Siempre he intentado comportarme como una persona libre,
justa e independiente. No creo ni en los partidos que se definen de izquierdas-progresistas
ni en los que se definen de derechas y suelen autocalificarse de liberales
porque del dicho al hecho hay un gran trecho.
Además pienso que salvo en casos
excepcionales, que confirman la regla general, los políticos pretenden más
manipularnos que dirigirnos, en lugar de “servirnos” y sus actos políticos responden,
cada vez menos, a lo que les pedimos la mayoría de ciudadanos. Se les llena la
boca citando al “estado de derecho” y a la “separación de poderes” y con sus
actos vacían continuamente estas palabras de contenido. La justicia en España
es lenta —por tanto no es justicia— y a todos los gobernantes y políticos ya
les está bien que los procesos se eternicen o queden sin resolver adecuadamente.
Continuamente recurren a los tribunales para medicar los problemas en lugar de
resolverlos con pactos políticos, pero nunca hablan en sus discursos
electorales de mejorar los medios con los que cuenta la administración de
justicia y menos presupuestan partidas para ello.
Cada vez que se produce un hecho que
desacredita la actuación del Gobierno —por desgracia no faltan— empiezan a
arremeter contra Catalunya, contra los catalanes, contra su lengua, etc. montan
un follón en los medios de comunicación y la noticia realmente importante, pasa
desapercibida en medio del ruido que han montado contra los independentistas, a
los que acompañan de toda clase de calificativos peyorativos. No les importa lo
más mínimo que la mayoría de los españoles sepan que no todos los catalanes
quieren la independencia; ni que los que legítimamente la quieren, ni son
nazis, ni pretenden romper nada
sacrosanto, ni están contra España, ni mucho
menos contra el resto de los españoles.
Por
otra parte, en Catalunya, aquellos tiempos del “¡Hábleme en cristiano coño, que
esto es España!” quedan muy lejos, pero nos gusta recordarlos, y las
declaraciones de “algunos” ayudan mucho a que así sea. Es cierto que la Guerra
Civil dejó mudos a nuestros abuelos y a nuestros padres que en aquellos tiempos
eran pequeños.
La Guerra Civil fue espantosa para todos, aunque cada uno piensa
—pasados ya más de 75 años— que lo fue más para él que para los demás,
dependiendo de lo que vivió personalmente o de lo que le contaron sus abuelos y
padres. Hoy en día, Catalunya es un gran país con muchos éxitos colectivos,
desde la escuela catalana hasta el modelo de convivencia, y donde durante
muchos años el ascensor social ha funcionado bastante bien. Desde hace muchas
décadas hablamos y escribimos catalán cuando queremos, y nadie nos puede hacer
callar, al menos legalmente. Siempre se puede pedir más, pero el amor a las
personas, ni tampoco a la lengua, no se mendiga ni se puede ordenar por decreto.
Si la sociedad catalana ha llegado donde
ha llegado, es gracias a que ha sido una sociedad muy culturalizada. No me
refiero a la alta cultura, sino en la cultura más básica y popular. La cultura
de los ateneos, de las asociaciones, del teatro amateur, del movimiento
vecinal, del mundo del esparcimiento y del escultismo, el excursionismo... nos
ha hecho crecer y ayudado a aprender a vivir en la diversidad. Es una forma de
vivir en una sociedad cambiante, en la que los autóctonos de varias
generaciones nos hemos fundido con personas provenientes de otras partes de
España y con sus rasgos culturales. Por ello cuando oigo hablar de “ampliar el
imaginario colectivo de nuestro país”, entiendo que el objetivo es que la
mayoría de las expresiones culturales en Catalunya se puedan sentir
representadas; sin que eso signifique sustituir, ni mucho menos eliminar, las
autóctonas. Hay algunos que no consideran a la “rumba catalana” como cultura
popular catalana y en cambio consideran que los “correfocs” si lo son; cuando
estos hace menos años que se celebran de manera habitual, que la rumba se toca
y baila en todas las verbenas de Fiesta mayor de todos los pueblos de Catalunya.
