martes, 18 de octubre de 2011

La crisis europea va para largo

Hay un montón de egos, de intereses nacionales, de consideraciones políticas,  involucrados en esta crisis y esto es justo lo que está dificultando encontrar una solución. Las autoridades europeas no se ponen de acuerdo sobre cómo atajar esta larga crisis. La incertidumbre se apodera del mercado y con ella llegan los números rojos.
Para dar un poco de perspectiva a la magnitud de los problemas de Europa, Bret Jensen, estratega jefe de Simplified Asset Management, ha publicado diez cifras “realmente aterradoras” de Europa:
1) ¿Qué cantidad de bonos soberanos italianos, irlandeses, griegos, portugueses y españoles poseen los bancos europeos? 2,18 billones de euros. Teniendo en cuenta que las entidades ya han sufrido una quita del 21% (y puede que más), imaginen el capital que necesitarán si tienen que hacer lo propio con el resto de países.
2) La cantidad de deuda de Dexia que los Gobiernos de Bélgica y Luxemburgo han acordado respaldar es 125.000 millones de euros.
3)  El tiempo que falta, según el primer ministro de Polonia, para que Europa se vea envuelta en una guerra si el contagio no se para es 10 años.
4) La nueva quita que se baraja para los tenedores privados de deuda griega es del 50%.
5) La cantidad que el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene sobre la mesa para hacer frente a las necesidades de los países en problemas, es $390.000 millones, pero cada vez parece más insuficiente. Los rumores apuntan a que el organismo necesitará más dinero y se lo pedirá a los BRICs a cambio de más influencia en el mismo.
6) La calificación que otorga Standard & Poor’s a la deuda española después de que la semana pasada la recortara desde AA es AA-. Probablemente éste no sea el último recorte para este Estado “demasiado grande para caer” (too big to fail).
7) El spread entre los bonos a diez años de Francia y Alemania es 92 puntos básicos. El mayor desde el nacimiento del Euro, ante los temores de que París pierda su triple A.
8) El total de la deuda soberana de Italia es $2,6 billones. La república transalpina tiene el mayor ratio deuda/PIB de Europa, sin contar a Grecia.
9) Es la tasa de paro de España es del 21%. El desempleo juvenil alcanza casi el doble de este porcentaje.
10) El crecimiento del PIB alemán es 1%, según publicaba el consenso de Reuters la semana pasada. Una cifra no muy esperanzadora, dado que Alemania es  “la locomotora europea” imprescindible para poder salir de la crisis.

A nivel particular hay varias formas de actuar. Unos, prefieren esconder la cabeza bajo el ala y despreocuparse de todo. Como si no pasara nada. A otros, estas cifras los mantienen alerta e intentan buscar soluciones de sentido común para que reducir el efecto de la crisis. Por ejemplo, intentan:
·         Exigir transparencia y eficacia a nuestros gobernantes, cuando pidan nuestro voto y después de que lo consigan.
·         Exigir eficiencia en los servicios públicos y privados que pagamos con nuestros impuestos
·         Aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten para trabajar y producir lo máximo que podamos.
·         Gastar lo necesario, sin despilfarrar. Sin vivir por encima de nuestras posibilidades.
·         Reducir y eliminar, si se puede, las deudas.
·         Ahorrar lo que se pueda.
·         Estudiar bien donde se “guarda” el ahorro, más o menos a salvo de “depredadores de todo tipo” hasta que la crisis de deuda en Europa sea resuelta dentro de ¿??? años.

Por cierto…..
¿ALGUNA SUGERENCIA? Para guardar el ahorro y si se puede, hacerlo producir algo para que no pierda poder adquisitivo.
©2011 JAS

España y Catalunya. Relación de amor y odio

Nunca he entendido la razón por la que, cuando algún catalán expresa su identidad nacional, algunos salen despotricando contra los catalanes y contra todo lo que huela a catalán. Y no me refiero a la “caverna mediática” sino a las personas a nivel particular. Basta ver la cantidad de comentarios que se lanzan en este sentido en muchos medios de comunicación, debates, coloquios,etc.
Se percibe una gran falta de cultura, conocimiento y capacidad de diálogo constructivo, pero también hay un trasfondo de ¿envidia?, ¿odio?, ¿ganas de exterminar a todo lo que huela a catalán?...
Nunca he entendido el porqué de estas reacciones tan viscerales.
Cuando los integrantes de una pareja o sociedad no se entienden, lo más razonable es que estudien la forma de dividir la sociedad y se separen. Pero en el caso del Estado Español-Nación Catalana, no hay forma de poder aplicar esta sencilla norma de sentido común. Ni siquiera de poder hablar tranquilamente del asunto. Ni siquiera hay posibilidad de intentar saber ¿qué quieren las personas que viven y trabajan en Catalunya?, mediante un referéndum.
No entiendo esta permanente relación de dominio-afirmación.
¿Alguien puede explicarlo? Razonada y desapasionadamente, por favor.

