por tanto, propietario.

Sicavs y elecciones: una nueva muestra de populismo
Si bien las últimas medidas que habían trascendido sobre las propuestas de modificación de las Sicav provenían de los partidos de la oposición hoy hemos amanecido con otra noticia y esta vez del partido en el Gobierno:
"  El  PP obligará a los accionistas de sicav  (sociedades de inversión de capital variable) a tener una participación superior al 0,55%, para garantizar que estas sociedades se utilicen como instrumentos de inversión colectiva y no como medio para que los grandes patrimonios paguen menos impuestos."
Puede verse la noticia en este  link 
Obviamente la medida anunciada coloca al partido del Gobierno actual en una carrera hacia el populismo en compañía de otras formaciones políticas. Cosa que parece obvia dada la demonización que existe hacia las Sicav. Pero al hacerlo reproduce todos los errores de las otras formaciones políticas.
Con carácter previo, y sin conocer los detalles de la propuesta se me ocurren las siguientes cuestiones:
 En lugar de optar por un límite máximo de participación se opta por la más injusta de ampliar el mínimo. De esa forma se excluye al pequeño accionista de acudir a este vehículo de inversión colectiva y vetarle la posibilidad de participar en la gestación y desarrollo. 
No deja de resultar sorprendente que en muchas ocasiones las propias medidas populistas acaban atacando precisamente al que pretenden defender. Al subir ese mínimo legal convierten a la Sicav en un producto de casi imposible acceso para el pequeño inversor.
También daría mucho que hablar, y merecería un análisis aparte, de si es legímito poner un % máximo. Al hacerlo se impediría que Sicavs exitosas y con gran rentabilidad puedan aglutinar capital institucional importante. Sería un castigo a la excelencia. Imagino que si lo que se pretende es que grandes patrimonios no diseñen productos a su medida podrían arbitrarse otras iniciativas: por ejemplo limitaciones del derecho de voto en Junta o que las incorporaciones posteriores de accionistas con mayor capital se produjeran después de un tiempo determinado desde la constitución inicial.
 Al imponer un % mínimo se crea un agravio comparativo con los Fondos de inversión que, según la Ley de IIC, están equiparados a efectos legales y fiscales.Sería una medida recurrible en función de la actual legislación
 Imagino que la medida, aunque erróneamente, está pensada para ser de aplicación a las Sicavs que únicamente cuentan con el mínimo requerido legal y circusnscrito al acto de constitución inicial (es decir 100 accionistas). Extenderlo a Sicavs con mayor número de accionistas (500 o  incluso menos) sería absurdo. Una Sicav con 24 millones de euros, por ejemplo, requeriría que cada accionista tuviera un capital superior a 130.000€. Ello convertiria la participación en una Sicav en algo más gravoso que participar en un Fondo de Inversión Libre (denominación de "Hedge Fund" en España) donde se considera que sólo puede estar formado por inversores cualificados con una aportación mínima de 50.000€.
 Con la aplicación de esta medida se podría llegar a la paradoja que la participación en la Sicav podría requerir más capital (pese a tener limitación de operativa e instrumentos) que el requerido para acceder a los Fondos de inversión Libre que goza de mayor libertad operativa (posibilidad de apalancamiento, operativa con "shorts", y sin limitación de activos). Se generaría una asimetria evidente. Se exigiría mayor cualificación con mayores limitaciones operativas.
Tomar medidas como las anunciadas lo único que hacen es debilitar una industria como la de gestión de activos.Industria que si hubiera gozado de un tratamiento adecuado hace muchos años hubiera sido una fuente de ingresos y de generación de talento en nuestro país como lo es en países de nuestro entorno.Pero una cosa es que no se apoyara en su momento y otra muy distinta es que sigan empeñándose en fragmentarla más.Máxime cuando este tipo de iniciativas no tendría efecto recaudatorio alguno: sin una modificación integral de la legislación dicha medida podría ser fácilmente evitable por sus accionistas con la conversión de las Sicav en Fondos de inversión o si lo que prefieren es mantener esa fórmula jurídica buscar su domicialización en otro país miembro.
La experiencia del cambio legislativo en País Vasco debería haber servido de lección: a finales del año 2009 el Gobierno Vasco y las Diputaciones Forales subieron el impuesto sobre las Sicav del 1% al 28%. La repercusión directa es que en 3 meses de las 212 Sicavs existentes en el territorio foral sólo quedaban 70, número que con posterioridad se redujo hasta casi la totalidad. En esa ocasión la gran beneficiada fue Madrid que hizo la labor de receptora.Por su parte el país Vasco perdió en su conjunto: no sólo dejaron de ingresar el 1% sino que a la industria de gestión de activos  y servicios auxiliares (empresas de auditoria, asesoría fiscal,etc) se les hizo un daño irreparable.
