lunes, 29 de julio de 2013

Vacaciones de verano y Slow Life



Estamos a punto de entrar en el mes de agosto y mucha gente empezará su periodo más largo de vacaciones. Un tiempo de descanso, que sirve para cargar pilas, para repensar, para redescubrir lo que aún estando cerca, no le hemos prestado la atención debida durante todo el año; para reencontrarnos con aquellos que no vemos desde hace tiempo, para leer los libros que se nos han ido acumulando en la mesilla de noche, tiempo para nosotros y para nuestros sueños... 
El problema es que dejamos tantas cosas par hacer durante las vacaciones que muchas veces nos agobiamos tanto que no tenemos tiempo para hacer y menos para concluir nada. Las grandes expectativas que nos formamos para esos quince días de vacaciones o lo que duren nuestras vacaciones que a menudo nos decepcionan. 
Aspiramos con ilusión a que en tan pocos días recargaremos nuestras pilas vitales y además nos liberaremos del yugo del trabajo, de las obligaciones y responsabilidades cotidianas. 
El verano es un tiempo en el que nos asaltan dos fantasías: la fantasía del descanso y el de la libertad. 
La fantasía del descanso exige aparcar en una especie de oasis (playa paradisíaca, montaña fresquita) sumidos en una especie de rutina para huir de la cruda realidad. Algunos aspiran a disfrutar de refrescantes aperitivos al lado del mar, a mantener largas y serenas conversaciones con personas queridas alrededor de una mesa después de degustar deliciosos manjares, disfrutar de largas siestas… 
La fantasía de la libertad suele requerir una movilidad extrema para hacer todas aquellas cosas que no hemos conseguido hacer durante todo el año por falta de tiempo, tal vez, organización o voluntad. Algunos se montan en aviones y vuelan a otros continentes para visitar lugares cuanto más lejanos mejor. Se embarcan en lujosos cruceros para descansar cuando en realidad siguen sujetos a un horario y una programación frenética de actividades que les mantienen en contínuo movimiento. 
Se enrolan en viajes organizados que visitan múltiples capitales en sólo ocho días. Una especie de huida hacia delante para procurar encontrar una libertad que no han podido disfrutar en su vida diaria. 
Unos reposan y otros corren. Unos disfrutan contemplando paisajes los paisajes que les vieron crecer y otros se enamoran de geografías y voces extrañas aunque no las entiendan. Ya se sabe, todo lo extranjero y desconocido suele parecer mejor. Estos dos comportamientos antagónicos que nos esperan al comenzar las vacaciones son muy antiguos. Ya los encontramos en La Odisea y en La Eneida con el mismo objetivo del retorno. 
Este año, como en los cuatro anteriores, las circunstancias económicas juegan un factor determinante. Si hay dinero suficiente es más fácil tomar la opción de la libertad. Si nos cuesta llegar a fin de mes, el mundo aparece muy lejano e inhóspito. Muchos querrían huir hacia delante pero no pueden, querrían hacer grandes viajes pero la falta de dinero no se lo permite. Es más factible abrazar la fantasía del descanso. Así, no sólo ahorramos dinero sino que ahorramos energía. 

