martes, 22 de octubre de 2013

La falacia de la narrativa

¿Qué prefieren? El optimismo desbordado de Don Emilio Botín o el enfado con todo lo que le rodea de Albert Pla. 
Entre el “momento fantástico” y el “me da asco ser español” todos deberíamos reconocer una graduación de matices. Aunque ‘el optimismo se desborda’, recuerden que ‘nunca hay dinero para todos’. 
Si tienes muchas acciones del Santander, o mejor de Google, estarás mucho más contento que si formas parte del 26% de desempleados de España. Pero, mejoramos conforme a un patrón clásico que empezará a llevar a la calle el maná de la recuperación más tarde de lo que lo va a hacer a la Bolsa. 
Mientras, la sentencia “Llega dinero de todas partes” es una metáfora de la mejora del clima de confianza en la economía española por parte de los inversores extranjeros. Lo más sorprendente es que no es nuevo, tampoco universal. La secuencia de la recuperación es conocida si te gusta el tinglado financiero y empieza un 24 de julio de 2012: 
1. Draghi: “el BCE hará todo lo necesario para defender el Euro. Y créanme será suficiente”. Fijación de un efectivo mecanismo de último recurso con capacidades ilimitadas para proveer de liquidez a los agentes de mercado. 
2. MoU + 40.000 millones de € para el sistema financiero español (rescate bancario). MEDE en marcha. Primeros pasos para fijar la idea de Supervisor Único, de la Agencia de Resolución y del Mecanismo de Garantía de Depósitos. 
3. Medidas del gobierno encaminadas a crear una hoja de ruta fiscal creíble. La deuda aumenta, pero la sensación de “esto está bajo control”, es patente: el esfuerzo sobre el déficit ajustado cíclicamente resulta brutal. 
4. Medidas del gobierno relativas a múltiples reformas de naturaleza estructural. Reforma laboral, de las pensiones y a futuro del sistema tributario en su conjunto. Iba a poner la Ley de Educación, pero me parece que ésta entra más bien en la categoría de bromas pesadas. 
5. Mejora de la competitividad con costes laborales a la baja a costa de una devaluación interna de salarios y empleo. En último término uno de los efectos colaterales de este hecho es el cambio del signo de la balanza por cuenta corriente. Ya no nos endeudamos en el exterior, y cada vez más jugadores internacionales compran nuestros bonos. 
Hoy España es fiable gracias a estos elementos. Si han seguido cómo ha evolucionado el €, o la prima de riesgo del bono español (subastas, su cobertura y los tipos), o los informes que hablan de España como destino de inversiones (por ejemplo, el celebérrimo de Morgan Stanley, Viva España! podrán verlo más claro. 
Aunque ya saben: Sólo los necios confunden valor con precio. 

El matemático Nassim Taleb ya alertó de la vulnerabilidad que consiste en sobre interpretar datos aislados por la vía de juntarlos en una narración con vínculos causales ficticios que aumentan nuestra sensación de comprensión de la realidad. Llamó a esto la “falacia de la narrativa”. 
Para evitar inducir demasiado de los datos que van saliendo, propone como antídoto disponer de un esquema deductivo previo. Por ello, conviene tener claro qué es una economía sana antes de analizar la salud económica de España. 
En mi opinión una economía sana es aquélla en la que altas tasas de ahorro voluntario de los hogares permiten la realización de inversiones que traen, con el tiempo, un incremento de la productividad. Es recomendable un aparato estatal reducido, impuestos bajos, y pocas trabas burocráticas para que los empresarios orienten los recursos productivos allí donde el mercado los demanda. 
En la economía española partimos de una situación de deuda muy elevada en empresas, familias y Estado. Hay poco ahorro voluntario disponible para invertir hasta que no se reduzca esa deuda. El gasto público es excesivo y los impuestos demasiado altos. Se ha mejorado algo el nivel de burocracia/regulación, pero las reformas en este sentido son insuficientes. 
Por el lado de la financiación del Estado, cuenta España hoy con una pseudo-garantía del Banco Central Europeo que le permite financiarse a tipos reducidos. Creo que sin ese respaldo España no pagaría un 4%-5% por los préstamos a 10 años, sino mucho más. 
