viernes, 28 de diciembre de 2012

Deseos para el próximo año 2013

En estos últimos días de 2012 estamos cerca de cerrar el primer quinquenio de crisis. Prácticamente todos nos hemos dado cuenta de que la crisis, si todavía no les ha afectado personalmente, se nos está acercando cada vez más. Aún así, la mayoría se sienten atrapados en su paradigma actual sin saber qué hacer y se niegan a asumir la realidad. Cada vez juegan más compulsivamente a la lotería esperando que la suerte les devuelva seis años atrás para poder seguir consumiendo como antes.
Sin embargo incluso si ganan les estará esperando el fisco para llevarse una buena parte. Volverán el impuesto de sucesiones, el impuesto de patrimonio, el impuesto bancario, etc. A las clases medias cada vez les quedará menos dinero para consumir ni para invertir y ayudar a revitalizar la economía. Que nadie se engañe, los políticos nos mienten continuamente. los ricos como Depardieu, cambian su domicilio fiscal y no dejan que les esquilmen. (Por cierto algunos profesionales y autónomos hacen algo similar en España). 
Cuando la economía iba viento en popa, en las empresas se podía observar el control, el principio de escasez y la búsqueda de la optimización. Se repetía la frase hecha “el cliente es el rey” pero no se practicaba con convencimiento. Los directivos de empresa y también los políticos pensaban yo valgo y tu no, yo se y tu no, yo mando y tu obedeces, yo estafo y tu te lo tragas. Los directivos y los políticos están acostumbrados a darles a los clientes (votantes) lo que quieren que consuman. Y como a pesar de todas las informaciones, chistes, videos, etc que recibimos cada día no aprendemos, siguen riéndose de nosotros. 
Muchos ciudadanos todavía no son realmente conscientes del sentido de urgencia y no se sienten apremiados para decidirse a hacer algo. Se resisten a admitir que es preciso explorar nuevos territorios porqué la hoja de ruta (mapa) que traían ya no vale; porque el antiguo territorio se ha agotado. Durante estos últimos años las empresas han recortado gastos, intentando ser más competitivas pero los gobiernos, han recortado servicios sociales sin piedad, con la excusa de que ello es imprescindible para no caer en el abismo y para que las cosas mejoren; pero nada lo hace. ¡Al contrario!. 
La competencia ha aumentado, la innovación es obligatoria y las empresas han empezado a entender la importancia de satisfacer al cliente, pero no quieren invertir porqué los políticos todavía no han cambiado su viejo paradigma ni dan muestras de querer hacerlo. 
A todas estas personas les diría: 
¡No esperes más!. 
No esperes que los políticos, sean del color que sean te resuelvan nada, no quieren hacerlo. No quieren renunciar a su status quo ni el de la inmensa masa de chupópteros que se nutren de lo “público”. No quieren atajar la corrupción. Por tanto, empieza ya. 
¡Transfórmate!. Cree en ti, tú eres el protagonista de tu vida. No te tapes los ojos y los oídos. Observa, escucha, analiza y trata de entender lo que pasa a tu alrededor, en tu ciudad, país, en el mundo. Empieza a diseñar tu y la transformación; descubre las oportunidades. El objetivo es hacer visible lo invisible. 
Examina tu actitud, se consciente de tus valores, conoce tus necesidades, pon atención, examina tus creencias, mejora tu comportamiento detectando tus coherencias e incoherencias, se consciente de tus vulnerabilidades y se escrupuloso en tu visión personal. 
Disminuye el despilfarro de recursos útiles y se responsable. Inicia tu transformación cultural y provoca las condiciones para que surja la innovación y se generen oportunidades. 
¡Entusiásmate con lo que hagas!. 
Recuerda: Lo que tú no decidas, otros lo harán por ti. Si eres de los que les motivan los retos, mira el vídeo y ¡Atrévete a soñar!
©JAS2012


PD.-
En estos tiempos de grandes cambios y transformaciones... recuerda que todos necesitamos de la oscuridad para ver la luz... de la ignorancia para obtener el conocimiento... del miedo para llegar al amor... y de "tocar fondo en el profundo abismo de la adversidad", para dirigir los ojos hacia nuestro cielo interno... pues cada experiencia aparentemente mala o negativa que vivimos día a día, nos fortalece cada vez más... y nos impulsa a sentir con el corazón de una manera más franca, profunda y verdadera, ayudándonos a limpiar nuestra energía, y a alcanzar poco a poco la libertad del espíritu...
Encaremos todas esas experiencias difíciles y dolorosas de la vida, pues son hermosos maestros en nuestra evolución. Recordemos que lo que no te rompe te hace más fuerte y sigamos adelante disfrutando cada instante, con fe, esperanza, alegría y amor!
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Uno de los documentos a los que me refiero en el texto es el reportaje de la BBC titulado "The great Spanish crash" en el que se recoge el proceso que ha llevado a España a la situación actual, desde el franquismo hasta la pasada huelga general.
Dura casi una hora, está en inglés subtitulado en castellano y vale la pena visionarlo con atención. Ayuda a entender el espejismo que colectivamente se ha vivido, el cual ha conducido a la dura situación que muchas familias españolas están viviendo actualmente y a intentar aprender de ello para que no nos sigan vendiendo gato por liebre.