El catalanismo es muy complejo y mucha gente debería incorporar más rápidamente
expresiones venidas de fuera, en el imaginario colectivo de país sin ningún
miedo. Esa es la verdadera forma de sumar, ampliando el sentimiento de
pertenencia. Es fundamental que aprendamos a compartir las cosas comunes que
tenemos, como la lengua catalana, y para ello no hace falta pedir a nadie que
renuncie a las suyas.
También es verdad que en Catalunya
siempre ha habido mucho “enemigo en casa” declarado o camuflado, muchos
fascistas disfrazados de indepen-progresista, que entorpecen y boicotean todo
lo que pueden desde dentro. Este es un hecho que es bueno conocer, pero que no
sirve de nada mentarlo continuamente, quejándose y lamentándose de que así sea.
Los discursos de tipo victimista sólo producen regocijo a los no
independentistas y en los círculos del poder estatal de Madrid; porqué los
seguidores del “tancredismo” y también los “otros”, han demostrado, durante
muchos años, que no les importa si lloramos por el sufrimiento que causan, a
buena parte de los catalanes, por ejemplo las superdeficientes infraestructuras
de unos trenes de cercanías que llegan tarde. Tampoco les importan, ni siquiera
se sonrojan ni dan explicaciones, cuando se les recuerdan todos los
presupuestos de inversión que se han aprobado en todas las legislaturas y sistemáticamente
han incumplido en perjuicio de toda la sociedad catalana. Incluso se permiten
decir que “Les
hemos destrozado el sistema sanitario” con total impunidad. Lamentarse y
repetirlo una y otra vez, sirve de poco. Los “incumplidores” y su claca se ríen
de nosotros y continuamente nos llaman victimistas, porqué incluso se niegan a oír
o leer los datos inequívocos, demostrando sus fechorías, que se les muestran.
En
Catalunya hay catalanes que defienden una cultura y otros que defienden otra. Rebajar
el egoísmo personal o partidista es ardua tarea; y cuesta mucho ceder cada uno
un poco y ser generoso para entenderse. La mayoría de los políticos parecen más
interesados en conservar su poltrona y aumentar el número de sillas que ocupa
su partido en el Parlament y sus simpatizantes en los innumerables cargos
públicos, que en lo que se precisa para conseguir un país mejor para la
mayoría.
Una cosa debemos tener todos claro, políticos, personas influyentes y
simples votantes: no se puede excluir a nadie del movimiento soberanista; ni a
Convergencia ni a los “Comuns”, ni a ninguna otra tendencia social. La apuesta
del movimiento soberanista en Cataluña es lo que es hoy por la aportación de la
gente proveniente del mundo de Convergencia, de ERC y del municipalismo, pero
también gracias a toda la tradición que va desde el PSUC hasta lo que ahora
visualizamos como “Comuns”. ¿Cuándo veremos en los políticos y líderes sociales
catalanes una verdadera voluntad y un discurso, sólido, constructivo, inclusivo,
cooperativo y aglutinador que no cuestione los orígenes ni la clase social de
ningún catalán? ¿Cuándo cesarán los ataques partidistas y hasta personales, a
veces con mucha falta de educación y hasta de respeto y se centrarán en el
debate político de las ideas?
Mirando hacia España. Ya llevamos dos
votaciones generales para elegir a los parlamentarios. Los políticos que han
ganado las elecciones no son capaces de dialogar pactar y elegir Presidente
para que forme Gobierno. Todas las decisiones están paralizadas y por tanto no
se resuelven los problemas ni se toman decisiones a largo plazo; como mucho se
administra el presente. Es grave la indecencia y la ignorancia que hoy se da en
el poder en España. Los “indecentes” que están en el poder seguro que no han
leído 'La República', de Platón, ni 'La Política', de Aristóteles y por ello
legislan para que la filosofía se elimine de los planes formativos. Estamos
intentando sobrevivir a una crisis económica, pero deberíamos preocuparnos todos
por la crisis de la mente, de la inteligencia, de nuestra forma de entender el
mundo. Estamos rodeados de políticos corruptos con mentes corrompidas. La
libertad de expresión es importante, pero hay que tener también libertad de
pensamiento, porque ¿para qué sirve poder decir o escribir lo que quieras, si
no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no lo usas en tu vida diaria,
si no sabes ser libre intelectualmente?