Si algún día ese respaldo desapareciera, el mayor coste de financiación supondría un varapalo para los presupuestos, amén de los problemas que provocaría en la banca. Sin embargo, la crisis vivida es ya en sí el germen de la recuperación, porque ha obligado a un ajuste significativo del coste de los factores: hoy el suelo y la mano de obra son razonablemente baratas ya en España. Esto, junto al clima y nuestras infraestructuras, animarán a algunos empresarios a instalarse en España para exportar. 

Algunos economistas de mi confianza piensan que la receta para lograr crecimientos sanos durante varios años que permitan reducir el paro pasa casi obligatoriamente por: 
1.- Reducir el gasto público de forma importante. 
2.- Bajar los impuestos significativamente. 
3.- Flexibilizar/liberalizar al máximo todos los mercados permitiendo que los recursos puedan acudir sin trabas allí donde el empresario los demande. 
Si no logramos reducir el gasto público y bajar los impuestos, a España sólo le quedará el impulso exportador. No creo que sea suficiente de cara a alcanzar las tasas de crecimiento necesarias para reducir el desempleo, y en cualquier caso se trata de un camino frágil ya que dependeríamos excesivamente del crecimiento del resto del mundo. 
Si algo se torciese, no son totalmente descartables ni la suspensión de pagos ni una salida del euro. Sin embargo, si nuestros gobernantes se atreven con el camino más duro de bajar el gasto público inútil (No confundir con maestros y médicos), reducir los impuestos y trabas al libre ejercicio de la actividad empresarial y apoyaran a las “locomotoras”, España podría lograr una recuperación sólida y duradera. 
El sector privado ya eligió aplicar hace años el dolor a corto plazo para obtener beneficios a largo plazo (“short-term pain for long-term gain”), recortando costes, reestructurando operaciones y empezando a pagar las deudas. Ningún empresario dice que haya sido fácil y ninguno duda de que es lo correcto. 
Ante la reciente alegría de la bolsa española, y la put aún en vigor del Banco Central Europeo, algunos inducen que no hay problemas gordos a la vista pero Nassim Taleb ya advirtió que “no es lo mismo la ausencia de evidencia que la evidencia de ausencia”. 
©JuanJAS2013

viernes, 18 de octubre de 2013

Blog JAS Vida Futura

Como toda excepción que confirma una regla hoy voy a hablar de mi.
Ya hace dos años que abrí el blog “JAS Vida Futura”. Como avisé, en el primer post, que haría, he compartido aquí comentarios sobre noticias de actualidad, cavilaciones, pensamientos, fotos, presentaciones multimedia, vídeos, a modo de cajón de sastre. En el cajón reposan 170 entradas que han recibido más de 30000 visitas, entre las que habéis dejado 81 aportaciones vuestras. 
Os habréis dado cuenta que me encanta buscar el conocimiento, compartirlo con vosotros en el Blog y en Facebook y guardarlo para posteriores consultas. 
El ordenador complementado con el acceso a Internet nos ofrece un medio fantástico para esta tarea. En mi “escaparate” he expuesto muchas cosas que me gustaría preservar, tamizadas con mi filtro particular, en cada momento de la época que nos ha tocado vivir. Algunos temas tratados son de rabiosa actualidad y otros son atemporales. Todos ellos pueden revisarse en el futuro y comprobar cómo han variado los conocimientos y el proceder de la sociedad que no deja de evolucionar. 
Me importa mucho como vivís el Blog. Como os hace sentir lo que escribo y comparto con vosotros para que lo leáis y comentéis.
Cuando imagino un tema, pienso en su interés para mi y para vosotros. ¿A quien va a ayudar esto? ¿Hará que pasen un buen rato leyéndolo? ¿Aprenderán algo útil para sus vidas? ¿Cómo puedo perfeccionarlo y/o resumirlo? Como soy de los que creo que una imagen vale más que 1000 palabras, intento crear y adjuntar infografías que desarrollen, complementen y hagan que las entradas sean más amenas y fáciles de entender para los que no sean muy amantes del “negro sobre blanco” y prefieran una imagen, una presentación multimedia o un vídeo a un largo texto. Siempre encuentro muchos “no” por cada “si”, hasta llegar al escrito final. Nunca es un simple “copiar-pegar”. Intento con humildad que cada idea que toco mejore algo mi vida intelectual y la vida del que lo lee. 
