jueves, 28 de febrero de 2013

El poder de la «deuda»: Χρεοκρατία

En 1927 a Alexander Nahum Sack, especialista en leyes de la Rusia Zarista, se le ocurrió una idea brillante la “deuda odiosa”. Según él, una deuda podía calificarse de “odiosa” si se daban estos tres requisitos previos: 
1. El gobierno del país recibe un préstamo sin el conocimiento y la aprobación de los ciudadanos. 
2. El préstamo se destina a actividades no beneficiosas para el pueblo 
3. El prestamista está informado de esta situación pero se hace el tonto. 
Esta idea fue empleada por los Estados Unidos de América en 1898 cuando se anexionaron Cuba en la guerra hispano-cubana (no pagaron la deuda que los cubanos habían contraído con España por considerarla “ilegítima”). Ya en el siglo XXI, después de la guerra de Irak, convencieron a la comunidad internacional de que Saddam Hussein había malgastado el dinero de su pueblo y la deuda de los iraquíes podía considerar “odiosa” y por ello no estaban obligados a pagarla. Los acreedores internacionales rebajaron su deuda un 80%. USA, amparado en su estatus de potencia y policía mundial, cuando le ha convenido, ha empleado o influido en otros países y en numerosas ocasiones este principio. 

Una gran parte del dinero recibido en préstamo por “España” ha sido empleado en grandes obras de infraestructuras que ¿benefician? a un pequeño porcentaje de la población (clases ricas) y la gran deuda se ha cargado a todos los ciudadanos. La pagan todos los ciudadanos según su nivel de compras de bienes y servicios a través de los impuestos indirectos y aquellos contribuyentes que pagan impuestos directos (no todos los que deberían). Los ciudadanos de a pie utilizan sanidad, educación y servicios sociales que se están reduciendo cada vez más. La mayoría de la población no usa para nada el AVE con sus estaciones fantasma que nunca salen por la TV pero que existen. No usan los aeropuertos sin pasajeros. No usan grandes edificaciones incompletas o cerradas por falta de recursos. No usan grandes autovías y autopistas sin tráfico, financiadas y rescatadas con dinero público. No se benefician de grandes sumas de dinero en subvenciones agrícolas que reciben “terratenientes” que ni siquiera cultivan sus grandes extensiones y por tanto no dan trabajo a nadie. No han sido invitados a disfrutar del pastel de las comisiones ni nunca han recibido ningún sobre. Etc. Por desgracia, podríamos estar escribiendo durante horas. 
Para hacer frente a estas grandes deudas, el estado se ha endeudado más y más, atenazando cada vez más a las clases populares, que nunca podrán devolver la deuda que los diferentes gobiernos han suscrito en su nombre. 
Parece que los políticos gobernantes han actuado como dictadores irresponsables, engañando a la población con falsos indicadores de prosperidad presente (¡España va bien!, "Vemos brotes verdes"); permitiendo a los bancos y a los sicarios financieros que prestaran al país cantidades enormes de dinero que tarde o temprano sabían que serían imposibles de devolver y por tanto acarrearían una gran pobreza, principalmente a las clases baja y media de la población. 
Los gobernantes y también muchos ciudadanos actuaron como drogadictos enganchados al dinero fácil, cada uno a su nivel, y los bancos actuaron como camellos. Además, siempre ha habido mucha opacidad en las explicaciones de cómo se ha utilizado el dinero público. Siempre habido gran opacidad sobre las asesorías recibidas de entidades financieras internacionales, que frecuentemente han aconsejado sólo en su beneficio y en de los prestamistas. También ha habido opacidad sobre los “regalos” que presuntamente algunos partidos políticos, políticos y altos funcionarios recibían de grandes empresas (muchas veces radicadas en los países prestamistas) durante décadas, para obtener prebendas en la contratación de obras y servicios.
La deuda española puede que no sea inconstitucional, pero ¿Es ilegítima? 
¿Pensáis que los españoles podemos reclamar, conforme al Derecho Internacional, no pagar la parte de su deuda que sea “odiosa”? 
¿Qué se precisa para conseguirlo? 
Hay muchos compromisos nacionales urgentes pendientes de atender y los contribuyentes de los países prestatarios están cansados de prestarnos su dinero. Los ciudadanos españoles han recibido prestaciones inadecuadas al dinero que los gobiernos han pedido prestado. Parece que la gran cantidad de dinero que falta ha ido a parar a grandes empresas, bancos y élites dirigentes y burocráticas de los países prestatarios y del nuestro, que se han comportado como verdaderos agujeros negros sumiendo dinero insaciablemente. 

