jueves, 18 de octubre de 2012

¿Será la «deuda educativa» la sucesora de las subprime?

El verdadero problema económico de España arranca mucho antes que se formase la burbuja inmobiliaria que, fugaz pero no permanentemente, posibilitó el crecimiento de España. 
El principal problema de España, es la bajísima productividad de nuestra economía, "manifestada en una estructura de PIB de bajo valor añadido con la que no sale a cuenta invertir para mejorarla ni abordar procesos de I+D+i". 

Una bajísima productividad que tradicionalmente se manifestó altas tasas de subempleo y de emigración al ser la población española excesivamente elevada para el PIB que España generaba". 


Como España era "una perita en dulce" como fuente de negocio para los excedentes de liquidez existentes en Europa, les preguntaron a los españoles si querían entrar en la Eurozona y el resultado de la consulta fue afirmativo. ¿Sabía el español medio, al emitir su voto, que implicaba para él decirle adiós a la peseta, entrar en la Eurozona y adoptar el Euro como moneda? Estimo que sabía lo mismo que cuando su amigo el “banquero” le daba mucho dinero con tan sólo rubricar un pliego de papel, con una letra muy pequeña, que ni siquiera se molestaba en leer. 
He oído y oigo hasta la saciedad: “¡Esto de la política es un rollo!.¡Los políticos siempre hacen lo que quieren y además el rico siempre ha vivido mejor que el pobre!”. ¡Qué más da escribir un garabato en un papel o poner un papel en una urna!. ¡Mientras viva a todo tren como un rey!... ¡Que me quiten lo bailado!. ¡Hay que sabérselo montar bien!. ¡Que son dos días! y hay que aprovechar la buena racha mientras dure. 
Por si alguien todavía no se ha dado cuenta, las decisiones políticas importan y mucho. Son vitales para nuestra supervivencia y por ello hay que informarse bien, tener capacidad crítica y decidir lo correcto para los intereses particulares y sociales de cada uno. 
Si los españoles hubieran estado bien informados, seguramente España no hubiera aceptado entrar en la zona euro e igualado el riesgo de su economía al de las economías “súper” a fin de que fluyeran hacia ellas esos excedentes de dinero que dormían en los bancos de esos países súper. Como consecuencia de ello, la productividad en España no sólo no mejoró sino que empeoró. Ahora ya es demasiado tarde para deshacer el camino andado y salir del euro sería catastrófico. Sería peor el remedio que la enfermedad. Estamos “entrampados” como quien tiene una hipoteca y varios préstamos personales y no es capaz de pagar, con sus ingresos, ni los intereses de lo que nos prestaron. Los bancos de la Eurozona nos tienen a su merced y los políticos hacen lo que estos les dictan. 
¿Qué podemos hacer? ¿Reducir los costes laborales españoles al nivel de los de Vietnam para que toda la inversión que está en esos países vuelva a España?. ¿Regalarlo todo para que todo el turismo, ahora desperdigado por el mundo, venga en masa a la “barata España”?… 
Probablemente las cosas en el Mundo Global están peor de lo que parecen, peor de lo que nos cuentan, peor de lo que todos predicen, peor de lo que señalan las estadísticas oficiales... 
Nuestro mundo de economía global está en recesión, no es inverosímil que los resultados de las empresas empeoren y sus valoraciones bursátiles vuelvan, tarde o temprano, a su sitio real. En un Mundo Global falto de dinero, los rescates serán más blandos que lo que se presume y salvo los ricos, los demás cada vez seremos más pobres. Eso sí, antes de prestarnos un euro los que pueden hacerlo, tendremos que apretarnos mucho más el cinturón de lo delgados que nos quedaremos..." 
Mayores y sobretodo vosotros los jóvenes...
¡Despertad! de una vez. 
Dejad de lamentaros y soñar con espejismos pasados en que llevabais una vida de “ricos” sin serlo. Preguntad a vuestros abuelos y escuchadlos aten-tamente. Os contarán que con mucho esfuerzo y sufrimiento, trabajando de sol a sol y sin malgastar ni un céntimo en nada que no fuera absolutamente necesario para sobrevivir, consiguieron ahorrar un poquito cada día y salir del subdesarrollo con prácticamente ninguna ayuda externa. 
La Unesco acaba de certificar un deprimente fracaso escolar en España. Antes lo hicieron también los informes PISA. Muchos jóvenes ni siquiera acaban sus estudios obligatorios. Parece que poca gente en este país es consciente que, después de la salud, la educación es el activo más importante que puede atesorar una persona. La educación es fundamental para que no nos den gato por liebre, la asertividad es imprescindible para defender vuestros derechos y los valores para haceros cargo de vuestros deberes personales y sociales. 
Siempre ha habido lobos con piel de cordero. No debería hacer falta que os concretara quienes son los lobos y quienes los corderos. 
Como ejemplo de información para intentar avanzar un poco en la intuición de nuestro futuro, podemos aprender algo sobre el sistema educativo en USA. Muchos lo máximo que conocen del sistema educativo estadounidense son las farras que disfrutan los estudiantes de los institutos y "comunidades universitarias" por las series televisivas y algunos por algunas películas al estilo de American Pie, Porky’s y sus sagas, que por cierto últimamente siguen pasando por la televisión. ¿La TV siempre tan instructiva! ¿Que haríamos sin nuestra querida TV? 
En USA la enseñanza escolar depende primordialmente de los estados y las comunidades locales y esto genera una amplia variedad de escuelas alternativas públicas que ofrecen temas o emplean las técnicas pedagógicas que no se ofrecen generalmente a los estudiantes en los sistemas educativos tradicionales de la escuela. Al final podéis leer unos datos explicando el sistema educativo norteamericano y cada cual podrá obtener sus propias conclusiones. 
¿Hay igualdad de oportunidades para acceder al sistema educativo? 
¿Que "trampas" acecharán al sistema educativo público?