La mayoría ha olvidado que todo cambia. En épocas pasadas sólo los campesinos lucían una piel morena porque estaban obligados a trabajar expuestos a las inclemencias del ambiente. Cuando cambió el tipo de trabajo imperante para las masas, los empleados del sector servicios y de las fábricas, todo el año encerrados sin poder tomar el aire y el sol libremente, abrazaron gustosos la moda de exponerse al Sol o a los rayos UVA y ponerse morenos a pesar de las contraindicaciones que cualquier galeno informa para tal práctica. Del mismo modo, hace unas décadas, la vida ociosa y relajada, la indolencia, la agradable holganza, el placer de no hacer nada, el “dolce far niente” que popularizaron los italianos, era atributo exclusivo de la aristocracia; actualmente, parece que la mayoría tolera mal estar sin hacer nada, no tener un gadget entre las manos que manipular o una pantalla a la que mirar. 
El desarrollo tecnológico-informático ha contribuido en gran manera a impregnar “todo” de una velocidad que no deja saborear el sentido de las cosas y nos aboca a una sociedad neurótica y despersonalizada. 
Sin embargo, cuando razonamos sobre este tema, no es difícil entender que “más, antes y más rápido” no son sinónimos de “mejor”. 
Está de moda la velocidad, el querer abarcar muchas cosas a la vez, el querer lograr todo rápido, conseguir la máxima satisfacción con el mínimo esfuerzo y en realidad, este "estilo de vida rápido" nos aleja cada vez más de nuestros más íntimos deseos: 
¿A quien no le gustaría tener tiempo para todo?. Para disfrutar de la luz, ampliar las facultades perceptivas de sus sentidos, disfrutar de la suficiente fortaleza y control para poder sentir las emociones equilibradamente, comunicarse satisfactoriamente con los demás, estar llenos de creatividad y vitalidad para disfrutar de los placeres a nuestro alcance con seguridad y estabilidad, etc. Todo esto difícilmente puede conseguirse practicando un estilo de vida “Quick Life”. 
Os propongo un experimento para estas vacaciones estivales. Dejemos en casa los ordenadores y apaguemos los smartphones. Aunque sólo sea durante una semana. 
Este año en el que las deudas siguen atenazando y el dinero no corre con facilidad, ¿Porqué no disfrutar de unos días de descanso en un lugar perdido, extrañamente atrapados por una ilusión irreal, pasando las páginas de un libro cualquiera con mundanal abandono, conscientes de que en el próximo capítulo el mundo continuará igual: estático, quieto, por siempre jamás?. Ya habrá tiempo de despertar y volver a la realidad. 
No es fácil dejar que el tiempo pase sin hacer nada más que contemplar las nubes en el cielo o el movimiento de las hojas de los árboles acariciadas por el viento. Reducir drásticamente el ritmo de actividad, “desengancharse” requiere entrenamiento y perseverancia, pero alternar periodos de actividad y descanso es imprescindible para la buena salud mental. 
Tal vez nos guste lo que aprendamos al seguir un estilo de vida “Slow” (Lento). No hace falta ir a las antípodas para encontrar un lugar en el que podamos descansar y relajarnos. A pesar de la oposición pertinaz de los adalides de la sociedad de consumo o tal vez como reacción a los mismos, hace años que aumentan los mensajes para revalorizar el estilo de vida “Slow”(Lento). Los movimientos de la “lentitud” plantean alternativas a la aceleración que condiciona nuestras vidas: comida, desplazamientos, relaciones personales… Son reacciones naturales contra el stress que provoca el estilo de vida rápido imperante. 
Read Slow: Lee despacio porque si lees algo rápido, de pasada o sólo los titulares, es que no estás muy interesado en el tema. 
Walk Slow: Anda para evitar todas las consecuencias negativas de la vida sedentaria. Al menos 30 minutos cada día. 
Cook & Eat Slow: Al cocinar y comer despacio favoreces la educación del gusto. 
Slow Dance… Bueno, toda regla tiene su excepción y este tipo de baile no representa exactamente a lo que me refiero… http://www.youtube.com/watch?v=koGu9P4uIVM
Etc. 
De vez en cuando no queda más remedio que pisar el freno, pararse y pensar. 
Antes de que nos llegue la hora de abandonar este mundo, nunca es tarde para empezar a seguir un estilo de vida diferente. ¡Mejor si es “Slow”!. 
Ante las situaciones estresantes de la vida diaria, guarda la calma y sigue adelante (Keep Calm & carry on se ha puesto de moda últimamente). 
Como antídoto al consumo masivo provocado por la producción en serie, cada vez son más los amantes del buen diseño, pensado lentamente hasta desarrollar artilugios creados desde el corazón. A muchos nos gusta buscar y descubrir cosas hechas a mano, encontrar productos orgánicos; nos gusta tocar, sentir el aroma, la calidad de los materiales, saber donde y como están hechas las cosas. Nos gusta bailar, reír, soñar, las tradiciones, los regalos (aunque no siempre deban de ser tangibles). Nos encanta visitar lugares nuevos y diferentes que nos asombren y despierten sensaciones sorprendentes y placenteras…. Parece que hemos descrito unos gustos sofisticados que sólo pueden satisfacerse viajando a lugares exóticos o asociándose a un club de wellness de alto standing y por tanto fuera de las posibilidades de la mayoría de los mortales. ¡Nada más alejado de la realidad!. 
Por ejemplo, cuando regresamos a casa después de un viaje o simplemente al finalizar una jornada de trabajo, podemos desconectar y disfrutar de estilos Slow en nuestro hogar. ¿Qué nos impide transformar nuestra casa en un entorno inigualable concebido como un oasis de bienestar y relax para nuestro cuerpo y mente, adaptado a nuestros gustos personales?. 
De nosotros depende que nuestros sueños se tornen reales, al menos en la intimidad de nuestro hogar, a través del equilibrio, encontrando la armonía interior: sentido, transparencia y control. Esto no se consigue con un chasquido de dedos. Eso sería “Quick”. Es necesario tomarnos nuestro tiempo para educarnos y pensar. 
Mi monitora de gimnasia, al final de las sesiones, dedica unos minutos a estirar los músculos trabajados durante la clase y a relajarnos. Siempre me dice que es mucho más difícil relajarse que tensionarse. Para mi al menos sus palabras son una verdad como un templo. ¡Totalmente cierto!. 
Regularmente, después del ejercicio, consigo estirar razonablemente bien los músculos y también relajar el cuerpo. Pero, ¡la mente!…. Esto es dificilísimo. Parece que mi cerebro se empeña en no desconectar y por más que lo intento, no consigo bloquear los pensamientos que sin cesar me asaltan. ¡Hay que perseverar! me animo a mi mismo. 
Mercè, mi monitora me repite con voz suave, como si recitara un mantra que intente encontrar una postura cómoda, relajar mi cuerpo y vaciar la mente. No pensar absolutamente en nada que no sea mi propio cuerpo y mente relajados. Muy fácil de expresar y a la vez muy difícil de conseguir. 
Respirar bien, haciendo uso del diafragma requiere de un buen entrenamiento. La clave está en la exhalación ya que cuanto más aire viciado exhalemos, más células de deshecho eliminamos y más aire fresco podremos inhalar. Es necesario aprender a respirar de manera consciente y relajada donde no haya ruidos o nada que nos moleste. Nuestra mente atenta sólo en la respiración para mantenerla armoniosa. 
Podemos empezar con un simple ejercicio de respiración de 30” 
1. Inspirar poco a poco durante 10 segundos por la nariz. 
2. Retener la respiración durante 10 segundos. 
3. Espirar gradualmente durante 10 segundos por la nariz. 
4. Repetir el ejercicio. 
Vamos aumentando progresivamente la duración de la espiración hasta los 20 s. Empleando tanto la respiración pulmonar como la diafragmática, conseguiremos un aumento de la circulación sanguínea, de la energía cognitiva y de la tranquilidad y sensación de paz, de armonía y al mismo tiempo nos proporcionaremos más energía para ser más vitales. Eso es la salud, ser vitales. 
Si creemos que esta forma “Slow” de vivir es buena para nuestro cuerpo y nuestra mente, al menos en la intimidad de nuestro hogar, ¿porqué no empezar a practicarla desde ahora mismo?. Tal vez con nuestro ejemplo, ayudemos a contagiar el estilo Slow a los niños y jóvenes de nuestro alrededor; algunos tan hiperactivos.
Hablando de niños y jóvenes. La corriente “Slow” se puede aplicar a todos los ámbitos, incluso a la educación. 
La educación lenta es un paradigma que además de pretender saber encontrar el tiempo justo para cada uno y aplicarlo en cada actividad pedagógica, tiene en cuenta la diversidad de ritmos de aprendizaje. Educar para la lentitud significa ajustar la velocidad al momento y a la persona para humanizar la sociedad. El tiempo no puede colonizar nuestras vidas sino que hay que devolverlo a los niños, a los profesores, a los padres, abuelos y a la sociedad en general, para que pueda ser un tiempo vivido plenamente y completamente eficiente. 
Para los que viven su vida a tope, “very fast”, llega un momento en que se vuelve imprescindible encontrar al menos un tiempo en el que vivir relajados, “very slow”. No esperen a que sea demasiado tarde y el stress y demás enfermedades psicosomáticas, afecten su cuerpo. 
Si este año se van a disfrutar sus vacaciones en casa o cerca, pueden empezar a probar el estilo “Slow”. Procuren convertir su hogar en el centro donde sus sueños se hacen realidad y todo cobra sentido. Ya se que muchos incondicionales de las “terrazas” y “reinas de la noche” les sonará a "aburrido", pero “la felicidad, más que en ningún otro sitio, suele encontrarse en el interior”. 
Debido al piloto automático que llevamos dentro, al caminar por la vida caemos en muchas trampas. La principal suele ser “ganar más dinero”. Para ello nos auto-imponemos metas y obligaciones que realmente no nos satisfacen y además nos limitan la visión. Unos trabajan demasiado (workhalcoholics) y se auto justifican en que lo hacen para que no les falte nada a los hijos o a los padres dependientes y paradójicamente eso les quita tiempo esencial para disfrutar de ellos y con ellos tiempo de calidad. Algunos viven una vida auto entregada a los demás sin preocuparse por lo que realmente ellos desean. A otros les cuesta encontrar tiempo para expresar sus sentimientos y afectos reales a los seres queridos o apreciados. También existen las personas extra responsables que en realidad no viven la vida que quieren, sino la que piensan que las personas que quieren, esperan que lleven; aun cuando muchas veces ese pensamiento es erróneo. 
Olvidamos que lo “esencial” para cada uno de nosotros sólo somos capaces de de verlo con nuestro propio corazón. 
Hay que detener el piloto automático y preguntarse ¿Por qué hago lo que hago?. 
¿Porque realmente quiero?, ¿porque realmente necesito más dinero para algo tangible, necesario e importante?, ¿por miedo a lo que pueda pasarme en el futuro?, ¿para quedar bien con los demás y así me acepten en el grupo?, etc. 
Es muy importante que averigüemos que es lo que realmente nos hace felices a cada uno de nosotros y luchar por conseguirlo, desechando lo demás que realmente es accesorio. 
Si estas vacaciones no os apetece dedicaros sólo al dolce far niente, podéis dedicar algo de tiempo al autoanálisis y a pensar en lo que para vosotros es “esencial”. 
©JAS2013

