viernes, 27 de abril de 2012

España va de MAL a PEOR

Durante el primer trimestre de este año 2012 parecía que se empezaban a vislumbrar “brotes verdes” en los mercados de capitales. España ha sido la excepción en la fiesta bursátil, por dos motivos: uno, porque es el paradigma de la crisis inmobiliario financiera y, dos, porque para reducir el déficit resultante habría sido más acertado centrarse en reducir la “elefantiásica” administración pública española, sus enormes gastos improductivos y sus costosas duplicidades (para solucionar esto último vale tanto más centralización como más descentralización), en lugar de desmotivar a quienes podrían sacar a España de la crisis –trabajadores y empresarios– subiéndoles los impuestos y bajándoles las pensiones.
Los recortes se deberían haber centrado en la “grasa” y no en el tejido productivo del país. Tampoco parece acertado el camino elegido en el muy problemático sector financiero español, dilapidando recursos para entidades financieras que están técnicamente quebradas y cuya permanencia en el sistema no hace más que alargar la agonía del sector, con lo que indirectamente se detraen recursos que podrían haber ido a obras públicas útiles, educación o investigación, actividades que ayudan al crecimiento y crean empleo. El resultado de este régimen de adelgazamiento necesario, pero mal planteado, será una larga recesión, lo que hace perder la confianza de los inversores en España. Las agencias de rating consideran que nuestros bonos están a sólo tres pasos del Bono Basura y las bolsas lo reflejan en sus cotizaciones. 

El problema europeo no acaba de resolverse. Grecia sigue en el euro, lo cual es auténticamente surrealista y seguirá dando quebraderos de cabeza a la eurozona. Alemania se niega a que el BCE actúe con toda su potencia de fuego. El que podría ser el próximo presidente de Francia, Hollande, dice que si llega al puesto no piensa ratificar el pacto fiscal que ha firmado su antecesor, lo que da una idea de la credibilidad que transmiten los políticos europeos. Y, por último, pero no menos grave, el nuevo gobierno español decide que es mejor desmotivar con subidas de impuestos a quienes pueden crear crecimiento – trabajadores y empresarios – o reducir el presupuesto del Ministerio de Fomento antes que meter la tijera en la Administración, vender patrimonio inmobiliario del Estado o cortar subvenciones a las antiguas cajas de ahorro, con lo que la recesión está garantizada. Y para pagar deudas no basta con gastar menos. También hay que generar ingresos.


Consecuencia de todo esto, las primas de riesgo vuelven a subir y un coro creciente de economistas y analistas está advirtiendo que la economía española - la más grande de la zona euro después de Alemania, Francia e Italia - se encuentra en un estado mucho peor que los mercados podrían sugerir. Sus preocupaciones, incluyendo la falta de "desapalancamiento", o reducir la deuda, y el inicio de una segunda recesión en dos años - se refleja finalmente en el nerviosismo de los mercados. Cuando digo “mercados”, quiero decir ACREEDORES. Lo digo por todos aquellos que se preguntan, sarcásticamente, "¿quiénes son estos mercados que tanto nos fustigan?", o rabian inculpando a los malvados especuladores de todos los males que nos aquejan. La respuesta es: los mercados son esos acreedores a los que les debes dinero y a los que estás obligado a pedirles más dinero porque eres incapaz de cuadrar tus cuentas. Estos se están dando cuenta que el gobierno del Partido Popular está teniendo los mismos tics de falta de seriedad que tenía el gobierno del PSOE. No me refiero al gran engaño de subir los impuestos cuando se había prometido lo contrario. Me refiero a toda una serie de decisiones que demuestran una falta de seriedad que puede acabar minando la confianza de todos. Aquí van unos ejemplos: 

  1. España tiene el problema fiscal más grave de su historia. Europa entera está esperando a ver cómo el gobierno de Rajoy se las hace para recortar el déficit desde el 8,51% del PIB al 5.3%. Ante este panorama, va el PP y decidió posponer la presentación de los presupuestos hasta que pasaran loas elecciones andaluzas, para no perder votos. Este proceder fue una irresponsabilidad y una demostración de falta de seriedad. Además no sirvió para nada, porqué, a pesar de todo ¡No somos tontos!. Bueno, casi, pero no del todo. 
