jueves, 30 de agosto de 2012

El "Rescate" de Catalunya

Pego aquí este escrito del economista Xavier Sala Martín que explica el tema desde su punto de vista, con  algún que otro juicio de valor y muchos "datos" contrastables. Aunque recomiendo leer todo el texto, me he permitido resaltar algunos párrafos para los que les molesta lo "negro" (no están acostumbrados a leer textos largos). 



Hace meses que todas las grandes empresas españolas como Telefónica, Gas Natural, Abertis, ACS, etc, tienen los mercados financieros internacionales cerrados. Es decir, los inversores internacionales no quieren prestarles dinero a ningún precio. La razón no tiene que ver con el sector en el que operan o con el estado de su salud económica (al fin y al cabo, todas se han quedado sin crédito independientemente de su sector y del estado de sus finanzas). La razón es pura y simplemente que son españolas: los inversores piensan que el posible colapso de la economía española hace que las entidades españolas corran el riesgo de colapsar también y por eso prefieren no prestarles dinero. Y eso es cierto aunque algunas de esas empresas (como Telefónica o Gas Natural) obtienen la mayor parte de sus ingresos de fuera de España. La agencia Moody’s lo dijo claramente hace un par de meses “el rating de Telefónica solo puede estar un escalón por encima del rating del gobierno de España”. Consecuencia: la incompetencia del gobierno de España amenaza con contaminar al resto de la economía.
Digo esto porque el Govern de la Generalitat ha anunciado oficialmente el acceso al Fondo de Liquidez que va a construir el gobierno de España y pedirá la concesión de un crédito de 5.023 millones de euros (a pesar de que esta decisión ha causado mucho impacto mediático, no es la primera vez que la Generalitat acude a fondos del estado para financiarse ya que previamente ha acudido a los fondos ICO para deuda y ICO para proveedores). Igual que les pasa a las grandes empresas españolas, Catalunya ha perdido el acceso al crédito bancario por lo que, al parecer, no tiene más opción que pedir prestado a los fondos de rescate estatales creados para estas ocasiones.
Algunos analistas (anticatalanes) se apresuran a señalar a las embajadas catalanas (sobre todo la de New York), al presupuesto de la conselleria de Cultura catalana y al supuesto dispendio de TV3 son responsables del colapso financiero de Catalunya. Esos argumentos no merecen ser discutidos porque la dimensión de esas partidas es ridículamente pequeña si la comparamos con la magnitud del problema fiscal. Pero la pregunta es pertinente: ¿Cómo ha llegado Catalunya hasta aquí?
Una parte de la explicación se ve simplemente analizando la deuda total de la Generalitat desde 1997. Empiezo en 1997 porque muchos analistas ponen esa fecha como la del inicio de la burbuja inmobiliaria. El primer gráfico (arriba) muestra la deuda total de la Generalitat en millones de Euros. El gráfico de debajo muestra el déficit de la Generalitat expresado en relación al PIB. La fuente de ambos datos es el Banco de España (links a la deuda TOTAL y a la deuda en RELACIÓN AL PIB).
Entre 1997 y 2003, cuando la Generalitat estaba presidida por Jordi Pujol, la deuda total en euros se mantuvo constante (apenas subió de 9.200 millones a 10.900 millones de euros) pero como el PIB subió muy rápidamente debido al boom inmobiliario, la deuda como fracción del PIB bajó más de dos puntos porcentuales i pasó del 9,7% al 7,4% del PIB.