En el futuro... ¿Habrá más o menos oportunidades para acceder a una educación de calidad?
En el sistema educativo USA, no existe un estándar nacional para las escalas de calificaciones. por ello existen diferencias entre unos centros y otros y entre unos Estados y otros. De esto se deduce que, es difícil comparar dos curriculums académicos y no basta con mirar las calificaciones obtenidos en los estudios académicos. Es imprescindible valorar la reputación del College o Universidad donde se han cursado los estudios y donde se han obtenido esas calificaciones. Ya ven donde empieza el primer problema. 
En España la "tasa de éxito" en las universidades se calcula como el cociente entre el número de alumnos aprobados de entre el total de alumnos. De esta "TdE" dependen las subvenciones oficiales. ¿Cuantos resisten la tentación de bajar el nivel para que aprueben más alumnos y así subir el ratio y de paso las subvenciones. En España siempre hemos sido muy "listillos" y estamos acostumbrados a hacernos trampas al solitario.
Una de las razones del recurrente fracaso educativo español ha sido que en las últimas décadas se ha intentado la mal entendida democratización como igualar los resultados en lugar de igualar las oportunidades. El objetivo no era subir el nivel y perseguir la excelencia, sino que la mayoría aprobara y la totalidad pasara de curso.
Un curso en Harvard vale un mínimo de 36000$ y con gastos subsistencia se precisan más de 56000$. En una universidad pública, puede costar menos de la mitad. 
La principal beca, la Pell Grant, tiene un techo de sólo 5500$ el curso, apenas un tercio de lo que cuesta como mínimo una universidad estatal y la décima parte de lo que cuesta en Harvard. 


A los estudiantes norteameri-canos no les queda más remedio que trabajar para ganar dinero o pedir un préstamo, avalados por sus padres, para recaudar el total necesario para pagarse los estudios. El préstamo promedio por alumno se calcula en 23000$ año. 