A pesar de ser un tema capital, nunca se ha aclarado públicamente mediante una auditoria realizada por profesionales desvinculados del gobierno, para el conocimiento de los ciudadanos: 
¿Qué tipo de deuda tiene España?, 
¿A cuando asciende exactamente esta deuda?, 
¿Cómo se ha llegado a tener esta deuda?, 
¿A quién se le debe exactamente este dinero? 
¿Es posible conocer todas las mentiras que presuntamente han dicho los gobernantes y las corporaciones y pedir las responsabilidades pertinentes? 
Sólo la presión popular sobre los gobernantes puede conseguirlo. Los ciudadanos suelen tener aversión a hablar de dinero, pero es necesario hacerlo en la sociedad en que vivimos. El dinero no da la absoluta felicidad, pero es necesario para llevar lo que en nuestro entorno consideramos una vida digna. 
Los jueces, académicos, organizaciones ciudadanas, etc. deben presionar para obtener respuestas a preguntas similares a estas. Los ciudadanos no podemos hacer sacrificios indefinidamente sin conocer el plan global. Ni los gobernantes ni nadie tienen derecho a desmantelar los sistemas de salud, educación y bienestar social, etc. por completo para pagar a los acreedores y salvar a los bancos, máxime cuando la deuda tiene visos de ser ilegítima. 
La historia siempre se repite: los contribuyentes a pagar y los poderosos a disfrutar, mientras la ley, sigue siendo ciega a las maquinaciones de los poderosos. 
Estamos inmersos en un campo de lucha ideológica, política y de clase. La deuda es el resultado. Pagar una deuda inmoral es inmoral y sólo cuando los ciudadanos actúen se podrá romper la red que nos esclaviza. 
©JAS2013 

Documentación para saber más sobre la “deuda odiosa” y “Deptocracia”:
http://en.wikipedia.org/wiki/Debtocracy
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4966

martes, 26 de febrero de 2013

Parole, Parole

Votar a alguien para castigar a otro no soluciona nada. Es preferible reflexionar para saber dónde estamos, porqué hemos llegado a esta situación y que debemos hacer para mejorarla. Vivir engañado solo sirve para ocultar la realidad que día a día empeora la situación.


En Italia, la mayoría han votado “no” a los que apoyaban las políticas europeas. Para castigarlos han caído en las brasas (Berlusconi) con mucho humo (Grillo). ¡Vaya negocio!

En España el gobierno nos sigue mintiendo (siguen viendo brotes verdes, luz al final del túnel,  señales de incipiente recuperación y toda clase de variantes esotéricas para finales del segundo semestre). ¡TURURU! 
Es muy bonito adormecer los sentidos y creer los buenos vaticinios, pero no sirven de nada sino están fundados en datos reales. Es hacerse trampas al solitario. La realidad es que "la esfinge de Pontevedra" como algunos llaman a Rajoy, gusta de dejar que los problemas se arreglen solos o de esperar que sencillamente se diluyan o desaparezcan por aburrimiento.

Dentro de la legalidad, el dinero no crece de la nada, hay que generarlo (o imprimirlo, pero nosotros no tenemos el interruptor de la imprenta). Salvo la mayoría de los padres, nadie trabaja para crear riqueza y regalársela a los demás. Para muchos suena muy bien lo de no pagar los préstamos que engañados o irresponsablemente tomaron en su día. Los que lo así piensen o actúen, deberían pensar también en no pedir ayuda u otro préstamo en mucho tiempo, porqué habrán generado una gran falta de credibilidad en su capacidad para devolverlo y para respetar los acuerdos legales. Nadie en nuestro sano juicio lo haría. Eso va tanto para los estados como par los particulares.

La única forma de salir del atolladero es producir competitivamente para crecer y retornar las deudas. Esto significa sacrificio continuado durante años (gastar sólo lo imprescindible para sobrevivir y pagar las deudas hasta saldarlas). A veces es muy desagradable escuchar la verdad, pero es de avestruces taparse los ojos, los oídos o más aún, la mente para no verla. Todos deberíamos tenerlo claro. 

En el gran norte italiano, el sector productivo siempre ha ido bastante desligado de la política, pero, por desgracia, en España no pasa lo mismo. En España nos sobra gente corrupta, que robre, que evada impuestos (leyes y justicia rápida) que cobre sin trabajar o haciendo ver que trabaja. Nos sobran políticos que complementen su sueldo con sobres, que legislen en provecho de las oligarquías perjudicando al bienestar de los ciudadanos. En cambio necesitamos, como agua de mayo, políticos que legislen en bien de la comunidad,  que faciliten la labor a los emprendedores con proyectos y trabajadores que puedan desarrollarlos competitivamente para atraer inversores que los financien. 
Basta de lamentarse, el trabajo más productivo es el que sale de las manos de un individuo proactivoLo demás son “parole, parole, parole… Normalmente mi tengono sveglia mentre io voglio dormire e sognare… Non cambi mai, non cambi mai, non cambi mai”.  (palabras, palabras, palabras ... Normalmente me mantienen despierto mientras yo quiero dormir y soñar ... Nunca cambia, Nunca cambia, Nunca cambia.)

