martes, 2 de octubre de 2012

Catalunya Independent ¿Es el único camino para una sociedad mejor?

Los medios de comunicación se ocupan sin tregua de mantenernos preocupados con temas "urgentes" y nos condicionan fuertemente para que dejemos de pensar en los "importantes". 
Unos meten mucho miedo en el cuerpo para que nada cambie y puedan seguir manteniendo su estatus. Otros tienen una prisa desmedida para llegar al nirvana sin pasar por ninguna estación intermedia. Nos lanzan carnaza como a las fieras, nos bipolarizan, nos conminan a que nos peleemos entre nosotros. Cuanto más ruido mejor. "Soma", "soma" grita la multitud, enfervorizada al mejor estilo huxleyano. El excesivo ruido y las llamadas al sentimentalismo exacerbado e irracional hace que sea extremadamente difícil ser conscientes de la situación en la que estamos, ni cuáles son nuestros verdaderos problemas y al desconocerlos, en su verdadera amplitud, devenimos incapaces de encontrar cualquier solución razonable. Sin escuchar ni comprender ni dialogar. Demasiado a menudo se lanzan gritos descalificadores de los que no vociferan los consabidos mantras de uno u otro bando. ¿Se pueden resolver así los problemas reales y profundos de nuestra sociedad?

Hombres y mujeres aparecen abatidos, apenados, desesperados y sin esperanza, dominados por la rutina y el pesimismo (The subway. George Tooker)
No es indicio de salud el estar más o menos bien adaptado a una sociedad enferma. Cierto es que la mayoría silenciosa es cada vez menos silenciosa, pero todavía es muy mayoritario el grupo de los que no tienen formada su opinión o no tienen ningún interés en averiguarla.
Es penoso escuchar a la gente decir que le da lo mismo la situación por la que está pasando nuestro país actualmente. Unos se sienten diferentes, otros tienen problemas para relacionarse con los demás o no entienden que la diversidad es una riqueza, tal vez les angustian los cambios y lo inesperado y por ello prefieren recluirse en la república independiente de su casa. Los hay que están acostumbrados a sentare a ver lo que pasa, esperando que las cosas mejoren por arte de magia, se quejan, culpan a otros y la mayoría de los que hacen eso, en cierta forma, contribuyen a que este país se siga hundiendo. 
Ningún viento es favorable para esas personas, porqué no tienen claro a donde quieren ir. Para alcanzar un ideal, se necesita la participación de todas las personas que conforman nuestra sociedad, se necesita su compromiso y solidaridad. Sólo entonces, podremos avanzar. 
No es de recibo utilizar el argumento: "...en otros países las cosas suceden de igual manera" o "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra". Aunque eso fuera así, no es excusa para nuestra propia negligencia. Quien renuncia a luchar en un mundo neoliberal, cuyo modelo es una lucha constante, no progresará nunca. 
Estos personajes parecen congelados,
no miran el mundo, están sustraídos,
volcados en su interior, donde la cruda realidad 