martes, 18 de diciembre de 2012

NAVIDAD: Tiempo de grandes esperanzas



Cada año trato de transmitir mis deseos de que las cosas vayan mejor, pero las cosas van como van y lamentablemente para muchos, el año 2012 no ha sido bueno y no se espera un 2013 mucho mejor.
Cada año por estas fechas me gusta dar largos paseos por las calles a diferentes horas, para tomar el sol por la mañana, apreciar el ambiente comercial por la tarde y ver las luces que decoran las calles y los escaparates por la noche. Este año he percibido poco “ambiente” navideño. Es curioso, a menudo criticamos el espíritu comercial de la navidad, ese estrés por las compras de regalos, pero estamos tan acostumbrados al mismo que, cuando falta, lo añoramos. Las luces adornan las calles, pero se notan a faltar las sonrisas de la gente acarreando bolsas llenas de regalos envueltos en papeles de brillantes colores. Los escaparates parecen más bien los de finales de enero, llenos de carteles de descuentos. Los ánimos están bajos, unos porque no tienen trabajo y aunque quieran no pueden gastar y otros, porque tienen miedo y se encierran en su cascarón esperando que escampe.
Estamos asistiendo a lo que probablemente es el fin de una era, pero nos estamos aferrando a ella con tanta fuerza que no estamos dejando que surja lo nuevo que tenga que surgir. Seguimos esperando que la economía crezca (¿hacia dónde?) y que nuestro estilo de vida vuelva a ser el que era. Es muy posible que eso no suceda y no será tan malo como parece si aprovechamos la oportunidad de redescubrir antiguos valores, que perdimos mientras corríamos como locos tras ese crecimiento constante.
Perdimos la capacidad de valorar lo que poseemos y sólo nos admiraba todo lo nuevo que anunciaban por la tele o que presumían de haber comprado nuestros vecinos ricos. Como no paraban de decirnos que todos tenemos derecho a todo y no supimos entender que, para los bienes materiales, además del derecho a poseerlos, se precisa el dinero para adquirirlos y mantenerlos, llegó un momento en que la economía dijo basta y exigió ”estirar” más las cosas. Olvidamos vivir el día a día persiguiendo sueños de posesión y consumo (algunos aún siguen persiguiendo) sin saber que a cada meta conseguida surge otra. A cada adquisición deseas un nuevo modelo más nuevo y caro y el círculo nunca se cierra. Y por tanto, la satisfacción no acaba de llegar y si llega, cada vez dura menos. Creímos en gente, que movidos por la avaricia, nos vendían un sueño de riqueza y nos endeudaron de por vida. Tardaremos mucho en recuperarnos de ese desengaño a todos los niveles. Y seguro que aún hemos de sufrir nuevos chascos, nuevas decepciones, nuevos ajustes…
Muchos ven el panorama sombrío, sin embargo tenemos muchos motivos para la celebración. El primer motivo es que tenemos la salud necesaria para mantenernos vivos, algo que, de tan cotidiano que nos resulta, nos parece trivial, aunque ninguno tengamos asegurado el día de mañana. El segundo es agradecer el cariño y cuidados de las personas que queremos y apreciamos y a la vez nos corresponden. El de las que nos ayudan de algún modo, las que nos acompañan, las que nos hacen sonreír o a veces llorar, las que nos dan que pensar….
También es esencial la actitud de aquél que con mimo se trata, se respeta, se cuida, se valora, se ama a sí mismo tal como es, pues ese amarse es el primer paso para vivir una vida más feliz.
Como celebremos estas Navidades depende de nosotros. Quizás podamos darle un nuevo sentido, abrir con cada señal navideña (canciones, luces, guirnaldas, abetos) un espacio interno de contacto con nosotros mismos, centrarse y pensar. Tal vez eso nos abra una nueva conciencia, una dimensión interna diferente, un contacto especial con nuestro ser. Hemos vivido hacia fuera (teniendo) y puede que haya llegado el momento de vivir un poco más hacia dentro (siendo).
En los tiempos que vienen, tendremos que ser, queramos o no, menos materialistas; tendremos que controlar más el gasto, pues las posibilidades de tener grandes ingresos, son menores que antes y más dificultosas. Por tanto estas navidades, tradicionalmente asociadas al consumo y el exceso, pueden ser un buen momento para mirar hacia adentro y redescubrir esos valores y esas cosas que no se compran con dinero. Para determinar qué necesitamos realmente y para ser un poco más solidarios. Para no aferrarnos a lo superfluo. Para encontrar el placer en actividades sencillas, que tal vez hemos olvidado. Para, aprovechando que la gente está más dispuesta a estar amable, sonreír más, quejarnos menos y abrazar a las personas que queremos y limpiar viejas heridas. Para acercarnos a los demás con simpatía, entendiendo que todos vamos de algún modo en el mismo barco y así aprender de verdad a compartir. Claro que lo ideal sería que lo hiciéramos todo el año, pero no viene mal que haya unas fechas que nos recuerden eso que tantas veces olvidamos.
De esta forma, lentamente, paso a paso y sin prisas, iremos encontrando cada día más motivos para animarnos por lo mucho de bueno que tenemos y más aún por lo que somos. Esta crisis es un buen momento para ver otras maneras de vivir la vida, de celebrar desde el corazón y no desde la obligación de consumo, porque “toca”, de valorar lo que de verdad representa para cada uno este espacio de reunión y convivencia, de plantearse otras maneras de disfrutar de estos días dejando la carga y la obligación para el día a día. Son tantas las opciones, tantas las oportunidades para sentirse bien que no merece la pena empeñarse en poner la atención sólo en lo que no tenemos, desatendiendo a todas aquellas personas que nos quieren y pueden hacer felices.