La historia siempre se repite, el problema es que la gente está tan anestesiada por la "propaganda" que no es consciente de ello. Escuchen la canción y piensen en lo que dice el hombre ( políticos) y lo que responde la mujer (ciudadan@).
¡Escuche, Escuchen!
©JAS2013

http://www.youtube.com/watch?v=U9jTs8WdgOQ 

La canción “Parole, parole” (música ligera de los años 70) muestra las lamentaciones del final del amor de la cantante y las mentiras que ha tenido que escuchar, mientras que el hombre simplemente habla. Ella reacciona a los cumplidos que le da, simplemente respondiendo «parole», dando a entender que no cree en las palabras que le dice el hombre. 

martes, 19 de febrero de 2013

EL CAOS EN LA ESCUELA

Siempre he procurado buscar tiempo para cultivar la mente, para disfrutar del placer de aprender, para preguntarme sobre los porqués de la vida, para mirar las cosas desde diferentes perspectivas y procurar entender esta sociedad enrevesada que hemos contribuido a formar entre todos.
Tan audaz como la rebelde muchacha de Londres… Tan fuerte como su maestro debía ser.
De joven siempre me habían fascinado las películas tipo “Rebelión en las aulas”, “El Club de los emperadores”, “El club de los poetas muertos”, etc., en las que un superprofesor daba clase a unos alumnos que aunque desaventajados, tenían el privilegio de asistir a las clases de un brillante profesor que conseguía, con su magia, dar un vuelco a sus vidas y convertirlos en hombres de provecho. Los alumnos me inspiraban una sana envidia y los profesores una gran admiración e intriga. Ojalá pudiera hablar con ellos y preguntarles por el secreto de sus maravillosas dotes pedagógicas, me decía.
Para mi desgracia, nunca encontré uno de esos extraordinarios profesores que me acompañaran por los huidizos y difíciles caminos del saber. Intenté aprender con los medios que en cada momento puede agenciarme y por suerte, nunca me faltó automotivación. Como es natural, siempre que hay que elegir, siempre hay que dejar algo atrás y nunca sabré como hubiera sido mi vida si… Tampoco importa. Cuando uno toma una decisión “razonada” con los medios y conocimientos de que dispone en ese momento concreto, esa es la mejor decisión que puede tomar. De nada sirve arrepentirse o preguntarse que hubiera pasado si hubiera tomado otra.
Volviendo al tema, lo que nunca he visto en mi entorno es que nadie consiga motivar a los demás para que cambien su comportamiento, como en esas películas tan emotivas, si ellos no quieren. Historias muy bonitas, pero poco realistas y muy teórico-utópicas. Me gustaría que alguien me contara alguna, si tuviera referencias.
Según Antoni Dalmases que ha escrito y publicado recientemente el libro “El caos a l’escola”, uno aprende sólo las cosas que le interesa aprender. No sirve de nada imponer cualquier aprendizaje a un joven o adulto. Sólo aprenderá bien, lo que le despierte interés. Por ejemplo, un juego multimedia cuanto más difícil es, más interés produce y no importa las horas que se tenga que pasar el joven delante de la pantalla intentando ganar al software. Cuanto más grande sea el reto, mejor. En cambio cualquier tarea escolar, aunque sea mucho más fácil que el juego, pondrá mil pegas o directamente se negará a hacerla.
Mi experiencia personal me confirma las opiniones del profesor Dalmases. Pienso que lo único que puede hacer alguien que tenga que enseñar, a un grupo de personas con motivación heterogénea por aprender, es encontrar algo que incentive la curiosidad de esas personas por aprender. En el caso de los jóvenes, si se consigue que esa actividad suponga un disfrute para ellos, se logrará que sigan aprendiendo de mayores durante toda su vida. A los que no se infecten de este virus, lo único que pueden hacer los maestros, es procurar que molesten lo menos posible, a los que si quieren aprender y rezar para que los contaminen lo menos posible con su desidia y desinterés.

