martes, 27 de diciembre de 2016

¿Recuperación?, ¿Trabajo? Todo ha cambiado

España está volviendo a ir bien

Conozco un ingeniero industrial con un master, buenos conocimientos de inglés y francés, que firmó un contrato como auxiliar de laboratorio en una empresa multinacional; eso sí, le dijeron que pronto, si todo iba bien, se lo harían de técnico. Este caso pasó hace 35 años. Casos similares han pasado siempre que la oferta de trabajo ha sido muy superior a la demanda. En esos casos podríamos encontrar a un doctor en astrofísica que trabaje de barrendero o a un mñedico que guardias incluidas cobre un sueldo similar al que cobra una dama de compañía. Lo que sea para no morirse de hambre si no se opta por pedir a la puerta del super.
Nadie se acuerda del paro de 1997 prácticamente tan alto como el de ahora

Eso no quita que cuando una persona titulada en arquitectura, que ha realizado prácticas en un país europeo, con un master de gestión, y con Inglés perfecto, está “vendiendo cocinas”, es que algo sucede en el sistema en el que nos movemos que no funciona bien; al margen, claro, de ser tremendo para quien lo padece: consideración profesional, valoración personal, remuneración, ...  Y mucho peor cuando esa situación aparece regularmente en el tiempo: Hace treinta y cinco años en el caso del ingeniero y hace dos años en el caso del arquitecto.
Cuando se dice que la tasa de ocupación entre los titulados universitarios es mucho más elevada que entre los no universitarios, ¿cuántos casos como el descrito se estarán contando? ¿También este caso es una muestra más de que España se está recuperando?
En fin, ‘España está volviendo a ir bien’ ... según nos dicen.

