martes, 30 de junio de 2015

La tragicomedia griega

Lo más prudente parece mantener la calma ante la tragicomedia griega porqué finalmente, si no se han vuelto todos locos o caraduras pidiendo que otros paguen la fiesta, el pueblo griego, en el referéndum del próximo 5 de Julio, vote SI a la permanencia de Grecia en el euro, aceptando los acuerdos planteados y casi firmados días atrás.
En este sentido el casi “corralito” —control de capitales— y las colas para cobrar los subsidios hasta no se sabe cuando, que está sufriendo la población, podría hacerles comprender lo duro que es vivir “sin euros” suministrados por los planes de ayuda que pagamos los contribuyentes europeos, porque la economía griega es turismo y poco más.

Si aceptan que vivimos fuera del “paraíso” y que alguien debe pagar la factura (los ciudadanos que pagan impuestos en Europa) tal vez sea mejor aceptar una rebaja del 2% en las pensiones que no la posibilidad de cobrarlas en dragmas devaluados más de un30% frente al propio euro. Es imprescindible que se informe mejor a la población y está claro que muchos políticos no están por la labor sino por todo lo contrario. Los ciudadanos europeos han contribuido solidariamente con sus impuestos y es posible que el pueblo llano griego no haya recibido toda la ayuda, pero el dinero se ha gastado y los gobiernos griegos saben o deberían saber en que lo han gastado o quien se lo ha quedado y las medidas ineficientes que han tomado para salir o al menos no incrementar el atolladero. No hay que confundir las cosas ni a las personas.
Todos debemos saber que detrás de la economía griega no hay casi nada (sólo algo de turismo). También tiene a su favor el lugar geoestratégico que ocupa para el mundo occidental, que vale lo que la OTAN esté dispuesta a pagar. Si los griegos se quedan sin ayuda externa, aislados del resto del mundo como si fuesen unos apestados, ¿cómo se impedirá que se produzca un éxodo masivo de ciudadanos griegos miserizados hacia la Europa rica?. No queda más que ser responsables y realistas y aceptar que Grecia no puede pagar y sólo es capaz de generar un PIB pequeño. Asumir eso tiene un problema: cuando la deuda griega la tenían bancos, el problema ‘era’ de los bancos; ahora que la tienen los Estados, el problema es de las ciudadanías europeas que aportan fondos". Me encantaría ver al presidente español explicar por la tele y en prime time que la ‘reestructuración’-la quita del 90%, por ejemplo- de la deuda griega le va a costar casi 10 000 euros por español. Como todos no pagan, puede ser por ejemplo 20 000€ por pagano. Si usted es de los que pagan, ¿cómo se le ha quedado el cuerpo?.
Señalaba el gran filósofo Platón “la burla y el ridículo son, entre todas las injurias las que menos se perdonan”. Ojalá sea verdad y los ciudadanos griegos puedan ver más allá de la espesa niebla en la que los inundan sus políticos y tomen la decisión menos mala para su futuro.
Los ciudadanos europeos de a pie con nombre y apellidos (no la Europa que siempre se nombra y que nadie sabe muy bien lo que es) están artos de pagar gastos de limpieza y que por culpa de unos y otros, la casa siga sin barrer. Están artos de apretarse el cinturón y de ver reducido su estado del bienestar para pagar la fiesta de “otros”. Tal vez no la de parte de los ciudadanos griegos, pero en algo se ha gastado el dinero que los contribuyentes europeos han pagado y transferido a Grecia a través de las instituciones. Por ello presionan a sus gobiernos para que hablen claro y defiendan de una vez sus intereses.
La culpa es muy negra y nadie la quiere, pero, por no hablar claro y por no asumir responsabilidades, no podemos permitir aquello de "entre todos la mataron y ella sola se murió".
En estos tiempos de vacas flacas, cada vez más ciudadanos honrados, queremos que nuestros políticos e instituciones nos hablen claro, que dejen de echarse la culpa los unos a otros, que asuman responsabilidades y que no nos sigan estafando ni tomando el pelo. Recordemos que "ante el vicio de pedir, esta la virtud de no dar" y los políticos hace mucho tiempo que piden mucho y dan poco.
©JuanJAS

viernes, 26 de junio de 2015

¿Ahorrar o invertir? para la “Jubilación”

