martes, 27 de enero de 2015

Jroña q Jroña .... ¿Vamos de coña?…

Alezis Tsipras, el líder de la Coalición de Izquierda Radical “Syriza”, ganó los comicios griegos seguidos con extrema atención por toda la Unión Europea. Tsipras, el líder más joven de la historia de Grecia, es un brillante orador que acostumbra a dejar contundentes frases en sus intervenciones al estilo de: 
"A partir del próximo lunes no habrá un parado más sin prestación, ni una persona desahuciada, ni un niño sin guardería".

"A partir del lunes acabamos con la humillación nacional y con las órdenes del extranjero".

"La democracia significa que cuando algo no funciona se puede cambiar".

"No hay nada que negociar en torno al memorándum porque no se negocia con el infierno".

"La gente por la calle no me pide más clientelismo, no me pide que coloque a sus hijos en un puesto de trabajo, me pide que no traicione nunca las cosas que digo". 

"El viento del cambio sopla en Europa, en Grecia se llama Syriza, en España se llama Podemos”.
El presidente de Syriza, Alexis Tsipras, dijo ayer noche: "Hoy se ha escrito una nueva página en la historia de Grecia. Se queda atrás la catástrofe humana que ha causado la austeridad. Han sido cinco años de humillaciones, y ahora recuperamos el optimismo, la dignidad y la esperanza en el futuro".
"No hay ganadores y perdedores" "Sólo la élite antidemocrática ha perdido; y gana la Grecia de la lucha, del conocimiento, de la cultura, la que lucha buscando un tiempo de crear un futuro con dignidad”.
"Es un gran paso hacia adelante, no sólo en nuestro país, sino en toda Europa. Hoy estamos celebrándolo, pero mañana habrá que empezar a trabajar duro, porque los griegos, todos, cerramos hoy el círculo vicioso de la austeridad, cancelamos el memorándum. Es el voto que deja en el pasado la troika, porque los griegos nos han dado un mandato muy claro"…
"Confiamos en toda la ciudadanía, lucharemos juntos y trataremos de reconstruir el país con prosperidad, estabilidad y solidaridad".
Alexis Tsipras ha resuelto con éxito su primer problema. Aunque también era el más fácil. Gracias a una cómoda mayoría suministrada por unos votantes que no estaban tan indecisos como parecían, podrá gobernar en solitario, o con el apoyo del partido de la derecha nacionalista Griegos Independientes (ANEL). Tsamaras y la Nueva Democracia que llamaba gobernar a algo que sólo era una gran estafa han recibido un merecido castigo. Ahora Syriza tendrá que enfrentarse a un problema bastante más complejo y de más intrincada solución. Puede gobernar en solitario en Atenas, pero no puede gobernarse solo en la UE. Necesita socios y los necesita con urgencia si quiere sobrevivir a su gran victoria y apurar sus posibilidades de cumplir un programa tan sensato como imposible sin la ayuda del continente.
Grecia debe el 175% de su producto interior bruto, su economía no crece y ha perdido la cuarta parte de su riqueza, el paro supera el 25% y los mercados están prácticamente cerrados para su deuda. A pesar de la quita realizada en 2011, el rescate supone una colosal factura de 250 mil millones de euros que debe principalmente a una UE donde apenas representa el 2% del PIB total. Ni siquiera es David contra Goliat, más bien parece una misión imposible. 
En la medianoche del 28 de febrero, la parte europea del programa de rescate griego concluirá. Y si antes de ese momento no hay firmado un nuevo acuerdo, el gobierno de Syriza se quedará sin sustento comunitario. Sin disponer de la ayuda congelada del Fondo Monetario Internacional (FMI) y con el acceso a los mercados cerrado en la práctica, tendrán muy difícil el pago de nóminas y servicios sociales.
Alemania tiene comprometidos en Grecia unos ochenta mil millones. Dispone de todo el tiempo del mundo para especular con la opción de la salida griega del euro –Grexit–, mientras pone sus condiciones a un deudor que todo el mundo sabe que no puede pagar. Tsipras necesita sumar aliados para equilibrar la balanza pero no los tiene a la vista. A Francia le debe cincuenta mil millones al tiempo que Hollande también iba a negociar con Europa para acabar con la austeridad, pero se topó con la misma cruda realidad e idéntica soledad. El resultado es que ahora manda el socialismo arrepentido del primer ministro Valls. 