Anexos:

Música para relajarse:
Para volver a la realidad con buen humor:  http://www.youtube.com/watch?v=YIjfexkdiZM
Una foto congela un instante de la vida, pero miles de ellas tomadas a intervalos regulares y proyectadas en rapidísima sucesión, permiten ver en pocos minutos lo que se tardó cientos de horas en tomar y otro tanto en producir el producto acabado. ¡Da vértigo!
Necesito parar.  ¡Slow!

jueves, 25 de julio de 2013

¿Como vamos por la vida?


¿Como maniobramos en la vida?. 
¿Como decidimos que hacer y que no?.
Platón opinaba que el alma y la personalidad estaban relacionadas.
Descartes expuso un dualismo entre cuerpo y alma. Entendía el alma como la parte racional que conduce el cuerpo y decide la ruta a seguir.
Dicen que sólo es libre el que no tiene influencias de ningún tipo. Aún así, al igual que el coche, nuestro cuerpo no va siempre como nosotros pensamos y querríamos.
Los últimos estudios apuntan a que el  “determinismo genético” es muy relevante. La parte biológica influencia (los genes tienen mucha información) para decidir por donde vamos e importan mucho a la hora de determinar nuestro comportamiento visceral y por tanto en el éxito o fracaso de las tareas que emprendamos en nuestra vida.
La psicología social apunta que la inmensa mayoría tenemos mucha tendencia al conformismo. Nos dejamos seducir por la opinión de la masa. Así mismo las distorsiones cognitivas  condicionan e interfieren en nuestra capacidad de toma de decisiones.
Conclusión: Por muy buena que sea nuestro arsenal genético y sabiendo que los movimientos bruscos de otros conductores y elementos sociales son imposibles de prever, lo más prudente es practicar una “conducción defensiva”, y  pensar que es imposible controlar totalmente la situación.
Aún así, a la mayoría de los mortales nos gustaría adivinar el futuro. ¿Qué pasará mañana, el próximo mes, dentro de unos años, cuando sea mayor?. En el terreno económico, a todos nos gustaría conocer algún dato que nos diera pistas para saber como evolucionará un determinado negocio. A nivel general siempre me ha intrigado saber en que se basan los políticos para decirnos si ven o no, la luz al final del túnel. (Mirar cada día los solares para ver si crecía la hierba, ya sabemos que no vale).
Tal vez se guíen por lo que en economía se conoce por los “indicadores de tendencia adelantados”. Eso suponiendo que la economía global se mueva de acuerdo a la suma de los movimientos económicos de la masa. Ya sabemos que eso no es exactamente así, pero cuando se desconoce mucho, algo es mejor que nada.
Cuando se trata de predecir futuras tendencias financieras o económicas, los profesionales se informan de la evolución de los llamados “leading indicators”. Siempre se usan palabras en algún idioma extranjero o jergas difíciles de entender para que no sean del dominio público. Todos los colectivos cerrados: médicos, farmacéuticos, abogados y todo el que atesora conocimientos especializados, tiene la costumbre de hacer lo mismo.
A la hora de tomar las referencias de estos indicadores, debemos entender que siempre se acercarán a cuestiones que realmente marcan puntos de influencia en los movimientos económicos, como pueden ser, desempleo, inflación, confianza del consumidor…
Dentro de los indicadores oficiales podemos distinguir tres categorías en función del modelo de predicción que pueden aportar:

Leading

Los indicadores líderes son indicadores a futuro que nos previenen de acontecimientos relacionados. Poniendo un ejemplo práctico; se puede entender que el rendimiento de los bonos puede resultar un buen indicador para la bolsa de valores gracias a la posibilidad de anticipar que ganan los operadores de bonos (no siempre hay una causa efecto pero sí es un indicador valido)

Lagging

Son indicadores rezagados que nos vienen a señalar la consecuencia de un evento. Si pusiéramos ejemplos gráficos podríamos hablar de “la calma antes de la tempestad” o la “calma después de la tormenta”. Uno de los indicadores Laggin más comunes es el desempleo, que en función de su evolución se presenta como un  resultado que, además, permite detectar si estamos ante un patrón o este puede iniciarse.