Siempre firmo mi trabajo dando fe de que lo que os transmito ha sido elaborado a partir de fuentes de calidad, testadas y hasta donde puedo, comprobadas por mi propia experiencia o por la de personas que me han demostrado sabiduría, conocimientos comprobados por la comunidad, éxitos reales y comprobados en el desarrollo de los temas en cuestión. 
Algunos leéis mis entradas en silencio y no llegáis a transmitirme vuestra reacción ni los sentimientos que os producen. Como no tengo feedback no puedo saber si es por algo de timidez o por algo de desidia. Si estas fueran las causas espero que pronto venzáis estos inconvenientes. Otros, me regaláis vuestros comentarios que me enriquecen día a día y me producen onda satisfacción. Gracias a todos por estar ahí, por aprovechar mi esfuerzo, por vuestros comentarios, críticas, elogios y ánimo. 
Durante estos casi dos años he disfrutado con mi blog, posteando entradas en Facebook y compartiendo comentarios con mis “amigos” y gente que me gusta. 
Por cierto, me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla para que se mueva y avance, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. Me gusta la gente que aprende de la vida, que siente lo que vale, que sueña lo que quiere, que trabaja perseverante para lograrlo, que se satisface y premia cuando lo consigue y es consciente de que le sobra con tener lo que tiene. 
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar, esperando que el tiempo las encuentre. 
Me gusta la gente justa con sus vecinos y consigo misma, pero que no pierde de vista que somos humanos y nos podemos equivocar. 
Me gusta la gente que sabe que ignora muchas cosas pero tiene ansias por aprender, gente que disfruta aprendiendo conocimientos nuevos y compartiéndolos, porque piensa que el trabajo en equipo produce mucho más que los caóticos esfuerzos individuales. 
Me gusta la gente que cambia para perfeccionarse, que no es envidiosa ni desprecia a los que piensan diferente, porque la ignorancia es muy atrevida y la presunción de sapiencia es el primer paso hacia la ignorancia.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría. La gente que son optimistas e intentan buscar la oportunidad ante la adversidad. La gente que no está inmóvil esperando el momento perfecto para emprender un proyecto sino que emprenden el camino y con voluntad y tesón intentan materializar su sueño. 
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe o dirigente. La gente que continuamente se esfuerza por aprender a manejar bien las emociones nocivas y a expresarlas positiva y asertivamente. 
Me gusta la gente con criterio, la que no se traga las informaciones sin pensar, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó. La que no se rige por sus prejuicios y creencias, basados en la crítica a los que no piensan como ella. 
Me gusta la gente capaz de detectar y aceptar sus errores y que al aceptarlos, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. 
Me gusta la gente fiel y tenaz, que no desfallece cuando trata de alcanzar objetivos e ideas. 
Me gusta la gente con autoestima y con suficiente empatía para reconocer las carencias o impedimentos en los demás. Gente que critica constructivamente, consuela y alienta con palabras de ánimo o elogios a seguir adelante. Gente que observa y escucha con una actitud abierta y flexible y por ello puede aconsejar y aportar nuevas ideas. 
Me gustan las personas tolerantes, comprensivas y respetuosas, que con su sabiduría y perspicacia rompen la cadena de negatividad existente en el mundo. 
En fin, me gusta la gente que deja huellas, no cicatrices. 
Las nuevas tecnologías facilitan el buscar, conocer y permiten relacionarse con gente de este tipo. Es un poco como viajar viendo un documental por la TV. No tienes la emoción del “en directo”, pero tienes acceso virtual a más “paraísos”. Para mi, intercambiar pensamientos y proyectos con esa clase de gente es la mejor recompensa a todos los esfuerzos. 
Algunos eruditos piensan que son los demás los que nos forman y nos conforman, los que sostienen nuestra imagen: con ellos vivimos y somos, y con ellos desapareceremos cuando su memoria se desvanece o cuando dejan de prestarnos su atención. Admitiendo que este contacto con vosotros me ha cambiado, quiero creer que, básicamente sé quién soy y cómo soy, y aunque también se dice que cuanto más explicas como eres, más vulnerable te vuelves, lo voy a compartir con vosotros: 
Sé que mido casi un metro setenta, que tengo el pelo castaño, los ojos verdosos y la piel rosada, que no me gusta llevar joyas ni anillos ni piercings ni tatuajes ni etiquetas. 