Podemos aprovechar los días festivos para hacer cosas que normalmente no tenemos tiempo de hacer: darnos un largo baño, preparar una comida especial, leer una novela que hace años que habíamos comprado, tumbarnos bajo una manta a escuchar música, etc. Cosas sencillas pero que producen satisfacción.
Si tenemos “obligaciones” familiares, es recomendable relativizar las situaciones conflictivas. Puede ser que nos encontremos con familiares que sólo vemos unas pocas veces al año. ¿Creéis que vale la pena entrar en una discusión?
Ya sé que hay personas a las que no les gusta la Navidad, que la consideran de las peores épocas del año, pero debo recordarles que los días pasarán igual les gusten o no. Por ello, es mejor disfrutarlos del modo que nos parezca más adecuado, sin obligaciones pero sin amarguras añadidas.
Sigue siendo socialmente incorrecto decir que no te gusta la navidad. Las navidades se asocian al calor familiar, a la fraternidad, a los valores positivos que contribuyen a construir imágenes idealizadas que se alejan de la realidad concreta de cada familia. La imagen perfecta que se nos venden de la navidad es inalcanzable y puede llegar a generar frustración y malestar. Las obligaciones colectivas no funcionan. Además, el amor a los nuestros podemos transmitirlo cualquier otro día. Los días que preceden y siguen a la Navidad son a menudo un periodo de angustia. La presión para que todo sea perfecto es la mejor forma de avanzar hacia el desastre. Amor, paz y felicidad son valores que difícilmente pueden aflorar con las exigencias y obligaciones propias de estas fechas y con el estrés que provoca el consumo desatado, son comprensibles las pérdidas de nervios. La navidad revive los conflictos familiares no resueltos. Para que las celebraciones navideñas sean vividas como entrañables es aconsejable no idealizarlas de antemano y enfocarlas con expectativas realistas.
El cuestionamiento de uno mismo, la autoevaluación, permite avanzar, comprender mejor lo que somos hoy y ver bajo un nuevo ángulo, más libre y distanciado, esa querida familia. Hay que evitar las respuestas excesivamente emocionales mostrando un enfado que no se corresponde con el momento actual sino con una mezcla de celos, amistad, envidia y competición almacenadas en la infancia y abiertas en las reuniones navideñas como si de una caja de Pandora se tratara. Estamos contentos de ver a los que nos son cercanos y al mismo tiempo nuestro psiquismo reactiva todas las cuentas no saldadas. Solo con un buen nivel de madurez y equilibrio emocional y con una actitud asertiva evitaremos que se apoderen de nosotros los conflictos emocionales no resueltos.
La llegada a la familia de un miembro externo, que se incorpora a las dinámicas familiares, siempre presupone una complicación añadida, porque la persona nueva incorpora un sistema de comunicación, costumbres, rituales y hábitos de su propia familia que a veces puede oponerse a la familia receptora o entrar en conflicto con ella. Los vemos como intrusos que vienen a entorpecer nuestra estabilidad familiar y tenemos miedo a perder nuestros referentes en lugar de verlos como un enriquecimiento.
A quien realmente no le gusten nada estas fiestas, debería tratar de eludir todos los compromisos y buscar actividades que le llenen. Aunque la mayoría de gente estará celebrando las fiestas, no todo el mundo lo hace, así que si sabéis buscar encontraréis alternativas. Tal vez celebrar la navidad y fin de año en un crucero es una buena idea.
Nadie debería sentirse obligado a estar feliz porque es navidad o fin de año. Estas fechas señaladas son solo números establecidos de manera social y no es obligatorio darles ningún significado si para vosotros no lo tienen. La felicidad es siempre deseable pero nunca obligatoria. Pero posicionarse en el otro lado, en la rabia y la incomodidad o en la tristeza, tampoco resulta muy útil. Es mejor respetar a los que son felices, contagiarse de sus emociones y disfrutar con ellos, aunque sea un poco.
Tal vez este año el consumismo deje de ser el principal leitmotiv de unas fiestas en las que agradecer el poder contar con personas que estén a nuestro lado, aunque a veces las reuniones familiares sean un pequeño desastre. Como el bolsillo no estará para muchos regalos, podemos intercambiar objetos útiles, tiempo, habilidades, etc.… A veces el mejor regalo no se consigue con dinero. Quizás sea el momento de encontrar todas esas palabras que no supimos decir a nuestros familiares y amigos y regalárselas.
Aprender a vivir el momento (Carpe Diem) es un oficio largo y delicado, pero es el único camino en el que encontraremos esa paz que tantas veces ansiamos, esa felicidad esquiva, esa satisfacción con la vida. Así que levantad vuestras copas y brindad por el presente, por el aquí y ahora y disfrutad con intensidad del momento. Trata de pensar qué es lo que de verdad importa, pues os ayudará a coger perspectiva, relativizar algunas cosas, dejar aquello que ya no es válido y poner nuevas cosas en su lugar.
Sea como sea, os deseo a todos que paséis unos felices días, pues estos como el resto, también forman parte de vuestra vida.
¡Felices Navidades!
©JAS2012