Niels Bohr dijo que "Un tonto siempre encuentra a otro tonto que
lo admira" y en España sabemos muy bien lo que esta frase significa.
Siempre se habla de que los políticos han de respetar la “voluntad del pueblo”,
pero parece que muchas veces el pueblo no sabe escoger bien a sus
representantes. Aunque decir esto no se considera políticamente correcto, me
reafirmo en ello; porqué si hubiéramos elegido bien, no elegiríamos una y otra
vez a los mismos personajes, ni permitiríamos que los mismos indecentes sigan acumulando tanto poder y
usándolo contra una gran parte de los españoles.
Los
que están en el poder o cerca del mismo nos dicen que “cada país tiene los
gobernantes que se merece». Eso es una falsedad, una frase propia de señoritos
satisfechos, una de tantas frases hechas que pervierten la vida intelectual. España
se merece otros gobernantes. Nos merecemos otros políticos que no mientan por
sistema y que se tomen en serio la sanidad y la educación; porque si la
educación falta, si falta el apego a entender y comprender que sociedad es la nuestra
y cual es la mejor forma de compartir nuestra vida con los demás, la sociedad
se va a pique.
Recientemente he oído decir a Albert
Rivera: “Si los catalanes ven que en España se hacen los cambios adecuados,
muchos catalanes dejarían de pedir la independencia”. Probablemente tiene
razón, aunque le pediría que concretara que entiende él por “España hará los
cambios adecuados”. ¿Es capaz el Gobierno de España y sobre todo, tiene la
voluntad de hacer esos “cambios adecuados”? ¿Tienen la capacidad los
principales partidos españoles de dialogar, de negociar, de llegar a acuerdos,
aunque sean de mínimos, para empezar? Se ha demostrado que la respuesta a la
primera pregunta es “NO” porque ha imperado el “tancredismo” en la política del
Presidente del Gobierno. La respuesta a la segunda pregunta también siempre ha
sido “NO”, porqué en la pasada legislatura, en el Parlamento imperó el ordeno y
mando, sin diálogo con el resto de parlamentarios fuera del PP, y hace casi un
año que seguimos peor, porque el Gobierno en funciones ni siquiera se persona en
el Parlamento para explicar lo que el resto de representantes le solicitan y
sin dar explicacines que puedan escuchar o leer los españoles, a los que
debería servir. Si piensan que no hace falta tal vez sea porqué piensan que
España es su “cortijo” y Catalunya su esclava.
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Teoría d ela estupidez |
Los partidos representados en el
Parlamento español hablan mucho para contar que los demás son los culpables de
todo, pero no dialogan, se niegan a escuchar a los demás y menos a los representantes
mayoritarios de Catalunya, donde “castigan” incluso a los que votan a su
partido, aunque sean pocos. Son incapaces de apartarse de sus “poltronas” y
parece que está claro que hagamos lo que hagamos en Catalunya harán todo lo que
está en su mano y “es mucho” para no dejar que nadie se separe de España y Catalunya
forme su propio Estado. No por motivos legales, sino por motivos políticos y
sobre todo por algo que todos entendemos: no dejarán marchar a los catalanes porque
aportan al Estado español una parte sustancial de los impuestos y encima —ellos
que hablan tanto de igualdad— cada catalán recibe una parte de esos impuestos
mucho menor que el resto de españoles. Coloquialmente diríamos que Catalunya es
una de las tetas más grandes que alimenta España y chupan tanto de ella que se
está quedando sin leche. Además le restringen tanto la comida —incluso el
acceso a la misma por sus propios medios— que la están dejando escuálida y
endeudada. El Gobierno español y los que le apoyan en este tema no saben
colaborar porque no saben ceder en nada. Prefieren defender su orgullo que
conseguir cosas mejores para todos los españoles, incluidos los catalanes. Demuestran
con sus actos continuados que no entienden como orientar su política a los buenos
objetivos, con un poco más de empatía y aparcando el orgullo. Ganaríamos todos,
al menos en tiempo y energía. ¡Pero no!, son incapaces. Es un hecho comprobado
a lo largo de décadas en que los Gobiernos de Catalunya han intentado negociar
con los diferentes Gobiernos españoles.