Sé que me gusta disfrutar de la familia, dialogar, pasear y bailar y que mi expectación y curiosidad por aprender no tiene límites. Mi mujer me dice a veces que soy “excesivo”, porqué me implico e ilusiono en los temas en que ocupo mi tiempo y me gusta conseguir un resultado que me satisfaga y haga sentir que el trabajo realizado ha valido la pena. 
Sé defender una forma de vivir, de pensar y de ser, pero no creo en los valores universales y eternos, ni en la moral natural, ni le veo el sentido a perder la vida por Dios, la patria, el deber u otras formas más modernas de dominar las conciencias. 
Pertenezco a la reserva de quienes sólo izarían banderas si estuvieran prohibidas, y sin embargo, me emocionan las gestas más o menos heroicas. 
Me merecen respeto todas las personas, pero siento admiración por pocas. No me merecen ningún aprecio los traidorzuelos, los vanidosos, los fatuos, los soberbios, los dogmáticos y los que presumen de intelectuales y de saberlo todo, los populistas que dicen lo que sus interlocutores quieren oír, criticando a todos los demás pero sin aportar ninguna propuesta positiva y factible. 
El mundo me desconcierta porque no sé qué puedo hacer por paliar tanta doblez y tanto dolor y porque cada vez queda menos espacio para la libertad bien entendida. 
Dicen que quien dice la verdad no tiene miedo de mirar a los ojos. Dado que a mi me gusta vivir tranquilo, procuro mirar de frente y prefiero escuchar la verdad aunque me haga sufrir, que sonreír engañado por mentiras. 
Me gusta mi tierra, donde nací y donde vivo, aunque me he encontrado a gusto en muchas otras. Es cuestión de apreciar lo bueno que encuentras allá donde vas y aminorar el efecto de las adversidades que te salen al paso. Con la edad me he acostumbrado a evitar los extremos (desierto/selva, lluvias torrenciales/sequía, frío polar/calor tropical). 
Me gusta el arte que me despierta emociones, la ciudad, los paisajes abiertos y la comida natural de temporada y cocinada con cariño. 
Nunca me han importado las marcas, ya sea en el vestir, en los vinos, en los automóviles, etc. Lo único que me importa es que me guste y no me gusta más porqué sea más caro, sino porqué el producto satisfaga mis necesidades físicas y emocionales, pagando el precio más económico.
Tengo pánico a las deudas y nunca me he endeudado más que para adquirir la vivienda. Nunca he tomado un préstamo personal ni he comprado ningún “capricho” a plazos, salvo en el caso, poco habitual, en que haya podido invertir el dinero necesario para la compra, en algo más rentable que el interés del préstamo. 
Me gusta más la montaña que el mar abierto, más los lagos que los ríos, más los jardines, bosques, árboles y flores que los perros y los gatos. 
Siempre he preferido ir de vacaciones, cuando he podido, pernoctando en hoteles, haciendo ruta para conocer diferentes lugares, que acampar en un camping o comprar una segunda residencia en un lugar fijo. 
Disfruto igualmente de la fiesta y del silencio, pero me siento más a gusto en petit comité donde pueda compartir un diálogo, que entre multitudes, donde suelen proliferar ruidos estridentes o discursos grandilocuentes. 
Me disgustan los gritos, me enternecen los susurros y me abruman los lamentos. 
Arrastro como todos mi pasado y sé que el día de mañana ya es hoy. No añoro especialmente los tiempos pretéritos, salvo por la salud y la figura, ni baso mis expectativas en el futuro. Intento disfrutar del presente sin estridencias ni suspiros por lo que hubiera podido ser si… 
No recuerdo haberme levantado nunca sin saber qué hacer. Siempre he trabajado por conseguir lo que quería, sin abandonar la lucha por miedo y teniendo en cuenta que la idea que vale es aquella que crea una acción en tu vida, tendente a convertir en realidad mis sueños. No suelo aburrirme casi nunca porqué siempre tengo más proyectos en la trastienda que tiempo para desarrollarlos y me implico mucho en ellos; a veces, buscando en el exceso la solución a las causas imposibles. 