¿Recuperación?, ¿Qué recuperación?
El  FMI pide a España que suba los tipos reducidos de IVA, la tributación medioambiental y el impuesto sobre los carburantes. Además, insta a que se revise la eficiencia del gasto en educación y sanidad. Y todo ello para conseguir una reducción sostenida del déficit público y la deuda, cuyo excesivo tamaño sigue dejando a la economía española "muy vulnerable a las perturbaciones exteriores".
El FMI considera que la carga tributaria se trasladaría más sobre el consumo que sobre el trabajo, lo que a su juicio resultaría más favorable para el crecimiento.
El FMI reclama un ajuste estructural del orden del 0,5% del PIB al año, es decir, unos 5.500 millones de euros. Con este ritmo de ajuste se podría lograr un equilibrio adecuado entre el mantenimiento de la recuperación económica y la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas.
El FMI denuncia el abuso de la contratación temporal en España. Aunque la institución destaca el robusto ritmo de creación de empleo y aplaude las reformas emprendidas, la mayor parte de los nuevos empleos son de carácter temporal, y la dualidad del mercado de trabajo acentúa especialmente la volatilidad del empleo e inhibe la inversión en capital humano y la productividad de los trabajadores. La contratación indefinida debería ser más atractiva para el empresario, ofrecer mayor seguridad jurídica a las empresas en materia de despido y permitir una mayor flexibilidad en las condiciones de trabajo.
El FMI piensa que la moderación salarial y una mayor flexibilidad del mercado laboral han contribuido a que la economía española recupere competitividad y genere empleo a buen ritmo. Aún así es prioritario fomentar la creación de empleo entre dos colectivos muy sensibles: los parados de larga duración y los jóvenes de baja cualificación.
El FMI piensa que la recuperación española es sólida y los desequilibrios se están reduciendo. El rebrote del consumo privado, de las exportaciones y de la inversión, ayudado por las reformas aplicadas, sigue siendo el principal motor del crecimiento.
Las medidas del Banco Central Europeo han supuesto un viento de cola decisivo para la recuperación de la economía española, que incluso califica de "impresionante". "Se ha visto beneficiada por impulsos favorables, tales como la política monetaria acomodaticia del BCE y la relajación fiscal. Pese a un prolongado período de incertidumbre política interna, el crecimiento del PIB real y la generación de empleo siguen estando muy por encima de la media de la zona del euro". Se prevé que la cuenta corriente registre su cuarto año consecutivo de superávit, contribuyendo así al actual proceso de reequilibrio de la economía. Los balances del sector privado, incluidos los del sistema bancario, han seguido mejorando, se ha incrementado el acceso al crédito y los precios del sector inmobiliario han repuntado.
Las áreas donde más se precisa mejorar son: aumentar la productividad de la economía, aumentar el tamaño de las empresas, la unidad de mercado, la educación y los bajos niveles de inversión en I+D .
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El informe del FMI no dedica ni una sola palabra a la creciente tasa de pobreza; ni al ascendente número de personas en riesgo de exclusión social; ni al subempleo; ni a los salarios medios que en términos reales llevan años decreciendo; ni al colapso anunciado en el sistema de pensiones; ni a una competitividad basada en la reducción de costes laborales; ni a que la sociedad española se está escindiendo en dos:
a.- La parte que cree que ahora si porque necesita creerlo y de momento no le han echado del trabajo.
b.- La parte que ha quedado en la cuneta y ahí se va a quedar porque no es necesaria.
De todo eso y de cosas parecidas, ni pío; pero no por cuestiones ideológicas o para oprimir a ‘las clases populares’, sino porque ningún otro planteamiento tiene cabida en sus esquemas de trabajo.
Lo anterior puedo entenderlo porque es ‘su forma de hacer’, lo que no comprendo es que una institución como el FMI diga que la recuperación de la economía española es impresionante teniendo en cuenta como se ha producido, y en base a qué se ha producido tal aumento.
España tiene una productividad por hora efectivamente trabajada muy baja, un nivel de fraude fiscal enorme, una tasa de economía sumergida de país subdesarrollado, una estructura de PIB dependiente.
El FMI dice lo que dice porque es imprescindible que la confianza en España no empeore a fin de que no se encarezca la deuda de España y España deba pagar más de los 30 mM€ de intereses de su deuda que ya paga y para que esa ciudadanía española que está en la cuneta no se asuste ante el panorama que España tiene ante sí y no salga a la calle diciendo que ya está harta de lo que sucede. Y por eso, por ejemplo, el FMI recomienda que hay que contratar gente en las condiciones que sea a fin de que el paro descienda y a los parados no les de por pensar en “cosas inconvenientes”. Y por eso cada vez se habla con más normalidad y más habitualmente de la renta básica o equivalentes.
Pero el FMI acierta en una cosa: el problema de España es de ingresos mucho más que de gastos, lo que sucede es que para que esos ingresos aumenten los gastos bajarán porque la renta personal disponible es la que es … y nada apunta que vaya a aumentar para una gran mayoría.
Lo de siempre: más dinero para unos poquísimos y migajas para mantener callados a los parias y a pagar los mismos de siempre, los que no pueden escaparse, porqué lo que es ganas, tienen y muchas.

Formación y trabajo
En las áreas subdesarrolladas, si tienen hijos por razones culturales y en las zonas desarrolladas —cada vez hay mas ancianos y menos natalidad— menos mal que las razones principales para tener hijos son emocionales, porque si las parejas se guiaran por razones más racionales, visto el  futuro que parece les espera a la próxima generación —subempleo y un estándar de vida reducido a lo básico—, se les pasarían las ganas de procrear.
Las parejas jóvenes que subsisten con uno o dos hijos pequeños, se preguntan:  ¿Realmente habrá dentro de unos años alguna carrera universitaria que sirva para encontrar trabajo?
El otro día estuve viendo un listado de trabajos con riesgo de ser automatizados y sentí un ligero escalofrío pensando que decidiría estudiar si ahora tuviera que volver a elegir estudios y carrera profesional. Es brutal. Tal vez elegiría algo vinculado con la educación o con el cuidado a personas dependientes. No sé. ¡Superdifícil elección!
Parece que la tendencia es que las compañías diseñen recorridos formativos sobre temas que les interesan y que encarguen a las universidades que preparen cursos y los impartan. Por supuesto, quien esté interesado en algo deberá esforzarse en aprenderlo en plan autodidacta. Sigue siendo válido mantenerse empleable y para ello recordar que lo importante es saber hacer aquello por lo que alguien esté dispuesto a pagar, sin que importe mucho como se ha obtenido el conocimiento o cuanto tiempo u esfuerzo ha costado. Esta especialización del aprendizaje comportará seguramente una reducción y concentración de centros universitarios.
Los grados y masters convencionales o generalistas —muchos solo sirven para llenar líneas de currículo— pienso que se irán extinguiendo al igual que el método de enseñanza tradicional: un aula llena de alumnos y se sustituirán por grupos muy reducidos conducidos por expertos en lo concreto que se enseñe. Los temas generales pueden encontrarse en la nube. Las dudas también podrán resolverse por Internet, en abierto o en plataformas de pago, ayudadas por videoconferencias, proyecciones holográficas, interactuación, etc.
Un futuro difícil y a la vez apasionante.

