miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Podrá salvarnos China?

Puede que la súbita expansión monetaria en China esea una mala noticia.
Aunque los datos todavía no lo confirman, todo indica que la crisis de los países de la periferia de la Unión Europea ya ha contagiado a los del centro y ya se puede decir que la UE está en recesión. Pasado mañana veremos si las autoridades europeas tienen el coraje de poner los medios necesarios para solucionar la crisis financiera o si el euro cae en el abismo de las monedas desaparecidas. En cualquier caso, lo que está claro es que Europa no va bien. Los últimos datos en Estados Unidos (entre los que figura creación de más de 100.000 empleos durante cinco meses consecutivos) parecen alejarlos de la temida recaída (o la crisis en forma de W) aunque las finanzas públicas americanas todavía son un caos que puede arrastrar al país al abismo y la dependencia financiera de Europa pone en peligro la posible recuperación.

En medio de toda esta incertidumbre económica, la semana pasada China dio a conocer dos datos interesantes a los que los medios de comunicación masivos no dieron mucha relevancia. Primero, se dio a conocer que el Banco Central de China abandonaba la política monetaria restrictiva de lucha contra la inflación y las burbujas inmobiliarias por una política expansiva. No se dieron explicaciones pero la lectura que muchos hacen de ese cambio es que el Banco Central debía estar viendo algo muy feo en China; algo contra lo que se debía luchar urgentemente. No habían pasado ni 24 horas cuando apareció la segunda noticia: el PMI de China caía por debajo del 50% por primera vez desde Enero de 2009 (ver gráfico). El PMI es una encuesta a empresarios donde se les pregunta si las compras a su empresa han subido o han bajado. Estar por debajo de 50% significa que los directivos de empresas piensan que las cosas en China están empeorando.
¿Qué está pasando?