Durante la cena previa a la verbena de San Juan, salió en la conversación el culebrón de las negociaciones griegas con el Eurogrupo. Está claro que ninguno de los presentes había estado en la mesa de negociaciones y por tanto nadie conocía la agenda oculta de primera mano. Lo grave es que muchos, a pesar de hablar sentando cátedra arropados por el especial estatus que se supone confieren los años, denotaban una falta total de conocimiento del tema y de la agenda pública que los medios difunden sobre el tema. Algunos compadecían a los pobres griegos porqué las perversas “instituciones” querían retrasarles la edad de jubilación y reducir dramáticamente sus “libertades”.
Pese a ser de los más jóvenes de la mesa, me atreví a apuntar: “A nadie le gusta que le suban la edad de jubilación, aunque la mayoría estaríamos encantados de disfrutar la normativa de jubilación vigente en Grecia aquí en España”.
A falta de algún experto que pruebe lo contrario, he leído que la edad promedio a la que se jubilan los griegos es la más baja en Europa, salvo Francia. Los griegos se jubilan antes de los 62 años; 2 años más jóvenes que la media de la OCDE. Las griegas, a los 60 años, 3 menos que la media.
Además, los trabajadores de profesiones “penosas” como los mineros gozan de legítimos privilegios adicionales. El problema es que entran en esa categoría oficios como el de panadero o peluquero, y que las jubilaciones anticipadas operan desde los 52 años. Parece que el Gobierno griego sólo estaría dispuesto a proponer a su parlamento aumentar la edad de jubilación hasta los 62 años, pero a lo largo de una larga década.
Además, las pensiones griegas son, en proporción, las más costosas de la UE: suponen el 17,5% del PIB (contra una media europea del 13,2%), aunque en buena parte porque Grecia vio caer su PIB un 25%. El déficit del sistema es del 9%, por un 3% en Alemania. 
¿No les parecería insidioso que Grecia nos pidiese más ayuda a sus socios europeos, cuando la mayoría (entre ellos nosotros) que no tenemos la posibilidad de disfrutar de beneficios sociales superiores a los de aquellos?. 
La jubilación es un contrato social a largo plazo, que incluye cálculos de toda una vida, materia sensible y delicada. Todos debemos esforzarnos en poder autofinanciarnos nuestro propio estado del bienestar sin contar eternamente con apoyo ajeno. Es un estilo de vida que debemos aprender en la juventud y practicar de adultos.
En la mayoría de países occidentales, todo apunta a que tendremos que asumir más riesgos para mantener, en el futuro, un nivel de vida similar al de los jubilados actuales.
Los contertulianos protestaron airadamente como si alguien les hubiera clavado un aguijón: ¡Las pensiones no pueden bajar y menos desaparecer!. ¡Tenemos todo el derecho!.
-Puede que tengáis todo el derecho, por otro lado muy discutible, añadí; pero no se si el Estado español tendrá suficientes fondos para seguir pagándolas al nivel de la última década. Tengamos en cuenta que el sistema de pensiones en nuestro país no es de “acumulación”, sino de “reparto”. Esto quiere decir que las pensiones que vosotros habéis cobrado este mes, os las han pagado con la recaudación de las cotizaciones que hemos aportado, los trabajadores en activo, a la seguridad social. Mirad entre vuestras familias que conocéis y decidme si actualmente hay más personas cotizando que hace diez años y la cuantía aproximada que cotizan. Menos. ¡Mucho menos! ¿verdad?
En cambio, vuestras pensiones no han mermado, sino que han subido un poco. Esto a sido posible a costa de reducir la “hucha de las pensiones” que el Estado tenía ahorrada. ¿Cuántos años más podrá pagar vuestras pensiones esta hucha, si no aumenta el empleo y la cuantía de la recaudación?
No estaría de más que ustedes y todas las familias… 
La música empezó a sonar y por suerte eclipsó la tertulia sobre tan escabroso tema. Las copas hicieron el resto y volvieron las sonrisas a las caras de nuestros compañeros de fiesta.

