domingo, 22 de septiembre de 2013

“DRET A DECIDIR”. Alegato en favor del sentido común

La contemplación de un grupo humano unido pacíficamente en pos de un ideal colectivo que trasciende del interés individual inmediato provoca, a cualquier persona medianamente sensible, una cierta emoción. 
Es innegable que en Catalunya existe un sentido de comunidad que viene de lejos y que quiere proyectarse al futuro. En las manifestaciones del 11 de Setembre cualquiera ha podido ver representadas al menos tres generaciones: padres, niños y abuelos concretando una fuerza tranquila pero tozuda, frágil en apariencia pero persistente hasta el extremo, de la nación catalana. 
En los últimos años, la crisis ha puesto más de manifiesto la actuación poco leal e insolidaria de las autoridades del gobierno central hacia Catalunya (territorio y personas) y colaborado a ampliar en grado superlativo el grupo de gente que, sin tener una fuerte convicción nacionalista catalana, si que demanda un trato mejor, más transparente y más justo hacia los catalanes y hacia el motor económico que supone Cataluña en beneficio de los propios catalanes y también de los españoles. 
La voluntad de ser de los “catalanistas de toda la vida” que permanece incólume y se transmite de generación en generación, pese a todos los avatares (inmigración masiva en diferentes oleadas, prohibición de usar públicamente la lengua propia, negación-tergiversación de la cultura catalana, falta total de promoción exterior, etc.), se ha visto muy reforzada por un amplísimo grupo de catalanes, desde Barcelona hasta el último rincón de la tierra catalana, que demandan un trato más justo y solidario por parte del gobierno central. 
Al mismo tiempo, ajeno a estos hechos enumerados, el “grupo” asentado sobre el Estado, que lo usufructúa en beneficio propio, se mantiene inmune a cualquier apelación racional que implique un reparto de poder, ya que esto lesionaría sus particulares intereses. 
Este grupo es el que hace que el Gobierno español se enroque en una defensa numantina de una legalidad constitucional literalmente interpretada y se oponga a toda consulta, con olvido de que hoy en día, tanto en el plano privado como público, es inviable la imposición indefinida de cualquier tipo de convivencia forzosa. 
Además con las acometidas permanentes de un potente aparato mediático esparce su interesada idea de España-Castilla presentándola como la idea única y auténtica de lo que es y debe ser España y pienso que este mensaje se ha instalado de tal manera en el conjunto de la sociedad (más fuera que dentro de Cataluña) que se ha convertido en una verdad transversalmente incontestable. 

Hace tiempo que parece que muchísima gente no usa la razón. No busca datos concretos y demostrables y si les llegan a través de alguna persona con mente más fría y equilibrada (cada vez más difícil de encontrar) y con voluntad de analizar distintas alternativas, se niegan cabezonamente a atenderlos, ni siquiera a examinarlos. Una gran parte de esta mayoría silenciosa está subyugada por las brutales acometidas de la “caverna mediática” y muchos medios de comunicación de masas dominados por quienes están interesados en mantener su actual status quo. Son huéspedes de los "memes": contenidos que en la actualidad se producen por y para la red y los medios de comunicación de masas y se extienden de forma viral porque entretienen o son útiles para algún propósito, se sostienen en el tiempo, tienen la capacidad de asimilarse y replicarse fácilmente y además pueden evolucionar en nuevos memes al innovar sobre ellos.
Inmersos en este contexto nebuloso y cada vez más crispado, pienso sinceramente que sólo la franca aceptación, del Gobierno de España, de la celebración de una “consulta” para que los catalanes decidan el destino de su país, podría aún impedir un proceso que se adivina inexorable y perjudicial para todos. Pero no albergo muchas esperanzas de que así sea, de que estos grupos de pongan “seny” en el asunto porqué los “lobbies” interesados en mantener el poder y el dinero de los “motores económicos” harán todo lo mucho que está en su mano para impedirlo. La clase dirigente española repetirá viejos errores provocados por la ignorancia, consolidados por el egoísmo y sostenidos por la soberbia. Y, cuando llegue la debacle, aún tendrá la desvergüenza de quejarse de un destino que ella ha contribuido más que nadie a forjar. 
Es una pena que todos nosotros tengamos que padecer estos desmanes de la clase política extractiva española y que cuando tengamos ocasión no hagamos nada para salir del letargo en el que nos hunde la anestesia que nos aplican a través de múltiples medios. Por ello me sumo al alegato del Sr. López Burniol en su artículo de La Vanguardia y dejo constancia expresa de mi repudio, de mi desdén y de mi pena por esta actitud suicida de las autoridades políticas españolas, de huida hacia delante, de falta de sentido común y altura de miras políticas, de no encarar la realidad y trabajar para negociar y buscar soluciones mejores para todos. 
La ciudadanía no nos merecemos estar secuestrados por esta casta política y por lo menos, no debemos confundir los sentimientos de los catalanes ni de los españoles con los actos de esta casta política extractiva que tenemos instalada en el poder.
Todo esfuerzo que se haga por informar verazmente y por clarificar las informaciones/propaganda que los abanderados de uno y otro bando difunden, nos ayudarán a entender las cosas, huyendo de los estereotipos malintencionados y separando las verdades de las mentiras. Necesitamos más información veraz y contrastada y menos propaganda. Sólo así podremos formarnos una mejor opinión de los temas y con mejor conocimiento de causa, dialogar con nuestros conciudadanos y mejorar nuestras vidas y nuestra sociedad, que al fin y al cabo es lo que toda persona de bien desea. 
©Juan JAS