Coincident

Estaríamos ante los indicadores que podríamos llamar a tiempo real. Volviendo a nuestros ejemplos gráficos, si pulsamos un timbre en un portero automático, aunque nosotros no lo escuchamos (pero sabemos que suena) el timbre sonará en la vivienda elegida. Estos indicadores en lugar de predecir eventos futuros se mueven al mismo ritmo que los mercados de valores o la economía. Por ejemplo los ingresos personales coinciden con este tipo de indicadores; las altas tasas de ingresos medios coinciden con economías fuertes.

Indicadores económicos adelantados para España.

De los seis indicadores Leading para España, cuatro aumentaron en el mes de Mayo, concretamente, el rendimiento de la deuda a largo plazo, la oferta de empleo, la cartera de pedidos, mientras que en el plano negativo encontramos el índice de cotizaciones en la bolsa española y la contribución Euro M2.
De los cinco componentes para el indicador Coincident, cuatro registraron subidas también en el mes de Mayo; ventas al por menor, producción industrial (excluyendo construcción) importación real y consumo domestico final, el factor de reducción lo encontramos en el empleo.
Ya tenemos más conocimientos. Será cuestión de seguir las publicaciones de estos indicadores y usarlos a modo de prismáticos para aumentar nuestra visión sobre el devenir y poder entender algo más sobre el porqué de lo que sucede a nuestro alrededor. También pueden servirnos para interpretar la veracidad o incongruencia de lo que nos cuentan nuestros dirigentes, las pocas veces que se dignan informar a la opinión pública de algo más que de temas que sólo a ellos les importan.
No se que calidad tienen los cristales del prismático, ni los aumentos que tiene, ni si tiñe de alguna dominante de color el tema observado. ¡Ojalá fuera tan fácil y bastara con leer unas cifras en un informe! De todas formas, todo suma. Recuerden el cuento de los dos amigos que iban paseando por la selva y que de pronto escucharon el ruido de un león cercano. Cada uno de ellos reaccionó de dos formas diferentes:
  • El primero pensó que como era imposible correr más que el león, mejor sentarse y que fuera lo que Dios quisiera. Como no dependía de él tener la seguridad de solventar el problema con éxito, no hacía falta esforzarse. Si había suerte, se salvaría. Tal vez vendría algún alma solidaria a ayudarlo.
  • Su compañero, aun sabiendo que era imposible correr más que el león, impulsivamente se puso a correr lo más rápido que pudo. Tal vez, el león se contentaría con otro …  alimento. En todo caso, él moriría luchando al haber hecho lo mejor que podía todo lo que estaba en su mano.  

Cada uno, en su intimidad, debe hacer examen de conciencia y ver que tipo de comportamiento toma en la vida. Ya sabemos que los genes afectan mucho, pero la cultura adquirida, aunque sea poco, algo tiene que decir y la mayoría de las veces es mucho mejor un burro esforzado y trabajador que un listillo vago y presumido.
©JAS2013

jueves, 18 de julio de 2013

¿Cómo inculcar a los jóvenes la cultura del ahorro?



Se han escrito muchos libros sobre cómo enseñar a los niños (y a los mayores) a hacer un uso responsable del dinero, pero nos gustaría conocer vuestra propia experiencia.

¿Cómo habéis enseñado a vuestros hijos a darle importancia al dinero y cómo les habéis inculcado la cultura del ahorro?
Los jóvenes de hoy viven inmersos en una cultura de lo inmediato, gracias a las nuevas tecnologías y la influencia de Internet. Quieren tenerlo todo y con prontitud. A la gente más joven le cuesta plantear su futuro y por lo tanto piensa que ahorrar es una pérdida de tiempo y un desajuste en sus planes más cercanos. También es verdad que cada vez es más difícil plantearse metas a largo plazo.
En este escenario, ¿Conocéis y usáis alguna técnica que pueda ser de utilidad para otros padres-educadores?  ¿Qué resultados obtenéis con su aplicación?

Aquí van algunas historias de otros padres:
A.-
“Para nosotros, lo más importante es hablar abiertamente sobre el dinero. Nuestros hijos presencian tanto, cuándo nos planteamos darnos de baja en el club, como cuándo vamos a cambiarnos de casa. A pesar de que no siempre entiendan de lo que estamos hablando, lo que pretendemos es que adquieran una actitud “sana” hacía el dinero y lo integren como un valor más en su vida. Ser consciente de lo que cuestan las cosas y hacer “gastos inteligentes”, no significa ser avaricioso, porque cuando hay que recompensarles somos generosos con el presupuesto.”

B.-
Escuchar continuamente de la boca de nuestros hijos-nietos: “¡Quiero eso y lo quiero ahora!”, estresa a cualquiera. Después de varios intentos de hacerles entrar en razón, desistí, tome aire y les dije: “¡Voy a dejar esto en vuestras manos: Si vosotros no ahorráis para el futuro, yo tampoco lo voy  a hacer por vosotros

C.-
Mis hijos son adolescentes y desde pequeños les compensamos monetariamente por hacer tareas de la casa o sacar buenas notas, por ejemplo si han tenido un sobresaliente les doblamos la “paga”. 
Pero esto no es todo, emulando a la vida real, cada euro que ganan está sujeto a una deducción del 25% que metemos en un fondo referenciado al índice S&P 500 (los niños no saben lo que es el índice, pero saben que sube y baja) a la que tendrán acceso cuando sean mayores de edad y otra deducción del 25% en Letras del Tesoro. un depósito a plazo de un gran banco que paga intereses semestralmente. Los niños tienen que calcular el interés que recibirán el día de pago y pensar en que lo usarán. El 50% restante puedan gastárselo como quieran (aunque muchas veces nosotros no estemos de acuerdo). El objetivo es que reciban una educación financiera y de inversión y aprendan una actitud responsable hacia el gasto.

D.-
Yo lo que intento es que mis hijos tengan una visión más a largo plazo del dinero. Cuando me dicen “¡Son sólo dos 0 tres euros al día!”,  le digo… “¿Qué? …
Has pensado que dos o tres cafés, un refresco, un helado, una copa, el tabaco, etc. son muchos euros al mes. Sólo con que los pusierais en una hucha, (más si los invirtierais) os permitirían pagar la guardería del niño  o iros de vacaciones una vez al año. No estaría mal que pensarais. ¿Qué otros “pequeños” gastos innecesarios cómo esos podríais ahorrar?” 
Seguro que mejoraríais el estado de vuestras finanzas domésticas.