Entre 2003 y 2008 (durante los gobiernos tripartitos de Pascual Maragall y José Montilla, pero antes de que empezara la crisis), la deuda absoluta aumentó en casi un 50% y pasó de 10.900 a 15.776 millones de euros. Eso, a pesar de que la economía estaba experimentando un importante boom económico. Y esa es la primera lección que debemos aprender de todo esto. Durante las épocas de bonanza los gobiernos deberían ahorrar para no pasarlo mal en épocas de crisis. Eso es cierto siempre, pero todavía lo es mucho más cuando la economía crece por culpa de una burbuja inmobiliaria. La razón es que todas las burbujas llegan a su fin por lo que los gobiernos deben saber que sus ingresos fiscales son anormalmente altos y, por lo tanto, deberían ahorrarlos y no comproterse a mantener gastos permanente altos.
En lugar de ahorrar, la Generalitat no solo dilapidó todos esos ingresos extraordinarios y temporales sino que gastó mucho más de lo que ingresaba hasta el punto de que su deuda pública aumentó en casi un 50%. Todos sabemos la lista de malgasto: construcción de aeropuertos y otras infraestructuras absurdas, despilfarro masivo en un Forum de las Culturas lamentable, aumento del gasto sanitario como si la bonanza tuviera que durar toda la vida, cartillas para todo el mundo, contratación de amigos, parientes y afiliados (“la menjadora”), encargos de estudios de consultoría, campañas de publicidad con fines electorales, estaciones de metro decoradas por los mejores y más caros arquitectos y diseñadores del mundo y hasta algún conseller sostenible y solidario diseñando su propio edificio de oficinas al estilo Feng Shui, cargando unos 42 millones de euros al contribuyente. Todo esto, en lugar de invertir en la competitividad del país y preparar a estudiantes, trabajadores y empresarios a encontrar alternativas si algún día llegaba a la crisis. Resumiendo: una vergonzosa demostración del escaso respeto que el Govern de la Generalitat tenía por el dinero del contribuyente.
Y todo esto siguió hasta que, naturalmente, explotó la burbuja y llegó la recesión. Era la segunda mitad de 2008. La crisis comportó una caída en picado de la recaudación fiscal. Como el Govern se había comprometido a uno gasto público elevado y como al principio no se tomó en serio la crisis y siguió gastando como si no pasara nada, la diferencia entre el gasto y los ingresos y, por lo tanto, la deuda pública, se disparó y pasó de 15.776 a 20.825 millones en un año. Cuando Montilla y el tripartido se marcharon en 2010, la deuda (34.229 millones de euros) DOBLABA la que se encontró al llegar a la Generalitat y TRIPLICABA la que el primer tripartito de Maragall encontró en 2003. En porcentaje del PIB, la deuda catalana había pasado del 7.4% al 17.3%.
Artur Mas llegó al Govern en 2010. A pesar de que su política nada más llegar fue la de la austeridad germana, la deuda bajo su mandato ha seguido subiendo y ha alcanzado los 42.000 millones (el 21% del PIB) según los últimos datos del Banco de España. ¿Cómo puede ser? Pues porque la austeridad, por más necesaria que sea a medio y largo plazo, tiende a agravar las crisis económicas a corto plazo. La austeridad ha empeorado la recesión y, por lo tanto, la recaudación de la Generalitat ha seguido cayendo. Si a eso le sumamos que los pagos de intereses son cada año mayores debido a la prima de riesgo y a que la deuda es cada vez más grande, tenemos que la deuda de la Generalitat sigue subiendo sin parar aunque sí es verdad que en el último ejercicio parece haberse parado el crecimiento exponencial de esa deuda. Veremos como acaba.
La primera conclusión de todo esto es que el primer gran responsable de la deuda de la Generalitat es la propia Generalitat. El dispendio descontrolado y la falta de ahorro durante los años de la burbuja han causado un aumento problemático de la deuda y los catalanes debemos entender que el nivel de gasto público (sanitario, educativo, cultural, universitario, infraestructuras, etc) al que se llegó an 2007 no eran sostenibles y deberán ser reducidos.
Dicho esto, el aumento de la deuda experimentado por Catalunya, sea o no sea culpa de la mala gestión de la Generalitat, no puede explicar por sí sola el hecho de que Catalunya no tenga acceso a los mercados de capital y se vea obligada a pedir un rescate al estado. Al fin y al cabo, una deuda del 21% del PIB es muy pequeña si la comparamos con las deudas de todos los países de Europa y casi todos los países del mundo. Sí, ya sé que Catalunya no es un país independiente y que si lo fuera, tendría más competencias y por lo tanto más gastos públicos. Pero también tendría más ingresos, los que ahora van a la administración central del estado para pagar esas competencias que ahora son responsabilidad del gobierno central. Es decir, si Catalunya fuera un estado independiente y su gobierno tuviera una deuda de solo el 21% del PIB y si, además, su déficit estuviera entre el 1,5 y el 3% del PIB, sería considerada una de las economías más sanas del mundo y los mercados financieros se pelarían por prestarle dinero. ¿Por qué los mercados, pues, no quieren dejar prestado a Catalunya? Por una razón muy simple: porque no es un estado independiente sino que forma parte de España. Eso tiene al menos TRES consecuencias importantes para el déficit.
Primera, por razones que se escapan a toda racionalidad, el gobierno de España se ha dedicado a ir por el mundo diciendo que el responsable principal del déficit del estado son las autonomías a pesar de que el 60% el déficit total corresponde a la administración central del estado. Y claro, a base de repetir en todos los foros internacionales que los despilfarradores de España son las autonomías, los mercados acaban por cerrar el grifo a... (¿sorpresa?) ¡las autonomías! Lo peculiar de todo esto es que las autoridades españolas han argumentado que el problema son las autonomías con el viejo truco del almendruco de no hablar de la parte del déficit total que corresponde a cada uno sino de hablar de “desviaciones”. Es decir, se impone un objetivo laxo para la administración central y uno de restrictivo para las autonomías y solo se habla de la diferencia entre el déficit real y el objetivo. Al ser el objetivo mucho más laxo para el gobierno central, cuando unos y otros se pasan, las autonomías se han pasado mucho más “en relación al objetivo establecido”.
¿Quién decide el objetivo?    ¡El gobierno de España!
No hace falta decir que si Catalunya no formara parte de España, este tipo de deslealtades institucionales no podrían existir.
La segunda consecuencia de formar parte de España es que los mercados saben que los impuestos que pagan los ciudadanos y las empresas catalanas no son administrados por la Generalitat sino que se van a España y es el gobierno de España la que decide cuánto dinero regresa a Catalunya. Se estima que, en promedio, solo regresa el 60% de los impuestos pagados por los ciudadanos y las empresas catalanas. Si Catalunya fuera un estado independiente, sus ingresos se hubieran visto reducidos por culpa de la crisis igual que se ven reducidos los ingresos de todos los estados del mundo cuando sufren una recesión. El problema de Catalunya es que, además, sufre la caída de recaudación proveniente de un nefasto sistema de financiación autonómica que permite que hasta el 40% de los impuestos recaudados en Catalunya desaparezca. Y los mercados no ven que ese problema se vaya a solucionar pronto porque los sucesivos gobiernos centrales se han negado a considerar esa posibilidad. No sabemos exactamente cómo funcionaría Catalunya si hubiera tenido el concierto económico, pero es interesante analizar la evolución de la deuda Catalana con la de una comunidad que sí tiene el concierto económico y que, además ha ido asumiendo más o menos las mismas competencias (educación, sanidad, policía, etc) y más o menos al mismo tiempo: Euskadi.
En 1997, la diferencia de la deuda como fracción del PIB entre Catalunya y Euskadi era de 2 puntos porcentuales (10% del PIB en Catalunya vs 8% en Euskadi). Al empezar la crisis en 2007, esa diferencia se había ampliado a 7 puntos porcentuales (8% en Catalunya vs 1% de Euskadi). A partir de aquí, ambas deudas se disparan (lo que demuestra que el sistema de financiación del concierto económico NO hubiera evitado que los ingresos de Catalunya cayeran ya que caen los de todas las economías en recesión) pero claramente la deuda catalana aumenta mucho más que la vasca hasta el punto que en 2011 la diferencia alcanza los 12,6 puntos porcentuales. Los recortes catalanes del último año han desacelerado el aumento de la deuda Catalana pero no la Vasca por lo que la diferencia en 2012 se ha recortado notablemente hasta los 10,8 puntos. Si Catalunya hubiera tenido un mecanismo de financiación similar al vasco, la deuda hubiera aumentado debido a la explosión de la burbuja, eso es verdad, pero NO a los niveles que ha aumentado en realidad.
Pero aunque Catalunya tuviera el sistema de financiación vasco y su deuda no fuera tan alta como la que es, es posible que tampoco tuviera acceso a los mercados de financiación y tuviera que pedir prestado a los fondos de liquidez del estado. La razón es que... ¡es parte de España! Lo que nos devuelve a las grandes empresas solventes de España como Telefónica, Gas Natural o ACS que hoy en día tienen verdaderos problemas a la hora de levantar dinero para financiar sus operaciones por el simple hecho de que los mercados internacionales las asocian con España, independientemente del sector en el que operan, de lo bien gestionadas que estén o de si una parte importante de sus ingresos provienen del extranjero. Formar parte de España en estos momentos es una lacra que se paga cara y eso lo notan todas las empresas de España. Y es que el mundo entero observa el entorno institucional y político de España: desde el Rey cazando elefantes en medio de la crisis o su yerno imputado por corrupción, hasta el presidente del tribunal supremo dimitido por usar dinero público pasando por el juez más mediático expulsado de la carrera judicial por espiar, el Banco de España desenmascarado por hacer stress tests que aprueban Bankia meses antes de que quiebre, la CNMV que permite a ese banco salir a bolsa, el presidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, imputado por fraude empresarial, el principal banquero, Emilio Botín, enganchado evadiendo 2000 millones sin que le pase nada, o los constantes espectáculos del gobierno haciendo exactamente lo contrario de lo que prometió o posponiendo los presupuestos más importantes de la historia para ganar unas elecciones en Andalucía. Y claro, ante semejante descrédito de todas las instituciones de España, los inversores piensan que es un país poco fiable al que le va a costar salir del agujero político, económico e institucional. En este sentido a Catalunya le pasa lo mismo que a las grandes empresas del estado: mientras forme parte de España va a tener los mercados financieros cerrados y va a tener que obtener financiación de los fondos de liquidez.
Resumiendo, a pesar de que la mala gestión de la Generalitat ha hecho que su deuda pública se haya disparado en los últimos años, la verdad es que la incompetencia y deslealtad del gobierno del estado, el sistema de financiación de las autonomías y descrédito internacional de las grandes instituciones de España hacen que el rescate de Catalunya haya sido inevitable.
Aunque he leído multitud de opiniones diciendo que el rescate demuestra el fracaso del soberanismo catalán, yo diría que, de hecho, el rescate le da razón a los independentistas: tal como está estructurada España, Catalunya es inviable. Y España... también.