  2. En un momento en que todos los ciudadanos ven como se les recortan los ingresos y se les pide que ahorren y paguen sus deudas, va el gobierno del PP y dice que nacionalizará las autopistas quebradas de Madrid, cosa que puede llegar a costar unos 5.000 millones de euros de dinero público. Es decir, se están intentando RECORTAR unos 64.000 millones en gastos y va el gobierno y se gasta unos miles de millones de euros comprando unas miserables autopistas. 
  3. Al mismo tiempo, en lugar de concentrar esfuerzos en un corredor Mediterráneo que pueda aprovechar los puertos españoles para acoger el tráfico de barcos provenientes de Asia y África oriental a través del canal de Suez y camino de Europa, el gobierno central pone presión a Europa para que conecte Madrid con Europa a través de un eje central que pase por Irún. Lógicamente, Europa dice que eso no tiene sentido... y va el gobierno de España y dice que recurrirá. Mientras el Madrid-centrismo y no la racionalidad económica manden en la Moncloa, la confianza de los mercados seguirá ausente. 
  4. El sistema financiero español tiene varias frutas podridas, pero la mayor se llama Bankia. El BBVA, Santander y CaixaBank están más o menos sanos y tienen buen acceso a la capitalización internacional. Algunos bancos pequeños y las excajas tienen más o menos problemas pero su magnitud hace que sean manejables. El gran problema que sigue paralizando el sistema financiero español (y por ende, la economía española en su totalidad) es Bankia, fruto de la fusión entre Caja Madrid y Bancaja (a la que luego se adhirieron las cajas Layetana, Canarias, Rioja, Avila y Segovia), presidida por el ex ministro de Economía de José Maria Aznar, don Rodrigo Rato. La incapacidad o la falta de voluntad del gobierno de solucionar el gran agujero de Bankia, que pasa por cerrar una parte importante de las operaciones y vender la parte que todavía tiene valor a algún banco, posiblemente extranjero, demuestra el miedo que este gobierno tiene es parecido al que tenía el gobierno de Zapatero. 
  5. Otro aspecto importante que el gobierno no está afrontando con valentía es el del déficit tarifario eléctrico: las empresas eléctricas tienen beneficios estratosféricos y resulta que hay una deuda gigantesca del gobierno con esas compañías. Esta situación requiere una solución drástica e inmediata y el miedo del gobierno no inspira confianza. 
  6. Finalmente, un detalle cuantitativamente poco importante pero que da una señal poco edificante: en un momento en el que los españoles pierden puestos de trabajo por millones y en que algunos políticos se enfrentan a penas de prisión por el manejo fraudulento de dinero y las influencias políticas, va el marido de la portavoz del gobierno, doña Soraya Sáenz de Santamaría y encuentra un magnífico puesto de trabajo, tres meses después de que su esposa sea ministra, en una compañía de un sector extremadamente regulado y que, por lo tanto, tiene unos beneficios que dependen crucialmente de lo que diga el gobierno. ¡No! No digo que sea ni ilegal, ni ilegítimo, ni que el señor marido de la señora portavoz no esté altamente cualificado. Pero cuando el gobierno intenta ganar credibilidad internacional, este tipo de asuntos dan una mala imagen. Dan la sensación de que las cosas no han cambiado nada. Muchos recortes para las clases medias y muchas prebendas y dinero a ganar para los “amiguetes” de la clase política. 
O Rajoy cambia mucho o España camina inexorablemente hacia la catástrofe. 