E.-
Compré a mis nietos, ya mayorcitos, un banco de juguete. Es transparente y tiene cuatro compartimentos con una ranura cada uno: Gastos, Ahorros, Inversión y Caridad. Después de explicarles el significado que le doy a poner dinero en cada uno de los cajones, cada vez que les doy dinero, ellos elijen en que cajón lo ponen y aprenden con la práctica el uso que quieren dar al dinero.
·       Gastos para satisfacer caprichos inmediatos.
·       Ahorros para satisfacer caprichos o necesidades a medio-largo plazo.
·       Inversión para que el dinero trabaje por ti y con el tiempo y gracias a la magia del interés compuesto te ayude a caminar hacia la independencia financiera.
·       Caridad para ser solidario y ayudar a los necesitados, empezando por los más cercanos.

F.-
Este año nos fuimos de vacaciones a Disney y la abuela les dio a mis hijos 100€ a cada uno. Les llevamos a la tienda de Disney y les dijimos que se podían gastar lo que quisieran pero que deberían de ahorrar algo porque el día siguiente nos íbamos a Futoroscope y seguramente allí querrían comprarse algo. Agarraron todo lo que vieron y empecé a ir calculando el coste hasta que les dije, “ya está os habéis acabado el dinero de la abuela”. Lo que ocurrió exactamente al momento fue lo más gracioso, empezaron a devolver cosas a la velocidad del rayo. Los dos volvieron de Francia con la mitad del dinero. Ser conscientes de cómo y en qué gastamos el dinero nos ayuda a mejorar nuestra economía personal.
Recuerda: Primero ¡Págate a ti mismo!
Ahora os toca a vosotros comentar vuestras experiencias…

Resumir vuestras experiencias y plasmarlas por escrito ayudarán a todos los demás a mejorar la escasa educación financiera que suelen tener los jóvenes y muchos adultos en nuestra sociedad. 
©JAS2013

jueves, 11 de julio de 2013

Mejora tus finanzas personales

El aprender a ahorrar y sobre todo, una vez conseguidos esos ahorros, saber qué hacer con nuestro dinero para que este sea rentable, requiere adquirir un mínimo de cultura financiera. Esto que parecería lógico puesto que las finanzas forman parte de nuestra vida, no está contemplado en ningún plan de educación de ningún gobierno como una asignatura obligatoria.

La pregunta que me hago es ¿Por qué una materia tan importante, que es necesaria para cualquier decisión que tomemos en nuestra vida, no está contemplada dentro de la enseñanza obligatoria?
La única respuesta que se me ocurre es que el poder bancario o financiero, no quieren gente que sepan cómo manejar su dinero. Si la gente tuviera cultura financiera, a los bancos les sería mucho más difícil engañar a la gente vendiéndoles sus productos basura: Productos que te venden como un negocio para ti cuando en realidad el mayor (a veces único) negocio es para el banco. 
Sería fantástico que los responsables de la educación de nuestros niños y jóvenes, lucharan para conseguir que la educación financiera forme parte de cualquier plan de estudio obligatorio.
Así, nos evitaríamos en el futuro vivir dramas, como los que estamos viendo cada día, de personas ¡¿estafadas!? por los bancos, que han sido engañadas y se han quedado sin los ahorros que tanto esfuerzo les ha costado conseguir.
Con este panorama difícilmente se sale del atolladero. Sirve de poco dar la culpa a otros. Primero ¡Ayúdate a ti mismo! y tal vez puedas luego ayudar a los demás. Pedir que otros te ayuden a resolver tus problemas, mientras esperas sentado, suele dar poco resultado. 
Los bancos que actúan negligentemente y en ocasiones con mala fe y el gobierno-clase política-estamentos oficiales que se lo permiten, tienen muchísima culpa de la pérdida del estado del bienestar que hemos logrado en ls últimas décadas, pero no podemos olvidar que, cada uno de nosotros, también juega su papel en la comedia de la vida.

Educarse requiere:
  1. Creer en su importancia,
  2. Voluntad para educarse,
  3. Esfuerzo por aprender,
  4. Perseverancia para seguir haciéndolo toda la vida,
  5. Pensar y razonar sobre como usar prácticamente lo aprendido,
  6. Incorporar lo anterior como un hábito en nuestra vida diaria,
  7. Valentía para actuar en consecuencia,
  8. Aprender de nuestros errores para mejorar,
  9. Dar ejemplo a nuestros hijos, familiares y entorno, con nuestros actos y
  10. Disfrutar con nuestro proceder.
No hace falta observar mucho para darse cuenta que mucha gente no vive y actúa según estos principios. Hacerlo requiere demasiado esfuerzo y prefieren, por fácil y cómodo, pasar las tardes de verano en las “terrazas saboreando una buena clara” mientras despotrican contra los “malos” y se compadecen de su mala suerte. Mientras, tienen aparcados a sus hijos en algún campamento de verano, con sus abuelos, interactuando frenéticamente con la “consola” o mandando mensajes con WhatsApp en el último y caro Smartphone que algún familiar les han regalado, aunque no puedan permitirse ese superfluo gasto.
Seguro que habéis oído muchas veces un comentario similar a este: 
"Hace poco era millonario y ahora sólo tengo deudas y no puedo llegar a fin de mes". ¡Malditos políticos!.

¡Vale!, ¡De acuerdo! No intentaré explicar las erratas de afirmaciones como la anterior. Hacerlo serviría de poco.
De todas formas, si desde que nos visitó la crisis y se vino a vivir con nosotros la "prima de riesgo", ya hace 5 años, estás preocupado por tus finanzas personales o a menudo tienes una extraña sensación de culpabilidad por el dinero que gastas (algunas personas son conscientes de que, a pesar de la crisis, siguen despilfarrando sin darse cuenta), te voy a presentar un plan mensual que te va a ser de gran ayuda.
Si no tienes ganas de trabajar, ni esforzarte en pensar, no te importa despilfarrar el dinero o caso raro lo tienes en abundancia, no sigas leyendo. En caso contrario, automotívate para hacer lo que necesario para salir del atolladero y prueba a realizar las siguientes actividades durante treinta y un días. Aprovecha el verano. ¡Hay tiempo para todo!.