La Generación Gris

Cada época es diferente a la anterior, y a nosotros nos ha tocado vivir en aquella que aparecerá algún día en los libros de historia bajo el epígrafe: “La generación gris” En su acepción de insustancial, anodina, descafeinada, ineficaz y sin interés.
¡Cuida que tu "móvil" no sea más inteligente que tú!
En las últimas décadas se ha desarrollado y divulgado un desprecio por el saber y por todas las expresiones de la cultura. ¿Porqué debería leer un libro, ver un documental o estudiar una lengua diferente a la mía?...repiten muchos padres, sin dejar de pulsar compulsivamente las teclas de su Smartphone que, a cambio, les devuelve sonidos e imágenes fácilmente asimilables. Como es natural, sus hijos nutriéndose de sus palabras y de sus actos aprenden a hacer lo mismo.
En nuestro país no sólo no se aborrece la mediocridad, sino que se la premia. Se ensalza a sus practicantes a la categoría de ídolos y se los convierte en auténticos iconos de seguimiento para la multitud. 
Hemos creado una cultura en la que los alumnos que menos estudian y peores notas sacan, son los más populares en el colegio. A condición claro de que puedan presumir de vestir a la última moda y de que sus padres les puedan comprar el gadchet más “guay” que acaba de salir al mercado.