Reparto del tiempo de trabajo
La automatización y digitalización de procesos (entre otras innovaciones, impresión 3D, nanotecnología...) podrían reducir drásticamente la demanda de factor trabajo en el futuro. 
Ante estos se oyen voces que claman por el “reparto del trabajo” o el reparto de las horas trabajadas por cada trabajador. Defienden que la reducción de la jornada laboral no es solo un medio para crear empleo, sino también la semilla de un modelo distinto de sociedad. El tiempo entre el trabajo obligatorio y la vida personal, entre la economía y la sociedad nos plantea la cuestión mas radical: el sentido de la modernidad tecnológica, la relación y el equilibrio entre los medios y los fines de nuestra existencia personal y colectiva. Mucho mas que una cuestión económica el reparto del trabajo es un dilema de civilización. El problema del tiempo moderno se puede abordar desde sus múltiples flancos: económico, sociológico, cultural, político, histórico, antropológico, psicológico e incluso filosófico… La tesis de liberar el tiempo de la servidumbre del trabajo es tan fuerte y sencilla de entender como políticamente compleja de aplicar: la revolución tecnológica de la información permite, y a la postre exigirá, reducir y reorganizar la jornada laboral, provocando una nueva distribución del tiempo entre el trabajo el tiempo necesario obligado y la vida, personal, familiar y social, el tiempo libre o disponible, reducir el tiempo de la economía y aumentar el que la sociedad y las personas necesitan para producirse y desarrollarse a si mismos. 
Conceptualmente esta propuesta redistributiva puede encontrarse solidaria y hasta elegante, pero lo cierto es que no funcionaría porque lo que sucede es que cada vez se precisa menos factor trabajo y cada vez se va a necesitar menos y por ello, ¿qué repartir si con el empleo a tiempo parcial y temporal se cubre el trabajo que se necesita durante el tiempo que se necesita y además basta con pagar solo por ese trabajo?
Además el reparto del trabajo reduciría la productividad. Esto cuesta de entender con claridad a las personas que no han actualizado el concepto “productividad” a la situación actual.
Hasta los años 80 el concepto de “productividad” estaba vinculado con el de “producción”. Manteniendo la cantidad de operarios o de tiempo trabajado, se aumentaba la productividad para que aumentase la producción. A partir de los 80, cuando debido a la tecnología “generación de PIB” y “necesidad de factor trabajo” dejaron de estar vinculados, ese concepto de productividad comenzó a cambiar.
Hoy el objetivo es producir la cantidad que ahora sea conveniente producir del bien que se precise y con la calidad mínima adecuada. Antes, si 10 trabajadores en una hora producían 1.000 unidades y se intentaba reducir costes aumentando la productividad por trabajador —por ejemplo de 100 a 400— produciendo 2.000 unidades con sólo 5 trabajadores. El problema actual es que no se puede aumentar la producción hasta el infinito porqué no hay suficiente demanda. El problema viene cuando no son necesarias 2000 unidades, ni siquiera 1000, sino sólo 500 unidades y hacerlo con sólo un trabajador. Así la productividad se habrá mejorado hasta 500; es decir, la tecnología y su organización asociada ha desvinculado cantidad producida de productividad. (Como eso es muy difícil de aplicar a los servicios, la introducción de la tecnología está siendo lenta, pero cuando se introduzca la productividad se disparará. Por ejemplo, piensen en la telemedicina. ¿Se imaginan el aumento de eficacia del sistema global si el médico del CAP te pudiera visitar por teleconferencia, sin salir de casa para un simple resfriado o gripe, o para renovarte la receta electrónica).
Los que proponen el “reparto del tiempo de trabajo” permanecen anclados en la antigua concepción de la productividad, pero: ¿qué tiempo de trabajo se va a repartir si lo que se produce cambia y el objetivo es reducir el uso de factor trabajo?. Tengan en cuenta además que el reparto del tiempo de trabajo reduciría los salarios, con lo que el poder adquisitivo de los trabajadores se reduciría y como consecuencia debería aumentar muchísimo su productividad para reducir los costes lo suficiente para poder bajar los precios de los bienes y servicios de forma que estos trabajadores los pudieran comprar. 
Pero incluso en procesos productivos mucho más reglados el reparto del tiempo de trabajo tampoco funcionaría. Cambios de turnos, conexión y desconexión en períodos de tiempo mucho menores, ... es al revés: jornadas un poco más largas con apoyo tecnológico adecuado mejoran la productividad y ... no sólo no reducen los salarios sino que pueden incrementarlos. 
Hay que buscar otra solución, pero los cantos de sirena del “reparto de trabajo” hoy ya no funcionaría.
©JuanJAS