Etapa 1: Determinar tus Objetivos y Valores 
Día 1 – Tus cinco Valores principales
Día 2 – Definir tus Objetivos en base a tus Valores
Día 3 – Crear un plan para cumplir cada Objetivo

El reto esencial que la mayoría de la gente tiene con sus finanzas es que ven el dinero como algo claramente separado del resto de su vida. 
El dinero no es un antagonista, un enemigo que te impide hacer lo que quieres hacer. El dinero sólo es una herramienta, y cuando lo utilizas sin saber cómo, es como cuando alguien intenta aprender a manejar un coche, es peligroso y difícil de manejar.
El primer paso para aprender a integrar el dinero en tu vida y usarlo como una herramienta es determinar qué es exactamente lo que deseas construir con esta herramienta. Sin valores, metas ni planes, el dinero es como oír el ruido de un martillo sin construir nada. Así pues, esta primera etapa es crucial: ¿qué es lo más importante para ti, y qué se necesita para sustentar estos valores?
Etapa 2: Evaluar Tu Situación
Día 4 – ¿Cuánto dinero ganaste el año pasado?
Día 5 – ¿Cuánto trabajaste el año pasado?
Día 6 – Tu verdadero salario por hora

Una vez que hayas determinado qué es lo principal en tu vida, es el momento de echar un vistazo a lo que tienes que trabajar para conseguirlo.
¿Cuántas cosas consigues, y cuánto tiempo gastas en ellas? Esto parece una pregunta fácil, pero no es así. 
¿Qué porcentaje de tus ingresos gastas en mantener tu puesto de trabajo, como el transporte, desarrollar tu profesión, ropa, etc.? ¿Y cuánto tiempo dedicas haciendo cosas relacionadas con tu trabajo, como ir a trabajar, volver a casa después del trabajo, asistir a eventos relacionados con el trabajo?, etc
Cuando calculas estas cifras, puedes sorprenderte mucho con cuánto tiempo dedicas al trabajo como promedio cada semana, además de lo poco que ganas en realidad. Esto se puede traducir en tu día a día mediante el cálculo de un número que vamos a utilizar durante todo el mes, tu verdadero salario por hora. ¿Cuánto ganas realmente por cada hora que dedicas a tu trabajo? Esta cifra no está cerca de lo que puede que estés pensando, y podría impactarte hasta el punto de cambiar el rumbo de tu vida.
Etapa 3: Crear tu propio Presupuesto de Vida, sin seguir la prescripción de nadie

Día 7 –   Trabaja para conseguir tus sueños 
Día 8 –   Desglosando tus gastos
Día 9 –   Limpieza de gastos 
Día 11 – Repartir el resto y terminar nuestro “presupuesto de tiempo”
Día 12 – Un presupuesto flexible que refleja tu realidad


Una vez que ya has calculado lo que ganas realmente, puedes empezar a establecer las bases de cómo vas a gastar tu dinero de tal forma que esté en consonancia con tus objetivos personales. No se trata de imprimir hojas e intentar definir tu vida según los valores que alguien ha creado para ti, sino que se trata de definir cómo gastar tu dinero y trabajar desde ahí. 
Con este proceso, vas a crear un presupuesto personalizado que se adapte a tu vida con tus valores y tus metas como base. No estamos hablando de restringir tus gastos a 20€ al mes en cenar fuera, sino crear una estructura en la que tú puedes decidir qué es lo más apropiado, porque tú puedes ver cómo se relaciona directamente con tus sueños.

Etapa 4: Examinando tu vida, paso a paso

Día 13 – Paga por tus sueños primero
Día 14 – Deshazte de las deudas (Lento pero seguro)
Día 15 – No consumir todo el presupuesto y tener un “Fondo para Emergencias”
Día 16 – Evaluando tus gastos: Seguros de Coche y Hogar
Día 17 – Evaluando tus gastos: La Energía
Día 18 – Evaluando tus gastos: Coche
Día 19 – Evaluando tus gastos: Comida
Día 20 – Evaluando tus gastos: Seguros de Vida
Día 21 – Evaluando tus gastos: Vivienda
Día 22 – Evaluando tus gastos: Servicios y Contratos Mensuales 

Día 23 – Evaluando tus gastos: Tasas y Comisiones bancarias 
Día 24 – Evaluando tus gastos: Entretenimiento y aficiones
Día 25 – Evaluando tus gastos: Tarjetas de Crédito


Antes de nada acuérdate de “pagarte a ti mismo”. Es fundamental para ahorrar y poder conseguir tus sueños a largo plazo. Por cierto recuerda que es fundamental que antes de dejar tu dinero ahorrado a alguien (banco, administrador, etc), te informes adecuadamente de a quien se lo dejas (garantías) o en que lo inviertes. Debes tener perfectamente claro, cuanto te rentará la inversión y como y cuando podrás recuperarlo en caso de necesidad. No basta con la palabra de nadie, debe estar especificado claramente por escrito y debes comprender perfectamente todos los términos especificados. Si no fuera así, si tienes la más mínima duda de lo que lees (no de lo que te explica el vendedor financiero de turno) mejor que no dejes tu dinero en manos de ese banco o gestor. 
Una vez que tengas el presupuesto básico, vale la pena dedicar un tiempo a evaluar cuidadosamente cada uno de los gastos y ver cuáles podemos recortar. 
¿Tu factura de luz es muy alta? Puede que haya unas cuantas formas de reducirla. 
¿Estás cansado de pagar la factura del seguro de vida? Tal vez no lo necesites, o puedes conseguir algo que sea menos caro. 
¿Te frustras una y otra vez por tus comisiones bancarias? Mira cuánto te cargan y haz algo al respecto. 
¿La carga financiera de tu tarjeta de crédito te está comiendo vivo? Hay algunas formas de reducirlas.
Estamos buscando formas de reducir la grasa (que son las cosas que te hacen sentir mal cuando las miras) para que la carne (tus objetivos, sueños, y valores) tenga espacio para crecer. No tienes que suprimir tu café diario si es lo que más te gusta, sólo tienes que ver algunas cosas de las que puedes prescindir o que puedes reducir sin que te suponga un gran dolor, así tendrás más dinero para conseguir tus sueños.