Las escuelas no pueden enseñar y educar al mismo tiempo. Los niños deben llegar a la escuela educados desde sus familias y en ellas practicar, compartir, desarrollar y mejorar lo que han aprendido en casa.
Una persona que no tiene curiosidad e ilusión por aprender es muy difícil motivarlo para que lo haga. Si un niño no viene a la escuela educado y motivado por sus padres para aprender, es muy difícil conseguir enseñarle algo de provecho. Si un niño no ve en su casa que sus padres, tienen interés por aprender y observa en ellos comportamientos que den fe de esa importancia, difícilmente valorará la importancia del aprendizaje.
Recuerdo cuando era jovencito que todos los mayores eran super-buenos-conductores. Los hombres bebían coñac, champan y dos cubatas de postre y no tenía problema en ponerse a 100 al volante. ¡Controlaban como un "fitipaldi" cualquiera!. ¡Sin comentarios!.
Hace diez años se pusieron de moda las cámaras digitales y todo el mundo se puso a hacer fotos. Al no tener la necesidad de comprar un carrete e ir a la tienda para revelarlas todo era muy barato. Además era fácil. Cualquiera era capaz de apretar un botón y zas al instante veías la foto en la pantallita. Más tarde se podían enviar inmediatamente a un amigo o familiar mediante el móvil. Parecía que se acabaría el trabajo para los fotógrafos profesionales. Por suerte el trabajo de calidad y la excelencia siempre tendrá su mercado.
Ya hace bastantes años que se oye afirmar a la mayoría de los abuelos y a bastantes padres que sus nietos son unos informáticos excelentes. Muchas personas piensan que los niños de ahora nacen dominando el uso de las “nuevas tecnologías digitales”. En realidad no dominan nada, la mayoría se limitan a apretar botones. Imitando lo que ven hacer a sus padres, descubren que, apretando un botón determinado, la máquina (si dispone del software adecuado) les da una respuesta determinada que capta la atención de sus sentidos (colores y música). Parece que nadie se da cuenta que lo importante sigue siendo saber escuchar, leer y comprender, pensar y luego comunicar, escribiendo, hablando y dialogando.
Estas habilidades no las realizan las TIC’s ni el software, puesto que son sólo un medio y no la finalidad como parece que creen algunos. Algo similar a lo que pasa cuando la gente ve buenas fotos o vídeos. Lo primero que dicen es: “eso debe haberse hecho con una cámara muy buena (costosa)” o “Claro, lo pasan por el Photoshop y así salen tan bien”, como si por el sólo hecho de tener una cámara cara o tener el Photoshop instalado en el ordenador, estuviera todo resuelto. En algunos casos tal vez sea condición necesaria, pero nunca suficiente. Es como el que desea tener un “cuerpo 10” y piensa que basta con apuntarse a un club deportivo caro. Quien desee producir algo con “valor”, debe aprender, pensar, crear y mejorar continuamente por sí mismo.
Todos hemos visto correcciones de dictados o redacciones en que parecía verse más el rojo que el negro. No sé si actualmente hacen estos ejercicios en las escuelas, pero a tenor de lo que se ve en algunos comentarios y mensajes, la visión anterior sería de lo más normal. Eso aún contando con las herramientas de corrección que tienen las herramientas de escritura digital actuales. Pues bien, un psicólogo le dijo a un maestro que no corrigiera las redacciones con rotulador rojo, porqué traumatizaba a algunos niños. Parece que el mensaje subliminal que escondía el consejo era: “No les corrijas”, “no les muestres que no lo hacen bien”, “no les muestres que no todos son iguales ni aprovechan lo mismo tus enseñanzas”.
¿Qué tipo de ciudadanos queremos en nuestra sociedad?
¿Deseamos tener personas neutras, que no piensen más que en hacer dinero sin importar como; venerando la cultura del “Todo vale”, del pelotazo, de la corrupción, del enchufismo, etc.? Seguro que cierto tipo “lobbies de poder” prefieren tener personas que no piensen, porqué son más fácilmente domesticables. Basta con enseñarles a responder a determinados impulsos para conseguir sus objetivos (los de los grupos de poder claro). ¡Todos contentos y engañados!.
No sería mejor darles a los jóvenes la alimentación adecuada, no sólo física, sino también intelectual, para que se actúe socialmente con sentido común, decencia y corrección. Para que sean coherentes y eficaces, bien educados, tranquilos, felices, capaces de convivir en sociedad y aportar algo positivo a la misma.

Todos conocemos a personas muy maleducadas que han ido a escuelas carísimas y también a mucha gente que consideran maleducado o al menos políticamente incorrecto, al que dice abiertamente que el “rey va desnudo".



Sin confianza, sinceridad y seguridad en uno mismo y asertividad se pueden perpetuar los planes y creencias más estúpidas. Por miedo a que nos crean tontos no cuestionamos las injusticias y contradicciones de la sociedad actual. Esperemos cada vez más personas dejen de lado lo “políticamente correcto” y se atrevan a hablar claro y reclamar sus derechos y desenmascarar a los que se los niegan.
En estos tiempos, a pesar de que nuestros dirigentes nos repiten que tenemos más libertad de expresión de nunca, más democracia que nunca, más justicia que nunca, mas de todo que nunca, estamos envueltos en tantas sinrazones y barbaridades, que pueden secar el cerebro al más cuerdo. Sus políticas y “propogandas” hacen que se asuman como normales las arbitrariedades, irregularidades, tropelías y abusos varios. Que se consideren normales las desvergüenzas y la falta de orden y justicia y se admita como normal la difamación y la falta de respeto. Incluso que se tolere o explique la violencia que puede ir vestida con diversos ropajes.
Faltan personas instruidas, pero más aún se echa de menos mucha educación de la buena, de la que hace muchos años se daba en las familias, se acompañaba en las escuelas y se practicaba socialmente.

Ahora muchos enseñantes están cansados de que los políticos no les dejen realizar su trabajo; máxime cuando muchos de ellos tienen reducidos conocimientos sobre la materia y un nivel de formación general bastante deficiente.
El domingo anterior, el programa “Salvados” en la Sexta nos mostró una faceta de la educación finlandesa. Oyendo las explicaciones de una profesora autóctona y dos becarias españolas, me maravillaba de lo que contaban. Supongo que por la historia del estado finlandés, esa sociedad es más proclive a prácticas bondadosas y al empleo de la “buena fe”.
En España, la cultura de la picaresca y las actitudes hipócritas ya era retratada en novelas como el Lazarillo de Tormes en el siglo XVI. Mucho queda de esta cultura en nuestros días: Al más pillo se le llama listo. El más valorado no es el científico o el emprendedor que desarrolla excelentes productos o servicios y los comercializa con beneficios sino el que gana “kilos” revendiendo pisos o traspasando terrenos recalificados con algún soborno. Aquí se considera que lo malo no es robar, sino que te pillen. En la etapa escolar se sienten bien los que copian y aprueban y mal los que no han copiado y después de mucho trabajo, han suspendido o han aprobado con un cinquillo justo. ¡El mundo al revés! El sentido común y la corrección han perdido. ¡Esto es fatal!
Al contrario de Finlandia, en que se considera que la educación es un tema tan importante que está por encima de los politiqueos y que planifican a larguísimo plazo para el bien global de los individuos y de la sociedad, en España, pocos jóvenes han podido realizar todos sus estudios con un solo plan de educación. En Finlandia han pasado muchos gobiernos sin cambiar drásticamente el sistema educativo; en España casi cada gobierno ha hecho una ley nueva. Entre otras la LOGSE, inventada para esconder un problema social, no para mejorar la enseñanza.