Aldous Huxley dijo: "Existe al menos un lugar en el universo que
con toda certeza puedes mejorar. Ese lugar está dentro de ti" y el
activista Patrick Geddes a principios de siglo XX dijo: “Piensa global, actúa local”. El Gobierno de Catalunya, los
políticos y entidades que lo apoyan han
de hacerse respetar y dar ejemplo, a todas las personas críticas y
equilibradas, de que las cosas que
dependen del Gobierno catalán se hacen con sensatez y bien hechas.
Recordemos que hace años se hizo popular en Catalunya un eslogan publicitario
que decía: “La feina ben feta no te fronteres i la feina mal feta no te futur”.
Hoy, después de haber celebrado cinco “Diadas” de Catalunya reivindicando el “Dret
a decidir” primero y la “Independència de Catalunya” después, ¿podemos
estar contentos i orgullosos de la “excelencia” con la que trabajan nuestros
políticos? Cada uno que se responda a si mismo.
El conceller Romeva, después de reunirse
con un conjunto de 141 comunidades catalanas en el exterior, dijo hace unos
días: “Las comunidades catalanas en el exterior son el 'principal activo' para
explicar Cataluña al resto de países. Son la mejor diplomacia que tenemos como
país”. Y añadió: “Nos permite explicar quiénes somos, de dónde venimos y por
qué hacemos lo que hacemos”. Informó a esos representantes de lo que se está
haciendo desde el Govern de la Generalitat para afrontar las cuestiones que más
preocupan a los catalanes, así como para recoger las inquietudes que ellos
tienen en su día a día. Romeva subrayó la voluntad de concluir de manera rápida
el proyecto de ley de “Catalanes en el exterior”, que debe reconocer a estas
personas como 'sujetos de derecho'. ¡Fantástico!
¿Porqué
no se hace algo similar con el resto de catalanes?. Porqué no nos informan a todos y principalmente a aquellos que no
han nacido en Catalunya, y no han tenido la oportunidad de vivir más o menos
personalmente los acontecimientos a lo largo de los años. ¿Porqué sólo oímos por
los medios declaraciones del tipo: “han asistido a las manifestaciones lúdico
festivas dos millones según los “pro” o medio millón según los “contra”; o
sobre lo mal que se porta el Gobierno de Madrid con Catalunya, etc.?
¿Dónde están los actos pedagógicos para
explicar el PROCÉS o las publicaciones para que la ciudadanía vea en que
“estado están los trabajos del PROCÉS?
¿En que estado de desarrollo están las
“estructuras de estado”? ¿Se ha buscado/ conseguido el aval de organismos
internacionales para ellas?
¿Tenemos,
al menos el embrión de: un “Banco Central Catalán”, una “Agència Tributària
Catalana”, unas “Aduanas Catalanas” que funcionen, algún departamento preparado
para gestionar la seguridad del Espacio Aéreo, Marítimo, y tantos y tantas
“estructuras” vitales para el funcionamiento de un Estado.?
¿Piensan que estoy hilando demasiado fino?
Piensen…
Por ejemplo… ¿Que pasaría si al día
siguiente de proclamado el “Estat Català”, independiente del Estado español, se
interrumpe el tráfico marítimo internacional porque no hay un equipo de
personas formadas adecuadamente para saber cómo funciona el “software” y cómo
llenar la burocracia?. Para que eso no suceda es tan importante y necesario tener a punto la “Agencia
Catalana de Aduanas” en coordinación con algún organismo internacional.