Si Tsipras llama a las puertas de David Cameron o Mariano Rajoy (Grecia debe a los españoles veinte y seis mil millones de euros) se encontrará con devotos predicadores de la austeridad. Si llama a las puertas de Matteo Renzi, le contará que Italia, a la que debe unos cuarenta mil millones,  va camino de sus propias elecciones y ya hablarán. Si llama a las puertas de los países del Este o de otros compañeros de rescate, como Portugal o Irlanda, se topará con la temible fe de los conversos. Francia, la segunda economía de la UE, no pudo acabar con la era de la austeridad. Esperar un milagro del nuevo gobierno griego supondría otra injusticia más a sumar a la ya demasiado larga serie de tropelías que les hemos infligido. La paciencia debería volver a ser una virtud revolucionaria y por ello Tsipras en los últimos días ya aclaraba: "Reconocemos nuestras obligaciones frente a las instituciones europeas y los tratados europeos. Estos tratados prevén unos objetivos fiscales que deben respetarse, pero no las medidas para conseguirlos". Ahí está la clave: ¿Cómo utilizar los pocos recursos disponibles para que todos los ciudadanos tengan el mejor estado del bienestar? Todo depende de la ideología, de la voluntad y de la capacidad de servicio a los ciudadanos que tengan los gobernantes.
La verdad es que en Grecia y también en España, los políticos han vivido por encima de “nuestras” posibilidades y esto es lo primero que debería cambiarse. ¿Serán capaces de hacerlo? La antigua clase media empobrecida y cansada, de las mentiras y las corruptelas de los políticos, ha acudido en masa a las urnas y ha dado un puntapié a la casta de siempre, a pesar del peligro de votar a una posible futura nueva casta.
Decir que Syriza quiere refinanciar la deuda es una verdad a medias. Porque todos podemos entender que, uno que tenga muchas deudas, le diga a su deudor: vamos a negociar para pagar menos al mes y devolverte la deuda durante más años. Pero Syzira no sólo pide eso. Pide además que el resto de europeos le sigamos prestando dinero para pagar todos los gastos sociales que ha prometido a sus votantes. Esto supone que Syria no sólo quiere renegociar la deuda ya contraída sino que le demos aún más dinero prestado y seguir aumentando la deuda de Grecia, la cual ya está en el 170% del PIB. 
¿De verdad alguien piensa que esto es aceptable? 
¿Alguien cree que los ciudadanos de la UE pueden aceptar que Grecia no les pague su deuda y que encima les pida más dinero sin comprometerse ni asegurar su devolución? 
Negarse a pagar lo tomado prestado y gastado no concede más dignidad.
Siempre es mejor tarde que nunca, pero los griegos debían haberse acordado de la “dignidad”, antes de permitir que su “casta” les robara y les “entrampara” por generaciones. El que actúa mal tiene la culpa más importante, pero el que lo ve y no dice nada o lo permite, también tiene su parte de culpa: cuando muchos miles de muertos cobraban pensiones, pagas para las hijas de los funcionarios, las jubilaciones a los 50 años mediante un certificado médico que costaba 500 euros, o por haber desempeñado un oficio declarado peligroso (peluquero, artista, ferroviario, etc.,) los miles de funcionarios que enchufaba cada partido cuando ganaba, etc
En Grecia, todo empezó cuando ingresó en la Comunidad Económica Europea, con datos falseados. Sus dirigentes contrataron a Goldman Sachs que les ayudara a cocinarlos. A raíz de ello, Grecia, al igual que en España, recibió muchas ayudas económicas desde la UE para ponerse a “nivel europeo” y tanto una como la otra, no las utilizaron adecuadamente para mejorar sus economías productivas sostenibles en el tiempo y lo derrocharon en planes de empleo ineficientes y mejoras sociales impagables. ¡Viva el pelotazo y el endeudamiento!. Todo el mundo contento y rico. Los ricos forrados de verdad y los pobres pensando que eran ricos. Con una amnesia tan grande que le hizo olvidar a todo el mundo que las deudas tenían que devolverse tarde o temprano. Claro que, con un poco de suerte, cuando ya se han pulido todo el dinero y más, y no se encuentra quien paga la fiesta, siempre se puede hacer salir a los que menos han bebido para que algún vecino se la pague toda o al menos parte.
La economía productiva griega está muy poco diversificada; se basa principalmente en el turismo y en las navieras. Pensemos que Cataluña con menos población que Grecia tiene un PIB un 50% superior. Por ello, lo peor de la situación griega no es la deuda que tiene sino que ni sus ciudadanos ni las "riquezas naturales" del país generan suficientes recursos para pagarla. Por eso su prima de riesgo está disparada. 