Hay que tener claro si queremos que las escuelas sean “centros de estudio” o “centros de acogida”. ¡Las dos cosas a la vez no funcionan!
Los padres que quieren tener a sus hijos en un centro que les imparta una “buena formación académica” no los tendrán en un “centro de acogida” cualquiera. Ahora bien, ¿Qué entiende cada cual por “buena”?. Muchos padres desean una “buena escuela” que prepare a los jóvenes para desarrollar una profesión. Otros prefieren, por lo menos hasta los 16 años, que aprendan a pensar. Por ejemplo estudiando como pensaron, hablaron y escribieron los “mejores” desde la antigüedad hasta nuestros días.
Sea cualquiera la opción escogida, lo que estos padres no quieren es que sus hijos convivan con la “peña” que van al cole-instituto-centro de acogida a pasar el tiempo molestando-retrasando a los que si quieren aprender. Muchos alumnos aplicados les reclaman a sus profesores: “¡Hecha a este gamberro de una vez!”.

El profesor no puede, porque la ley no se lo permite, sin entender que la libertad de unos termina donde empieza la de los otros. Los que quieren aprender no tienen más remedio que aprender a tolerar a los que molestan y esperar a que se aburran y dejen de asistir a clase. Entonces será cuando podrán aprender eficazmente. Lo demencial del tema es que hay personas que no trabajan y molestan a los demás; van pasando de curso y otros que trabajan y se esfuerzan, a lo mejor se llevan peores notas que los que no están por la labor.
Este tipo de comportamientos… ¿Qué tipo de sociedad producirán?
Los límites del lenguaje de cada persona son los límites de su mundo. Cada uno debe esforzarse en aprender a leer y escuchar para entender el mensaje que se nos quiere transmitir. También es imprescindible aprender a escribir y hablar, porqué es fundamental para comunicarse con los demás.
En la escuela se dedica bastantes horas a enseñar cómo resolver raíces cuadradas o mínimos común denominadores y fuera de este ambiente académico, prácticamente nadie ha utilizado ni una sola vez estos conocimientos. En cambio, todo el tiempo que se dedique a aprender a hablar, leer y escribir bien es poco, porque es casi tan útil como el respirar. Una escuela es un ambiente lingüístico que, además, transmite conocimientos sobre lo que es la lengua y sobre lo que se puede hacer con ella. Ojalá algún día se entienda que para cualquier actividad, el dominio del lenguaje es imprescindible, porqué nuestras palabras y expresiones son un reflejo de nosotros mismos.
©JAS2013

miércoles, 13 de febrero de 2013

San Valentín

Mañana será el día de San Valentín y según la tradición anglosajona, las parejas de enamorados se hacen regalos para expresar su amor y cariño mutuamente.
En Catalunya es tradición que los enamorados celebren el día de Sant Jordi y se regalen rosas y libros en una fiesta que se celebra en día laborable; pero como casi todas las costumbres de los países anglosajones, la celebración de San Valentín cada vez más se va implantando en nuestro país. 
Mi abuelo siempre me decía que no era sensato luchar contra la corriente como una caña de bambú, porqué terminarías rompiéndote. Es más razonable dejarte mecer por ella como un junco y así podrás permanecer con tus pies firmemente anclados sin que la corriente te arrastre. Siguiendo su consejo, que estimo por lo menos razonable, a todos mis amig@s, os mando este pastel virtual para que podáis disfrutarlo con vuestras personas amadas, hoy o cuando os apetezca. 
Lo importante no es el día en sí, sino celebrar el amor y la amistad y hacer que florezca allá donde estemos. 

¡Feliz día de San Valentín! 

Por cierto…. 

¿Creéis que el destino tiene mucho o nada que ver para encontrar el amor? 