viernes, 23 de diciembre de 2016

¡Póngase en serio con sus pensiones!.

Las alarmas no pueden sonar más alto: la hucha de las pensiones parece que va a agotarse el próximo año, la esperanza de vida es cada vez mayor y el número de nuevos cotizantes crece prácticamente a la vez que el número de pensionistas y previsiblemente se reducirá en el futuro.
El primero de nuestros principios debería ser que “no debes engañarte a ti mismo, y eso a pesar de que eres la persona más fácil de engañar”. Esto es cierto en todos los ámbitos de la vida. Pensamos que nos vemos mejor que la realidad, que somos mejores padres, mejores hijos... Pero de todos los lugares donde existe el auto-engaño, la inversión debe encabezar la lista. En lo refente al dinero, al ahorro y a la inversión, la mayoría no tienen en cuenta este principio. Se empeñan en no oír las señales de alarma, pero existen y los que tienen un comportamiento proactivo, lo primero que deberían hacer es concienciarse de la necesidad de ahorrar un poquito y regularmente, para intentar mantener un nivel de vida “razonable” cuando no puedan tener ingresos derivados del trabajo.
Lo segundo es ahorrar correctamente.
En las últimas décadas hemos vivido bajo tres paraguas: 
  • Existía una rentabilidad razonable y sin riesgo para nuestros ahorrillos, 
  • La vivienda nunca bajaba y por ello, invertir en ella era el mejor plan de pensiones y, 
  • Las pensiones estaban garantizas por el Estado y sus Gobiernos. 
Esos paraguas se han roto, tienen muchas goteras y nadie sabe o quiere arreglarlos. 
Resumiendo, nos hemos quedado desprotegidos ante las inclemencias y no queda otra que cada uno ponga algo de su parte para completar las inciertas pensiones publicas. Cuanto antes empecemos a ahorrar mejor, pues el ahorro sistemático permite, con un menor esfuerzo, alcanzar un capital suficiente como para construir una renta que complemente la pensión pública que finalmente podamos recibir. El esfuerzo de un joven de 30 años que empieza a ahorrar para la jubilación, aunque signifique diferir algo de disfrute inmediato,  será menor que si empezamos a ahorrar a los 50 años. 
Hoy existe un amplio número de alternativas de ahorro a medio o largo plazo y se puede hacer desde 100€. Tenemos que utilizar todos aquellos que nos permitan realizar una planificación financiero-fiscal óptima para conseguir los objetivos de ahorro; planes de pensiones, planes de previsión asegurados, PIAS, SIALP, Unit Linked, fondos de inversión, seguros de rentas temporales o vitalicias... etc. Lo importante es combinarlos correctamente para conseguir obtener el mayor resultado posible e ir recogiendo en cada momento aquel que sea más beneficioso, ya sea en forma de capital o en forma de renta. 
¿Cómo hacerlo? Dedicando tiempo a aprender sobre el tema o pagar por un “asesoramiento independiente”. El ahorrador más joven puede aceptar más volatilidad en sus inversiones siendo algo más conservador cuando se acerque el momento de su jubilación.
Max Bazerman, de la Harvard Business School, dijo que "es fácil tener ilusiones sobre el futuro si no se tiene un control sobre nuestro pasado reciente". Piensen como han legado a donde están y que hubieran podido hacer de una forma mejor. A la vista de su análisis, tomen la decisión que crean oportuna, pero tómenla cuanto antes. Póngase en serio con sus futuras pensiones de jubilación. Mejor aún si están en la treintena, porque tendrán que hacer menos esfuerzo y podrán tolerar mayor volatilidad para llegar a su objetivo, ya que la “magia” del interés compuesto les ayudará y mucho. Si lo dejan para mañana, llegarán tarde. Relean la fábula de la “cigarra y la hormiga” que por muchas críticas que reciban los cuentos con “moralina”, la realidad es terca y siguen estando vigentes.
Si quieren leer algo al respecto durante estos días navideños, aquí tienen un “Especial fin de años-Planes de Pensiones”. Es un documento de “márketing NO independiente" y por tanto hay que leerlo críticamente, pero, para empezar a pensar en el tema y para preparar las preguntas que deberán hacerle a su asesor, ya vale.
Infórmense y piensen críticamente, como deberíamos hacer con todo lo que leemos. No tengan pereza, ¡piensen! y ¡actúen!
©JuanJAS