Siempre he procurado demostrar mi amor a mis familiares, aunque reconozco que muchas veces no he cuidado adecuadamente mi relación con mis amigos y conocidos. En esto, lo reconozco con una cierta vergüenza, si siento que he sido perezoso. 
No me gusta fingir, me gusta decir lo que siento, no tengo miedo a los compromisos ni necesito firmar papeles para mantenerlos. Soy temperamental aunque cuando noto que la “espuma” sube, no tardo mucho en aplicar la razón y pedir excusas o rectificar si entiendo que me he equivocado. He intentado siempre comprender a los demás y me gusta que, antes de decir no, me escuchen e intenten, de verdad, comprender mis argumentos. 
Intento buscar la felicidad y doy gracias por lo que he conseguido en esta vida. Unas veces por suerte y las mas con esfuerzo y tomando decisiones adecuadas cuando he intuido que la oportunidad era favorable y podría contribuir a alcanzar mis anhelos. 
Siempre pienso, más que en tener, en poder ser y actuar mejor, procurando defender y practicar los principios fundamentales de la libertad, la comunicación, la igualdad de oportunidades, la justicia y el respeto al compromiso de la palabra dada. 
No suelo practicar las virtudes cristianas del pudor y la sumisión y sí en cambio intento hacer míos los valores cívicos de la independencia de criterio y la solidaridad. 
La pobreza cultural de los medios masivos audiovisuales, cada vez más, me hace encontrar satisfacción en la lectura, sin importar el medio utilizado (libro, artículo de prensa o revista, blog, etc.) y a guardar en forma de escritos los pensamientos que los autores de la vida me suscitan. 
Me gusta mucho estar en casa, en el hogar, aunque también disfruto paseando y viajando tanto como puedo. Aunque sigo estando enamorado del mundo que todavía no he visto, sigo explorando, si bien cada vez menos, físicamente. Esta maldita crisis hace necesario espaciar y acortar los destinos y esto es sólo un ligero inconveniente, porqué también se puede descubrir belleza en lugares más próximos. Lo habitual pierde emoción con el tiempo, pero, son tantas las ventajas que nos ofrece nuestra ciudad… Jugamos en casa, conocemos el terreno, el clima, las personas; sabemos desplazarnos con soltura y tenemos todo el tiempo del mundo para ir a los sitios que nos han gustado una y otra vez, a una hora mejor, con una luz mejor, con más o menos concurrencia de gente. Podemos esperar el instante decisivo cada día. Basta con luchar contra la pereza y salir, que no es poco. 
Dicen que viajar es la mejor vacuna contra la intolerancia, contra el provincialismo, la estupidez cultural y contra todo este tipo de creencias permanentes de pensar que lo que tu tienes o tu tierra es lo mejor o lo peor. Por cierto, cuando viajo, doy rienda suelta a una de mis grandes aficiones, la fotografía: Captar paisajes, formas, colores y momentos especiales, para poderlos visualizar en la comodidad del hogar y volverlos a disfrutar relajadamente. La fotografía me ha permitido siempre guardar los buenos recuerdos para atemperar los malos momentos. Desde hace unos años, con el advenimiento de la fotografía digital, las imágenes se pueden compartir más allá de la familia y amigos próximos “muy interesados” en el tema. Ahora, otras personas desconocidas que no han tenido la oportunidad de vivir estos momentos o visitar estos paisajes, pueden conocerlos y disfrutarlos gracias a la generosidad y el trabajo de los que han tenido que soportar el peso del equipo durante las caminatas, pasar frío  calor, cruzar fronteras, aduanas, aguantar los filtros de aeropuertos, arriesgarse en algunas ocasiones a cierto riesgo, etc.. Aquí entramos en el campo documental y de viajes, con sus relatos, aventuras vividas, informaciones de interés para posteriores viajes… Todo un apasionante mundo de sensaciones y vivencias. 