Los más tontos, caraduras y aprovechados son los primeros en ser ascendidos en la oficina, siempre que sean maestros de la adulación, sean la voz de su amo y se abstengan de criticar cualquier medida nefasta propuesta por la superioridad.
Los más gritones, mal educados e irrespetuosos con los colegas, son los más buscados para las tertulias en los medios de comunicación. Aunque no tengan ni un elegante discurso ni nada inteligente que decir ni útil que aportar a los escuchantes. Ya se sabe, el ruido acalla las ideas.

Por último, a los “políticos anodinos” son a los que más votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Tanto da que prometan cosas inverosímiles, -no perdemos ni un segundo analizando su discurso-, como que no cumplan sus promesas, -tenemos una memoria histórica de pulga. Y ¿porqué lo hacemos? Porque ¡Son de los nuestros!.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte o a la cocina, amén de algún cardiólogo, psiquiatra o economista de prestigio, nos sirven para negar la evidencia. En nuestro país……

·En nuestro país solemos pasar casi cuatro horas al día frente a un televisor y lo peor es que durante este tiempo vemos anuncios y  programas con muy poco valor cultural. Programas que no contribuyen lo más mínimo al mejoramiento o refinamiento del individuo, especialmente a través de la educación, y luego al logro de las aspiraciones o ideales.
· En nuestro país, en todos los años de democracia, no hemos tenido un presidente que hablara inglés para poder comunicarse adecuadamente con los demás mandatarios de su entorno o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional. Descontando algunos presidentes autonómicos, que son la excepción a la regla general.
·En nuestro país, su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo. 
·En nuestro país nuestros políticos han reformado nuestro sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a nuestros estudiantes a la cola del mundo desarrollado. 
·En nuestro país, exceptuando las escuelas de negocios, no hay una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir, porqué el saber ni los conocimientos no son valorados ni apreciados y por ello no se le dedican recursos ni se exige excelencia a los enseñantes..
· En nuestro país, una cuarta parte de su población activa y la mitad de su juventud está en paro. Pese a esta gravísima situación no encuentra motivos para manifestarse y si los encuentra, sin que nadie los convoque  cuando gana su equipo local o nacional.
· En nuestro país, la envidia es el deporte nacional y la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia perseguida y sancionada. 
·  En nuestro país, por desgracia, la vulgaridad es lisonjeada sin complejos por:

Miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso televisivo.
Políticos que, en lugar de colaborar con sus colegas para lograr el bien social, insultan sin aportar una idea mejor
Jefes que se rodean de aduladores para disimular su insuficiencia
Estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza estudiando, hace sus deberes en casa, habla con respeto a sus mayores y atiende a sus profesores.
Etc.
·En nuestro país, hemos permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los ladrones sin escrúpulos y de los trepas a cualquier precio. Al mismo tiempo hemos arrinconado a los inteligentes, trabajadores, ahorradores e inversores hasta dejarles dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad. Si mi vecino “roba”, yo más. Ya se sabe…. ¡Quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón! 


La televisión es el referente por excelencia de la sociedad de hoy en día y la niñera-educadora virtual de la mayoría de los niños y no pone demasiado de su parte. Por suerte todavía queda alguna abuela con principios y valores pero, por desgracia, son pocas y por la noche vuelven a su casa y confirman la regla general. Hay que reconocer que hay pocas alternativas.



Pero.... ¿hasta qué punto puede o debe sentirse culpable la sociedad y cada uno de nosotros de su actitud?

¿Podemos hacer algo para salir del lodo gris y pintar nuestro futuro de color?
©JAS 2012

martes, 28 de agosto de 2012

La Justicia

¿Buscan a la Sra. «Justicia»?
En tiempo de los griegos era conocida como la diosa Temis, ley de la naturaleza.
En el Templo de Némesis en Ramnonte (Ática), se veneraba una imagen suya firmada por el escultor Cairestratos, 300 a. C.
Con los romanos vino Iustitia y el jurista Ulpiano la definió así:
"Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi; "La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho". Los derechos son: "honeste vivere,alterun non laedere et suum quique tribuere"... "vive honestamente, no hagas daño a nadie y da a cada uno lo suyo".

Han pasado muchos siglos desde entonces y hace tiempo que la Justicia, que en tiempos fue diosa, a cambiado su virtudes por otros "atributos" y se frivoliza con ella en las redes sociales y en cualquier conversación privada.

En una entrada de Facebook, yo mismo, ante el anuncio de que la Justicia había desaparecido, me atrevía a sugerir:
¡Tal vez está en las Sechelles!, disfrutando con el Sr. Divar de la generosa y “justa” indemnización que ha recibido. 

La Justicia es ética, equidad y honestidad….
Como de todas estas virtudes andamos escasos, es lógico que también andemos escasos de “Justicia”.

La Justicia es la voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde….
Como hay cada vez menos voluntad para ello, los hechos así lo demuestran, es lógico que también andemos escasos de “Justicia”.

La Justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad….
¿A nooooo? Dirían muchos. ¡Con lo bonito que es repartir entre todos los bienes de los demás! 