El gobierno cada vez recorta más su inversión pública en educación y muchos estudiantes, que no pueden acceder a las pocas plazas en las Universidades Públicas, tienen que ir a las “universidades con fines de lucro privado”. Una especie de “Colleges concertados” que están subvencionadas un 90% por el estado. A pesar de ello, estos centros dedican a recursos educativos tres veces menos dinero que las universidades públicas y sin embargo cobran matrículas dos veces más altas. En estos centros, no las notas pero si la calidad de la enseñanza merma y encima, solo el 20% de los estudiantes se gradúan. Los que lo consiguen, están fuertemente endeudados y con una débil formación, encuentran trabajos basura si tienen suerte. Estos les permiten sobrevivir, pero no deshacerse del lastre que supone haber contraído un préstamo educativo. Tienen grandes dificultades para reembolsarlos. La mayoría deben renegociar las condiciones y una parte están entrampados para toda la vida. 
¿Se está hinchando otra burbuja? 
El sector bancario no tiene ningún interés que cambie esta situación. Tienen más de un billón (1.000.000.000.000.-$) en préstamos y sólo en 2011, aprobaron mas de cien mil millones (100.000.000.000.-$) de dólares en préstamos estudiantiles nuevos. Esto da mucho miedo, pero los bancos disfrutan recibiendo más de tres mil millones (3.000.000.000.-$) cada año de intereses bancarios. Mientras, con el apoyo del gobierno demócrata, van hinchando la burbuja y esclavizando a los prestatarios. Obama y todo su equipo no ha tenido el más mínimo éxito, al intentar reducir el papel de los bancos en el programa federal de ayuda a los estudiantes. A buen entendedor poca palabra basta. 
¡Despertemos del espejismo! 
El estudiar y el aprender requiere esfuerzo y sacrificio por parte del estudiante y la enseñanza cuesta mucho dinero a los padres y a la sociedad que la sufraga, pero es muy importante para que el individuo, que la recibe y la aprovecha. Es imprescindible que los jóvenes y también los adultos aprendan siempre en la vida y de la vida, no sólo como placer personal, sino para poder subsistir en el ámbito donde han escogido vivir. También es fundamental para la sociedad, tener unos individuos con un buen nivel de formación. Así podrán colaborar eficazmente en el mantenimiento de nuestra sociedad tal como la conocemos y mejorarla para conseguir la que queremos. 
No perdamos de vista cómo evoluciona el “mundo desarrollado” del que queremos formar parte. España está en la cola de este mundo y la realidad es que en la educación española ha habido recortes y a tenor de lo que sucede en los “países adelantados económicamente”, habrá cada vez más. Nuestros jóvenes, en la educación pública, en los próximos años, van a contar con menos profesores, menos recursos, menos ayudas públicas y van a sufrir más desigualdad. 
Como en las pasadas décadas, pero más virulentamente, la educación pública seguirá buscando el interés político del gobierno de turno y el ideológico que represente su partido; no la calidad ni la excelencia. Se seguirá convirtiendo la educación en un negocio, buscando el beneficio de centros concertados y privados. España seguirá siendo el país de la OCDE con mayor fracaso escolar y los pocos que logren finalizar sus estudios lo harán endeudados, tal vez de por vida. 
Es bueno tener en cuenta la sabiduría popular y recordar el refrán: “Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas a remojar” y viendo lo que está pasando en USA, no es mala idea que, además de ahorrar todo lo que podamos para complementar la jubilación, ahorremos para pagar la educación de nuestros hijos y mejor aún, para ayudar a nuestros hijos a cumplir con su responsabilidad de dar la mejor educación posible a los suyos. 
El dinero no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla, a lograr vivir dignamente y a procurarse cuidados médicos suficientes y educativos adecuados. Los padres y familiares deben concienciarse de que se ha terminado, al menos por muchos años, la época en que la sanidad y la educación eran financiadas por el estado con los impuestos que pagaban los contribuyentes. Hay que ponerse cuanto antes manos a la obra y preparar recursos propios para suplir los servicios que dejará de aportar el estado. 
Al oír esto, muchos saltan inmediatamente y dirán que no pueden llegar a fin de mes. Esa es la respuesta fácil, pero no la buena. Pese a la grave crisis que estamos sufriendo, con imaginación, la mayoría puede ahorrar en muchas cosas. Esto sería muy largo de explicar aquí y lo dejaremos para otra entrada. Empezar a pensar como cada uno de vosotros puede hacerlo. Para eso tenéis la cabeza sobre los hombros. Hoy sólo apuntaré que muchos padres y familiares despilfarran grandes cantidades de dinero en juguetes, ropa de marca, fiestas de cumples, etc. Todo este dinero que se gasta en exceso en cosas que, aun siendo bonitas y placenteras, muchas veces más para los mayores que para los niños o adolescentes, sería mejor guardarlo para dedicarlo a cosas realmente útiles e “imprescindibles”
Yo conozco a algunos abuelos que, actuando con su ejemplo, han dejado de malgastar dinero comprando regalos innecesarios, que sus nietos suelen abandonar en un rincón de su casa a las dos horas de recibirlos. Ese dinero y alguno más reunido al ahorrar con esfuerzo, redu-ciendo su gasto personal sólo a lo imprescindible, lo depositan en un “fondo” al que hacen regularmente pequeñas aportaciones. Este dinero, capitalizado con la ayuda del interés compuesto, les servi-rá de mucha ayuda a sus nietos cuando a largo plazo, lo precisen para elegir la mejor educación que puedan pagar y proseguir, en las mejores condiciones, su “formación para la vida”; para la vida competitiva que les espera. 
Es una cuestión de tener las cosas claras y elegir: el disfrute puntual e inmediato sin pensar en el día de mañana o lo mejor para la vida futura de nuestros jóvenes y de la sociedad en su conjunto. 
©JAS2012