Podría poner muchos más ejemplos como
este para visualizar lo complejo que es poner en marcha un nuevo Estado. Eso no
puede improvisarse en x meses o sobre la marcha. Algunos tienen mucha prisa, y
es verdad que si no se empieza a andar nunca se llegará a nada, pero las
improvisaciones y las prisas, como hemos visto tantas veces, no llevarán a nada
bueno y por ello no es inteligente ponerse “fecha de bautizo” concreta.
Muchas veces hemos sentido vergüenza ajena
por la actuación de algún político del Gobierno español. Ahora muchos sentimos una
cierta desazón por las luchas internas dentro de la coalición que dirige el PROCÉS
en Catalunya, porqué eso puede dar al traste con el éxito del mismo. Por
ejemplo, ¿que ha pasado con la ATC?. Por “dinámicas de partidos”, sustituyeron
a Juan Iglesias, un gran profesional con una proyección laboral brillante a la
Agencia Tributaria Española, después de haber desarrollado toda la parte
teórica de la estructura de la nueva ATC. No les parece que eso es un aviso a navegantes
para el resto de técnicos: podrían pensar que sirve de poco “significarse en
contra del “estado español” y “sacrificarse” para que al final algún partido
decida poner a dedo, a alguien más “cercano” aunque seguramente no más
capacitado, al frente de algo que ellos han desarrollado. Algo similar es lo
que ha pasado con el proyecto de aduanas. La Generalitat se ha quedado sin este
equipo. Estas luchas por el poder entre los partidos políticos y por situar a
sus simpatizantes en cargos de confianza pueden hacer mucho daño al PROCÉS.
Esperemos que aprendan de los errores y rectifiquen.
Tanto los partidos de
derechas como los de izquierda dicen apoyar la democracia, con la salvedad de
que los partidos de derecha tratan de defender la libertad personal y los de
izquierdas presionan para ampliar la igualdad de resultados. Las personas
que dicen que no son de “centro” —ni de
derechas, ni de izquierdas— es porqué son conservadoras. En cambio, las
ideologías que no se basan en la democracia -aunque se les llene la boca con
esa palabra- tienden a ser revolucionarias, antisistema o retrógradas y poco
aptas para construir nada bueno y duradero para la sociedad plural.
Principalmente
desde estos últimos grupos y desde algunos sectores de la izquierda, se oyen
muchas voces pidiendo un buen reparto de las rentas. Pidiendo igualdad para
todos, viviendas dignas para todos (no más desahucios), muchas más becas para
la educación (comedor-libros-residenciales), sanidad gratuita para quien no
puede pagarla. En la fachada del ayuntamiento de Barcelona hay una gran
pancarta dando la bienvenida a los refugiados y Catalunya se postula como
tierra de acogida para los refugiados y emigrantes de todo el mundo.
¡Fantástico!. De verdad, ¡fantástico! Me encanta vivir en un país con tan buen
“fondo social y ético” pero… ¿Porqué nadie me explica de donde saldrán los
recursos para atender todas esas nobles peticiones?.
Todos queremos huir de la miseria,
progresar y vivir cada vez mejor, y por y para ello, debemos pensar como
“generar los recursos” necesarios para conseguirlo. No basta con “pedir” que
nos los den los demás. No basta con pedir que se repartan entre todos los
recursos que otros han generado y conservado, porque los poderosos no se
dejarán “solidarizar” y lo que quede del resto, será repartir miseria. En mi
vida he conocido a mucha gente que a expresado públicamente todo su apoyo a los
necesitados. Les oía hablar fuerte reclamando fondos y atenciones para los
necesitados. Eso sí, sólo gritaban pidiendo que “se les diera”. Solían decir:
“Algo hay que hacer, no se el qué, pero esto no se puede permitir”. Ellos,
personalmente no daban nada, porque decían
que no podían. Yo siempre pensaba que eran unos farsantes, porque… ¿De verdad
hay alguien tan pobre que nada puede dar? ¿Ni siquiera su trabajo o su tiempo? Hay
muchos hipócritas que alegan que “no tienen o no saben” para esconder que en
realidad ni quieren dar, ni quieren esforzarse siquiera en pensar como pueden
ayudar; porqué todo el mundo podemos ayudar de alguna forma. Sólo falta querer
para poder.