La mente es como un paracaídas, no sirve de nada si no se abre. Por ello sigo buscando virtualmente tesoros ocultos en la geografía del mundo, en las ideas de los que lo atacan o defienden y en los pliegues de mi propia mente y conciencia. Todo ello me ayuda a conformar mi criterio personal y a veces a compartirlo con vosotros en este blog, porque nunca es tarde para, quien sabe, las vocaciones ocultas. 
Cada minuto, cada hora, cada día, es una nueva oportunidad para vivir y aprender. No podemos evitar el envejecimiento de nuestro cuerpo. Es un hecho biológico contra el que poco podemos hacer, pero los neurocientíficos dicen que si quieres sentirte joven, has de tener siempre objetivos y retos. Has de poder y querer soñar, ilusionarte con lo que haces, amar… 
Mi deseo es estar con vosotros todo el tiempo que la salud me permita. Un abrazo a todos y gracias por vuestras críticas, elogios y apoyo. 
©Juan JAS2013 


PD.-
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miércoles, 9 de octubre de 2013

¿Cuanto tardaremos en percibir la "recuperación"?



El gobierno español quiere levantarnos el ánimo para encarar las próximas navidades. Los principales medios nos inundan con declaraciones al estilo de : "El Ejecutivo del estado español espera tasas positivas del producto interior bruto a final de año y marcar una suave expansión del 0,7% en el conjunto de 2014". El Banco de España aseguraba en su último informe que en el tercer trimestre ya podría haber un “leve avance”. Lo cierto es que hace unos días el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, señalaba que España estaba dejando atrás la recesión, pero aún no la crisis. El FIM hace previsiones bastante más pesimistas aunque también las cambia en periodos de sólo 6 meses. Parece mentira que el personal que oye, ve y lee estas declaraciones todavía no sepa que la bola de cristal para adivinar el futuro sólo sale en los cuentos de fantasía.
Los economistas hablan de fin de recesión cuando la economía logra crecer tres trimestres consecutivos de forma continuada y sólida. Por tanto, todavía es pronto para suscribir las palabras de Rajoy. Eso sí, parece que el PIB (muestra los bienes y servicios que se producen en el país) puede cambiar de tendencia: de gran decrecimiento a decrecimiento leve. Si el PIB crece es que la actividad económica y la riqueza están aumentando. Ultimamente, las bolsas han tenido un comportamiento espectacular, aunque estos días Wall Street esté amenazado por el cierre del gobierno y la posibilidad, espero que remota, de impago de de la deuda USA. (Hasta el 17 de octubre estaremos en vilo pendientes de la hecatombe) 
A pesar de las declaraciones del gobierno y de que haya indicadores, como algunos de consumo, inversión o actividad industrial, que pueden interpretarse como si mostraran una cierta recuperación, el sentir de la ciudadanía todavía está lejos del optimismo. Aunque el último informe PISA deja a los ciudadanos adultos españoles en el penúltimo puesto de los países desarrollados en comprensión lectora y matemáticas, lo que vemos los ciudadanos con nuestros ojos es si el empleo crece o no. La clave es el empleo real y legal. 
Por eso, hasta que el crecimiento de la actividad económica no se traduce en aumento de puestos de trabajo “legales”, la mayoría de los ciudadanos no lo notamos. Hay ciertos indicadores económicos que pueden ir anticipando una situación posterior, aunque la percepción de los ciudadanos va con retraso porque no mejora hasta que lo hacen las condiciones laborales, (las que mejoran la situación económica de las familias). 
Los economistas realistas dicen que para que el desempleo comience a reducirse y se creen puestos de trabajos reales y legales en términos netos, hace falta crecimientos sostenidos del PIB en torno al 2%. Después de estos años de penuria en que se han encadenado crisis financiera, inmobiliaria, bancaria, etc. la recuperación se prevé aún más lenta: Es previsible que se tarde muchísimo tiempo en volver a dar créditos más o menos “elásticamente”. Sin créditos las empresas no pueden mantenerse algunas y crecer otras. No pueden crear empleo, aunque sea de forma muy gradual, con el que las familias aumentarán su renta, darán “confianza” a inversores y familias que volverán a consumir y harán que la “carrera de la rata” vuelva a engrasar la maquinaria. 