La Justicia es el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho….. 
Y aunque un juez no es jurídicamente una persona, si lo es físicamente y tiene familia, amigos, afiliación política, vicios, intereses propios, etc. Como la venda se ha desgastado y vuelto semitransparente, la Justicia no es imparcial y las interpretaciones que los jueces hacen de la ley y la consideración de los argumentos de las partes enfrentadas no son objetivas. 
Además, las balanzas no están equilibradas y la espada, que da capacidad de coerción para imponer las decisiones que adoptaban se declaró hace mucho tiempo políticamente incorrecta y se usa poco; tanto menos cuanto más influyente o rico es el encausado. Por ello andamos escasos de “Justicia”.

La Justicia es aquel referente de rectitud que gobierna la conducta y nos constriñe a respetar los derechos de los demás….
Como este “referente” está cada vez más ausente o es menos visible, es lógico que también andemos escasos de “Justicia”.

Seguro que los profesionales que actúan en este mundo podrán aportar más razones para entender porqué la dama “Justicia” lleva tiempo de vacaciones.
©JAS2012

jueves, 16 de agosto de 2012

No mire hacia otro lado. ¡No hay excusas!

Con el paso de los años, los partidos políticos, sobre todo los mayoritarios y los que no lo son porque no han podido, se han convertido en máquinas colosales. Estructuras gigantescas que garantizan, una vez en el poder, decenas de miles de puestos de trabajo a sus militantes y seguidores, unas personas que, en algunos casos, se han hecho militantes precisamente para conseguir un sueldo, sin tener que estudiar para ganar una oposición. Hay miles de personas en España que no han trabajado nunca antes de sentarse en un escaño, es decir, hacen de políticos profesionales sin ningún tipo de experiencia previa en casi nada. Y de la vida aprenden poco más que no sea medrar en la estructura política de su partido o cambiando la chaqueta cuando es necesario. 
Poco a poco, la partidocracia se ha impuesto y ha ido ahogando los espacios de debate y de implicación responsable de buena parte de la ciudadanía en la "cosa pública". Este hecho, los constantes incumplimientos de los programas electorales, las listas cerradas, un sistema electoral que hace difícil el contacto directo entre electos y electores, la financiación de los partidos, la corrupción y las campañas de los aparatos políticos ha alejado los representantes de los representados, los cuales acaban despreciando todos los políticos y la política y mayoritariamente declinan el ejercicio de sus derechos democráticos de voto, denuncia y reclamación. Total, no sirve para nada. 
Hace menos de 10 años, "España era un milagro". Parecía como si se hubiera ganado a la historia y que, España, a pesar de su atraso cultural, conceptual y económico hubiera conseguido entrar en el club de los países más prósperos de la Tierra. Daba fe de todo ello la foto del presidente Aznar fumando un puro con Bush en su rancho tejano y hablando inglés con los socios del G8. ¡Hasta hablaba catalán en la intimidad!. 
¡Qué tiempos aquellos!
Muchas promesas se cumplieron y algunos vivieron su sueño americano pero para la mayoría, desgraciadamente, el milagro era sólo un doloroso espejismo. Una estafa descomunal que nos ha llevado aquí: sin milagro, desnudos y amenazados, víctimas de una estafa con complicidad política, ya sea por acción o por omisión. Porque nada de lo hecho se habría podido perpetrar sin su consentimiento. Ahora mismo, hay muchos ciudadanos que, si les propusieran elegir entre un tecnócrata y un político, no lo dudarían: un tecnócrata, como si este técnico pudiera cocinar los balances de la misma manera que lo hacen los bancos. 
En el colmo de la desesperación pesimista a la que hemos llegado podríamos comentar con nuestros amigos…… No hemos tenido nunca democracia. La democracia es una utopía. Los políticos son una casta, unos vividores y unos corruptos. Los banqueros, unos delincuentes. Los economistas, unos fanáticos. Los empresarios, unos negreros. Los tenderos, unos estafadores. Los americanos, unos asesinos. Los españoles, unos vagos y unos ladrones. Los periodistas, unos vendidos al sistema. La independencia nos traerá una nueva sociedad donde seremos libres para decidir lo que queramos….¿Quienes? y por cierto, ¿Qué queremos?
El clima actual también es propicio al advenimiento de los salvapatrias, lobos con piel de cordero que prometen la extirpación del mal provocado por los “otros”. Por los villanos que nos tienen secularmente machacados. 
El pacto fiscal (antes concert econòmic) es el primer y casi único sueño compartido por una posible mayoría de catalanes de solucionarlo todo sin romper nada. El catalanismo vigente ha construido su hegemonía a partir del reparto del poder y los recursos que conseguía arrebatar o mendigar, según se mire, al gobierno central. Visto desde la meseta, la utilidad del catalanismo era administrar el equilibrio y la contención de los pocos exaltados y poco peligrosos independentistas catalanes. 
Este equilibrio es muy frágil. Un aumento de la exaltación en cualquiera de los dos bandos, catalanista o centralista, lo hace tambalear. De las clases trabajadoras a las élites, todo el mundo depende del sistema. Mientras unos han cambiado paz social por bienestar a la europea, los otros han ofrecido ambigüedad nacional a cambio de una cierta barra libre con los negocios. En general, ha emergido un estilo informal de relacionarse con la administración, y la administración catalana gestiona las lealtades gracias a concesiones hechas con poca luz y menos taquígrafos. Todos, más o menos, tenían su plato en la mesa y miraban para otro lado si era necesario. Sólo una pequeña punta del iceberg de este sistema de lealtades sale a la luz de forma explícita informando de corrupciones aquí y allá. Salpica a todos, pero pocos pagan los platos rotos y prácticamente nadie devuelve el dinero robado o repara la injusticia cometida. 