Por otro lado, hay que refrescar la memoria porqué parece que muchos han olvidado lo que significa la pobreza, no la miseria que lleva a la inanición e incapacita para pensar, sino la pobreza, la escasez e insuficiencia permanente de lo necesario. El estado en el que se encuentran muchos griegos y también españoles, sin trabajo remunerado o con ingresos tan bajos que no ganan lo suficiente para vivir. “Desengáñense, la pobreza no es soportable”. La pobreza, produce angustia profunda, un considerable deterioro de la salud, privaciones crónicas, un estado permanente de emergencia que va creando un estilo de vida insoportable.
Quienes están en otra situación y se creen con derecho a animar a quienes padecen esa angustia insoportable suelen recomendar paciencia. “No queda más remedio. Ya se saldrá adelante, dicen. ¿Quiénes son esas personas que no vemos y a las que aconsejamos paciencia?: el camarero del bar de la esquina, la limpiadora de la esclaera, el dependiente o el reponedor de un supermercado que visitamos casi diariamente. Los trabajos sin cualificar, los que se remuneran con salarios que no dan para vivir, suelen ser precisamente trabajos duros, que exigen un gran desgaste físico y provocan dolores crónicos.
Las grandes transformaciones reales, requieren consenso. Acuerdo entre grandes sectores de la sociedad. Es innegable que la sociedad griega, también la española, necesita hoy una gran transformación y es absurdo exigir que todo vuelva a ser como era antes en la España del pelotazo, porque en los mejores tiempos, en realidad, la tasa de paro estructural ya rondaba más del 10%. El problema es si esa trasformación se encara pensando que la humanización del análisis económico es una exigencia o, por el contrario, una debilidad. Si se cree que el otro puede resistir lo que, simplemente, no es soportable. Muchos de los que han votado Syriza o piensan votar Podemos en España demandan una economía mas social y humana.
Llegados a este punto tenemos que el pueblo griego necesita dinero y no sólo no lo tiene, sino que genera menos de lo que debe a sus acreedores europeos.
Muchas son las preguntas con difícil respuesta:
¿Como pretenden acabar con la austeridad? 
¿Quién pagara la fiesta griega? 
¿Los trabajadores europeos? 
¿Los ahorradores europeos? 
¿Quién? 
¿Los super-ricos griegos, europeos o mundiales?…
¡Seguro que no!.
No es de recibo continuar asfixiando al pueblo griego, sin salir del círculo vicioso. No olvidemos que, todas estas políticas de austeridad, aplicadas como se han aplicado, no han traído más que dolor y desesperación.
El cambio es continuo, pero lo que no ha cambiado es la necesidad de comer, tener un techo bajo el que cobijarse, medicinas para curarse y una escuela para educarse. A lo peor los oligarcas tendrán que comer cien gramos menos de caviar al año o tener una querida menos, no sé, ellos dirán, pero o arreglamos esto entre todos, sin hacernos daño, o la cosa puede terminar muy mal. 
Estamos ansiosos por conocer como Tsipras conseguirá que “alguien” le refinancie la deuda externa, que nadie sabe como alcanzó un 170% del PIB. Aunque la Troika se avenga a quitarles la parte “ilegítima”, el reto es titánico, máxime cuando se produce poco y menos se recauda. Tan poco, que no da ni para pagar los intereses de esa inmensa deuda.
Nadie puede dejar de preguntarse: 
¿Cómo ha llegado Grecia a su abultada deuda? 
¿Es todo culpa de la “vaca alemana” como algunos despectivamente llaman a la cancillería Merkel?
¿Es culpa de la Troica y de los codiciosos cerdos capitalistas?
¿Es todo culpa de los "otros” o también han influido los excesos de sus políticos corruptos, de sus legislaciones, de su hinchado sector público, etc.?.
La crisis social ha sido consecuencia de las anteriores y en Occidente se mezcla con la demográfica por el envejecimiento de la población y la baja natalidad. Las consecuencias ya las estamos viendo: o aumenta el número de empleos o la proporción entre clases pasivas y activas hará peligrar cada vez más el llamado “estado del bienestar”. Mientras la economía no crezca más, hay que ajustar los gastos y por eso hay recortes que están justificados. El problema es que la mayoría de los gobiernos han mantenido gastos prescindibles –como las diputaciones, el Senado, una pléyade de funciónarios y cargos de confianza improductivos, inversiones en infraestructuras que no se utilizan con adecuado rendimiento, etc. – y en cambio se han cebado reduciendo inversiones muy necesarias, como la investigación, la sanidad y las políticas sociales de bienestar y sólo poniendo algunos parches a temas que necesitan una reforma radical como asegurar el pago de las pensiones.