Ya en el silencio de mi casa, escribo y comparto con ustedes mi punto de vista sobre este tema de las pensiones…
Es importante hacer la distinción entre ahorrar e invertir. Son conceptos que se suelen utilizar como sinónimos, pero que son profundamente distintos.
Ahorrar es simplemente lo contrario de gastar. Es acumular el capital disponible, bien a través de una cuenta corriente, a través de depósitos bancarios o debajo del colchón, si temen a los bancos o a los corralitos. La idea es que uno ahorra porque piensa que en un determinado momento futuro va a necesitar ese dinero o le podrá dar un uso más útil. Se trata de guardar el dinero con e mínimo riesgo posible (si asumimos que no tiene riesgo guardar el dinero en la cuenta corriente, Letra o Bono del Tesoro. Incluso nos ofrecer una rentabilidad al ahorro acumulado, al menos para mantener el poder adquisitivo. El ahorro, lógicamente, está supeditado a la entrada de dinero (rentas del trabajo, rentas inmobiliarias, etc) y a saber guardarlo evitando cualquier gasto no imprescindible. Invertir es otra cosa distinta.
Invertir supone asumir un determinado riesgo con su patrimonio (o dinero ahorrado), con el objetivo de alcanzar una rentabilidad que se supone superior a la de los instrumentos de ahorro. Por supuesto no es comprarse un supercoche para presumir delante de los amigos y vecinos o cambiarse a una casa más lujosa para vivir como un marajá. Es imprescindible usar el dinero comprando algo que produzca unos beneficios (más dinero) que pueden usarse en incrementar el capital usando la magia del interés compuesto.
En el futuro, salvo los que tengan un patrimonio suficientemente grande, la mayoría de nosotros vamos a tener la obligación de invertir más que de ahorrar. Los motivos son que la esperanza de vida aumenta (mientras la asistencia médica y farmacéutica estén subvencionadas) y que cada vez recibiremos menos dinero de “papa estado”. 
Es una tendencia demográfica indiscutible. La esperanza de vida es cada vez más alta y seguirá subiendo en el futuro. Hoy en día es fácil que una persona que se haya jubilado a los 65 años, viva unos 20 años más. Esto es fantástico y más si la calidad de vida es suficientemente buena, pero supone un impacto importante sobre las finanzas personales, ya que las entradas de dinero se reducen sustancialmente tras la jubilación (¿quién no piensa que las pensiones públicas se irán reduciendo o que las condiciones para recibir la pensión máxima serán cada vez más duras en el futuro?). 
Es cierto que la estructura de gastos de una persona mayor es distinta a los de una persona joven, pero la capacidad de ahorro se ve mermada de tal manera (y en muchos casos es inexistente) que el ahorro acumulado se va consumiendo a gran velocidad. Me temo que una de las consecuencias más dramáticas de la crisis actual es que las generaciones futuras lo pasarán financieramente mal durante la jubilación, aunque ahora no se les ocurra ni siquiera pensarlo. Ya sabemos que el esconder la cabeza debajo del ala como un avestruz o taparse los ojos como un niño, producen una ilusión que reduce el estrés pero no resuelven los problemas.
Por eso pienso que si la generación pasada podía contar con su pensión pública y el ahorro de toda una vida para mantener su nivel de vida, la generación actual tendrá que sacarle rendimiento al dinero que va ahorrando poco a poco. Es decir, tendrá que invertir en lugar de ahorrar, y eso supone asumir un riesgo mayor… y más dentro de un entorno de muy bajos tipos de interés como el actual. Y para poder hacerlo y no morir en el intento, mejor que dejemos de demonizar los temas “económicos” e intentemos adquirir una cultura mínima sobre como hacer que el “dinero trabaje para nosotros” en lugar de rezar (o votar) para que algunos hagan que el dinero que otros han ganado y ahorrado o los recursos que han adquirido, viajen hasta nuestros bolsillos. Aunque en parte puedan conseguirlo, lo más seguro es que hagan una parada intermedia en los suyos y a nosotros siga sin llegarnos nada.
©JuanJAS