El objetivo aparente de este entramado ha sido el progreso general y la construcción nacional de Catalunya. Nos han dicho durante décadas que había que ganar tiempo para trabajar. La inmersión, los hospitales comarcales, el aumento de las exportaciones. El sistema informal era el coste y el progreso material y espiritual el beneficio. Pero ya no funciona. El equilibrio se ha roto. 
En parte, se ha roto porque era imposible que funcionara mucho tiempo, el déficit fiscal nos ha obligado a vivir del crédito y del grosor histórico del país (tonto el último) y todo se acaba. Una vez ha llegado la crisis y los recursos han escaseado, el reparto que estaba en la base del sistema ya no pudo contentar a nadie: ni los de arriba ni a los de abajo. Además, desde la era Aznar, hay una España centralista que ha visto la oportunidad de quedarse todo el botín, porque han descubierto la debilidad real del catalanismo. En según que sociedades es malo tener tanto “seny”.
También, para muchos, su posición en el sistema (tal vez parte del problema) ha pasado a ser prioritaria, y el progreso secundario. El país ha quedado dividido, pero el pacto fiscal conjura los entusiasmos de todos para que teóricamente solucione los problemas. El maná continuaría manando y la esperanza continuaría intacta. 
El aumento del independentismo es, de momento, útil: porque tensa la negociación. Cuando fracase el pacto fiscal, pero, habrá que ver si el catalanismo es comandado por los que viven, de este sistema o los que quieren un cambio. Aparecerá la encrucijada: vender la cultura y la lengua o jugársela a riesgo de perder el status. 
La atmósfera que nos rodea es suficientemente pesimista de por sí, como para que encima la política que desarrollan nuestros dirigentes nos desilusione todavía más. Supongamos que un mago toca con su supervarita a Rajoy y concede el “concert econòmic” a Catalunya.…. 
¿Con que “mimbres” contamos para desarrollar con éxito nuestro sueño? 
Tenemos que hacer examen de conciencia y percatarnos que el problema no es sólo la legalidad vigente. No son sólo nuestros políticos poco eficientes e incapaces de motivarnos. Ni siquiera toda la culpa la tienen aquellos políticos españoles dominadores y poco demócratas, que durante décadas han provocado división y discordia, entre los pueblos de España y entre los catalanes mismos, impidiendo nuestro avance y progreso que nos ha relegado a la cola de Europa salvo en algunos espacios testimoniales. El problema tiene mucho que ver con cada uno de nosotros. Con nuestra moral, con nuestros valores, con nuestra ética personal…. 
Por mucha independencia financiera que tuviera nuestro flamante estado, sería preciso un cambio de actitud muy importante de las personas que viven en Catalunya. 
Dejémonos de tópicos como el “catalán de la roca saca pan”. El catalán al que se refiere este refrán era de otra época y me temo que poco tiene que ver con el ciudadano medio que reside actualmente en Catalunya. Hay que tener una radiografía clara de los “catalanes actuales” ¿Cómo son, que piensan respecto a la nación catalana, que anhelan, que valores seculares de la nación catalana comparten estas personas, como usan el idioma propio de Catalunya, que derechos se otorgan y que deberes están dispuestos a compartir con sus conciudadanos?....i tantas y tantas preguntas. 
Además de los temas históricos y particulares de Catalunya lo que hace falta en esta y en cualquier sociedad progresista es una base social, educada con sólidos valores y motivada para implicarse socialmente. 
No basta con que sean capaces de denunciar los abusos e incompetencias de nuestros dirigentes, sino que es preciso que cada uno de nosotros, con nuestro comportamiento diario propaguemos los valores que creemos justos y adecuados para la sociedad en la que queremos vivir. 
A modo de ejemplo podríamos convenir que en nuestro país una gran base social opina que: 
  • Está socialmente bien valorado burlar al fisco. Quien no defrauda al fisco y no lo hace más porqué no sabe o no puede. 
  • Políticos, funcionarios vividores y gente del pueblo se aprovecha del sistema para robar, defraudar o abusar de medicinas, de los servicios sanitarios, de enseñanza, etc y vivir de subvenciones que no se merecen. Unos roban muchísimo y otros un poquito, pero culturalmente se ve normal robar todo lo que se pueda. 
  • Es normal que muchos políticos lo sean de “oficio” y no aporten la capacidad suficiente para hacer su trabajo, más que “don de gentes”, mucha caradura y pocos escrúpulos para ganarse la vida medrando en las estructuras políticas aportando poco valor añadido. 
  • La mayoría decide no decir ni hacer nada cuando ve a alguien que muestra un comportamiento incívico en su calle-barrio-ciudad. Nos solemos defender aduciendo que educar no es cosa nuestra. Que para educar está la escuela y para castigar la policía y abdicando continuamente de nuestros deberes como ciudadanos así nos va. 
  • Al que no “grita” no se le penaliza, aunque muestre una conducta antisocial encubierta como competir des-lealmente al vender productos fabricados por personal sin estar debidamente “legalizado” en régimen de semiesclavitud, incumpliendo la “normativa”, en comercios que incumplen la “normativa” en horarios que incumplen la “normativa” y en los que ni siquiera hablan nuestro idioma, sólo porqué son “baratos”. Los marroquíes y sudamericanos muestran unas formas sociales más beligerantes que los chinos y los paquistaníes que “nunca saben nada” y por ello están peor vistos que los segundos. 
  • Etc 
No pongo más ejemplos porqué la lista podría ser muy extensa. 
La buena noticia es que la solución de la mayoría de estos temas está en nuestra mano y al mismo tiempo que denunciamos las pajas en ojo ajeno, estaría bien que nos preocupáramos de ver la viga en el nuestro. Si no somos capaces de reeducarnos a nosotros mismos y principalmente a nuestros jóvenes para resolver estos temas básicos, pienso que pensar en el día después del “milagro”, cualquiera que sea la forma en la que se produzca (pacto fiscal, concert econòmic o independencia) sería una mala copia de “El día de la marmota”. Importa mucho el dinero que se gana, pero importa más como se administra y en este tema hay mucho que pensar, consultar y pactar.
©JAS2012 