jueves, 12 de septiembre de 2013

LA “VÍA CATALANA”: UN DÍA DESPUÉS

Ya hace años que estamos sufriendo una crisis de "MODELO" y más allá de “actos vistosos”, o de reivindicaciones de carácter patriótico o económico, muchos ciudadanos estamos profundamente descontentos con el modelo de sociedad al que nos han conducido nuestros dirigentes. Estamos profundamente desencantados y necesitamos decidir un nuevo y mejor modelo de sociedad, claramente distinto del que, la clase extractiva dirigente actual, ha sabido o querido encarrilarnos durante esta dilatada época post-dictadura. 


Necesitamos con urgencia un modelo y un proyecto válido para detener el empobrecimiento de la gran mayoría de los ciudadanos. 
Los ciudadanos que vivimos en Cataluña, independientemente de nuestros orígenes, cultura y lengua, tenemos que poder decidir entre: 
· Continuar con la asfixia económica que padecemos, acrecentada en los últimos años. 
· Aceptar la asimilación cultural plena e incondicional de Catalunya y los catalanes dentro del Estado Español. 
· Someternos a las políticas más o menos desleales dictadas desde el gobierno central del estado. 
· Formar un nuevo estado con soberanía radicada en el pueblo catalán para que pueda decidir de forma verdaderamente democrática, participativa, descentralizada y con absoluto respeto a los que piensan diferente, su desarrollo social. 
Ayer, 11 de Septiembre de 2013, muchísimos miles de catalanes se manifestaron explícitamente en todo el territorio. Unos actos fueron institucionales, otros convocados por partidos políticos y otros por otras organizaciones. Unos defendieron el “Dret a decidir”, otros lo matizaron o complementaron y otros defendieron lo contrario. Todas transcurrieron en un clima democrático y pacífico. Sólo un pequeño grupo de fascistas irrumpió por la fuerza en un acto donde se conmemoraba el “11 de Setembre” en Madrid. Seguro que la justicia actuará y aunque algunos dicen que esto es el resultado de acciones de la “caverna mediática”, no es lo más importante. 
Lo importante es que todos los catalanes y españoles deberíamos pedir a nuestros dirigentes y sus poderes económicos y mediáticos, que lejos de minimizar, ningunear o reírse de las puestas en escena que tuvieron lugar ayer en Catalunya, escucharan con atención la pacífica y persistente reivindicación de cientos de miles de catalanes y se pusieran a trabajar para alcanzar acuerdos. 
¡Señores!. Los vimos por la tele. ¡Dejen de mirar las goteras”, ¡Dejen de reírse! (No se de que se reían. A mi me daban pena-indignación) y de salir al patio. 
¡Afronten los problemas que tenemos todos los ciudadanos! 
¡Piensen!. ¡Hablen entre ustedes!. ¡Negocien!. ¡Consulten-nos! 
El evento más multitudinario de ayer fue la “Vía catalana”. Para mi, fue como la expresión gráfica de la búsqueda de una salida razonada y razonable para la situación de tirantez, no de Cataluña dentro de España, sino de muchos catalanes respecto a las políticas desleales de muchos dirigentes del Estado español hacia ellos. 