Etapa 5: Preparando el Escenario para tener éxito toda la vida

Día 26 – Perfeccionar el PresupuestoDía 27 – Anotar y almacenar todas tus finanzas
Día 28 – Preparándote para lo inevitable
Día 29 - Pagar en efectivo
Día 30 - Vive como desees
Día 31 - Sigue Así


Ahora que tienes el paquete completo, hay algunos métodos básicos para mantener el impulso. 
¿Qué haces con la grasa que has recortado? ¿Cómo puedes realizar un seguimiento de toda tu información financiera a fin de que no sea caótica e incomprensible? 
¿Cómo te aseguras que no estarás endeudada con préstamos una y otra vez? 
¿Cómo hacer que todo siga bien?
Si internalizas estos principios y si sigues este plan, podrás entender mejor tus finanzas personales y prepararte mejor para conseguir tus sueños. De tu esfuerzo y habilidad depende que funcione.
©JAS2013

Anexos:

Evaluar diferentes propuestas laborales

lunes, 1 de julio de 2013

Cómo enfrentarse a las críticas

¿Cuánta gente conoces que no tiene ningún problema en criticar cualquier proyecto que emprendes, cualquier cosa que haces, cualquier afición tuya, la forma en que te vistes, tu peso, etc.?
A mí me pasa continuamente. Por muy bien que hagamos cualquier cosa e independientemente el éxito que tengamos en lo que desarrollemos, siempre encontraremos a alguien dispuesto a regalarnos comentarios en todas direcciones y de todas las tendencias, siempre que no sea la nuestra.

Lo cierto es que todo el mundo tiene una opinión, y somos nosotros los que tenemos que elegir con sabiduría a quién escuchar — y a quién ignorar educadamente. Si no elegimos correctamente y escuchamos a las personas equivocadas, nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra carrera  profesional y nuestra autoestima pueden correr un serio peligro.

¿Por qué critica la gente?

La gente critica por muchas razones. Si en una reunión se está hablando de la mejor forma de construir una granja de paneles solares, la mayor parte de los presentes tal vez no dirá nada, porque es un asunto muy especializado y no sabrían ni siquiera de que se está hablando ni qué decir. Pero si nos enfrentamos a una decisión más sencilla — ¿de qué color deberían pintarse las paredes de la entrada del bloque? — Todo el mundo dará su opinión, incluso personas incapaces de combinar correctamente el color de sus pantalones con el de su camisa.
Hay personas que critican de una forma realmente patológica. Son el tipo de individuos a los que nunca oirás un comentario elogioso o positivo acerca de nadie. La única opción con ellos es ignorarlos… y recomendarles un psicólogo. Si caes en el error de hacerles caso, el que terminará necesitando ayuda profesional probablemente seas tú.

¿Cómo enfrentarse a las críticas?

Tenemos que ser conscientes de que siempre vamos a recibir consejos que no hemos solicitado, pero lo que cuenta es nuestra razón.
Los principiantes se frustran muy rápido e intentan contraatacar con la frase más típica del libro: “¡Mamá, déjame, ya soy mayorcito para saber lo que hago!”
Tu tienes derecho a tu opinión y yo tengo derecho
 a decirte lo estúpida que es.
Los mejores profesionales siempre tienen un plan para el feedback que reciben y lo solicitan de forma activa. Si reciben las opiniones de la gente a través de Internet, cuentan de antemano con el grupo que va a poner en duda su producto, los simpáticos trolls y los que directamente se muestran escépticos.
La verdad es que siempre hay personas que están decididas a sentirse ofendidas hagas lo que hagas o a hacerse las víctimas o a asumir el rol de adversarios contra ti.
Ante todo esto, hazte una pregunta:
¿Está la persona que te aconseja y/o critica, en una posición a la que te gustaría llegar?. ¿Ha conseguido personalmente lo que tu deseas conseguir? (Amor, independencia económica, un cuerpo saludable, felicidad, muchos amigos, 3000 seguidores en redes sociales, etc)
Puede darse el caso que te esté aconsejando sobre tu vida amorosa un amigo que no es capaz de mantener una relación, más de tres meses seguidos. Tal vez te de consejos financieros alquien que no es capaz  de llegar a fin de mes. Haciendo alarde de conocimientos, tal vez te recomiende leer el libro “Cómo ser un empresario de éxito” escrito por un mediático; en demasiadas ocasiones una “autoridad” para la que bastaría buscar información sobre ella en Google para descubrir que ha quebrado todos sus negocios.
Recuerda siempre que dar una opinión sale muy barato. Todo el mundo tiene una porque es muy fácil señalar las cosas que otro está haciendo mal; además, las ganas de decirle a los demás lo que deberías pensar es enorme.
Seguro que en más de una ocasión habréis oído frases como:
“¡Trabaja en lo que realmente te gusta!”
“¿El trabajo ideal? ¡Tendrás suerte si consigues uno, tal y como están las cosas!”
Esta idea tuya no funcionará, además es demasiado arriesgada...
“Tienes que tener claro en qué gastas tu dinero cada mes”.
“Comprar una casa es la mejor inversión que puedes hacer”.
“El primer paso para darte a conocer y hacer negocios son los medios sociales”.
Etc.
Todas las frases anteriores pueden sonar lógicas e incluso ser consejos dados con buena intención pero, ¿están las personas que hacen estos comentarios capacitadas para dar consejos útiles? ¿Están dándote consejos superficiales (“¿medios sociales?”) o son capaces de profundizar y proporcionarte ejemplos de lo que quieren decir?
La mayoría tiene una opinión sobre casi todo. Socialmente está mal visto admitir que no la tienes. Por ello, es nuestra responsabilidad elegir con sabiduría a quién escuchar y a quién ignorar educadamente. Si no elegimos correctamente y escuchamos a las personas equivocadas, nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra carrera  profesional y nuestra autoestima pueden correr un serio peligro.
Tengamos en cuenta que las apariencias engañan y que por muy conocido, o mediático, como se dice ahora, que sea el que da el consejo o escribe el informe, su aura no debe deslumbrarte. Piensa que nadie sabe de todo y que siempre es bueno contrastar la información y llegar a tus propias conclusiones.
Por eso no es lógico escuchar a todo el mundo como un acto de fé, ni dar la misma importancia a todas las opiniones y por supuesto, no dejar nunca que las críticas destructivas hagan mella en ti.
También sucede a veces que la gente se limita a criticar y no se esfuerza a dar un buen “Feedback”, porque sencillamente no tiene nada constructivo que ofrecer o porqué no ha adquirido el hábito de hacerlo.
El feedback es esa acción que realizamos cuando reconocemos algo en otro, sea de su comportamiento, de sus capacidades o de su identidad. Es una manera de “reconocer” a la otra persona pero no sólo como algo implícito que se da por hecho, sino diciéndolo explícitamente. 