Suponiendo que el nuevo gobierno de Syria sea honrado y suficientemente inteligente para gobernar eficazmente, ¿Será capaz Tsipras de enseñar a los griegos, definitivamente que no está bien el fraude fiscal, ni las prejubilaciones a los 45 años, que las navieras tendrán que pagar al fisco como las demás empresas, que hay que reducir más de un 60% el presupuesto de defensa, que hay que reducir hasta su nivel justo el nivel de “enchufados” en el sector público, …? No lo tendrá nada fácil.
Entre los votantes de estos partidos de izquierda o enfadados con los gobernantes anteriores, hay quien se frota las manos pensando que Syriza y Podemos sacarán el dinero de los ricos, para que todos los demás puedan “vivir dignamente”. Esos intentos ya han pasado muchas veces en la historia de la humanidad. Incluso en nuestro propio país en la última guerra civil. Pregunten a gente que vivió los hechos y les contarán cuanto duró la ilusión después de que algunos expropiaran las tierras y casas a los “ricos”. Máximo tres o cuatro años. La picaresca del “todos tenemos los mismos derechos pero no los mismos deberes”, dio al traste con el éxito de la mayoría de las colectividades. Muchos no son conscientes que a los “ricos” es muy difícil pillarles nada. Cuando lo intentan se dan cuenta que es así y como siguen precisando dinero, buscan los recursos donde les des más fácil encontrarlos. Se lo pillan a muchos de los que han creído en los “salvadores” y les han votado. Estos se lamentan a toro pasado cuando les congelan su cuenta corriente (corralito), cuando les incautan sus bienes privados, cuando no puedan cobrar el alquiler del piso que compraron con esfuerzo y tienen alquilado para ayudarse en sus ingresos, cuando les incautan la casa vacía de la playa, porque hay familias con hijos que lo necesitan o les ponen un impuesto extra por tener un coche de más de 100cv, etc. ¡Con eso yo no contaba! se lamentan. Claro, pensaban que sólo se lo quitarían a los otros.
Los grandes armadores griegos, si es necesario, domiciliarán sus empresas en cualquier "Paraiso fiscal" y seguirán ondeando en sus barcos banderas de Islas Caimán, Bahamas, Barbados o cualquier otro de "conveniencia" o en las ventajosas listas de la comunidad europea (Genova, Southampton, etc.) pagando impuestos mínimos y ninguno para ayudar a Grecia ni a Europa. ¡No problem! Para pagar los gastos ya están el resto de europeos, como siempre, unos más que otros.
Lo bueno de la victoria de Syriza es que levantará de sus sillas a muchos políticos, a las que sus partidos corruptos les mantienen anclados. Políticos corruptos, con poca catadura moral y ética, faltos de las ideas para mejorar situación de la sociedad y el país o de la convicción y poder necesario para hacerlo con éxito. Entrará aire nuevo, no se si fresco, con gente nueva, caras nuevas, ideas nuevas. Esperemos que sea para bien. La esperanza es lo último que se pierde, aunque ya se sabe que en estas ocasiones, “en cada lavado se pierden sábanas”.
Por el momento la Bolsa, prácticamente no ha reaccionado. Los magnates deben pensar que puestos a experimentar, mejor hacerlo con un país y una economía que representa muy poco en el ámbito europeo. Incluso si Grecia tuviera que salir del entorno Euro el impacto sería moderado. Muy diferente si el experimento se retrasara hasta afectar a España, Italia o Francia. Si el experimento sale bien, ya se ha aprendido algo. Si sale mal y sólo es una gripe de populismo, la vacuna desactivará los partidos hermanos de Syria en el sur de Mediterráneo.
En España, lo más probable es que Rajoy retrase al máximo la convocatoria de elecciones generales, no sólo porque es el rey de la dilación esperando que el tiempo resuelva los problemas sino por dos razones:
  • Para dar tiempo a que surtan efecto favorable las políticas del BCE, y
  • Cuanto más tiempo pase, mejor podrá ver si las promesas de Syriza se parecen lo suficiente a los resultados esperados, aunque como la memoria es débil, así pasó con todos los que votaron al actual partido que gobierna en solitario el Estado español creyendo en sus promesas, nunca se sabe.
Si los cambios son atractivos, los partidos hermanos del sur de Europa arrasarán, pero si se rompe el encantamiento… la gran mayoría de indecisos quedará huérfana y los de siempre seguirán cabalgando a nuestras espaldas por mucho que ladremos.
©JuanJAS