He conocido situaciones en las que unas
personas, ante una empresa difícil, para la que no estaban personalmente preparados
ni contaban con los recursos necesarios para afrontarla, nunca han faltado personas
que les prometían: “No te preocupes, ¡adelante!, nosotros te apoyamos”. No
hicieron ningún caso a los que les advertían de las dificultades o problemas
que encontrarían, parecían enfadados con ellos porqué no les daban ánimos. Los
que esperaban el apoyo, pensaban que tenían tantos amigos… que les apoyaban… que se lanzaron se lanzaron
a la aventura pensando que Dios proveería y sus “apoyantes” les ayudarían. Cuando
llegaron los problemas, toda esta gente, que con tanta vehemencia habían
afirmado que “apoyarían”, no pudieron apoyar o no quisieron hacer el esfuerzo
necesario para cumplir su promesa. Ya se sabe que del dicho al echo hay un gran
trecho. Como siempre he visto, les ayudaron las personas responsables que les
advirtieron y les pusieron pegas antes de que se lanzaran a la aventura. Lo más
irónico es que los irresponsables que les iban a apoyar, lejos de ponerse rojos
les decían “¡veis como podíais. Al final todo ha salido bien!”. Muchas veces
los que se aventuraron no aprendieron nada de lo sucedido y optaron por seguir
adelante, como si nada.
Todo el mundo nos hemos ilusionado en
alguna ocasión con que nos tocara la Lotería y con volvernos ricos inmediatamente
y sin esfuerzo. Todos hemos soñado con que un día podríamos despertar y que
alguna mano mágica, durante la noche, hubiera repartido todo el dinero de los
“ricos” y todo el que había en los bancos, a partes iguales entre todos. ¡Viva
la igualdad y la solidaridad!. No conozco a nadie que este sueño se le haya
hecho realidad. En cambio, sí se de alguien muy pobre y emigrante que una vez
le tocó el premio máximo de la Primitiva, un montón de millones. Nada más
recibir el premio, regresó a su país como curro al Caribe y se olvidó
inmediatamente de sus vecinos del barrio necesitados que la habían acogido.
El
electorado potencial de los “nuevos partidos” se compone principalmente de amas
de casa, jubilados y sobre todo de jóvenes con más estudios y menor nivel de
vida que sus padres (la mayoría sabemos que ir de mejor a peor es duro). Como no
han tenido tiempo de valorar la “seguridad”, piensan que cuando no se tiene
nada que perder solo pueden pasarte cosas buenas. Nadie se acuerda de la
historia. La historia nos dice que un líder europeo, muy carismático en su
tiempo, se apoyó en sectores con ideologías de izquierdas para alcanzar el
poder y una vez alcanzado, terminó por aniquilar los antiguos partidos de
izquierda que lo habían aupado, acabó con las libertades y creó más
desigualdades sociales.
¿Alguien, en su sano juicio, puede pensar
que un proceso de independencia en Catalunya puede afrontarse sólo con
representantes de izquierdas y transgresores?
Los hijos de padres de clase media-baja
catalana, que han tenido que buscarse la vida, muchas veces auto empleándose y
que han llegado a ser pequeños empresarios no viven obsesionados por una cierta
inseguridad. Han aprendido a convivir con ella y saben que con muchas ideas,
mucha dedicación, mucho esfuerzo, mucha planificación y mucho aprender de los
fracasos, se aprende a ser empresario. Han aprendido a disfrutar de las cosas
que no conocen, porqué están seguros que podrán encontrar la forma de convertir
los problemas que se encuentren en cualquier escenario en oportunidades. Han
aprendido a convivir con las contradicciones y las diferencias y no piden nada
especial al erario público; sólo esperan de los políticos que les dejen hacer
su trabajo.
Cuando
se ha de crear una empresa, los inversores han de aportar recursos materiales y
los trabajadores han de aportar sus conocimientos y su trabajo cualificado.