DOCUMENTOS

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Jubilación en España
http://www.abc.es/economia/20141229/abci-retraso-edad-jubilacion-201412262147.html

domingo, 14 de junio de 2015

Verdades a medias

Las personas solemos vivir de la esperanza y de las utopías y, principalmente en los "tiempos difíciles”, los que detentan el poder lo aprovechan para engañarnos una y otra vez. La reputación de un candidato político puede sufrir daños irreparables —no en España— si se expone a una mentira, por lo que se ha evolucionado hacia un complejo estilo de lenguaje para minimizar la posibilidad de que esto ocurra. Si alguien no ha dicho algo, no puede ser acusado de mentir. Como consecuencia de ello, la política se ha convertido en un mundo donde abundan las medias verdades y los comunicadores se encargan de transmitirlas y difundirlas a la población, con apariencia de verdades completas. La claca, seguidores y simpatizantes les ayudan a soliviantar a las masas. 
Una verdad a medias es una declaración engañosa que incluye algún elemento de verdad. Una declaración puede ser parcialmente verdad, puede ser totalmente cierta, pero sólo de una parte de la verdad global, o usar un elemento engañoso, como una puntuación inadecuada, o un doble sentido, sobre todo si la intención es engañar, evadir, o tergiversar la verdad.
El que siempre haya existido el engaño es inevitable y hasta cierto punto necesario, pero se ha abusado de él hasta la saciedad. Hemos olvidado, menospreciado y desechado los principios que conducen al orden y a la complejidad, y no puede existir lo uno sin lo otro.
Una característica fundamental entre las personas que usan el engaño es que tienen una personalidad carismática, lo cual nos lleva a confiar en ellas y ya sea consiente o inconscientemente, crean opinión en amplios grupos de la ciudadanía. Así, estos  autoproclamados líderes sociales, políticos y militares han logrado, a través de los tiempos que muchas personas hagamos cosas de las que, mucho ellos y poco nosotros, puedan beneficiarse. 
Mezclar en un mismo discurso datos contrastados con opiniones y especulaciones de modo que todo parezca más creíble, cierto y hasta indiscutible es una estrategia habitual en política, al tiempo que nefasta para los ciudadanos que al "no saber de todo" suelen sucumbir al "efecto halo" de los "famosos” .
No paran de repetirnos que somos la generación “mejor formada” de la historia. Mucha gente se lo cree i sucumbe a la autocomplacencia. Tendemos a confundir formación o conocimientos con sabiduría o inteligencia. 
¡Hay tantos tipos de inteligencia! Y tantas formas de intentar medirla. Por cierto, además de tenerla hay que saber y querer utilizarla para algo que produzca resultados positivos…
A la hora de tomar decisiones personales o públicas hay que estar muy atentos a los "mensajes" que nos envían los políticos a través de los "medios". Estos profesionales del encantamiento pueden parecer muy claros, razonables, cercanos, sinceros y por tanto, convincentes en sus discursos y proclamas. Sin embargo nunca deberíamos olvidar que todos tienen sus propios intereses o defienden los de los grupos de presión que los financian o avalan, casi siempre camuflados detrás del velo, como modernas emperatrices Cixí. Esto hace que nos hagan llegar , sino mentiras, sí informaciones sesgadas que nos pueden llevar a tomar decisiones erróneas en la evaluación de sus programas y en el voto.
Parece sensato no sólo asimilar los "discursos" y "titulares", sino hacer el esfuerzo de leer informaciones/opiniones razonadas y hacerlas circular dentro de nuestro círculo de familiares, amigos y conocidos para poder contrastar ideas y datos que faciliten la búsqueda de nuestra "verdad" y la formación de opiniones sensatas.
"Do ut des": "Doy para que me des". La esperanza de la reciprocidad es el móvil interesado de muchas acciones políticas. Por ello, seguir el recorrido del dinero —subvenciones, donaciones, avales, premios, etc.—, ayuda a encontrar muchas respuestas a declaraciones que por si mismas resultan difíciles de entender...
Sirva de ejemplo este análisis, que hace un científico en activo, de unas declaraciones que ha hecho una persona carismática, famosa y aspirante a líder político.
Seguro que cada uno obtendrá su propia conclusión y tal vez se animen a compartirla escribiendo un comentario.
©JuanJAS