Anexo.-
Aquí las principales promesas del programa económico que llevó a Syriza a ganar las elecciones griegas el pasado domingo: Plan de choque contra la crisis humanitaria. Con carácter inmediato, la Izquierda Radical griega ha prometido repartir cupones de alimentación para todas las personas que lo necesiten, proporcionar electricidad gratuita a los hogares que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, estimados en unos 300.000; facilitar tarjetas de transporte especiales, garantizar atención médica gratuita, o reducir el precio del gasóleo para calefacción.
En conjunto, el objetivo de Syriza es movilizar 12.000 millones de euros para mitigar los efectos de la crisis sobre la población griega. Facilidades para afrontar las deudasJunto a su declarado y controvertido propósito de renegociar la deuda pública de Grecia con sus acreedores internacionales (quiere que se condone la mayor parte del valor nominal de la deuda, como se hizo con Alemania en 1953), el grupo de Alexis Tsipras ha prometido dar facilidades a los ciudadanos helenos para afrontar sus deudas con el propio Estado.
A este respecto, el programa de Syriza establece que quienes tengan deudas no destinen más del 30% de sus ingresos anuales a pagarlas. Asimismo, promete que paralizará o suspenderá los procesos judiciales contra quienes demuestren no tener ningún ingreso.
La izquierda radical helena ha asegurado también que ofrecerá financiación en condiciones especiales para las empresas muy endeudadas, con el fin de garantizar el mantenimiento de su actividad y los puestos de trabajo. Salario mínimo y conveniosOtro de los objetivos del Gobierno de Tsipras es devolver el salario mínimo de Grecia a los 751 euros en que se encontraba antes de los programas de ajuste, frente a los 586 euros actuales.
Asimismo, promete recuperar y fortalecer la capacidad de negociación de los trabajadores, reinstaurando, entre otras medidas, los convenios colectivos, que fueron eliminados en Grecia en 2012, e impidiendo los despidos masivos realizados en el pasado.
Otro de los pilares del programa de Syriza es la promesa de crear 300.000 puestos tanto en el sector público como en el privado. Fiscalidad e ingresosPara financiar los costes de su plan de reconstrucción nacional, estimados en unos 11.300 millones, el partido de Tsipras plantea, entre otras medidas, establecer un impuesto gradual a las residencias de lujo que no sean primera vivienda. Asimismo, promete que protegerá estas primeras viviendas de los procesos de subasta.
Asimismo, Syriza ha prometido intensificar la lucha contra la evasión fiscal, incrementando de forma inmediata el control de las empresas que tributan fuera del país y persiguiendo a los 2.000 griegos con dinero en Suiza que figuran en la llamada 'lista Lagarde', así como promoviendo medidas "eficaces" contra el contrabando de tabaco, combustible y otros productos.
Por otro lado, la formación de izquierda radical cree que el restablecimiento del salario mínimo y las medidas de urgencia para mitigar las necesidades de la población traerán consigo una mejora de la demanda y de la actividad económica y, por ende, de los ingresos que percibe el Estado.