Como en una orquesta, aunque tenga los mejores músicos que toquen los mejores
instrumentos, se precisará la competencia de un buen director y cuando se
disponga de todo esto, todavía faltará convencer a los clientes para que
compren el producto fabricado o el servicio dispensado. Apliquen esto al nuevo
Estat Català que se pretende crear.
Los
empresarios pequeños y grandes se afiliarán al proyecto de una Cataluña
independiente sólo si comprueban que los que dirigen el proceso hacen un buen
trabajo, y entienden que el empresariado debe jugar un papel muy importante en
la construcción de una Cataluña independiente. Todos
los emprendedores desde los autónomos a las medianas empresas, no lo harán solo
por estricta conveniencia, pero si deberán estar muy convencidos. Sólo se
sumarán después de evaluar los costes que pueda tener para cada uno de ellos,
la aventura de sumarse al PROCÉS para intentar conseguir la Independencia. Sólo
un loco tiraría por la borda el resultado del esfuerzo de muchos años y de cuyo
buen funcionamiento depende el bienestar de muchs personas.
Pensemos que al día siguiente de
proclamada la “independencia” tendremos que asumir una parte de la deuda de
España y necesitaremos inversores internacionales que quieran comprar deuda
catalana. Hay entidades internacionales que tienen trillones de euros y de
dólares en paraísos fiscales y si se crea un producto financiero con deuda
catalana, les puede resultar interesante invertir en el mismo; siempre que las “estructuras
del Estat Català” que se hayan puesto a punto sean avaladas por organismos
internacionales y la seguridad jurídica esté completamente garantizada. Las
“estructuras avaladas por Organismos internacionales” son imprescindibles; sin
ellas no hay nada que hacer. Primero hay que crearlas y cuando estén operativas
deben estar avaladas internacionalmente. ¡Poca broma!
Hay estrategias para poder formar parte
del sistema monetario europeo y del euro sin necesidad de pedir el ingreso ni
de periodos de transición. Parece que altos funcionarios del BCE han reconocido,
a algunos organismos empresariales, que si realmente se llevaban a cabo, no les
quedaría más remedio que aceptarlas. Hay dos posibles escenarios: que la UE
vaya sobreviviendo a la crisis económica, donde se puede aplicar estas
estrategias; o bien que ya sea por el Brexit o de alguna otra circunstancia,
Alemania y los países fuertes quieran
desligarse de los países del sur de Europa y surja una Europa con dos o más
euros. Si esto sucediera, tal vez Barcelona podría ser la sede de uno de los
bancos centrales de estos euros. ¿Está
haciendo la Generalitat algo al respecto? ¿Está la Generalitat valorando suficientemente la importancia que tiene
el tejido empresarial catalán, tanto en el PROCÉS como en la construcción de
las estructuras de Estado?.
¿Cómo
ayudan las acciones de la CUP y otros partidos, que intentan monopolizar el PROCÉS
y virarlo hacia las izquierdas, a que el tejido empresarial se desvincule del
PROCÉS?
Cuando un “propietario” se afilia a una
entidad lo hace por puro convencimiento, no sólo por conveniencia. Y cuando no
se hace sólo por conveniencia, uno no se bloquea solo con pensar en los costes
que pueda tener para uno mismo. Si los dirigentes del PROCÉS pretenden conducirnos
hacia un Estat Català democrático y transversal, no le queda otra que conseguir ilusionar también al sector
empresarial y a los catalanes de centro derecha para que apoyen un cambio como
el que se pretende en Catalunya. Eso solo lo conseguirán si esos
“propietarios” —de bienes materiales, pequeñas empresas, negocios y ahorros— se
convencen razonablemente de que los que dirigen el PROCÉS están haciendo un
buen trabajo. Sólo se conseguirá si las
fuerezas políticas que les representan y las que lideran el PROCÉS les dan
muestras tangibles de que cuentan con sus opiniones para la construcción del
nuevo Estat Catalá y tienen una seguridad de que se respetarán razonablemente sus
intereses.