Esta lenta salida de la crisis se apoya además en que las empresas son y serán cada vez más tecnológicas y productivas y por tanto requerirán menos mano de obra. Por ello “cada vez se tardará más años en recuperar el empleo”. El economista Niño Becerra es más drástico y asegura que la única solución posible es que se reduzca la masa laboral: repatriación de emigrantes, salida importante de fuerza de trabajo a otros países más desarrollados, etc. El problema es: ¿Quién se va, adonde se va, en que condiciones se va, que pierde o gana el país que pierde esta masa de trabajadores, etc. Una cosa son los números fríos y otra cosa las personas y los efectos colaterales y a largo plazo.
Además, no hay que olvidar que seguimos teniendo importantes problemas y aún pueden producirse acontecimientos que la hagan descarrilar el tren de la tímida recuperación. Se ha rebajado el compromiso con Bruselas y ello facilitará el crecimiento, pero si hay que hacer más recortes el comportamiento será peor. Hay economistas que creen que al menos hará falta una década para volver a pensar en los niveles anteriores a la recesión en términos de empleo numérico, que no debemos confundir con términos de calidad de condiciones laborales ni sueldos. Mejor no hablar de salud ni del estado del bienestar. 
Lo sé, ¡Es duro ser realista!.
Por muy bien que salga todo y por mucha suerte que tengamos con los imponderables, se precisa un cambio de paradigma por parte de todos: ciudadanos, empresarios y principalmente políticos con visión de largo plazo e interés por servir a la comunidad. Y aún no lo veo por ningún lado, ni en los ciudadanos y mucho menos en los políticos. Los pequeños empresarios ya tienen bastante con intentar no cerrar el chiringuito de la forma que sea.
Habrá que esperar mucho tiempo para que el ánimo de la ciudadanía sienta el cambio de tendencia que vislumbra nuestro gobierno. No esperemos milagros que cortocircuiten el problema. Nos espera una carrera de muy largo recorrido llena de obstáculos. Será mejor que nos mentalicemos, nos preparemos no sólo física sino también psicológicamente para entender que nada volverá a ser como en los quiméricos, alegres y locos años del último cambio de siglo. 
Queda mucho por hacer, pero todo es posible si perseveramos. ¡Ánimo! 
©Juan JAS

domingo, 6 de octubre de 2013

Diez razones para degustar vinos catalanes

Recuerdo hace ya muchos años que, durante una convención de trabajo en Londres, la primera noche en la que no había programada ninguna actividad, unos compatriotas se afanaron a preguntar al recepcionista del hotel si les podía indicar donde encontrar un restaurante para comer una buena tortilla española acompañada de unos platitos de jamón ibérico y un buen Rioja.  Está fuera de toda duda que mis paisanos tenían buen paladar a parte de la cartera llena, pero ¿padecían de una excesiva afición a lo patrio o de un insuficiente interés por conocer otras culturas?. 
Parece que ninguna de las dos cosas, porqué cuando volvimos a Barcelona y quedamos para cenar, propusieron ir a un restaurante Japonés para comer pescado crudo y beber licor de arroz. Sirva esta anécdota lejana como ejemplo de lo que les sucede a muchas personas.   Persiguen lo que no tienen e infravaloran lo que la suerte les brinda. Nunca he entendido a esta gente que se ufana por minusvalorar lo próximo o nacional y supervalorar lo lejano o extranjero, cuando en realidad lo único que saben de ello son los largos e incomprensibles nombres que muestran las etiquetas del producto y a menudo el alto coste que exhiben en los estantes de la boutique de delicatessens o en la carta de los restaurantes.  Personalmente, siempre he preferido conocer lo cercano  para poder compararlo con lo lejano cuando he tenido ocasión. Siempre he procurado disfrutar con lo que tengo a mi alrededor, esté donde esté y sacar el mejor partido de todo ello. Entiendo lógico conocer lo cercano, valorarlo en su justa medida y ampliar el círculo de conocimiento lo máximo posible con todo lo bueno que me puedan ofrecer los habitantes de otras regiones, países y culturas. Cuando digo bueno, como soy aprendiz de todo y maestro de nada, me refiero a lo que a mi me gusta y cuando lo he "consumido" me ha producido sensaciones agradables. De eso es de lo único que puedo hablar y estar seguro. Se que muchas personas les gusta pavonearse con nombres raros y complicados, que han leído y aprendido de memoria en la "guía de los mejores vinos" o visto en alguna carta inabordable, pero eso me parece que es hacerse trampas al solitario.