jueves, 13 de diciembre de 2012

Nuestra salud está en peligro

En los años pasados se han producido recortes en sanidad y el gobierno los propone aún más severos para el próximo 2013. Parece que este gobierno va dejar irreconocible lo que ahora identificamos como uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo, empleando los métodos y soluciones que ya Thatcher demostró como ineficaces e injustos. Situar como responsables de los servicios públicos a quienes no creen en ellos, dejar en manos de una clase oligárquica el bienestar social, no parece que haya sido una buena idea. Si junto al poder económico se le añade el político y con un poder europeo copado por políticos mezquinos y sometidos al dictamen de los mercados financieros, el horizonte se ve oscuro. Si añadimos además el escenario de crisis económica y de miedo por lo que los ciudadanos todo lo aceptan inmersos en una sociedad abducida y manipulada, el panorama es para despertar ya mismo y protestar como hacen el personal sanitario en diferentes centros de salud y hospitales.
Estos últimos meses se ha recrudecido la polémica sanidad privada o salud pública. Los medios filtran noticias para sentenciar, en el mejor de los casos, que "la salud pública universal y gratuita ya no es posible como la conocemos hasta ahora".
Pienso que, de toda la frase anterior, lo único cierto son las últimas 5 palabras. 
Está claro que cuando se incentiva a los trabajadores por “realizar bien su trabajo” son más eficaces al desarrollarlo. Por ello, mucha gente tiende a pensar que un producto o servicio realizado bajo gestión privada es más eficiente y eficaz que cuando se realiza desde la empresa pública.
El quid de la cuestión está en definir bien que se entiende “por realizar bien su trabajo” y cual es la finalidad del Centro de Salud: Ganar dinero o mejorar la salud del ciudadano. 
Si se pretende conseguir la mejor atención para tratar la salud de todos los pacientes, se precisará un presupuesto grandioso. Si además se es poco eficaz, (se desperdician medicamentos, instrumental, tiempo, etc.) y/o se tolera la corrupción, el costo aumenta hasta el infinito y tarde o temprano se hace insostenible con lo que no hay más remedio que “recortar”. Los abusos, tarde o temprano requieren penitencia. Esto quiere decir que hay reducir gastos, pero no en servicios básicos sino eliminando gastos generados por las malas-inadecuadas inversiones o actuaciones; por ejemplo en maquinas costosísimas de diagnóstico que permanecen almacenadas en algunos hospitales, etc. 
Si sólo se pretende optimizar la gestión para gastar lo menos posible, incluso para obtener beneficios (gran tentación) y derivar los casos difíciles y costosos a los hospitales públicos, el sistema de salud se tornará en una fuente de riqueza para las empresas de gestión privada y un servicio de salud deficiente para los ciudadanos. Puede que en muchas ocasiones estos se sientan mejor tratados, pero estarán contentos y engañados. Una gestión sanitaria visto como negocio implicará no sólo que podrás recibir la atención que puedas pagar, significará que aunque tengas dinero pasaras en la cola de atención por detrás del que pague más que tu. Esto que dicho así parece una salvajada sucede realmente en países del primer mundo desarrollado.