Se suele decir que “Es mejor ir solos que
mal acompañados” y algunas veces se aplica esta reflexión a Catalunya y al
resto de España. Puede que sea cierto, pero también hay que tener en cuenta los
costes de la “separación”. Cada uno que
piense cuales son sus costes privados de separación, tanto sentimentales como
económicos. He oído decir muchas veces que “un pueblo que ha empezado a
caminar no hay quien lo detenga, y el pueblo catalán se ha puesto en marcha”. ¡Cierto!
Aunque, tal vez sea muy pragmático, pero
lo único que han visto mis ojos son manifestaciones multitudinarias lúdico
festivas con castellers, gegants y alguna “bestia” de fiesta mayor; muchísimos
abuelos, padres y niños con camisetas nuevas, ondeando banderas, con una gran
deseo de que todo salga bien, para que nos “gobiernen” mejor y se haga realidad
la esperanza de que vivamos mejor en una tierra hermosa con una sociedad más transparente
y justa, y podamos hablar de tu a tu con nuestros vecinos…
La ilusión es imprescindible para el buen
desarrollo de cualquier empresa, pero también es bueno tener los pies en el
suelo y el “seny” sereno. Por eso me hago estas preguntas:
¿Están
nuestros políticos preparados y unidos para desarrollar el PROCÉS en esta
legislatura? y ¿lo están los catalanes que se sienten y declaran favorables a
tener un Estado propio para Catalunya?
Me gusta leer a los clásicos porqué en lo
tocante al ser humano pueden variar las formas, pero en el fondo casi todo
sigue igual que hace mil años. Séneca decía: «Ni una cosa ni otra ha de hacerse,
pues ambas son viciosas: fiar de todos y no fiar de nadie; ahora bien, yo te
diría que el primero de estos extremos viciosos es más noble, aunque el segundo
sea más seguro».
Cuando
uno es joven se siente más fuerte para arriesgarse en empresas, esperando que
la incertidumbre sea recompensada; y si no, tiene toda la vida por delante para
intentarlo otra vez. Cuando uno se hace mayor, tiene más miedo de caer porqué
tiene más cosas que perder, menos
fuerzas para levantarse y sobre todo, lo que menos tiene es tiempo para volver
a intentarlo; por ello, si es responsable, debe afinar la apuesta. Como ya
tengo unos años y se que decir “Algo hay que hacer, no se que, pero algo hay
que hacer” sirve para poco más que para hacer ruido, me hago estas preguntas:
¿Qué
pasará cuando tengamos que salir a la calle para “protestar” porqué las leyes
que dicta el Gobierno español y los tribunales en los que influye, no nos dejen
“emanciparnos” como nación? ¿Protestará la misma
gente que ha llenado las avenidas en las últimas cinco Diadas, pero esta vez
con nombre, apellidos y DNI?.
¿Qué pasará si el Gobierno español se
niega a negociar una “separación amistosa” como hasta ahora y los catalanes
tengamos que ir a votar una RUI / RUV / DUI?
¿Qué
pasará si el resultado del referéndum es “NO”?
¿Todo el mundo se quedará tan tranquilo? Y si es “SI” ajustado…
¿Qué
pasará cuando tengamos que escoger entre pagar impuestos a la Agencia Tributaria
Catalana o a la AEAT española con la amenaza d elas multas por incumplimiento
correspondientes?
Puede que esas preguntas sean adelantar
acontecimientos, pero ningún marinero se ha vuelto experto en aguas tranquilas
y ya dijo Séneca en el año 71: «Ningún
descubrimiento se haría ya, si nos contentásemos con lo que sabemos».
Nuestro futuro personal y el de nuestra
comunidad nacional catalana está en riesgo y no estamos jugando al Pokémon GO.
El PROCÉS en Catalunya va en serio y muchísimos catalanes están ilusionadísimos
con el tema. Por tanto, es preciso que cada uno de nosotros, reflexione
concienzudamente, evalúe las consecuencias personales de acompañar o no al
PROCÉS hasta sus últimas consecuencias para que tenga éxito o no, y tome una
decisión bien meditada. Todos nos jugamos mucho.
©JuanJAS