La propuesta y adopción de medidas como las anunciadas lo que ponen en evidencia es que falta en el legislador una visión de conjunto de todo el cuerpo legislativo de las Instituciones de Inversión Colectiva. Introducir medidas como las publicadas hoy sólo sería posible con una modificación amplia y general de nuestra legislación vigente. Y en un entorno comunitario como el actual ese cambio legislativo no podría ser circunscrito únicamente al ámbito español debiendo ser una medida coordinada a nivel europeo. Pero se da la circunstancia que en el resto de Europa, lejos de endurecer las medidas sobre estos vehículos de inversión, se están flexibilizando lo cual genera una nueva paradoja y ya van unas cuantas sobre este tema.

SICAV’s: algunas propuestas
La última propuesta del Partido Popular respecto a la regulación de las Sicav en España motivó ayer un post en Unience con el título "Sicavs y elecciones: una nueva muestra de populismo".  que ha generado un interesante debate.Algunos lectores comentaban que además de las críticas que solemos hacer respecto a nuestros legisladores expusieramos también nuestra visión de la materia y las medidas que podrían implantarse.
Acepto el reto de establecer algunas propuestas que, personalmente para mi, dibujarían un panaroma idílico en el que considero saldrían beneficiados todos los actores (inversores individuales, Instituciones de Inversió Colectiva, Sociedades Gestoras , la gran Banca, empresas de fintech e incluso la propia Hacienda Tributaria ).
Obviamente para aquellas formaciones políticas o ideologías que demonizan la inversión bursátil ninguna medida sería apropiada pues erróneamente consideran que la industria de gestión de activos es un juego de suma cero donde las ganancias de unos (los "malvados especuladores") conlleva la pérdida de otros (lo que permanecen ajenos a la inversión).Yo considero que la creación de una industria de gestión de activos profesional y dinámica generaría riqueza para la sociedad en su conjunto creando centros relevantes a la altura de otras plazas mundiales.
Voy a ser muy esquemático pues creo que si luego se genera un debate posterior podremos ampliar muchas ideas.
Mis propuestas son las siguientes:
 En sede de inversión individual ampliaría el régimen fiscal de las Sicav a inversores individuales mediante la creación de cuentas bancarias especiales destinadas a tal fin. Con ello el inversor individual conseguiría precisamente lo que suele criticarse de las Sicav: el diferimiento fiscal de las ganancias por interes, dividendos y plusvalías. Al igual que en el caso de las Sicav el inversor individual sólo debería tributar por las ganancias generadas una vez que esas ganacias salieran de esa cuenta especial.
Este instrumento no constituye una "rara avis" en el Derecho Comparado. Es una ampliación o nueva visión del conocido 401 (k) de EEUU.
El desarrollo legislativo de esta media podría establecer algunas limitaciones: tipo de activos, apalancamiento, diversificación, etc (como ocurre con Sicavs y Fondos) y debería permitir al inversor optar por una gestión realizada por el propio inversor o delegada en un gestor o asesor.
Con ello podría crearse incluso un nuevo "océano azul" en la gestión donde el papel de EAFis, asesores y la industria de gestión de activos en general saldría reforzada. La Gran Banca también saldría beneficiada con cuentas destinadas a tal fin que fomentarían el ahorro y generarían comisiones en concepto de brokerage y custodia.
Este concepto ampliaría la industria de gestion de activos mediante la innovación.
 En sede de inversión colectiva ( que es realmente nuestro tema ) establecería notables modificaciones:
a) Al existir la anterior figura no tendría sentido adoptar un modelo como el establecido en Luxemburgo, Andorra o Francia. En estos países se puede constituir la Sicav con un único inversor y un capital de 1.250.000 €. (En Francia concretamente hay una modificación ahora en curso que reduce los accionistas de 7 a 2).
La existencia de estas Sicav en sede de inversión colectiva sí que considero que son discriminatorias respecto a inversor individual pues al exigir 1.250.000€ de capital mínimo lo convierten en una figura de la que sólo se pueden beneficiar los grandes patrimonios.Y obviamente no pueden considerarse "inversión colectiva" pues pueden crearse con un sólo accionista.
b) La inversión colectiva debería, entonces, quedar circunscrita a aquel grupo de inversores que desean agltuinar su capital para benefeciarse de economías de escala, gozar de una gestión profesionalizada, establecer políticas comunes de gestión, etc. Y aquí deberían intruducirse también modificaciones para hacer crecer la industria y facilitar el proceso de creación cumpliendo el mandato normativo de absoluta equipación de las sicav con los fondos de inversión.