Si se pierde la confianza en los profesionales y en el sistema sanitario, nos espera un aciago futuro.
Todo el mundo sabe que tenemos algunos de los centros privados de medicina mejores del mundo: Clínica oftalmológica Barraquer, Clínica urológica Puigvert, etc. 
De lo que mucha gente no es consciente, es que en España tenemos uno de los mejores sistemas de salud públicos del mundo. Basta con enterarse cómo funcionan los sistemas de salud, en otros países del mundo desarrollado hablando con usuarios de los mismos o con médicos, enfermeras, etc. con experiencia en esos sistemas de salud, para entenderlo.

Dicho esto, debe corregirse lo que no funciona siempre, mejorar lo mejorable también. Sobre todo, perseguir la corrupción, denunciar todos los casos que se descubran y luchar por erradicarla, desde ya y con todos los medios. Esto va para los que cobran comisiones, roban “medios materiales” (desde pañales hasta papel higiénico), usan el tiempo de trabajo inadecuadamente, dan una mala calidad de atención médica o administrativa, etc... 
No todo el mundo puede dar recetas para mejorar al sistema sanitario. Muchos tratan de confundirnos cuando nos justifican sus recortes, claramente ideológicos, por los problemas de "sostenibilidad" del sistema sanitario (falso) en vez de presentar mejoras en la eficiencia (gestionar mejor los recursos). El rigor presupuestario no debe ser escusa para conseguir buenos resultados en salud sin necesidad de imponer recortes en los servicios sanitarios. 
Tal vez deberían recetarse más medicamentos genéricos y aumentar la productividad del sector público, hacer más cosas dentro y subcontratando menos al sector privado, desinvertir en cosas que no aportan valor clínico contrastado, preservando y mejorando la calidad,que también supone ahorro. 
Puede que tengamos demasiada estructura y precisemos ahorrar en ella, fusionando algunos hospitales y centros de salud, ganando en escala y especialización, compartiendo pacientes y atendiéndolos en centros superespecialiados en tratamientos concretos y super-eficaces y eficientes.
El tema es muy complejo y cada uno conoce su parcela y habla del tema según como le ha ido personalmente en su relación con el sistema, pero si hacemos examen de conciencia y tenemos un poco de empatía, seguro que servidores y usuarios tenemos muchas cosas que mejorar y mucho que ahorrar.
Todos los contribuyentes que pagamos nuestros impuestos debemos exigir que el gobierno primero haga que todos los españoles sean contribuyentes de forma justa y todos contribuyan, también las grandes empresas y segundo,  que los invierta adecuadamente y deje de influir en los medios para que se califique un derecho ciudadano como una caridad. Es bueno que los ciudadan@s seamos solidarios, pero no debemos aceptar sobre nuestras recortadas y debilitadas espaldas la responsabilidad de resolver todos los problemas sociales con caridad (banco de alimentos comedores sociales, albergues sociales, Caritas, ONG’s varias, etc.), máxime cuando muchos de estos problemas sociales son permitidos por el estado al no perseguir adecuadamente la corrupción y el fraude fiscal.
Los usuarios deben exigir un buen servicio por parte de todo el personal del sistema sanitario y el estado debe proporcionar las remuneraciones e incentivos adecuados para que estos desarrollen su labor con eficiencia y eficacia, haciendo honor a la importancia que su labor tiene para la sociedad. También, cada uno en su esfera de responsabilidad, debe cuidar de optimizar el uso de medicamentos y medios materiales y el rendimiento del personal y se deben establecer los sistemas formativos y controles necesarios para supervisar la consecución de los objetivos.
Son tareas muy complejas e interdisciplinares y para ello debe ponerse a los mejores profesionales en su desarrollo. No nos faltan ni universidades ni personal capacitado si actuamos antes de que se vayan de España todo el personal sanitario y gerencial que en ellas se han formado. Lo que parece que falta y mucho es, en primer lugar, aplicar la ley y vigilar su cumplimiento para no tolerar ni la corrupción ni la evasión-fraude fiscal, en segundo lugar falta voluntad política de los legisladores para actuar con ética y de acuerdo con las necesidades de los ciudadanos-usuarios del sistema público de salud, que somos todos.
Ya tenemos el euro por receta, el copago, muchas vacunas no obligatorias por ley, pero necesarias para la salud, copago en prótesis, retrasos en las programaciones de las operaciones, eliminación de revisiones que hace tres años eran necesarias y que por arte de magia han dejado de serlo,etc.  Los recortes en servicios básicos irán in crescendo si todos los ciudadan@s no despertamos y luchamos cada día para no permitir que los beneficios de unos pocos se ganen a costa de la salud de todos.
©JAS2012

Muy ilustrativo el vídeo Teresa Forcadas en el encierro en el Hospital de Sant Pau de Barcelona
http://www.youtube.com/watch?v=Kdd6hLAVdcI


lunes, 10 de diciembre de 2012

Los andaluces son...

