lunes, 4 de febrero de 2013

El Mundo va bien y España sigue yendo mal

El pasado diciembre de 2012, en Europa, solo se destruyeron 16000 puestos de trabajo. Esta fuerte desaceleración de la destrucción de empleo, es sin duda una buena noticia. La economía mundial crece globalmente, con sus locomotoras tirando.
Sin embargo en España, es un país en franca decadencia, donde el partido de la oposición está fuera de juego y donde la Corona está en entredicho por escándalos de corrupción.
Por si lo anterior fuera poco, hace pocos días se han vertido sobre el gobierno y sobre importantes dirigentes del partido que lo soporta, acusaciones de mantener un sistema de corrupción sostenido en el tiempo en el que se pagaban sobresueldos a los dirigentes de dicho partido.
La Secretaria del PP dando sucesivas versiones contradictorias a la prensa sin responder directamente a las preguntas de los periodistas. El Ministro de Hacienda, Sr. Montoro diciendo medias verdades, ocultando datos y facilitando que corruptos y defraudadores de impuestos “blanqueen” dinero negro o al menos permitiendo que “algunos” no paguen los mismos impuestos que otros españoles.

Esta bochornosa situación, de la que se han hecho eco todos los medios del mundo en sus portadas, trae dudas sobre la continuidad del gobierno y por tanto de las reformas y de la relativa estabilidad que tenía con la mayoría absoluta.
Nuestro tejido productivo está esquelético y necesita que alguien lo alimente. Los inversores están intranquilos y la confianza en la “marca España” brilla cada vez más por su ausencia y sin ella, la confianza de los inversores extranjeros, no es posible salir de ningún atolladero.
No tengo ni idea de que podrá ocurrir en las próximas semanas. ¿Habrá nuevos hechos o incluso elecciones anticipadas que traigan incertidumbre sobre la situación de España? Son preguntas que deben hacerse los inversores y todos los ciudadanos. Si no se hace nada y se deja que todo se siga pudriendo más aún, los de siempre, lo pasaremos cada vez peor.
El ver a los dirigentes del PP, cuando salen por Televisión en alguna rueda de prensa riéndose a carcajada limpia produce, no solo extrañeza. Con la que está cayendo y con la que les está cayendo -¿De qué se reirán?-. ¿Se han vuelto locos? ¿Son unos sinvergüenzas irresponsables que se ríen sin pudor de los ciudadanos a los que deberían servir? La segunda reacción es de irritación, cada vez más profunda. En lugar de ser damas y caballeros al servicio de señoras y señores parecen una mafia que nos tienen esclavizados.
Es imprescindible una regeneración política, impulsada en primer lugar, desde las bases de los partidos, para cortar el trozo gangrenado y poder salvar el cuerpo. Ayer un cargo del PP en el país Vasco declaraba ante los medios que estaba de acuerdo con la filosofía del partido, pero estaba en total desacuerdo con la implementación de los programas y le repelía la falta de ética de sus dirigentes. Por desgracia dimitió, en lugar de luchar desde dentro tratando de mantener lo bueno y eliminar lo malo.
Es tiempo de dejar de hablar y actuar.
La confianza de la ciudadanía no se pide, los políticos deben ganársela con el ejemplo. Si la clase política quiere sobrevivir en democracia, debe democratizar realmente los partidos, deshacerse de los dirigentes corruptos, legislar para cambiar la ley de financiación de partidos y la ley electoral y dotar de medios a la justicia para que pueda actuar libre y rápidamente. Los políticos que se elijan deben dejar de marear la perdiz, cambiar las leyes y hacer que se apliquen y las cumplan todos por igual.
Sólo cuando la ciudadanía perciba y sienta este verdadero cambio, se estará en el buen camino para que la sociedad abrace los buenos valores éticos y entre todos podamos construir un futuro mejor.
©JAS 2013