Os dejo el video “Em dic Catalunya i sóc una nació” tiene subtítulos en castellano y viene en tres partes.
http://www.youtube.com/watch?v=VWz5gYQe2Vo&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?v=vklOpjn9nPY&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?v=lQesgGI68Lo&feature=player_detailpage


También uno con “Seis cuestiones básicas sobre la lengua catalana”
http://www.youtube.com/watch?v=anOg3t1TNqY&feature=player_detailpage

Al que le interese el tema tiene un montón de material en “la nube” para culturizarse. El conocer a los “otros”, siempre es bueno. De entrada, para aprender a valorar todo lo que nos une y para comprenderse y llevarse mejor. El dedicarse a “intoxicar” y malmeter sin conocimiento de causa, es una miserable pérdida de tiempo.
¡Ojalá aprendamos a escuchar más a los otros y a dejar de responder a las provocaciones manipuladoras!
©2011 JAS

Trabajar, producir, ahorrar y consumir

En su columna Monetae mutatione, del Confidencial, Antonio España (Málaga, 1973) combina la aplicación del instrumental analítico desarrollado por la escuela austriaca de economía con su personal apreciación de los hechos económicos y monetarios que periódicamente sacuden la economía en forma de ciclos económicos. Cursó estudios de Ingeniero de Telecomunicación por la Universidad de Málaga, MBA por el IESE y Máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos.
Dada la trayectoria de este profesional, he considerado interesante reproducir un resumen del artículo de Antonio España publicado el día 18 de octubre de 2011 en El Confidencial titulado "Menos crecer y más ahorrar".

¿Alguno de ustedes se ha planteado alguna vez, yendo en su coche cortos de combustible, si pisando el acelerador aumentan sus probabilidades de alcanzar la estación de servicio más próxima antes de quedarse sin gasolina? Esta es una idea intuitiva pero, no necesariamente cierta, ya que lo que importa son los kilómetros que pueden recorrer con el combustible restante y no tanto el tiempo en el que los recorren. Es más, corriendo más no reduciremos la distancia a salvar pero seguro que vaciaremos antes el depósito, y es posible que nunca lleguemos.
Otro tanto ocurre en la economía si pensamos que el crecimiento es la única salida a la crisis. Empeñarnos en crecer, no sólo no anticipará el final de la depresión sino que seguramente nos alejará más aún del inicio de la recuperación.
Últimamente volvemos a escuchar voces que reclaman de los poderes públicos medidas de estímulo que compensen el nulo o negativo crecimiento del consumo e inversión privada. Creen esas voces que la cicatera contribución de las familias y empresas a la demanda agregada supone un serio riesgo de volver a la recesión y por eso piden al gobierno pisar el acelerador a fondo. No parece importarles que hace ya tiempo que se terminó el combustible y estamos quemando todo lo que encontramos en el barco. Y ni con esas conseguimos vapor, como sucedió con las Loterías, que era una perita en dulce y nos la querían comprar, pero regalada.
En el mundo actual, no existe creencia más arraigada y contagiosa que la provocada por las inversiones estatales. El remedio es fácil. Basta que el gobierno gaste lo necesario para superar cualquier “deficiencia”».
Desde luego, no se puede negar la buena fe de quienes piensan que el gobierno puede impulsar el desarrollo y crecimiento económico. Sin embargo, en la cabeza de todo buen intervencionista subyace la idea de que el estado está por encima del bien y del mal y, por tanto, puede desafiar las leyes del mercado e incluso de la física. De este modo, en su esquema mental, el gobierno puede gastar en sus programas de estímulo ciertas míticas riquezas que no necesitan ser aportadas por nadie, como el maná de los hebreos.
Pero los amantes de la intervención pública, con los keynesianos a la cabeza, pasan por alto una verdad de Perogrullo con frecuencia olvidada. A saber, que el estado no puede gastar ni invertir ni un euro que no haya obtenido previamente del ciudadano. Y lo que el estado gasta o invierte, lo deja de gastar e invertir el ciudadano. Es decir, que la petición de que sea el gasto público el que compense la falta de consumo e inversión en la ecuación de la demanda agregada de un país, no es otra cosa que pretender forzar al sufrido y vapuleado ciudadano a hacer algo que voluntariamente no quiere hacer o que tiene miedo de hacer por no confiar en la buena dirección económica del país. Recordemos que el gobierno no tiene más medios para financiarse que por los impuestos, la deuda pública —que son los impuestos del mañana— o la manipulación de la moneda —también conocida como inflación, que es la forma más viciosa de tributar.
Todo ello porque los consumidores nos comportamos como jerarcas egoístas, caprichosos y volubles. Y como tales, justo cuando la economía más necesita de nuestro afán consumista para crecer y salir de la crisis, no se nos ocurre otra cosa que ponernos a ahorrar y atesorar para devolver nuestras deudas y protegernos ante un futuro oscuro e incierto.
Lo que estamos experimentando en la actualidad es el proceso justamente inverso a la expansión crediticia de la fase de auge previa, artificialmente impulsada por gobiernos, bancos centrales y entidades financieras privadas, y que inevitablemente ha devenido en la depresión que sufrimos desde el 2007.
En este proceso, el desapalancamiento general del sector privado —el público, por el contrario no hace sino intentar incrementar su deuda— y la pérdida de valor de los activos en los balances de los bancos tienden a reducir la cantidad de dinero en circulación. Si esta contracción del crédito no está generando una deflación en toda regla, es porque se está viendo compensada por la ingente cantidad de dólares y euros que la FED y el BCE están inyectando en la economía.
Aunque también podríamos decirlo al revés: si estamos viendo un incremento menos acusado de los precios de lo que correspondería a la irresponsable política monetaria de los bancos centrales, es porque los sucesivos quatitative easings, las compras de bonos y las facilidades de liquidez ilimitada a la banca, están siendo compensados por el desapalancamiento y el ahorro de familias y empresas privadas.
Esta deflación inducida por la crisis e impulsada voluntariamente por los agentes privados, en ausencia de intervención estatal, facilita y acelera la liquidación de los proyectos de inversión erróneamente iniciados en la etapa expansiva del ciclo —p. ej. préstamos concedidos “alegremente”, compras de suelo sobrevalorado, construcción de aeropuertos sin aviones, despliegue de líneas de AVE sin pasajeros, etc. — y, por lo tanto, abre paso a la ansiada recuperación.
Pues a diferencia de la expansión crediticia previa, esta contracción es la reacción natural del mercado a los errores de inversión cometidos. Parece que, precisamente por eso, ha de ser combatida por los poderes públicos y así está ocurriendo, que la intervención estatal, la coacción sindical y la rigidez de los mercados —sobre todo, pero no sólo, del laboral— están impidiendo los reajustes necesarios a la recuperación.
Pero hemos de saber que el camino no es precisamente de rosas sino de espinos. Y cualquiera que diga que de ésta podemos salir sin hacer grandes sacrificios, o no dice la verdad o está haciendo campaña electoral. Al igual que no existe otro remedio para la resaca más que “dormir la mona —y desde luego, seguir bebiendo no es una alternativa válida—, no hay una solución a la crisis que no pase por hacer un importante sacrificio.
Porque en tanto no completemos el proceso de reajuste y eliminemos por completo el efecto de los créditos concedidos a proyectos de inversión que en la práctica han resultado ruinosos, no se iniciará la recuperación. Una vez cuadrados los balances de los bancos y culminado el proceso de desapalancamiento, el ahorro generado por los agentes podrá entonces dedicarse a impulsar la inversión en bienes de capital que, a la postre, generarán empleo y, ahora sí, crecimiento sano y genuino.
Por eso, quizás sea bueno regalarle a quien ocupe el Palacio de la Moncloa a partir del próximo 20-N el clásico portafotos con el lema “¡papá, no corras!”.