Pensad en ello, pero antes de responder, os propongo que veáis el cortometraje de animación titulado el “Hombre de papel”. Empezó en el tablero donde el artista creó la historia y dibujó los personajes y posteriormente se le dio volumen a las figuras y al paisaje urbano con ayuda del ordenador.  
Con un estilo minimalista blanco y negro, este corto cuenta la historia de un joven solitario, a mediados de siglo XX en la ciudad de Nueva York, cuyo destino da un giro inesperado después de un encuentro casual con una mujer hermosa, en su viaje matinal. 
Convencido que la chica de sus sueños se ha ido para siempre, tiene una segunda oportunidad cuando la descubre desde la ventana de su oficina, en una ventana del rascacielos de enfrente, al otro lado de la avenida. 
Con sólo su corazón, la imaginación y un montón de papeles para llamar su atención, sus esfuerzos no son rival para lo que el destino tiene reservado para él. 
Seleccionad pantalla completa, volumen alto, tomad un pañuelo por si acaso y a disfrutar… 



PD.- 
En esta era de Internet, estamos acostumbrados a ver “casi de todo” en la pantalla de nuestro ordenador, en nuestra tablet o incluso en la diminuta pantalla de nuestro Smartphone. Todo parece sencillo y natural y está a nuestro alcance con un solo clic. La mayoría no solemos ser conscientes, ni siquiera llegamos a imaginar, la gran cantidad de conocimientos y horas de trabajo que hay detrás de lo que tan fácilmente consumimos en la pantalla. Detrás de cada imagen, de cada pps que recibimos por correo electrónico o de cada publicación de Facebook que se compartimos, hay una persona o grupo que ha imaginado primero y ha creado después el producto para compartirlo con nosotros para nuestro aprovechamiento o disfrute.  
Hoy y desde aquí, doy gracias a todos mis amig@s por lo que habéis compartido conmigo, por vuestras fotos, vídeos, escritos, comentarios o un simple pero cálido "Me gusta", dando fe de que hay alguien detrás de la pantalla, allá donde esté, cerca o lejos, conocido personalmente o sólo a través de sus escritos e imágenes. Todos vosotros habéis contribuido a hacer mi vida más culta, interesante y agradable y espero haber correspondido también con mis aportaciones a esta comunidad. 

Si os ha gustado el vídeo y queréis conocer la idea, algunos dibujos originales, el estilo y el trailer del proyecto “Paperman” podéis ver http://www.youtube.com/playlist?list=PL3411EDE04EB0E5AC 

* Si os gusta la “animación” en el canal You Tube de Disney podéis encontrar más de 200 vídeos. 
http://www.youtube.com/user/disneyanimation/videos

jueves, 7 de febrero de 2013

El Estado: prescindible o privatizable

 (Conferencia de David Friedman)
Murray Rothbard, un importantísimo pensador libertario fallecido hace casi dos décadas dijo: “Las funciones del Estado se dividen en dos: aquellas que se pueden privatizar y aquellas que se pueden eliminar”. La frase es toda una declaración de los objetivos últimos del movimiento liberal-libertario y a muchos, ajenos a debate tan apasionante, puede parecerles un slogan absolutamente alejado de la cruda realidad que en estos momentos atraviesan España y otros países de la periferia europea. 

Sin embargo, mal haríamos en rechazar de plano el rico contenido que semejante sentencia posee, pues, pese a las apariencias, no podría estar más de actualidad. Al fin y al cabo, buena parte del estancamiento y de la depresión de nuestras economías actuales se debe a la hipertrofia de un Estado muy superior al que los debilitados sectores privados actuales se pueden permitir. Un paso imprescindible para la recuperación es el pinchazo de la burbuja estatal –el concienzudo adelgazamiento del gasto público– que nos permita evitar el colapso. Son muchos quienes, empero, rechazan instintivamente cualquier reducción del tamaño del Estado por cuanto han sentido en sus propias carnes cuánto les han perjudicado las que ya hemos experimentado. 

Y ciertamente, en tanto el Estado reparte numerosas rentas y prebendas, el quedarse sin alpiste (tras reventar la burbuja inmobiliaria que le nutría de fondos) va a obligar a que mucha gente salga escaldada y perjudicada (del mismo modo que el pinchazo de la mentada burbuja inmobiliaria dejó a promotores y obreros de la construcción sin ingresos). Ahora bien, dentro de las inevitables molestias que causará un Estado con menos pan y circo que ofrecer, es evidente que los recortes pueden efectuarse minimizando el malestar –o, mejor dicho, multiplicando el bienestar– de unos ciudadanos que, en su mayoría, son clientes cautivos de ese Estado. ¿Cómo? Pues aplicándonos la máxima anterior: primero, identifiquemos todas las funciones actuales del Estado que o son directamente dañinas (legislación anticompetencia, subvenciones a empresas, burocracias arancelarias, intromisión regulatoria en la legislación empresarial, barreras de entrada en los mercados, etc.) o del todo prescindibles (superestructura de cargos políticos o empresas públicas que son simples agencias de colocación y capturadoras de rentas) para, inmediatamente a reglón seguido, comenzar por lo privatizable (básicamente, todo lo demás). 

Dentro de lo privatizable habría que distinguir, a su vez, entre aquello que el mercado seguiría proporcionando sin un coste para el consumidor directo (privatizaciones de las televisiones públicas, de la moneda, de la promoción del deporte y de la cultura, etc.) y aquellos que inevitablemente se financiaría vía precios y que, por tanto, acarrearía un coste explícito para sus consumidores (privatización de la educación, de la sanidad, de las pensiones o de ciertas empresas públicas que proporcionen servicios de utilidad). Las primeras pueden trasladarse al mercado de inmediato y sin molestia alguna por parte de los ciudadanos (salvo de los grupos de presión que vivan de ellas). Las segundas, sólo si no se mantiene la asfixiante presión fiscal actual y si se liberalizan lo suficiente tales sectores como para que se oferten servicios con muy variopintas condiciones; en caso contrario, la privatización funcionará mucho peor de lo que podría e inevitablemente degenerará en rechazo social.