En nuestro país, al igual que tenemos estereotipos sobre cómo son las personas de otros países, también los tenemos sobre las personas procedentes de las diferentes regiones españolas. Los catalanes se han considerado siempre trabajadores, tacaños y serios. Los Gallegos, tradicionales, hospitalarios y supersticiosos. Los madrileños, chulos y conductores agresivos. Los Vascos, brutos, orgullosos y muy nacionalistas. Los andaluces, alegres, con mucha gracia y sobre todo vagos. Etc. 


Pero, esas opiniones que producen los gentilicios catalán o andaluz, son ¿positivas o negativas? 
Hoy en día, con ayuda de las nuevas tecnologías, descubrirlo es muy sencillo. Además es sabido, incluso en el pueblo más recóndito, que muchísimo parroquiano acepta que “lo que se dice por internet va a misa”. Siendo así, podemos hacer el experimento de teclear en el buscador de Google la frase “Los andaluces son”. Hace sólo unos meses habríamos comprobado que la mayoría de los adjetivos que los describen eran negativos y despectivos hacia los residentes de Andalucía. Actualmente hay 1.080.000 entradas al buscar esa frase y en búsquedas relacionadas encontramos: 
Los andaluces son tontos, moros, vagos, analfabetos y aquí viene el gran cambio, después de 180.354 “clics positivos” ya empiezan a haber búsquedas del tipo: los andaluces son inteligentes, trabajadores, geniales, creativos, etc. 
Esto es así en mucha parte debido a que unos jóvenes emprendedores han lanzado una plataforma para cambiar la visión negativa que se tiene de los andaluces en Internet a través de los clics en Google. 
Con esta plataforma se persigue la colaboración de todos los andaluces que piensan que son artistas, currantes, creativos, campeones y quieren demostrarlo al mundo. Basta hacer clic en el enlace “Voy a cambiarlo ahora”. Con esta participación global se puede cambiar lo que se dice de los andaluces en el principal buscador de Internet. Una forma de cambiar los viejos tópicos, al menos virtualmente, que antaño podían tener mucha o poca razón, pero que con la globalización y mezcla actual de gentes y culturas dentro de España y con los inmigrantes que, por diversas razones, han venido de otros países, cada vez tienen menos razón de ser. 
Los diferentes estereotipos están muy extendidos en España, hasta el punto de crear conflictos entre algunos colectivos. Muchas veces se unen los sentimientos fanáticos y se politiza todo. Muchas personas de una región opinan muy mal sobre los de otra, aunque ni siquiera hayan conocido a uno en toda su vida, ni hayan viajado a la región de la cual sueltan sapos y culebras. Los principales responsables son los antiguos estereotipos y sobre todo las propagandas intoxicantes, machaconas y malintencionadas, que oyen y leen procedentes de medios de comunicación de masas o lanzados por Internet. En todas las regiones hay personas que actúan de forma fanática y si se esforzaran por conocerse mutuamente un poco, descubrirían que tienen entre sí mucho en común. 
Toda buena idea hay que tenerla en cuenta y me ha faltado tiempo buscar en Google la frase”los catalanes son”… 

He encontrado más de 3.050.000 entradas. Aún siendo numéricamente muchos menos, encuentro casi el triple de entradas en el buscador. Por lo menos por Internet  se habla mucho de los catalanes, otra cosa es saber que se dice de ellos. En búsquedas relacionadas se encuentra: Los catalanes son españoles, cerrados, tacaños, franceses confundidos, polacos, judíos, racistas, etc. Vamos, para echar a correr. Sólo falta que el buscador de Google diga que tienen rabo rojo con escamas y punta de flecha, llevan tridente y se comen a los niños aliñados con vinagre. Si lo leen esas personas que piensan que "lo que se dice por Internet" va a misa, estamos apañados. El follón está servido.
Quedan muy atrás, al menos en Google, aquellos tiempos de “El catalán de la roca saca pan” (sólo 2 entradas en Google) en que el gentilicio catalán despertaba una cierta admiración respeto y también algo de envidia.
Si todos estos estereotipos quedan tan atrás en el tiempo, ¿por qué siguen haciendo tanto ruido? Aquí vemos lo influyentes que son los medios de comunicación de masas y los tan utilizados “buscadores” de internet. Tal vez la ciudadanía debería empezar a ocuparse de estos temas para dar una visión más acertada de la realidad y para no dejarse manipular tanto aunque sea subliminalmente.
Es de cajón que cuando las sociedades se desplazan y se mezclan, la cultura evoluciona y no se puede vivir de viejos y trasnochados tópicos. Por este motivo encuentro la idea de estos jóvenes emprendedores andaluces muy original, creativa, exportable y fantástica para ayudar a que, todos los que usan los “buscadores” para “informarse” y poco más, tengan una visión más fiel de la realidad. Ya se sabe que “la mujer del Cesar no sólo debe ser honrada, sino además parecerlo”.
©JAS2012