Hasta diciembre 2011, el problema de España era que corría el riesgo de “contaminarse” de los problemas de Grecia. Entonces decíamos que en Europa había países insolventes (Grecia) y países como España o Italia que eran solventes pero faltos de liquidez (solventes quiere decir que tienen capacidad de pagar sus deudas en condiciones normales y faltos de liquidez quiere decir que necesitan pedir prestado a corto plazo porque sus gobiernos gastan más de lo que ingresan y mantienen un déficit fiscal). El problema para ese segundo grupo de países era que los acreedores, en estado de pánico, podían pedir unos intereses tan elevados (una prima de riesgo tan elevada) que acabasen haciendo que, efectivamente, España no pudiera pagar. Es decir, España corría el peligro de lo que se llama “profecía auto-realizada”: los acreedores "profetizan" que España no podrá pagar y suben los intereses para compensar el riesgo de impago, eso encarece el crédito hasta el punto que, efectivamente, España no puede pagar. 
Para solucionar ese problema era importante que el Banco Central Europa saliera a la palestra para comprar deuda de los países “solventes pero faltos de liquidez” y que, a su vez, esos países hicieran lo posible para recortar sus déficits fiscales y reencontrar sus sendas de crecimiento (reformas estructurales). 
En Diciembre de BCE hizo su parte del trato e introdujo el LTRO (long-term refinancing operation), programa de créditos baratos a los bancos para que éstos compraran deuda de países como España. Las primas de riesgo bajaron y permitieron que la tranquilidad volviera a los mercados. 
El problema es que España no ha cumplido su parte del trato. Después de ganar las elecciones de manera abrumadora, el Partido Popular no ha hecho nada para ganar la credibilidad que había perdido el gobierno de Zapatero. De hecho, en 100 días ha hecho, con su gran falta de seriedad, todo lo que ha podido para dilapidar las esperanzas que la mayoría de españoles habían depositado en el cambio. 
El gobierno del PP: 
  1. Ha incumplido promesas fundamentales como la de no subir el IRPF no sólo demuestran que el nuevo gobierno no tiene una filosofía en la que cree puede dar resultados (y, de paso, en la que podamos confiar todos), sino que es un gobierno que va a la deriva adoptando medidas populistas, electoralistas y sin un rumbo fijo. 
  2. Al posponer el presupuesto a las elecciones andaluzas ha demostrado que, igual que ZP, esta gente pone sus intereses electorales y sectarios por delante del interés del país. 
  3. Al contratar a amigos y familiares del PP por doquier (incluido el marido de Soraya Sáenz de Santamaría) en un momento en que 5 millones de ciudadanos están en el paro demuestra que quieren el poder, no para solucionar problemas sino para beneficiarse de él. 
  4. Al proponer el corredor central en lugar de apostar por la racionalidad del eje mediterráneo es demostrar que el egocentrismo capitalino sigue primando sobre la racionalidad económica. 
  5. Al hacerse el "machote" ante los electores diciendo que no se cumplirá el déficit del 4,4% del PIB sino el 5,8% unilateralmente decidido por Rajoy es una muestra de valentía... pero perdió toda credibilidad cuando 24 horas después del anuncio la “jefa” le picó la cresta y le obligó a aceptar el 5,3% y él aceptó sin rechistar. 
  6. España está sola en el contexto político económico Europeo y mundial. No tenemos ninguna influencia y nuestros gobernantes siguen sin generar ninguna complicidad con nuestros vecinos-socios. (¿Será por el desconocimiento de idiomas de nuestros gobernantes?). La situación es tan denigrante que cualquier "mindundi" se atreve a plantarnos cara e incluso a robar a nuestras empresas e incumplir los tratados. Claro que, ¿Qué se puede esperar de un gobierno que no cumple ni sus propios compromisos, ni hace que se cumplan los acuerdos y las propias leyes del país?.