PD.-
Como en todos sitios cuecen habas, les dejo este video en el que un ciudadano mejicano reflexiona sobre la sociedad en su país.

lunes, 13 de agosto de 2012

España y Catalunya… Independent?

El entendimiento entre los dirigentes españoles y catalanes NO ha sido nunca un asunto de falta de "pedagogía" y no creo que ahora la razón económica sirva para llegar a ningún tipo de acuerdo o pacto entre los dos gobiernos. El supuesto que el problema del encaje entre España y Cataluña era un caso de desconocimiento o de ignorancia y que hacía falta mucha pedagogía y esfuerzo, tanto intelectual como presupuestario, para dar explicaciones se demostró un fracaso estrepitoso. Los desacuerdos no son un problema de incomprensión, de falta de buen rollo ni de inteligencia, sino que siempre tienen que ver con la confrontación de intereses y con la existencia de estructuras organizativas.
"Si territorios como Cataluña son ayudados serán los que tirarán del carro. 
¿Si no lo hace Cataluña quién lo hará? 

Somos una economía exportadora y estamos dispuestos 
a ayudar a que España recupere el prestigio"
Aquella pedagogía de la que fueron esclavos tanto Jordi Pujol como Pasqual Maragall, está muerta. En esta nueva fase se pretende que la razón económica, hecha de informes técnicos y estadísticas oficiales, deba permitir algún tipo de encuentro racional para dirimir diferencias y poder firmar pactos. Seguro que la razón económica tampoco servirá de nada. Por si hacen falta pruebas, en pleno debate sobre la propuesta de pacto fiscal aprobada por el Parlament de Catalunya, tenemos muestras repetidas. El ministro Montoro se carcajea y le dice al gobierno catalán, con una falta total de respeto y sin tan siquiera estudiar la propuesta, que no diga tonterías. Mientras, en Catalunya, el expolio fiscal parece una verdad indiscutible y al mismo tiempo el presidente del PSOE y de la comunidad autónoma de Andalucía, una de las receptoras principales de nuestra solidaridad, se muestra intransigente con la propuesta del Pacto Fiscal para Catalunya. Se considera particularmente maltratado y es capaz de buscar una alianza con el presidente del Gobierno español (PSOE-PP).Todo, avalado con “cifras objetivas”, claro. 
¿Es normal que el esfuerzo fiscal que hacen los contribuyentes catalanes permitan que los ciudadanos de otras regiones “subsidiadas” dispongan de más servicios sociales que ellos mismos? (más y mejor dotadas plazas escolares, mas plazas en hospitales y en residencias para ancianos y más baratas para los usuarios) 
Mientras en Catalunya el incremento del 7,5 % de los peajes es entendido como una agresión a quienes concentramos más kilómetros de autopistas -sin autovías alternativas-, la ministra del ramo encuentra que la injusticia era que todos los españoles nos estuvieran pagando una subvención por no cargarnos todo el peso del IVA. Y si PP y PSOE no se han atrevido nunca a discutir si el concierto económico vasco o navarro rompían la unidad de España, no tienen ni la menor duda que sí la rompería el concierto económico en Cataluña. En Catalunya se sabe que los catalanes hemos aportado tres veces más recursos a España que todos los Fondos de Cohesión proporcionados por Europa y en cambio el ministro Montoro nos considera culpables principales, si no únicos, de todos los males que sufre el Estado. 
Las cifras de balanza fiscal parecen claras: La región del sudeste de UK tiene una balanza fiscal deficitaria de un 6.38% respecto al estado UK. París tiene un déficit fiscal del 4.36% respecta a Francia, Bavaria el 4% respecto a Alemania y en cambio Catalunya arrastra un déficit fiscal del 9.76% respecto a españa. Aun así…. 
¿Por qué, en España, estas cifras siguen confundiendo y generando conflicto? 
Porque lo que confunde no son las cifras en si, sino el marco en el que estas se interpretan
Es decir, los supuestos implícitos, dados por conocidos y ciertos y que no se ponen sobre la mesa. Del mismo modo que los grandes acuerdos se fundamentan en lo que no se dice, los desacuerdos irresolubles, también. El personal está sumido en un mar de dudas conceptuales: no entienden lo que significa nación y que toda nación aspire a tener un estado que la gobierne. Hay un tremendo lío con las banderas. No hay unión alrededor de “una” bandera que represente a todos los españoles, ni se encuentra una letra para su himno, ni todos se emocionan cuando lo oyen sonar en algún evento deportivo, porqué no la sienten como suya. Los españoles dudan continuamente de su propia identidad. ¿Por qué será? 
Que una misma cifra pueda ser considerada, al mismo tiempo, expolio y solidaridad, ya lo explica todo. Que un incremento de impuestos sea un castigo y a la vez un desagravio, demuestra la magnitud de la discrepancia de perspectivas. Que un pacto fiscal sea defendido por unos como el más cercano al de la Europa federal más avanzada y por los demás sea definido como un modelo arcaico, también en nombre del federalismo fiscal, pone en evidencia que hay una restricción mental de la que no se habla, pero que es determinante para el desacuerdo. En resumen: aunque parezcan desacuerdos económicos, en realidad estamos hablando de discrepancias de soberanía. Los conflictos de intereses en España y en Europa nacen de una estructura política artificial que no ha funcionado nunca. Se trata de discusiones entre soberanías, de cesiones y preservación, de supremacías y dependencias, guiadas por un modelo de organización que confunde a los ciudadanos. 
En todos los casos vamos a parar al mismo callejón sin salida: un gravísimo déficit democrático de las estructuras de poder político, obsesionadas en impedir que se hagan transparentes las verdaderas relaciones de fuerza que mostrarían los intereses que defienden. Puede que Catalunya y su gobierno tengan más o menos similitudes con Escocia o con Quebec, pero lo que no tiene lugar a dudas es que los gobiernos centralistas, que alternadamente gobiernan el estado español, no tienen en absoluto el talante democrático que tienen los gobiernos inglés o el canadiense. Además, muchos medios de comunicación no ayudan nada cuando no paran de fomentar la idea de que si no eres un poco “anti-catalán” no eres un buen “español”. Esta forma reactiva del nacionalismo español respecto a los nacionalismos históricos periféricos muestra su propia debilidad y su miedo a lo “plurinacional”, por lo que significa de pérdida de poder centralista. 
Para que se pueda vislumbrar alguna luz al final del túnel, se precisa que los gobiernos Catalán y Español se pongan de acuerdo primero en los marcos interpretativos y en qué soberanías políticas son reconocidas. Los sentimientos nacionales no se pueden eliminar por decreto, sólo pueden llegar, en el mejor de los casos, a ser tolerantes unos con otros en un clima educado de respeto e igualdad. Es preciso que los gobiernos catalán y español puedan hablar de tu a tu. Y esto se me antoja, hoy por hoy y visto lo visto, utópico. 
Aunque, tal es la terquedad de  unos y otros que, la utopía renace como ilusión natural entre aquellos que tienen esperanza y un estado que ganar. Tal vez se pueda decir que la utopía ha perdido la inocencia con que se formuló en los orígenes de la democracia española, pero no su vigencia. 
©JAS2012 