Y rezar para que tome las medidas, duras pero necesarias. Que deje de hacer más de lo mismo. Que se acaben de una vez los muchos años de orgía de “crédito barato e incesante” y la desregularización galopante de un sistema bancario, que ha hecho de las suyas con el beneplácito de gobernantes de todo tipo y que hemos tenido que pagar los de siempre. Los que pagan impuestos, que siguen sin ser todos. Que sepa potenciar los puntos fuertes de las empresas de nuestro país y facilite su continuidad y desarrollo. Que deje de gastar dinero en “cursillos de capacitación” de mentirijilla y en su lugar dedique el dinero a educación e investigación, de la de verdad. Que deje de gastar el dinero en enriquecer el bolsillo de los amiguetes de turno en proyectos y subvenciones inútiles. Solo así podremos absorber paulatinamente los 5M de parados y restablecer la confianza de los ciudadanos para que volvamos a consumir. Que ganas no nos faltan.
¡Todo es cuestión de confianza!
©2011  JAS

Proyecciones sobre fachadas de edificios

Os dejo un Video de la proyección sobre el ayuntamiento de Barcelona durante la fiesta mayor de la Mercé.
http://www.youtube.com/watch?v=8iImrXIcIWo&feature=player_detailpage

Para los que os gustan esta clase de espectáculos, os dejo una muestra de cómo se diseñan estos espectáculos
http://www.youtube.com/watch?v=ytNzRUfa3hI&feature=player_detailpage

y algunas de las proyecciones profesionales que se hacen por el mundo.
Poner los altavoces con buen volumen y a disfrutar.

http://www.youtube.com/watch_popup?v=XVTga6GmbGw&vq=medium#t=74
http://www.youtube.com/watch?feature=player_popout&v=OqLFYcretDg
http://www.youtube.com/watch?v=XbZsIitzpKk&feature=related
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=XSR0Xady02o
http://www.youtube.com/watch?v=bYFHFGlFdjQ&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?v=rPr0CgvmBM4&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?v=qXvmDaY29xg&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=XbZsIitzpKk
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=Tp2Z_RBcLPs
http://www.youtube.com/watch?v=2W6Eabefezg&feature=player_detailpage
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=aeXagIhHwoo
http://www.youtube.com/watch?v=8UxD1dr3TEM&feature=player_detailpage