martes, 4 de diciembre de 2012

Esta crisis ha sido una gran estafa


En el pasado fue el trueque y ante las dificultades para obtener lo que se necesitaba o deseaba de alguien, que a la vez necesitaba o deseaba lo que nosotros ofrecíamos, se inventó el dinero. 
Más adelante, los Bancos comerciales inventaron la Reserva Fraccionaria, un privilegio legal que les garantizaba disponer del dinero de sus depositantes para su uso privado. 
Más tarde, los bancos de inversión inventaron más formas de hacer crecer el “dinero virtual” y con sus préstamos para inversiones, sin respaldo de dinero real, propiciaron que los perniciosos ciclos económicos continuaran. La gran pena es que de seguir sin separar el poder político del económico, cuando después de haber sufrido grandes sacrificios se logre recuperar la economía, se vuelva a crecer y se absorba una parte del desempleo, se volverán a repetir los mismos errores: expansión, euforia, crisis y otra recesión. Siempre la misma película orquestada por los poderes político y bancario.
 
Siempre sucede lo mismo. Cuando hay una crisis, los banqueros son insolventes y el “prestamista de última instancia” debe salvarlos del derrumbe, tapar sus agujeros. 
En 1971 Nixon acabó con el cambio de "papel moneda" (billetes) por oro. Entonces, los gobiernos otorgaron en exclusiva la capacidad de imprimir dinero (monopolio de emisión de moneda) al Banco Central. A cambio de este lucrativo negocio, este debía financiar al gobierno. La exclusiva maquinaria de imprimir billetes, generaba de la nada toda la liquidez necesaria para devolver los ahorros a los acreedores que en su día depositaron en el banco, en cuanto se lo solicitaran. 
Esta forma de actuar hace que los ciudadanos paguen los “extra gastos" de los gobiernos, no sólo con los impuestos sino también con la inflación. Este proceder empobrece a todos los ciudadanos, más gravemente a los ahorradores modestos que a los ricos, al mermar la capacidad adquisitiva de sus ahorros. 
Los gobiernos han bajado los tipos de interés artificialmente cuando han querido estimular el consumo. Una gran mentira contada a la ciudadanía, porque han creado una ilusión momentánea que más tarde o más temprano, siempre se ha desmoronado. Esto es un gran fraude que han pagado siempre los usuarios de la moneda. 
La culpa principal de todo este tipo de crisis es de los acuerdos entre los gobiernos y los bancos para crear dinero virtual. Un fraude legal para el resto de los ciudadanos. 
Greenspan manipuló los tipos de interés para acabar con la crisis de las empresas de Internet, conocidas popularmente como las "punto com". Se inundó el mercado con nuevo dinero impreso y bajó mucho los tipos de interés, casi hasta cero. Los bancos paraban por la calle a cualquiera para ofrecerle dinero, prestado claro. Si el ahorro no había aumentado, ¿De donde sacaban tanto dinero para prestar?. Fue dinero virtual que dio capacidad de compra ficticia a los particulares y capacidad de pago a los empresarios para que emprendieran procesos que "se esperaba que tal vez" darían resultados en el futuro (ilusión). Los productos y los servicios los comprarían otras empresas y los particulares con el dinero virtual que les prestaba los bancos y el gobierno que gastaba mucho en inversiones, por desgracia, poco o nada rentables ni productivas para el futuro. 
Mientras la burbuja seguía creciendo, no había problema. Todos estaban eufóricos; unos ganando mucho dinero y otros consumiendo muchos productos y servicios como si fueran ricos, pero endeudándose por encima de sus posibilidades de retorno. Nadie se atrevía a parar la fiesta. ¿Se acuerdan de Zapatero?. Si hubiera actuado como la voz de la conciencia, prácticamente todos lo hubieran tildado de aguafiestas y hasta de loco. Íbamos cuesta abajo y sin frenos pero como la sensación era muy agradable, nadie lo pisaba. La mayoría ni siquiera era consciente de estábamos en grave peligro de accidente y que este llegaría a producirse. 
Llegó un día en que los sectores inflados por los errores de inversión, no pudieron responder a las deudas. Se produjeron grandes impagos y en 2007 se hundió la bolsa. Estalló la burbuja y la mayoría salieron descolocados en la foto. Como en el juego, se quedaron sin silla y en la realidad también sin casa y sin ahorros, sin negocio, sin empresa, sin empleo, con deudas vitalicias, etc…. 
El inmenso espejismo se transformó en gran tragedia. Ni había ahorro real ni consumo necesario para el que se necesitara producir más. Con este sistema económico, la solución probable será facilitar la generación de más burbujas para salir de la burbuja anterior. Una espiral de escapadas hacia adelante. 
Ya sabemos que los políticos son volubles y camaleónicos y aquí los gobiernos de los paises occidentales se pusieron todos de acuerdo. Sus políticas se homogenizaron después de la crisis: expansión monetaria (rescate indiscriminado de los bancos), subidas de impuestos, subidas del gasto público, etc. 