Ayer la “Vía Catalana” transcurrió al “catalán style”. Con sensatez y con capacidad de incluir, como en la Sardana, a todo aquel que quiso sumarse en igualdad y sin protagonismos. Una especie de cadena humana entendida como un símbolo de unión y compromiso entro los pueblos del sur y los del norte. Capaz de frenar con sensatez el posible arrebato de algunos que se comportan alocadamente, capaz de dejar vivir con alegría sin confundirla con la ilusión de los ilusos, capaz de recordar que nada de lo que ahora se haga o se decida debe dejarse en manos de la improvisación. 
No todos los catalanes se sienten catalanes de la misma forma, ni están igualmente involucrados, ni tienen vínculos afectivos con gentes con otros ciudadanos de otras partes de España, ni disponen de la misma información, ni tienen la misma facilidad de acceder a ella ni tiempo, ganas o conocimientos para asimilarla. Por ello, a partir de hoy, los catalanes nos merecemos, por parte de nuestros dirigentes, gobernantes y políticos, mucha pedagogía y sinceridad. Esto quiere decir: 
· Claridad en los objetivos del proceso. 
· Claridad en las posibilidades reales de llevarlo a buen puerto. 
· Claridad en la pedagogía y explicación documentada y no populista de los "beneficios y perjuicios" para los catalanes y resto de españoles. 
· Claridad en la explicación de las servidumbres del proceso. ¿Cómo afectará al estado del bienestar de los ciudadanos? 
· Transparencia en los plazos y en la formula del ejercicio de la soberanía. 

El poder mediático podría ayudar dando más información y menos manipulación. Claro que poderoso caballero es don dinero y los “mass media” no suelen transmitir más que lo que a sus propietarios interesa que las masas compren. 
Naturalmente, las coyunturas políticas variarán conforme avance el tiempo y con ellas, seamos realistas, los intereses de todos a corto plazo. Mientras, si la actuación de nuestros dirigentes llegara a provocar una sobredosis de decepción a tanta movilización, esta podría traducirse en radicalidad. Y esto sería lo peor que podría pasarnos a todos. 
Como siempre, cada uno debemos esforzarnos en separar la información de la propaganda, la verdad de la mentira y en la soledad de nuestra conciencia, pensar que es lo mejor para nuestro más o menos amplio “círculo de confort”.
Ojalá que los latidos del corazón no le nuble la mente a nadie.
@JuanJAS

sábado, 7 de septiembre de 2013

"11 de setembre". ¿Porqué nos cuesta tanto aprender?

Ya dice el dicho que “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. Bien dos, tres y hasta el infinito. La historia siempre se repite machaconamente y nadie lo tiene en cuenta. En estos tiempos en que la gente se ha acostumbrado a pulsar botones y tomar pastillas para resolver problemas, rápidamente y con poco esfuerzo, se desprecia la práctica de la lectura de textos de más de dos líneas, la memorización y la reflexión nos pasan inadvertidas o no se comprenden muchas de las trampas que nos tienden los “agentes sociales”. 
Os invito a releer el chiste “El remero es un incompetente” como exponente perfecto de lo que ocurre en muchas empresas y organizaciones de diferente tipo, y aunque habla sobre japoneses y españoles es una enfermedad mundial. Por supuesto es perfectamente asimilable a los políticos, muchos de ellos faltos de organización, ética social y personal y sus famosos recortes. 
Como continuación al chiste os diré que los múltiples comités continuaron con sus largas reuniones y decidieron que en la regata de 2007, sustituirían el remero “incomprensiblemente quemado”, por un becario o en su defecto, una contrata externa, ya que, “a partir de la vigésimo quinta milla, se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla, actitud que roza el pasotismo y con comentarios del tipo: “El año que viene va a remar su puta madre” al llegar a la línea de meta”. 
Regularmente continuo recibiendo alguna variante de este chiste por email y sigo sin reírme. Me enfada menos, pero me sigue quedando un regusto amargo, porqué veo que todo sigue igual: tanto los dirigentes como los dirigidos siguen sin aprender nada. Lo peor es que algunos se siguen riendo de experiencias personales dolorosas (como la del remero). Piensan: ¡Que tontos son ellos y que listos nosotros!. Otros, al más puro estilo Fabra, sueltan: ¡Que se jodan!, mientras haya burros habrán monturas y quien las monte. Parece magia, pero me parece estar viviendo lo mismo una y otra vez al más puro estilo de "El día de la marmota".
De una u otra forma y en uno u otro momento de nuestra vida, todos nos podemos ver retratados como remeros de trainera española y si somos sinceros y responsables, no nos hacía ninguna gracia el puesto, ni el trato recibido. Aunque por simple cuestión de supervivencia, pensábamos que no podíamos dejar de remar, llega un día, por muy responsable que seas y por mucha automotivación que te procures, que no queda otra que reunir valor y decir “¡Nunca mas, que reme su puta madre!”.  Al menos en su trainera.
En la versión empresa, este exabrupto se profería no sólo porque en cualquier momento un iluminado y desconocido directivo te fuera a sustituir por un becario o por la falta de valoración de tu trabajo, sino porque todos los que venían junto a ti en la trainera se dedicaban fundamentalmente a dos cosas: 
  • No quitaban ojo al de al lado que estaba deseando echarle al agua porque no había mucho sitio en la trainera. 
  • A enfrentar sus enormes egos sin decidir qué dirección y estrategia seguir porque había tantas posibles como opiniones sin ningún líder claro. 
Al final de cada dura jornada de carrera perdida y reflexionando sobre tu situación te llegas a dar cuenta que para dejar algún día de remar sólo, machacado y ser feliz, no queda más que dar el salto y abandonar el grupo de la trainera española. Da igual cual sea la bandera que exhiba en su popa. Sólo así se puede mejorar el propio estilo de vida y desembarazarse de esta pléyade de apoltronados chupópteros y destroza-trabajadores, que gobiernan muchas empresas, aprendiendo del estilo de vida, organización y trabajo de los eficientes "ganadores". 
En la versión político-social, la única solución es reformar esta “élite extractiva” que nos gobierna. Cada vez que oímos a nuestros políticos decir que es imprescindible “recortar M miles de millones de euros” deberíamos releer el chiste del remero o ver este vídeo