"Querida Teresa Forcades"
Autor: Daniel Closa 
Doctor en biología e investigador del CSIC en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona. Además de la investigación científica pura y dura, hace tiempo que aprovecho las oportunidades de la red para hacer un poco de divulgación de la ciencia.
Publicado en Ara Ciencia  http://ciencia.ara.cat/centpeus/2015/06/12/benvolguda-teresa-forcades/

Querida Teresa. Tengo que empezar con una disculpa. No tengo claro cómo me tengo que dirigir a ti. Hermana Forcades? Eres monja, pero entiendo que ahora dejas temporalmente el convento y no se si el tratamiento también queda temporalmente atrás. Doctora Forcades? Hiciste medicina e incluso una tesis doctoral sobre medicinas alternativas, pero me pasa como con Jordi Pujol, que a pesar de ser médico del asocio con otras actividades. En todo caso, yo también soy doctor pero sólo uso el título en congresos y algún acto oficial, por lo que, si no te siento, nos tratamos de tú y no perdamos el tiempo en florituras.

Tengo que decir que, normalmente tus declaraciones en temas de salud me hacen sentir incómodo. Como tú, pienso que vivimos en una sociedad con una tendencia inquietante a la sobremedicación y que esto está fomentado por intereses económicos. También sospecho que inventan o exageran enfermedades para poder vender más pastillitas y opino que es responsabilidad de los científicos hacer notar estos hechos. De modo que coincido contigo en casi todo lo que dices. Pero ay !, siempre hay un porcentaje de tus afirmaciones que no acabo de entender. Un porcentaje pequeño, pero cualitativamente importante.

Hoy me ha vuelto a pasar. Leo que has dicho que la vacuna de la difteria "... tiene una efectividad del 95%, por lo que un 5% de niños no están inmunizados a pesar de haberse vacunado y corren el riesgo de sufrir efectos secundarios derivados del aluminio que llevan ". Es confuso eso de poner en una sola frase un dato cierto y una suposición especulativa. Porque el dato de la eficacia del 95% es correcta, pero esto de los efectos del aluminio no lo puedes soltar sin más. Lo he oído otras veces, así que he buscado en cuanto aluminio hay en una vacuna. Después de todo el aluminio es uno de los elementos más abundantes del planeta. Cada día tocamos, comemos y respiramos una cierta cantidad de aluminio sólo por el hecho de estar viviendo en la Tierra. Incluso la leche materna contiene aluminio y se calcula que ingerimos unos 8 miligramos diarios con la comida. En cambio, una vacuna sólo contiene 0,5 miligramos. Quizás sí que se ponen muchas vacunas a los niños, pero todas las que nos ponen en la vida no llegan ni al aluminio que comemos en un par de días. Si las vacunas tuvieran mucho más aluminio, las administraran por vía intravenosa y los niños tuvieran problemas renales, podríamos hablar de posibles toxicidades, pero coincidiràs en que esto no es lo habitual, por lo tanto no entiendo porque lo das a entender como un riesgo contrastado . Quizás te he malinterpretado?