PD.- 

Pongo unos vídeos procedentes de You tube (se pueden encontrar a docenas) que pueden dar una muestra de diferentes tratamientos de las relaciones Catalunya - España:
Spain’s secret conflicto ( El conflicto secreto español):
Documental encargado por  Sobirania i Progrés para internacionalizar el “caso catalán” en el mundo. Cada entrevistado habla en su idioma y en inglés si puede y se subtitula en inglés. Subtitulado en inglés.     http://www.youtube.com/watch?v=taCH_jMLNEU
Independentista: “Así te ve España. Dí ¡basta!”
Catalonia Calls to the World - Official English Version:

Debate del programa “Queremos opinar” de Metropolitan TV  presentado por Carlos Fuentes con Santiago Espot, president de Catalunya Acció, Ramoncín, cantant, Albert Rivera, president de Ciutadans i Rafael López Diéguez, president d'Alternativa Española, emès el dijous 22 de setembre del 2011 :

domingo, 12 de agosto de 2012

Senderisme - Extreme Ways

Hola amigos!
Ya he vuelto de mi corto descanso.
Os dejo un video con imágenes de algunos de los paisajes que he divisado desde los senderos que he recorrido en estos días.
No diré mucho. Las imágenes desfilarán rápidas ante vuestros ojos, acompañadas de la trepidante música de Moby (Extreme Ways), totalmente contrapuesta a la serenidad del entorno que facilita la meditación y el reencuentro con uno mismo.
He visitado muchos lugares lejanos, pero muy cerca, en nuestro propio país, tenemos lugares hermosos, solitarios y desconocidos por las masas, donde perderse y disfrutar.
Son lugares cerca de donde nací y pasé mi niñez y a lo largo de mi vida los he recorrido muchas veces, pero siempre logran sorprenderme y maravillarme.

"Ver un mundo en un grano de arena y un cielo en una flor silvestre, tener el infinito en la palma de la mano y la Eternidad en una hora".  William Blake

PD.-
Recomiendo verlo en You Tube y verlo a pantalla completa. (Pulsar en el primer icono del lado inferior derecho (engranaje) seleccionando la calidad 1080p HD)
Seleccionar el volumen al gusto.(Mayor volumen, mayor adrenalina)