Documento de marketing sobre las Pensiones…


sábado, 17 de diciembre de 2016

Papá Estado proveerá…

Normalmente la mayoría conocemos bastante bien las fases 1ª y 2ª del conocido pensamiento de Schopenhauer. Con el tiempo, algunas veces nos encontramos con personas que nos explican con elocuencia las posiciones que nosotros mantuvimos durante las dos primeras fases -mientras ellos nos las criticaban- como si las hubiesen descubierto ellos o fuesen de sentido común. Si así son felices… 
No importa quien se lleva la medalla, lo que importa es ser consciente de que el ser humano solo puede crecer en la adversidad, porque es entonces, y solo entonces, cuando toma conciencia de sus debilidades y puede afrontarlas. 
Cuando tengo la tentación de hacer alguna predicción, pienso que nadie es capaz de prever lo que va a suceder o al menos no conozco a nadie que haya conseguido hacerlo bien de forma sostenible, aunque presuma de ello. Por ello pienso que intentar predecir el devenir es una perdida de tiempo, y procuro no perder tiempo en leer a nadie que quiera explicarme lo que va a pasar. Reconozco que muchas veces es difícil resistirse ante la popularidad de algunos gurús y la omnipresente propaganda de los medios que les da popularidad. 

Lo que sí que podemos (y debemos) intentar cada uno de nosotros es diagnosticar el panorama actual sin engañarnos a nosotros mismos, contemplar los múltiples escenarios que se pueden producir, y, sin perder tiempo en tratar de predecir cual de ellos acabará sucediendo, protegernos de la mejor forma que sepamos. 

En el tema económico, el mundo desarrollado (USA/EUROPA/JAPON, etc..) tiene mucha deuda y por ello una cierta fragilidad ante los imprevistos que puedan suceder en el futuro; la solución incómoda para los políticos —aunque correcta a mi entender— pasa por reducir el gasto público, los impuestos, y la regulación excesiva. La tentación más cómoda —para mi, incorrecta— es inyectar dinero en la economía, generar inflación y así aliviar la carga de la deuda. 
En los últimos 5 años los BCE han llevado a cabo experimentos monetarios con los siguientes resultados: 
El BCE pretendía...        ... y consiguió que... 
Relanzar la inflación    El IPC esteá hoy por debajo de cuando empezó el QE 
Relanzar las bolsas       El EuroStox 50 se mueva en el mismo nivel que cuando empezó el QE 
Relanzar el crédito       El crédito al sector privado esté igual que cuando empezó 
Relanzar el crecimiento   El crecimiento es el mismo que cuando empezó el QE 