Como siempre se pusieron de acuerdo para que los platos rotos los pagara la ciudadanía. Todo lo contrario de asignar pérdidas a los verdaderos responsables. 
¿A quien iban a pedir responsabilidades si todos estaban manchados por el mismo betún? 
La corrección política establece que “los mercados” no funcionan, que las personas libres se equivocan, que es mejor que el estado intervenga en sus decisiones individuales. Algunos hasta piden “banca pública” y parece que nadie repara que Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco, Banco de Valencia, BMN e Ibercaja+Caja3+Liberbank, los que peor lo han hecho en esta crisis, eran entidades públicas españolas, gobernadas por políticos españoles y sus amigos. 
En España, después de que los bancos y muchos particulares y empresas se habían endeudado irracionalmente, se empezó el proceso de endeudamiento de los estados (plan E). Los activos de los bancos se volvieron a contaminar con activos tóxicos diferentes de los procedentes de las hipotecas de baja calidad crediticia (deuda pública invertida en planes no rentables, pan para hoy y hambre para mañana, etc.) 
El gobierno español negó la crisis durante largo tiempo y la Hacienda pública, en lugar de bajar gasto público, bajar los impuestos y bajar la deuda pública, hizo todo lo contrario. ¡Nos hundieron más en el pozo! 
¿Cuándo aprenderemos a no dejarse embaucar por las promesas de los políticos y exigirles responsabilidades por su gestión? 
Se ha demostrado que las políticas inflacionarias son malas a largo plazo y que para evitar la repetición de ciclos recurrentes sería preciso rediseñar el sistema financiero y bancario a nivel mundial, para hacerlos compatibles con las exigencias del mercado y el cumplimento estricto de los derechos de propiedad. 
Los bancos insolventes no deberían haber sido rescatarlos con dinero público. En primer lugar debería haberse asignado pérdidas a los accionistas o propietarios. Si con esto no fuera suficiente, se debería convertir parte de los pasivos en fondos propios. Los acreedores de deuda subordinada se convertirían en nuevos accionistas. 
El resto de la deuda debería recaer sobre los acreedores a más largo plazo, que compraron instrumentos de riesgo y lo último a tocar deberían haber sido los depósitos a la vista. 
Con todo esto, el banco quebrado estaría recapitalizado sin pedir ni un solo euro del contribuyente. En lugar de este justo proceder, los gobiernos han rescatado empresas insolventes que seguían repartiendo dividendos y pagando sueldos millonarios a sus directivos y manteniendo miles de cargos poco eficientes por decirlo de una forma suave. Faltará ver en qué condiciones se realizarán los pocos despidos del personal de estas entidades (jubilaciones anticipadas con remuneraciones mucho mejores que las medias). 
Cuando se restringe la actividad económica hay que poder ser flexible y ágil para poder dirigir la actividad hacia a otros mercados con más actividad. 
Para ello no hay más remedio que reformar el “sistema bancario” ajustándolo para limitar su capacidad natural para crear burbujas. 
Los expertos de la EAE, (¡lástima no haberlos conocido antes de que nos pillaran con el paso cambiado!) proponen tres reformas: 
1. Completar la Ley de Peel exigiendo a los bancos coeficientes de caja del 100% de los depósitos de los ahorradores. El crédito debería estar respaldado por ahorros en cuentas para “almacenar ahorros” o en “cuentas de inversión” para dedicarlos a inversiones conocidas por los depositantes. (no como ahora que el banco puede dedicar los ahorros que depositamos en sus arcas a financiar armas o cualquier otro negocio desconocido por el ahorrador). 
2. Acabar con los Bancos Centrales (planificación financiera). Estos serían innecesarios ya que los depositantes siempre tendrían su dinero disponible cuando quisieran recuperarlo. 
3. Reintroducción del patrón oro, que los gobiernos no pueden manipular ni crear de la nada a su antojo, con coeficiente de caja 100%. 
De esta forma, se eliminaría el ROBO encubierto que se produce al inflar la oferta monetaria. 
En toda la historia de la humanidad, los hombres han luchado contra la opresión. Hoy en día el riesgo es menor, pero lo que está en juego es exactamente lo mismo. 
Los individuos han enfrentado multitud de crisis a lo largo de la historia y de todos ellas han salido con un poder político más fortalecido. ¿Hasta cuándo seguiremos cometiendo el mismo error? 
Tenemos la obligación moral de conquistar para siempre la libertad. Separar completamente el poder político de las finanzas el fundamental para conseguirlo. Solo así conseguiremos la paz, libertad y prosperidad. 
©JAS2012

Si queréis profundizar en estos temas….