 Las modificaciones formales (legales, fiscales y procedimentales) de las Sicav deberían incorporar algunas modificaciones respecto a las actuales. Así, según mi opnión:
a) No debería ser necesario tener que contar con 100 accionistas y 2.400.000€ para constituir una Sicav. Estas dos exigencias tan restrictivas sólo las contemplamos en Europa nosotros y Portugal. Yo no abogo naturalmente por una legislación tan laxa como la de Andorra, Francia y Luxemburgo ¿Porqué?.Pues porque como he comentado la Sicav es una institución de inversión colectiva y el propio concepto de "colectiva" es contrario a la existencia de 1 ó 2 accionistas. Para eso existiria la cuenta individual que he mencionado antes.
b) Considero que una Sicav podría incluso constituirse con 20 accionistas y 600.000 euros de patrimonio mínimo. ¿Es esta medida tan transgresora?. Pues en absoluto. La propia legislación española  ya contempla la Sicav por compartimentos donde esos son los rqeuerimientos mínimos.
c) Si se optara por esos nuevos requerimientos mínimos sí que podría mantenerse el actual régimen de constitución formal. Pero si se mantienen los actuales ( 100 accionistas y 2.400.000€ ) debería modificarse el procedimiento para su creación. El actual mecanismo de creación dificulta notablemente la gestación cuando de muchos accionistas fundadores se trata. Para ello no pedimos grandes cosas: simplemente equipación con los Fondos de Inversión.
En efecto, la Sociedad Gestora puede crear un Fondo de Inversión con una capital mínimo inicial y dispone de un año para alcanzar los 3 millones de euros. Por el contrario a una Sicav se le exige que los 2.400.000€ sean "íntegramente suscritos y desembolsado en el acto de la firma de constitución". Se podría permitir un régimen similar al de Andorra donde también se permite en las Sicav el régimen de constiución sucesiva donde unos accionistas iniciales hacen de promotores constitutivos y el resto se incorporan con posterioridad. De hecho no permitir hacerlo ya es ilógico pues en muchas Sicav se permite que esa figura del "promotor" sea realizada por la Sociedad Gestora.
d) No tiene sentido que los Fondos de Inversión puedan beneficarse  del beneficio fiscal del traspaso y las Sicav deban contar con 500 accionistas para hacerlo. Si en la voluntad del legislador está la equiparación entre ambas IIC deberá ser posible en ambas con 100 accionistas.
e) Al existir la figura de la cuenta individual ya no se plantearia el problema de si un gran patrimonio ha creado una Sicav para beneficiarse fiscalmente. Pero respecto a la Sicav, y si lo que se pretende es que un gran patrimonio no pueda imponer individualmente determinadas cuestiones (política de gestión ,cambiar de gestora cuando quiera, etc) podrían ponerse determinadas restricciones en voto respecto a cuestiones relevantes.
f) No tiene sentido alguno, en sede de Sicav, imponer capitales mínimos o máximos por dos cuestiones:
- Imponer un capital mínimo excluye al pequeño inversor de acceder a una Sicav y participar en su gestación y desarrollo desde el principio. Posiblemente, y de instaurarse el régimen de cuenta especial, si un inversor individual ha optado finalmente por la Sicav es porque desea hacerlo a través de una institución de inversión colectiva donde el capital conjunto de otros inversores le permitirá acceder a productos, diversificar y contar con una gestión más profesionalizada que si estuviera sólo.
- Imponer un capital máximo penaliza la excelencia. Imaginemos una Sicav con un track record impecable, una gestión brillante y que cuenta con el respeto de la industria ¿Porqué debemos impedir que grandes inversores privados o institucionales inviertan en esa Sicav aunque con ello acumulen un % elevado de la Sicav?. Creo que no debería impedirse. Como he comentado bastaría con blindar en ese caso determinados principios inmutables de la estructura y funcionamiento interno de la Sicav para que determinados cambios sólo pudieran realizarse con amplio consenso de socios y no sólo de capital.
CONCLUSIÓN
Desarrollar la actual industria de gestión de activos facilitando el desarrollo y creación de nuevas instituciones de inversión colectiva y ampliando al inversor individual figuras con mejor tratamiento fiscal beneficiaría a la sociedad en su conjunto.

Los diferentes participantes en el mercado (Gran Banca, Sociedades Gestoras, etc) podrían explorar un nuevo "oceano azul" innovando en la industria. Se da la paradoja que en la actualidad la gran banca parece querer mantener determinados privilegios intentando mantener algunos puestos inexpugnables. Pero la realidad muestra que compañías fintech están conquistando otros bastiones en un proceso que parece irremediable. Creo que sistemas como los propuestos pueden beneficar a muchos actores en una integración de servicios. En definitiva no sería más que un desarrollo de nuestra industria de gestión de activos.