  7. Al no arreglar decididamente el gran problema del sistema financiero Español, que no es otro que Bankia, por razones aparentemente políticas (Bankia es el antiguo Caja Madrid, presidida por un ex vicepresidente del PP, Rodrigo Rato) demuestra, otra vez, que la prioridad no es arreglar los problemas de fondo sino la gestión de favores políticos. 
  8. Al seguir negando que la solución al problema financiero de España va a requerir docenas de miles de millones de euros al erario público es seguir escondiendo la cabeza bajo tierra cosa que demuestra o incompetencia o falta de sinceridad (o ambas). 
  9. Al no asumir la propia culpa o la propia incapacidad de reducir el déficit y habérsele agotado el chollo de dar la culpa al Sr. Zapatero, ahora se dedican a culpabilizar y lanzar todos los demonios contra las autonomías. Es verdad que en las autonomías también se ha estirado más el brazo que la manga, que no todas están igual de bien financiadas y que no todas tienen la misma voluntad política de asunción de competencias y por tanto de gasto y por ello esta excusa de culpar a los “hijas manirrotas” no deja de ser otra irresponsabilidad del actual gobierno. Máxime cuando muchas de ellas son de su propia “sangre”. 
  10. Al hacer unos presupuestos vanagloriándose de los “sacrificios” de 27.000 millones cuando en realidad 14.300 de esos millones son un sacrificio de los ciudadanos a los que se expropia una cantidad mayor del dinero que ganan con el sudor de su trabajo y 5.000 millones son un sacrificio que se impone a las comunidades autónomas es demostrar una falta de seriedad escalofriantes, pero si además, esos presupuestos incluyen:

  • El absurdo retorno de las desgravaciones fiscales por la compra de pisos simplemente porque cuando uno estaba en la oposición se quejó (irresponsablemente) de que el PSOE las eliminara.
  • 2. La negativa a subir el IVA y bajar las cotizaciones sociales del trabajo que permitirían hacer una devaluación fiscal que abarataría las exportaciones en relación a las importaciones simplemente porqué Javier Arenas no quiso que se subiera el IVA en su día porqué reduciría sus opciones electorales es poco serio.
  • 3. La negativa a reducir el salario de los funcionarios de la administración central y a eliminar los miles de “cargos de confianza” que tan poco aportan y tanto cuestan, cuando el resto de la población sufre IMPORTANTES pérdidas de ingreso simplemente porque cuando se estaba en la oposición se adoptó esa postura demagógica para captar votos es impresentable.
Podríamos seguir ampliando la lista pero no es necesario. 
Queda claro que, estamos en nueva fase de la crisis en la que España YA NO es claramente un país solvente que corre el riesgo de “contagiarse” de la irresponsabilidad de Grecia sino que se ha convertido, a los ojos de sus acreedores, en un país incapaz de poner en marcha políticas incentivadoras de la creación de empleo, facilitadoras de la productividad y generadoras de ingresos y que, por lo tanto, corre un riesgo de ser insolvente en un horizonte próximo. Nuestros acreedores nos han perdido la confianza.
Y la principal consecuencia de todo esto es que, esta vez, el problema de España ya no lo arregla el Banco Central Europeo dando créditos baratos a los bancos para que se lo presten a España y bajar así la prima de riesgo. Esta vez lo único que puede salvar a España es que el gobierno deje de dar bandadas, deje de hacer trampas, haga las cosas con seriedad, asuma sus responsabilidades, se deje de electoralismos cortoplacistas y coja el toro por los cuernos con valentía y decisión. 
Los recortes de gasto y subidas de impuestos van a empeorar la recesión a corto plazo. Todo el mundo debe ser consciente de ello. Ese empeoramiento de la recesión podría asumirse como un mal necesario si generaran la confianza suficiente para creer que el año que viene podríamos salir del agujero. Pero esa confianza solo la puede dar el gobierno demostrando dos cosas que hasta ahora no ha tenido: rumbo y seriedad.