Quiero resaltar en esta entrada una apuesta por el consumo de variedades autóctonas, endémicas, propias, de proximidad, etc. Vaya por delante que en este tema de la gastronomía y del vino, como en tantos otros, cuando no se confunde la ciudadanía con sus dirigentes políticos y sus “medios de propaganda intoxicadora”, Cataluña y catalanes se puede intercambiar por España y españoles. 
Volviendo al vino, aquí os dejo diez razones por las que es razonable degustar vinos catalanes (de proximidad). Espero que el tema nos haga meditar a todos y a actuar en consecuencia cuando vayamos al super, a la tienda especialiada, al restaurante, al bar o a la vinacoteca. 
Por cierto, el vino catalán engancha. 
©JuanJAS

Razones por las que vale la pena degustar vinos catalanes:
1 . - Cataluña es tierra de grandes vinos
En Cataluña se producen vinos de altísima calidad que hace tiempo que gozan de un gran reconocimiento internacional. Ya es hora de que aprendamos a descubrir esta excelencia también en nuestra casa.
2 . - Por la gran variedad del producto
En Cataluña se producen anualmente más de 4000 referencias de vino elaboradas con variedades propias y foráneas con las que se puede hacer cuentan cualquier consumidor. Con esta riqueza tan amplia, sólo el desconocimiento puede hacer que no encontremos un buen vino catalán para cada ocasión.
3 . - Es un producto de proximidad
Consumiendo productos de proximidad (producidos a poca distancia del punto de consumo) realizamos un consumo más sostenible y responsable que al consumir vinos que han tenido que transportarse desde puntos alejados con el consiguiente coste repercutido en el precio y contaminación ambiental .
4 . - Reforzamos la economía local
Consumir vinos catalanes contribuye al mantenimiento del tejido económico local, supone la creación de puestos de trabajo y genera riqueza.
5 . - Preservamos nuestro patrimonio agroecológico
En Cataluña poseemos más de 20 variedades de uvas autóctonas con las que se ha trabajado tradicionalmente, además de un puñado considerable de variedad foráneas . Garnacha, xarel · lo, macabeo , Samso, picapoll , trepat, ull de llebra,... Un patrimonio diverso que forma parte de la nuestra cultura y que es una impecable carta de presentación al mundo.
6 . - Crean un modelo turístico de calidad
El paisaje de las zonas vinícolas tiene un gran valor . Con el consumo de vinos catalanes damos un valor económico a este paisaje, promovemos un turismo de calidad y contribuimos a la viabilidad del mundo rural, respetando el medio ambiente.
7 . - Supone más inversión en investigación e innovación
Con el consumo de vinos catalanes contribuimos a potenciar la investigación y la innovación en el sector de la viña y el vino en nuestro país y ayudamos a destinar nuevos recursos para la recuperación de viñedos antiguos y variedades tradicional que, a menudo, están en grave peligro de desaparición.
8 . - El de fuera no siempre es mejor
Si analizamos los gastos repercutidos en el precio de un vino veremos que, en una botella de vino hecha cerca de casa, hay que destinar menos dinero en concepto de transporte, intermediarios, distribución y se pueden destinar más a su elaboración. Es por ello que, en la misma banda de precios, un vino catalán puede ser de mejor calidad que un vino extranjero.
9 . - Por una cuestión de lógica
A quién se le ocurriría ir a un restaurante de Burdeos y pedir allí reiteradamente un vino que no fuera de aquellas tierras? . Si en casa tenemos más de 12 denominaciones de origen, ¿qué sentido tiene que sólo se consuma un 30% de vinos catalanes y el resto sea de fuera?
10 . - Tenemos mucho que ganar y nada que perder
Con la colaboración de todos podremos hacer que los vinos catalanes sean aún más protagonistas en nuestras mesas y, de rebote, enriquecer el país a todos los niveles .
Si todos contribuimos, todos ganaremos .