El problema de las privatizaciones parciales 
Al cabo, ¿qué cabe prever que suceda con un servicio al que el Estado le fija buena parte de sus contenidos y de su inflada estructura de costes en un contexto de altísima exacción tributaria de rentas? Pues que gran parte de su potencial clientela será simplemente excluida: los empresarios no podrán ofertar los bienes tan baratos y con tanta calidad como en realidad les sería posible (por culpa de las restricciones estatales de la oferta) y muchos consumidores no podrán pagar sus agigantados precios (por culpa de la rapiña fiscal de la demanda). Ejemplos los tenemos a patadas: el privado pero ultrarregulado sector eléctrico español, la privada pero hipersocializada sanidad estadounidense o una eventual educación privada que se siguiera sometiendo el corsé del sistema de enseñanza nacional en lugar de permitir su auténtica revolución vía múltiples modelos de negocio competitivos (educación online, homeschooling, cooperativas de profesores, enseñanza reglada en el interior de las empresas, combinación flexible de todas ellas en itinerarios formativos flexibles, etc.). 

En definitiva, si aspiramos a lograr una sociedad más libre y más próspera, tendremos inevitablemente que reformar nuestro Estado, tanto para reducir su tamaño cuanto para restringir su ámbito de actuación. Sin embargo, un empeño tan saludable encontrará, a buen seguro, un frontal rechazo de, primero, los receptores netos de rentas de ese Estado y, segundo, buena parte de unos contribuyentes netos que, paradójicamente, contemplan esta imprescindible reforma como una amenaza y no como una oportunidad para multiplicar su bienestar. A los aquéllos será difícil convencerles de que el Estado –su Estado­– tiene que retraerse (aunque no es imposible, pues las desventajas que les atañen pueden verse compensadas con ganancias en el resto de áreas privatizadas); a éstos, sólo si no afrontamos el proceso de reforma de manera lógica y coherente: primero, suprimir las funciones del Estado prescindibles (en especial, las contraproducentes); segundo, o simultáneamente, privatizar los cometidos útiles que el sector privado pueda desempeñar en estos momentos sin coste o a muy bajo coste para el consumidor; tercero, privatizar las funciones útiles y costosas de sufragar mientras se procede a su profunda liberalización y a una intensísima reducción de impuestos.

¿Qué serías en tu vida si el dinero no importara?

En nuestra sociedad impera una especie de adoración al consumo. Ello hace que mucha gente trabaje en algo que no le gusta demasiado o incluso aborrece, con el único fin de comprar cosas que no les sirven o al menos no son imprescindibles para vivir. La prueba es que no les hacen felices, más bien les llenan de preocupaciones y estres.

En todo el "primer mundo" o mundo desarrollado (¿?) como algunos le llaman, millones de personas viven su vida participando en la interminable “carrera de la rata” que definió Kiyosaki. Además, condicionan a sus hijos, familiares y semejantes para que también participen en ella y los critican y les hacen el vacío si no les siguen. Al mismo tiempo se quejan de que no les gusta el tipo de vida que llevan o de cómo funciona la sociedad, como se comportan los “demás” (políticos, banqueros, jefes, etc.) 
Poco cuesta echar la culpa a los demás, pero parece que cuesta mucho parar un momento y reflexionar sobre nuestra propia vida privada.
Algunos piensan que la única forma de poder vivir más feliz en un mundo mejor es trabajando uno mismo para cambiarlo.  

¡Haz un alto en tu camino! Apaga el móvil y la tele y vete a dar un paseo al parque.

No solo te pierdes el paisaje por ir tan rápido, también pierdes el sentido de adónde vas y por qué. ¡Detente y disfruta de la vida!. 
Cierra tus ojos y olvídate de todo por unos segundos. 
Detente en los detalles, en los aromas, en los sonidos... 
En aquello que llevas mucho tiempo ignorando; casi desde que dejaste de ser niño. 
Pregúntate sin hacerte trampas al solitario: ¿Estás disfrutando realmente de tu vida? 
¿Qué piensas que deberías hacer para mejorar su satisfacción? 

Alguna vez has cuantificado ¿Cuánto dinero hace falta ganar para vivir? 

Y si el dinero no importara tanto como la mayoría piensa. 

¿Qué es más importante: ganar dinero o ser feliz? 

¿Cuál se te antoja, para ti, es el mejor camino para ser feliz?: 

A.- Trabajar en lo que sea que te permita ganar dinero, para intentar tener muchas cosas y poder llegar a ser feliz algún día. 

B.- Utilizar tu tiempo haciendo algo que te guste y al disfrutar haciéndolo, mejorar día a día tus habilidades. Tal vez logres alcanzar la excelencia y al final, ello te reporte más dinero. 