Producir eficientemente, ¡si!. 
Gastar ordenadamente, ¡si!. 
Ser solidarios con los menos favorecidos, ¡si!. 
Igualdad de oportunidades, ¡si!. 
Igualdad de esfuerzos, ¡también!
Ser ecuánimes en la redistribución del dinero generado-recaudado, ¡también!. 
Cuidado con “La ley del embudo” (para mi lo ancho y para ti lo agudo). Mucha gente aplica esta ley de modo inconsciente y habitual y los efectos son perversos cuando la aplican de modo conscientes personas con responsabilidad social y poder.
Cuando los políticos redactan y votan una ley o aplican un recorte, suelen hacerlo con criterio desproporcional en función de sus intereses y del poder que, sobre ellos o sus intereses, ejercen los grandes lobbies y grupos de presión. El problema es que recortan los elementos productivos, dificultan (o no facilitan) la capacidad de emprender y de generar empleo y perjudican la capacidad y la calidad de dar servicios públicos a la ciudadanía (músculo). Una y otra vez, independientemente del color político, siguen sin recortar la grasa que consume muchos recursos y produce muy poco beneficio social. 
Un año más estamos cerca del 11 de septiembre y los medios de comunicación se llenan de comentarios sobre la “diada”, la “cadena catalana”, etc. Los problemas reales del día a día están en “suspenso mediático” hasta, al menos, dentro de dos semanas. Fuera de cualquier consideración política, lo que está claro es que cualquier país (incluido Catalunya) necesita una clase dirigente que actúe con conocimiento, un proyecto claro, honestidad, lealtad y transparencia para facilitar el desarrollo cuantitativo y cualitativo de sus ciudadanos. 
Ante cualquier reivindicación, haremos bien en acordarnos de la “ley del embudo” y hacer examen de conciencia, recabando los datos concretos y veraces que nos ayuden a formar nuestra opinión. Mientras no dejemos de perder el tiempo criticando y demonizando a los demás sin ver la viga en nuestro propio ojo, no resolveremos ningún problema. 
Es bueno recordar que mientras fue relativamente fácil ganar-recaudar dinero, las deficiencias de los dirigentes quedaban enmascaradas. Con la llegada de la crisis y la falta de liquidez, ha estallado también la burbuja de la incompetencia y la corrupción acumulada y han quedado al descubierto las carencias de nuestra clase dirigente en toda su crudeza. 
Consideraciones étnicas aparte, muchos catalanes reclaman al gobierno español un trato fiscal más honesto y justo. Pero con esto no basta. Para mi esta es una reivindicación justa y necesaria, pero no suficiente. Estimo mucho más importante que los dirigentes y toda la sociedad sepa y quiera administrar el excedente con eficiencia, equidad y solidaridad. Lo primero está verde, pero de lo segundo, no alcanzo a vislumbrar ni siquiera los brotes. 
¡Bon 11 de setembre! 
@JuanJAS

PD.- 
Os dejo esta canción para los que sentís aprecio por Catalunya y sus gentes. Aunque está cantada en catalán, está subtitulada y es fácil intuir el mensaje o al menos disfrutar de las fotos y la melodía tal como se ha hecho siempre con las canciones de los famosos artistas ingleses o franceses que toda la vida se han admirado, aunque la mayoría no entendieran lo que decían.