Por otra parte, tampoco entiendo de qué toxicidad hablas. Sabemos que no hay nada que en suficiente cantidad no pueda llegar a ser tóxico. En el caso del aluminio se ha descrito toxicidad en trabajadores de fábricas metalúrgicas que respiraban polvo de aluminio durante décadas. Esto causaba problemas neurológicos. Pero no estarás comparando la dosis que hay en una vacuna con la de un trabajador del metal a lo largo de toda una vida laboral no? Como hablas de toxicidad en abstracto, no se a que te refieres, pero no me parece correcto asustar a los padres con este tipo de afirmaciones que en realidad sólo son suposiciones. Y en todo caso, si tuviera que elegir entre un riesgo, pequeño pero real, de morir a los 5 años de difteria o un supuesto riesgo de padecer Alzheimer a los 90, creo que seguiría agradeciendo a mis padres que me vacunaran. Tengo que decir que me alegro de que no mencionar los compuestos de mercurio, que hace años se retiraron de las vacunas, ni el autismo, que ya sabemos que no está relacionado.

Tampoco entiendo el razonamiento que haces cuando dices que "los vacunados se benefician de los no vacunados, a los que no se tiene como peligrosos, sino al contrario", ya que ayudan a que las bacterias sigan circulando porque los que sí están vacunados mantengan un buen nivel de inmunización. "Esto se lo has explicado a los padres del niño de Olot? ¿Qué clase de argumento es? Creo que confundes los medios con los objetivos. Entiendo que lo que se pretende no es mantener un buen nivel de inmunización sino que no haya nadie enfermo. Crees que deberíamos haber dejado algunos afectados de viruela para mantener un buen nivel de inmunidad? Deberíamos mantener circulando el virus de la polio para reforzar los vacunados?

Observaciones que la vacuna no funciona en un 5% de los casos. Es cierto. No hay muchas cosas que funcionen al 100%. Yo mismo me vacunarse de la hepatitis B y resulta que soy del grupo "no respondedor". Mi cuerpo no hizo anticuerpos, por lo que no estoy protegido. Pero confío en que el virus circule poco a mi alrededor ya que gracias a los vacunados se limita la presencia del virus y así me protegen a mí. Decir que soy yo el que contribuye a mantener su inmunidad me parecería muy retorcido.

Has pedido "respeto absoluto para estos padres, porque las vacunas están en manos de unas empresas que lo único que quieren es hacer negocio". Qué tiene que ver una cosa con la otra? De nuevo no entiendo tu hilo argumental. También hacen negocio con los antibióticos. Dejemos de usarlos? Los fabricantes de cinturones de seguridad o de cascos de motoristas quieren hacer negocio. Esto hace que los cinturones o los cascos sean sospechosos? Los fabricantes de condones quieren hacer negocio. Por eso deberíamos dejar que el SIDA se extienda? Que las farmacéuticas hagan negocio no nos dice nada sobre si las vacunas son buenas o malas. La eficacia y seguridad de las vacunas se determinan con datos científicos. Y si las farmacéuticas tienen comportamientos poco éticos se debe denunciar, pero eso es otro tema.

En todo caso, coincido plenamente contigo en que los padres merecen respeto y no se les debe culpar. Estoy seguro de que ellos sólo querían hacer lo que pensaban que era lo mejor para sus hijos y simplemente estaban mal informados. En mi opinión, no son los padres los responsables sino que les asusta con informaciones sesgadas que los llevan a tomar decisiones erróneas.

Cordialmente

Ahora empiezas una singladura en política. Lo harás bien. Esto de mezclar en un mismo discurso datos contrastados con opiniones y especulaciones de modo que todo parezca más indiscutible es una estrategia habitual en política. Pero en temas de salud es mejor evitarlo hasta donde sea posible.