Podemos poner multitud de ejemplos de feedback: me encanta como eres, que bien hiciste este trabajo, disfruto en tu compañía, que gran presentación realizaste, que fotos/video más bonito has logrado, etc.
Sería fantástico que el feedback señalara algún punto de mejora en cuanto a capacidades o comportamientos, siempre desde la aceptación incondicional de la identidad del otro y el respeto a su persona y trabajo.
Cuando escuchamos la palabra crítica sentimos que nuestro cuerpo se tensiona, empezamos a no escuchar y a meternos en nuestro diálogo interno y sólo somos capaces de procesar excusas y justificaciones. La crítica suele ser un instrumento muy malo para hacer cambiar de comportamiento a otra persona ya que o bien bloquea a la persona, o bien activa comportamientos de sumisión o en el peor de los casos de rebeldía (voy a hacer lo contrario de lo que me dicen). Si encima, la crítica ha sido contra nuestra identidad (tu eres así o asá) lo único que sentiremos es un ataque que puede desembocar fácilmente en una discusión y lo más probable es que nos genere rabia y/o algún tipo de resentimiento contra el que nos ataca. Se ve claro que el Feedbak no es lo mismo que una crítica, entre otras cosas porque incluye preguntas y da razones y sugerencias de mejora.

¿Cómo se da un buen feedback?:


o  Haciendo alusión a los comportamientos o resultados que nos parecen inadecuados, pero sin juzgar por ello la identidad de la otra persona.  Por ejemplo: Un amigo te da a leer un escrito o una presentación de diapos y cuando lo ves te parece corto. Una posible pregunta sería: ¿que te parecería hacerlo un poco más extenso para que contuviera la información un poco ampliada o aquellas fotos tan divertidas de …? Suena muy diferente de: “esta presentación no vale nada”, las he visto mucho mejores.
o  Proponiendo acciones de mejora. Como en el ejemplo anterior, señalo aquello que “no me ha gustado” de manera concreta y a la vez sugiero una nueva manera de hacerlo. No podemos pretender que los demás adivinen lo que no nos ha gustado si no se lo decimos.
o  Siguiendo la regla 1-3. Por cada feedback negativo hay que dar tres “feedbacks positivos” (acciones “a mejorar” argumentadas) a la otra persona. ¿Te haces una idea de cómo podrían mejorar nuestras relaciones con esta sencilla regla? 

Si eres valiente, sal de tu zona de confort y adquiere el hábito de pensar ordenadamente antes de tomar cualquier decisión, dar un consejo o impedir que cualquier crítica te afecte.

Seis sombreros para pensar

En el libro de Edward de Bono, "Seis sombreros para pensar", se expone uno más de los muchos métodos que nos ayudan pensar, a razonar, a enfrentarnos a los problemas que encontramos en nuestra vida. Como todos, este método requiere un esfuerzo aunque tiene la recompensa. 
El autor asegura que este método potencia al máximo la inteligencia, la experiencia y la información, que los egos desaparecen y entra en acción la inteligencia, el debate y la información. El método se basa en la interpretación de los cambios que experimentan los elementos químicos del cerebro según el modo de pensar. 
Lo primero que debes hacer es pensar en la situación en la que te está costando tomar una decisión, focalizando cada vez en un aspecto distinto y concreto del problema y contestando preguntas. Es como si nos probáramos un sombrero y viéramos como cambia nuestro aspecto.
Toma hoja y bolígrafo y concéntrate en pensar par responder a las preguntas que se proponen y otras similares que se te ocurran:



El Sombrero blanco representa la objetividad



-       ¿Cuáles son los hechos sobre los que debes tomar una decisión?
-       ¿De qué información dispones?

-       ¿Cuál es la información más importante?

El Sombrero rojo representa la subjetividad, las emociones, las sensaciones y los sentimientos



-       ¿Cuáles son tus intuiciones?

-       ¿Qué emociones se despiertan en ti con cada alternativa?
-       ¿Cómo te sientes ante la situación presente?



El Sombrero negro representa la lógica, los aspectos negativos y los posibles riesgos y errores



-       ¿Qué riesgos y peligros corres con cada una de las alternativas?
-       ¿Partes de una buena base para tomar la decisión
-       ¿Es esa base la única posible o existen otras?

-       ¿Estás dejando sin analizar algún aspecto importante?

-       ¿Qué es lo peor que puede pasar al optar por cada una de las alternativas?



El Sombrero amarillo representa la alegría, el optimismo, la alegría y el pensamiento positivo

-       ¿Cuáles son los beneficios y ventajas de cada una de las alternativas?
-       ¿Qué puedes poner de tu parte para que todo salga bien?

-       ¿Qué es lo mejor que puede ocurrir con cada una de las opciones?

-       -Si supieras que no vas a fracasar, ¿qué pasos darías?



El Sombrero verde representa la creatividad y las nuevas ideas

-       ¿Qué información novedosa puedes aportar a la situación?

-       ¿Desde qué perspectivas puedes analizar la decisión a tomar?
-       ¿Qué más opciones tienes a parte de las que ya estás contemplando?



El Sombrero azul representa la coherencia y la planificación



-       ¿Cuál es el siguiente paso que debes tomar a partir de ahora para cada una de las alternativas?

-       ¿Es coherente cada alternativa contigo misma/o?

-       ¿En qué aspectos mantiene cada opción coherencia e incoherencia con tu personalidad?

-       ¿Cuál es la decisión final?



Es muy importante que hayas llegado al último sombrero y contestado a todas las preguntas porque eso significa que estás mejor preparado para tomar una decisión.


Ya sabéis: desestimar las opiniones y críticas gratuitas, tamizar el resto y siempre pensar antes de responder o tomar cualquier decisión.
©JAS2013