no los puede atacar, asimismo están como
 en un más allá donde el pánico es el día a día
La calidad de una persona no debería medirse por su aspecto físico ni por sus pertenencias o preferencias materiales, sino por los valores que practica: Integridad, Unidad, Empatía, Honestidad, Justicia, Respeto, Lealtad, Equidad, Humanidad, Dignidad. Esfuerzo, Compromiso, Solidaridad, Disciplina, Cortesía, etc. 
La gente se queja de la corrupción, de la desorganización, de la deshumanización, incluso de la contaminación... pero la misma gente sigue comprando artículos construidos por “esclavos” o incluso robados, sigue sin exigir trabajo bien hecho a sus proveedores, no respeta al medioambiente, no respeta las normas ni llama la atención a los incívicos; ni siquiera respeta a sus vecinos, al no entender que su libertad termina donde empieza la de los demás.
Despreciable es aquél que vive a costa de los demás perjudicándole, sin pagar los impuestos que le corresponden y evadiendo capitales a paraísos fiscales. Igual de rastreros son los que se dedican a quitarnos lo que con esfuerzo nos ganamos, así como también el que daña a un ser vivo por placer. Cobarde es el que no afronta las consecuencias de sus actos, el que se queda callado ante un acto de injusticia. El miedo no es un justificante, el valor y la voluntad para actuar a pesar de la propaganda amedrentadora, lo son todo. 
Los personajes parecen mostrar el confinamiento de los derechos
en una sociedad que, a pesar del progreso, sus individuos  no lo 
disfrutan, un mundo que trasciende  e invalida lo humano;  una 
evocación austera  de la alienación social y la conformidad 
intelectual sentida por muchos.
Necesitamos a personas, líderes y dirigentes que realmente se interesen por las necesidades de los demás, por mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos, personas que tengan la fuerza de voluntad y el valor para hacer lo correcto, esta nación necesita personas justas, incorruptibles, que sean humanos con las personas de bien y sumamente duros con aquéllos que traicionan a la sociedad, alguien que haga cumplir las leyes con determinación. Aún se puede ser decente en una era sin moral. Necesitamos menos egoísmo y más generosidad. 
Al que no tiene fuerza de voluntad, el derecho en sí, no le sirve de nada. Sólo se puede luchar por aquello que se ama. Se ama más lo que se respeta y para respetar algo, antes hay que conocerlo. 
Cuando deseas algo con todas tus fuerzas, el universo entero conspira para ayudarte a conseguirlo y la venganza de tus contrarios es solamente el placer de los espíritus mezquinos y nunca debe confundirse con la justicia. Esta sociedad aún puede recuperarse, pero no olvidemos que hay que poner de nuestra parte. La persona que se cierra en su individualidad frustra su propio bien, a la par que frustra la posibilidad de la consecución del bien de los demás. Cuantas más personas tomen conciencia y reúnan el valor para hacer lo necesario, lograr este cambio nos llevará menos tiempo. 
¡Vive los colores!, ¡Siente tu país!, pero actúa con
 mucha serenidad y con mucho sentido común.
Parece que Catalunya, algunos de sus dirigentes y muchos de sus ciudadanos, han colaborado mucho con sus conciudadanos del resto de España. Han explicado mucho, han dialogado mucho, pero bastantes políticos y muchos medios de comunicación se han empeñado en desinformar y enredar la maraña para enemistar a los ciudadanos de las diferentes naciones que conforman el estado español, los cuales se comprenderían y entenderían perfectamente si aquellos dejaran de enviarles propaganda negativa para restar y dividir.  
A partir del pasado 11 de setiembre de 2012, parece que ha llegado un punto en que si hablamos, nos ignoran; si queremos marcharnos nos critican y se burlan de nosotros; si vamos de frente y exigimos justicia, recibimos amenazas…. 
Esta situación nos da a entender que ya no sirve mantener las viejas actitudes. Estamos viviendo un momento histórico porqué hay un movimiento ciudadano que, después de más de tres décadas desde la transición de una dictadura a una democracia, expresa su desacuerdo con la forma en que nuestros políticos dirigen España y como gestinan las relaciones entre el estado y Catalunya. Después de unos años adormecidos por la vivencia de una especie de paraíso económico ficticio, muchos han recuperado la ilusión por participar en la mejora de nuestras instituciones políticas y sociales. Claro que cuando las personas sensatas limpian el vaho de la excitación, para intentar descubrir como es el camino a recorrer, les entra una especie de vértigo, cuanto no miedo o pánico. Siempre pasa cuando uno se aventura en una empresa nueva, máxime cuando es de tanta envergadura y hay tanto ruido propagandístico por parte de los "extremos" y tan poca pedagogía con datos claros, reales y comprensibles para el ciudadano medio.
Estamos viviendo una nueva página de la historia y cuando ya no se puede volver atrás, sólo debemos preocuparnos por buscar la mejor estrategia para seguir hacia adelante.
Cuanto antes lo asumamos y nos ilusionemos con la tarea, antes podremos empezar a poner los cimientos de nuestra vida futura, siempre con la mano extendida para relacionarnos democráticamente con nuestros vecinos, con libertad, honestidad e igualdad.
©JAS2012