Los únicos efectos verdaderos del QE en nuestra opinión han sido: 
· Bajar el coste de financiación de los Estados, para facilitarles la emisión de deuda y darles más tiempo para cuadrar el presupuesto.
· Depreciar el EURO alrededor de un 15% para favorecer a los exportadores. (¡perjudicando con ello a los importadores!) 
Si algún día acaban los QE: 
· ¿Aguantarán los Estados unos tipos de interés más elevados? 
· ¿Podrán competir los exportadores con un Euro más elevado? 
Muchos inversores cuando tienen miedo acuden a la renta fija, pero hoy esa es la zona que más miedo da. En el contexto actual tan complicado, lo más prudente es: 
· Ante valoraciones elevadas, podemos protegernos comprando empresas baratas; 
· Ante la deuda soberana tan alta y creciente, son preferibles las compañías sin excesiva deuda; 
· Ante experimentos monetarios de bancos centrales, es más prudente refugiarse en empresas con equipos gestores/dueños que se juegan su dinero y han demostrado prudencia en el pasado. 
Parece fácil, pero en estos tiempos, lo fácil y lo prudente no tiene demasiada buena prensa. Lo políticamente correcto es disfrutar tanto como se pueda —durante el puente de la Constitución los hoteles registraron casi lleno absoluto y riadas de turistas quemaron gasolina por las carreteras—, sin reparar en gastos y cuando se termine el parné si no queda para pagar el alquiler ya pediremos ayuda a la PAH, nos declararemos pobres energéticos o pediremos ayudas varias… ¡Papá Estado proveerá! 
¿Cuando empezaremos a responsabilizarnos de nuestros actos como personas adultas?
©JuanJAS

jueves, 15 de diciembre de 2016

Guerra de Sexos

Las corrientes ideológicas imperantes en el contexto de lo “políticamente correcto” hoy dictan lo que debemos pensar, sentir, creer, decir e implementar en nuestras vidas. 
La policía del pensamiento –encarnada en los medios oficiales, los políticos progresistas y en miles de seguidores por las redes sociales– se incomodan cuando alguna persona se desvía de la senda de pensamiento que establecen y expresa libremente su criterio, compartido en silencio por muchos que no se atreven a mostrarse como son por múltiples razones. 
He leído en el blog “Psicodinámica y Humanismo” de José Luis Cano Gil, Psicoterapeuta y Escritor,(1) un manifiesto atribuido a “Sandra Enya”, que también ha sido compartido en Facebook en la Biografía de “Sandra Enya” 
A partir de manifiesto y de otra información obtenida de Google, he realizado un vídeo que he titulado “Guerra de Sexos” para que mediten sobre un aspecto que hace años que altera nuestras conciencias y nuestra forma de relacionarnos socialmente: el ataque al género masculino en los grandes medios de comunicación.
Cualquier persona prudente y mínimamente reflexiva sabe que hay múltiples formas de acercarse a los temas, que las relaciones son complejas, que es necesario meditar regularmente y también sabe que no suele hacerse. Muchas veces los medios difunden temas complejos, que algunos interpretan visceralmente y que deforman o sacan de contexto demasiado impulsivamente.
Si tienen a bien ver todo el vídeo, tal vez les motive para pensar en la forma en que los medios difunden una propaganda que se parece más a la misandria que al verdadero feminismo. 
Tal vez se pregunten el porqué de ese “ataque al género masculino” acusando a la inmensa mayoría de varones inocentes, por los actos incalificables de unos enfermos degenerados que perpetran sus actos contra algunas mujeres y no lo olvidemos, también contra niños y hombres. De la misma forma que hay un vocabulario sexista que discrimina a la mujer, actualmente también hay comportamientos y leyes que discriminan al hombre. Les recomiendo que vean el vídeo “Los hombres también son oprimidos” (3) y el blog donde están los enlaces citados en el vídeo para que puedan ampliar la información (4). Encontrarán pocos vídeos (5) que traten de la opresión hacia los hombres porque a ellos no se les ha enseñado a quejarse y si lo hacen no les cuento la reacción que desencadenan en los demás…
¿Quienes están interesados en criminalizar al género masculino?
¿Quiénes son tan inconscientes de seguirles la corriente?
Ojalá se imponga la lucidez en nuestra sociedad y se denuncien, afeen y persigan todas las malas acciones que algunas personas o instituciones realicen contra otras, en lugar de criminalizar a las personas por razón de su sexo, color, religión, etc. 
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde.
©JuanJAS



Citados en el texto:

(1) “Psicodinámica y Humanismo” de  José Luis Cano Gil, Psicoterapeuta y Escritor

(2) Facebook en la Biografía de “Sandra Enya”  https://www.facebook.com/SandraEnya11?fref=nf&pnref=story.unseen-section

(3) “Los hombres también son oprimidos”


(5) Discriminando al hombre