Os animo a ver el siguiente vídeo basado en unos pensamientos de Alan Wilson Watts. Son sólo tres minutos y está subtitulado en castellano.
©JAS2013







http://www.youtube.com/watch?v=-yBA3tngqnA 

PD.-
1.- Alan Wilson Watts  fue un filósofo británico, así como editor, sacerdote anglicano, locutor, decano, escritor, conferenciante y experto en religión. Se le conoce sobre todo por su labor como intérprete y popularizador de las filosofías asiáticas para la audiencia occidental. 

Escribió sobre temas como la identidad personal, la verdadera naturaleza de la realidad, la elevación de la conciencia y la búsqueda de la felicidad, relacionando su experiencia con el conocimiento científico y con la enseñanza de las religiones y filosofías orientales y occidentales.

Las clases esenciales de Alan Watts (48 conferencias de Alan Watts (21h de audio)  ($34.99)) se pueden conseguir en http://www.simpletouchsoftware.com/products/alanwattsapp/

2.- TragedyandHope es un canal de YouTube dedicado a crear vídeos para informar, inspirar y ayudar a cambiar el estilo de vida. Allí podéis encontrar multitud de vídeos (gratis) para reflexionar y compartir.
http://tragedyandhopeproductions.org/

lunes, 4 de febrero de 2013

El Mundo va bien y España sigue yendo mal

El pasado diciembre de 2012, en Europa, solo se destruyeron 16000 puestos de trabajo. Esta fuerte desaceleración de la destrucción de empleo, es sin duda una buena noticia. La economía mundial crece globalmente, con sus locomotoras tirando.
Sin embargo en España, es un país en franca decadencia, donde el partido de la oposición está fuera de juego y donde la Corona está en entredicho por escándalos de corrupción.
Por si lo anterior fuera poco, hace pocos días se han vertido sobre el gobierno y sobre importantes dirigentes del partido que lo soporta, acusaciones de mantener un sistema de corrupción sostenido en el tiempo en el que se pagaban sobresueldos a los dirigentes de dicho partido.
La Secretaria del PP dando sucesivas versiones contradictorias a la prensa sin responder directamente a las preguntas de los periodistas. El Ministro de Hacienda, Sr. Montoro diciendo medias verdades, ocultando datos y facilitando que corruptos y defraudadores de impuestos “blanqueen” dinero negro o al menos permitiendo que “algunos” no paguen los mismos impuestos que otros españoles.

Esta bochornosa situación, de la que se han hecho eco todos los medios del mundo en sus portadas, trae dudas sobre la continuidad del gobierno y por tanto de las reformas y de la relativa estabilidad que tenía con la mayoría absoluta.
Nuestro tejido productivo está esquelético y necesita que alguien lo alimente. Los inversores están intranquilos y la confianza en la “marca España” brilla cada vez más por su ausencia y sin ella, la confianza de los inversores extranjeros, no es posible salir de ningún atolladero.
No tengo ni idea de que podrá ocurrir en las próximas semanas. ¿Habrá nuevos hechos o incluso elecciones anticipadas que traigan incertidumbre sobre la situación de España? Son preguntas que deben hacerse los inversores y todos los ciudadanos. Si no se hace nada y se deja que todo se siga pudriendo más aún, los de siempre, lo pasaremos cada vez peor.
El ver a los dirigentes del PP, cuando salen por Televisión en alguna rueda de prensa riéndose a carcajada limpia produce, no solo extrañeza. Con la que está cayendo y con la que les está cayendo -¿De qué se reirán?-. ¿Se han vuelto locos? ¿Son unos sinvergüenzas irresponsables que se ríen sin pudor de los ciudadanos a los que deberían servir? La segunda reacción es de irritación, cada vez más profunda. En lugar de ser damas y caballeros al servicio de señoras y señores parecen una mafia que nos tienen esclavizados.
Es imprescindible una regeneración política, impulsada en primer lugar, desde las bases de los partidos, para cortar el trozo gangrenado y poder salvar el cuerpo. Ayer un cargo del PP en el país Vasco declaraba ante los medios que estaba de acuerdo con la filosofía del partido, pero estaba en total desacuerdo con la implementación de los programas y le repelía la falta de ética de sus dirigentes. Por desgracia dimitió, en lugar de luchar desde dentro tratando de mantener lo bueno y eliminar lo malo.
Es tiempo de dejar de hablar y actuar.
La confianza de la ciudadanía no se pide, los políticos deben ganársela con el ejemplo. Si la clase política quiere sobrevivir en democracia, debe democratizar realmente los partidos, deshacerse de los dirigentes corruptos, legislar para cambiar la ley de financiación de partidos y la ley electoral y dotar de medios a la justicia para que pueda actuar libre y rápidamente. Los políticos que se elijan deben dejar de marear la perdiz, cambiar las leyes y hacer que se apliquen y las cumplan todos por igual.
Sólo cuando la ciudadanía perciba y sienta este verdadero cambio, se estará en el buen camino para que la sociedad abrace los buenos valores éticos y entre todos podamos construir un futuro mejor.
©JAS 2013